Corren buenos tiempos para el stoner y el doom, así que qué mejor modo de inaugurar la temporada alta de conciertos (todavía introductoria, cuando realmente habrá que atarse los machos será en octubre) que un pequeño festival dedicado a estos estilos. La principal baza de esta primera edición del Night of the Beast era la variedad que presentaba su cartel: de las seis bandas participantes, cada una aportaba algo distinto. A nivel estilístico, pese a encontrarnos en un evento temático, no actuaron dos agrupaciones con una misma propuesta, no sólo haciendo muy fluida y amena la velada, si no también demostrando que dentro del espectro del stoner/southern/doom hay muchas posibilidades creativas.

Los encargados de inaugurar la noche fueron Forced Rejection, quinteto de Alpedrete que actualmente se encuentra ultimando la producción de su primer EP. Servidor ya los había visto en el Granito Rock este mismo año, y lo cierto es que se trata de un conjunto con potencial y pegada: mucho groove en la vena de Down, temas propios bastante sólidos (que ya pudimos escuchar en la demo «Made of Pride») y un excepcional cantante que suena hasta mejor que el propio Phil Anselmo hoy día. Se les notó algo tensos sobre el escenario, y la principal pega de su actuación fue, junto a la necesidad de un sonido más personal, la falta de presencia escénica. Pese a todo, teniendo en cuenta lo jóvenes que son y el corto recorrido que llevan a sus espaldas, es algo más que excusable. Mucho ojo con ellos.

Los siguientes en salir a escena fueron Taser, la única banda de la cual no había escuchado absolutamente nada antes del día del evento, no por falta de voluntad, si no porque actualmente lo único que se encuentra de ellos por las redes es la demo de una sola canción. La sorpresa cuando arrancaron su actuación fue máxima, puesto que el cóctel que presentaron no era para nada lo que uno podría haber esperado o imaginado. Su nombre no podría describir mejor su música, y es que suenan como una sacudida eléctrica, punzante y aguda. Una excelsa combinación de stoner con infinidad de estilos, de entre los que destacaban unas raíces rítmicas de math rock y progresivo con pasajes capaces de descuajaringar la clavícula del más pintado. La revelación de la noche, no podría tener más ganas de escuchar ese primer EP que están preparando.

En el ecuador del cartel teníamos a Mothersloth, quienes nos brindaron una propuesta mucho más tradicional que sus predecesores pero no por ello menos potente. Abrazando el sludge/doom como patria y con un estilo más instrumental desgranaron temas de su álbum debut «Moribund Star» (2014) sin olvidar un par de iconos de su EP «Hazy Blur of Life» tales como «Pile of Fortune» o «Goliath». El contraste fue intenso con la siguiente banda, los ingleses XII Boar nos trajeron ritmos mucho más rápidos y animados. El trío de Aldershot puso la sala patas arriba con su stoner bañado en influencias punk e incluso thrash, y consiguieron anecdóticamente los primeros moshpits de la noche. Una explosión de diversión y energía que convenció a todos los allí presentes.

Pese a que el sonido durante las primeras bandas no había sido precisamente favorable, llegada la hora de la actuación del primero de los cabeza de cartel de la noche, la cosa había mejorado sustancialmente. El Páramo ofrecieron un concierto sencillamente espectacular, toda una travesía por yermos valles y ásperas montañas gracias a un psicodélico stoner con florituras post-rock. Con semejantes musicazos sobre el escenario no se esperaba lo contrario, y es que no sólo dieron ejemplo en cuanto a ejecución, si no que además crearon un ambiente tremendamente familiar, agradable y distendido. Curioso el momento en el que se dirigieron al público hablando a través de las pastillas de la guitarra, puesto que no requerían micrófonos.

Ya de madrugada recibíamos a la última banda del cartel, los majestuosos Horn of the Rhino. Presentando un excepcional nuevo trabajo bajo el apocalíptico título de «Summoning Deliverance», los bilbaínos dieron cuenta de su brutalidad con un concierto tan aplastante como no lo había visto en mucho, mucho tiempo. Y es que todo salió a la perfección. Todo estaba donde debía estar. ¿El volumen? Altísimo. Como debía ser. Pura potencia vasca martilleando nuestras seseras fue lo que obtuvimos durante un show que alcanzó las casi dos horas de duración, durante las que el trío revisitó toda su discografía hasta la fecha: desde el desfase de sus piezas más abrumadoras con tintes death de aquel arrollador «Grengus» hasta colosales nuevos temas como «Exvenhstench» o «Grim Foreigners», pasando por canciones de su época como Rhino (excepcional esa «Dead Throne Monarch») o piezas del ya elemental «Weight of Coronation» de la talla de la siempre reverenciable «Speaking in Tongues».

Un repertorio absolutamente inquebrantable, una actitud de apisonadora y un sonido capaz de aplastar cráneos en cuestión de segundos. Sinceramente, como dirían los ingleses, el directo de esta gente es «as good as it gets». Porque sí, hay muchas bandas que publican grandes discos año tras año. Pero que los defiendan tan bien como Horn of the Rhino sobre un escenario, pocas. Muy, muy pocas. Y es que señores, si antes de este concierto ya me declaraba fan de este conjunto, después de esto uno tan sólo puede rendirse a sus pies. O más bien a sus pezuñas, que se diría…

Fotos: David Otero

Promotor:Desert Sons Productions

Día:2014-09-06

Hora:18:00

Sala:Sala Taboo

Ciudad:Madrid

Puntuación:8