Entombed A.D. se quitan las telarañas sorprendiendo en Barcelona

Hora y cuarto que se pasó volando y muchas bocas cerradas es lo que obtuvimos en este gran domingo: Petrov y los suyos demostraron estar a la altura del nombre de Entombed. Y qué bien sienta haber estado equivocado en algo así.

Entre los amantes de la música debería existir un culto al equinoccio de otoño. No penséis que hablo de ritos paganos, sino simplemente de rendir tributo a la entrada de esa maravillosa estación del año en la que, por norma general, es cuando más bandas vemos de gira. Pese a todo, lo que es una bendición para algunos también puede ser una condena para muchos: hay demasiados conciertos de demasiadas bandas que nos gustan, y demasiado poco dinero en nuestras cuentas corrientes. Los billetes caen como las cobrizas hojas de los árboles, con la pequeña diferencia de que estos no cubren nuestras calles al hacerlo. Uno debe elegir sabiamente qué vale la pena ver y qué no.

De entrada, escuchando «Back to the Front», uno podría pensar que el concierto que hoy nos incumbe no era precisamente merecedor del mencionado honor. No nos engañemos, la descafeinada supuesta resurrección de Entombed no se ha sacado de la manga un disco merecedor de ese nombre. Con un improvisado «A.D.» detrás del mismo y sin ni tan siquiera contar con Alex Hellid entre sus filas, muchos no sabíamos qué esperar del directo de Petrov y compañía en esta nueva aventura. ¿Iban a interpretar en su mayoría temas nuevos? De haber sido así, creo que muchos nos habríamos ahorrado nuestra presencia. Pero no es el caso, y el nombre de una leyenda (que tiene tanto de grande como de desagradable) tal como LG llevó a muchos a congregarse ese lluvioso domingo en Apolo 2: algunos curiosos por ver cómo rendían tributo a su época dorada y otros simplemente emocionados por tener la oportunidad de ver algo medianamente cercano a la maestría de la original banda sueca.

Tras los viscerales Repuked y unos colosales Grave que hicieron seria competencia a sus compatriotas (sí, las tres bandas provenían de Suecia), a las 21:30 empezó a sonar la intro de «Kill to Live», tema que abre ese destartalado último álbum que tan preocupados nos tenía. El conjunto salió con una actitud demoledora y, tan pronto como el primer inciso se lo permitió, no hicieron más que mostrarse agradecidos ante semejante congregación de seguidores en tan mal día de la semana. Los típicos problemas de sonido de principio de concierto hicieron de las suyas y demoraron ligeramente el inicio del segundo tema, una explosiva «I for an Eye» a partir de la cual saltaron a material todavía más antiguo con la primaria «Revel in Flesh», poniendo los puntos sobre las íes y dejando claro que iban a ofrecer un show de alto nivel.

Cada vez que desgranaban un nuevo tema, el ambiente decaía. Por suerte, esto sólo se produjo en dos ocasiones más: con «Second to None» y «Pandemic Rage», y pudimos disfrutar de unos tremendos ánimos para clásicos procedentes de obras clave como «Wolverine Blues» o «Clandestine». Especial mención a la excepcional interpretación de «Out of Hand», con la mayoría de los asistentes berreando a grito pelado esa maravilla lírica que es «Jesus Christ! / Lord of lies! / In disguise! / FUCK!» y dejándose las cervicales como auténticos maníacos. En cuanto a detalles técnicos, Grave ya habían sentado precedente con un aplastante sonido y Entombed A.D. dispusieron de esa misma baza, pese a que de vez en cuando una de las guitarras iba y venía. Pasando esto por algo, poco más se podía pedir.

Con todo el peso escénico recayendo evidentemente en nuestro amado y destartalado Petrov, obtuvimos todo lo que podíamos esperar de él: además de no haber perdido ni un ápice de potencia en sus voces, nos ofreció todo su repertorio de clásicas guarrerías. A base de sacarse enormes mocos, jugar erráticamente con sus escupitajos y sudor y lucir una grasienta calva con melena que ya quisiera Santiago Segura, provocó tantas sonrisas como gestos de disgusto entre el público. Si es que hay que quererlo. Pero no demasiado cerca, eso sí.

La inevitable «Left Hand Path» cerraba magistralmente el set principal (aunque quizá faltó algo de magia en esa legendaria outro), tan sólo para volver al escenario desenvainando una reluciente «Chief Rebel Angel» que sonó atronadora. Era la hora de despedirse, y lo cierto es que pese a todas las dudas que habíamos tenido, llegada esa hora no queríamos marcharnos. Habíamos escarmentado. Teníamos que reconocer que pese a su fracaso en el estudio, estos Entombed A.D. todavía tienen mucha cera que repartir sobre los escenarios, y que saben hacer sonar los temas de Entombed de un modo francamente envidiable. La banda todavía guardaba algunos ases en la manga, que mostraron con «Abnormally Deceased» y «Supposed to Rot» para dejar claro quién manda, junto a una «Serpent Speech» que culminó la noche. Hora y cuarto que se pasó volando y muchas bocas cerradas es lo que tuvimos en este gran domingo… pero oye, qué bien sienta haber estado equivocado en algo así.