Ensiferum y su orgía vikinga recalan en Barcelona

Este otoño pinta ser uno de los más interesantes en el panorama de conciertos del país. Ensiferum y Wind Rose han tenido la suerte de abrir la temporada con un gran concierto. Los dos grupos están en su mejor momento, llenos de energía y con todavía la imaginación para lograr buenas ideas y frescura. Y como pasa con la mayoría de grupos de folk metal, éstos ganan todavía más en directo, consiguiendo unos conciertos festivos y agotadoramente divertidos. ¡Os recomendamos no perdéroslos en las siguientes fechas por la Península!

Este pasado jueves 15, Ensiferum llegaba a la costa catalana para presentar su sexto álbum “One man army”. Tocaban en la Razzmatazz 2, habitual para grupos de este género, aunque sólo estaba abierta media sala y una de las barras estaba cerrada. No se esperaba gran afluencia de público, aunque las colas a la entrada demostraban que los fans que sí se habían acercado a la zona de Marina eran de los más obstinados.

Ensiferum venían precedidos de Wind Rose, sólo en escenarios españoles, que presentaban su segundo álbum “Wardens of the west wind”. Los italianos sorprendieron con su energía y fuerza, especialmente por parte del cantante, Francesco Cavalieri, que con un peinado a lo Ragnar Lodbrok increpaba al público al grito de “¡¿es esto lo más “metal” que nos podéis dar?!”. Con un estilo que se podría definir como “vikingos de vacaciones en Hobbiton”, tienen un cierto timbre original en un género donde ya cuesta encontrar ideas novedosas. Tras interpretar temas como Born and free y The breed of Durin, se marcharon por todo lo alto, con un gran wall of death en la última canción que dejó con ganas de más – de hecho, nos informaron que esa noche no pudieron tocar todo el setlist que tenían planeado.

La pausa entre grupos se hizo algo larga, aunque los miembros de Wind Rose intentaron dinamizar un poco la espera jugando con el público y una go pro. Finalmente después de un buen rato, Ensiferum entraron arrasando como un tifón. Faltaba Emmi Silvennoinen a los teclados, pero el grupo contaba con la colaboración de Netta Skog (ex-Turisas), muy querida por el público, en el acordeón.

Empezaron con “Axe of judgement”, con un hiperactivo Sami Hinkka al bajo que usaba los altavoces como trampolín, y un Petri Lindroos a la voz que todavía goza de buena forma (aunque Ensiferum es uno de esos grupos que se crece con los coros). Janne Parviainen, escondido entre las sombras, redoblaba la bateria con pulcritud con su siempre-impertérrito-y-tan-finlandés rostro. Cambio de instrumento en las guitarras y que el ritmo no pare – con “One more magic potion” Sami y Markus Toivonen (guitarra) se atrevieron hasta con el yoik, demostrando la amistad y confianza que se tiene toda la formación encima del escenario. El público no tardó en motivarse (con “From afar” hubo gente que se lanzó al mosh hasta con el vaso lleno) pero la verdadera locura llegó con la mítica “Token of time”. Interpretaron temas de su nuevo álbum, como «Warrior without a war» o «My ancestor’s blood», pero el grueso del setlist estuvo compuesto por los clásicos de toda la vida. Tuvo lugar un merecido mini-descanso, con riff cómico de parte del showman Sami incluido, para después dar paso a “Battle song”. Ensiferum estaban jocosos esa noche, pues Petri paró la canción cerca del final y obligó al público a pedir que continuara a gritos. La sala se vino abajo y ya sólo había ganas de pasárselo en grande. En ese contexto, “Lai lai hei” fue un acierto. Más que un concierto, la noche parecía una fiesta. Tuvimos una batalla rítmica entre Sami y Netta, y los técnicos hasta bajaron la bola de disco de las sesiones de electrónica. Con la sala llena, tocó el turno de la esperpéntica “Bamboleo” (cover de Gypsy King) – nunca unas palmas flamencas habían sido tan metal. Y ante este panorama, cuando sonó “In my sword I trust” hubiera sido lo más normal acabar con un desgarro muscular de tanto bailar, cantar, saltar y gritar. Finalmente, acabaron los bises con “Iron”, y el público terminó con aquello que se nos da tan bien por nuestras tierras: cantar los solos y partes instrumentales.

Este otoño pinta ser uno de los más interesantes en el panorama de conciertos del país. Ensiferum y Wind Rose han tenido la suerte de caer cerca del inicio de la temporada con un gran concierto. Los dos grupos están en su mejor momento, llenos de energía y con todavía la imaginación para lograr buenas ideas y frescura. Y como pasa con la mayoría de grupos de folk metal, éstos ganan todavía más en directo, consiguiendo unos conciertos festivos y agotadoramente divertidos. ¡Os recomendamos no perdéroslos en las siguientes fechas por la Península!