ENSIFERUM
Básicamente, esta gira ha servido para que ENSIFERUM vinieran, no a reclamar, sino a demostrar lo que es suyo. No es que se revelaran ni unos revolucionarios ni unos pioneros cuando en el 2001 sacaron su álbum debut, ni en lo lírico ni en lo musical, pero sí que fueron los primeros en combinar de una forma singular ciertos atributos que acabaría desencadenando una mini.moda dentro del metal que algunos coincidirían en llamar power-viking, siendo TURISAS, EQUILIBRIUM o WINTERSUN algunos de los grupos directamente influenciados por las tesituras musicales que los fineses con nombre de ungüento para la tos ya hicieran suyas con bastante acierto, y de los que probablemente FINNTROLL serían precursores por cierto parecido en las formas.
Incluso yo me quedé algo sorprendido al comprobar como en el 2005 tan sólo unas 250 personas se daban cita en la sala Mephisto y a día de hoy alrededor de 700 personas vestían de gala la sala Apolo. Con tan sólo un EP y un disco de por medio y sin apenas haber causado demasiado revuelo desde entonces a nivel mediático, se nos antojaba este salto cuanto menos sorprendente. Bienvenido sea, eso sí, un fenómeno a pequeña escala, casi subterráneo, que expande sus alas mayoritariamente entre un público más bien joven. Y es que a día de hoy son los chavales de entre 15 y 18 años los que llenan los conciertos de grupos de tirada media, dándonos la razón la mayoría de caras con las que esta noche nos podíamos topar. La velada la abrían los locales EVERFROST , a quienes no pudimos ver puesto que llegamos justo cuando ya habían acabado. Otra vez será. Sin embargo, cabe decir que por los comentarios que oí, contaron con la simpatía del público en general, siendo su propuesta bastante coherente con la banda cabeza de cartel.
Cuando ENSIFERUM saltaron a escena de mano del tema que abre su última obra de estudio (“Blood Is the Price of Glory”), anticipamos que todo el concierto iba a estar marcado por una entrega por parte del público inusual en este tipo de citas y más propia de bolos en salas como Razzmatazz de mano de bandas algo más consagradas, hecho que no hizo sino sumar alicientes a la velada. Lástima que no se hubiera habilitado un foso para fotógrafos como en otras ocasiones, ya que debido a la gran cantidad de gente que había agolpada a pie de escenario, me fue imposible situarme en una posición decente que me permitiera sacar aunque fueran un par de instantáneas que valieran la pena. Si bien “Ahti” o “The New Dawn” nos demostraban que el nuevo álbum tiene piezas mucho más valiosas de las que contenía aquél EP que parecía jugar al despiste, “Dragonheads”, por su demasiada ajustada calidad, joyas del calibre de “Tale of Revenge” ponían en evidencia, al menos para un servidor, que los temas del “Iron” poseen un encanto especial cuya naturaleza logra que queden sin remedio grabados a fuego en tu sesera, sin menospreciar al no menos espectacular “Ensiferum” (“Hero in a Dream” y “Token of Time”, menudas composiciones y qué bien fueron interpretadas). Si bien la calidad del sonido variaba ligeramente dependiendo del lugar de la sala en el que nos encontráramos, una posición más o menos centrada nos brindaba un sonido entre notable y excelente, lo cual fue muy de agradecer e hizo ganar sin duda enteros al show. Todo un aliciente para que la celebración que supuso la interpretación del tema “LAI LAI HEI”, que, sin dudarlo, se ha convertido en el himno de la banda, celebrado a mansalva, cervezas en alto mediante, fuera de lo más productiva, hasta el punto de que por primera vez varios espontáneos aparecieron en el escenario (sin las vallas antipánico era extremadamente fácil subirse) ante la sorpresa del encargado de seguridad de escenario que, con unas maneras que se irían embruteciendo ligeramente a medida que avanzaba la velada, se ocupó de que todo volviera a la normalidad rápidamente.
La interacción con el público fue recíproca (Petri Lindroos sabe manejar a la concurrencia, sin duda) y visualmente la banda ofreció lo que se espera de ella, a pecho descubierto cuales guerreros ancestrales, con algo de pintura de guerra, con bastante movilidad sobre el escenario y, ante todo, con el argumento musical como principal valuarte, elementos cuya conjugación nos brindaban un fresco, sin duda, apetecible. Mención a parte merecen los coros de los temas, que son interpretados con una gran fidelidad por Sami Hinkka y Markus Toivonen; y es que por todos es sabido que el tema de los coros suele ser dejado ligeramente “a la sombra” en materia de directo por gran parte de las bandas que los utilizan en disco, esto es, nos los solemos encontrar ora pregrabados ora en formato playback (cuando no son directamente omitidos en ocasiones puntuales), siendo todo un soplo de aire fresco y un detalle destacable cuando la banda se ocupa de ellos en vivo. Y si bien en las últimas ocasiones en las que vi a ENSIFERUM estos eran llevados a cabo de forma digna, se nota que en los últimos la banda se ha esforzado en traspasar la barrera que separa lo digno de lo fidedigno. Bravo por ellos, un detalle que cabe no dejar pasar por alto. “One More Magic Potion” y “Windrider” darían paso, entre otras, a la composición más monumental (en cuanto a minutaje) que ha compuesto la banda y que alberga su último plástico; y si bien el tema “Victory Song” no había captado especialmente mi atensión hasta ahora, lo cierto es que en directo se tradujo en un adalid de contundencia, buen gusto compositivo y pregnancia. Tras el breve retiro que daría paso a los bises, y en el que pudimos escuchar varios cánticos habituales por parte del público y el nombre de la banda coreado una y otra vez, los fineses saltaron a escena una vez más para arremeter con la sensacional e hímnica “Iron”. Destacable la iniciativa por parte del frontman Petri de lograr que el público cantara a coro las cuatro notas de teclado más destacadas del tema, logrando embutir al respetable más si cabe en el show. Y para cerrar el chiringuito, qué mejor que dos de los temas con más alma del disco debut de la banda: un “Guardians of Fate” adictivo como nunca, con unos grandes coros, y un “Battle Song” compacto y engrasado. Quizá hubiera sido mucho más alocado terminar por ejemplo con el “LAI LAI HEI”, pero supongo que la emotividad de los coros de este corte vale su peso en oro. Fin de la actuación, gente apelotonándose y medio muriendo por coger una púa e incluso un fan subiéndose al escenario para coger una baqueta para acto seguido aparecer un encargado de seguridad de la sala y arrebatársela de las manos con fiereza al interpretar que estaba robando material de la banda. Bueno, ni tanto ni tan calvo, supongo. Ciertamente, y aún gustándome bastante ENSIFERUM, el concierto me ofreció mucho más de lo que me esperaba. Un notable alto, señores.
Texto y fotos: Penumbra
Promotor:RRS Promo
Asistentes:700
Día:25/01/2008
Sala:Sala Apolo
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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