La promotora Doctor Metal nos está poniendo en bandeja, cada vez con más acierto, caramelos bien envueltos en el celofán de la nostalgia y el culto a bandas de marcado carisma y calidad que, sin embargo, no encontraron los réditos de la fama extrema que alcanzaran los pesos pesados del género emergente en los albores de los años ochenta.

La promotora Doctor Metal nos está poniendo en bandeja, cada vez con más acierto, caramelos bien envueltos en el celofán de la nostalgia y el culto a bandas de marcado carisma y calidad que, sin embargo, no encontraron los réditos de la fama extrema que alcanzaran los pesos pesados del género emergente en los albores de los años ochenta. Para cuando la NWOBHM había trascendido fronteras y el estilo se había arraigado en media Europa, decenas de formaciones lanzaban al mercado trabajos que conformaron el sustrato de ese sonido clásico que, en la cúspide, ostentaban Judas Priest, Saxon o Iron Maiden. A veces eran las modestas producciones discográficas, otras, los desequilibrios entre las nobles pretensiones artísticas de lo músicos y las codiciosas ansias de sus managers, cuando no las inconsistentes alineaciones, las que condujeron a algunos potenciales líderes del género a quedarse en los intentos o figurar, con el tiempo, como meros segundones de un estilo que les habría convertido, por derecho propio, en referentes internacionales de primera magnitud. Esas bandas que acertaban con el sonido, con los temas, con la puesta en escena o con excelentes vocalistas e instrumentistas y que cosecharon algunos momentos de gloria pero que no pudieron mantenerse en el candelero de la excelencia por falta, tal vez, de suerte o de coherencia fueron, no obstante, las que consiguieron sobrevivir gracias a la fidelidad de un buen puñado de seguidores enamorados de sus primeros trabajos convirtiéndose, con el paso de los años, en una suerte de bandas de culto minoritario.

Si el año pasado pudimos ver a unos reformados Grim Reaper (banda británica capitaneada por el vocalista Steve Grimmet), este año le ha tocado el turno a los holandeses PICTURE quienes, a pesar de estar considerada la mejor banda de Heavy Metal clásico de Los Países Bajos, trascendiendo sus fronteras, han pervivido en la memoria de sólo unos pocos aficionados nacionales. Ya habían visitado España en ocasiones anteriores (Leyendas del Rock 2013 y Heavy Metal Espectros Festival 2011) pero ha sido gracias a la labor del promotor catalán, Tony Martín, que los hemos podido gozar este sábado pasado desde la cercanía de un local de mediano aforo de Barcelona, la Sala Bóveda, encabezando un cartel que sumaba otras dos propuestas encargadas de ir caldeando la pista: la residente banda de versiones Güibols y los madrileños Wild.

Estos últimos presentaron su último trabajo titulado “En Tierra Hostil” junto con algunos otros temas de su anteriores discos pero con un cantante de transición, el vocalista de Mercurio, José García, excelente contrapunto a la voz de Javier Endara, quien hasta la fecha ha sido su frontman y quien deja el testigo para recalar en nuevos proyectos. Una banda que cuida al detalle sus aspectos promocionales a decir por la sorprendente oferta de merchandising expuesta al fondo de la sala. Los madrileños, liderados por su primer guitarra, Javier Pastor, sonaron muy acoplados y vigorosos con las embestidas vocales de García de quien me sorprendió una impecable versión del See You In Hell de los Grim Reaper y cuyos agudos bien podrían desbancar a los del ya maduro Steve Grimmet. Tiempo para despedirse de los suyos, con Endara subido al escenario, cantando a dúo con su sustituto, quien terminó dando abrazos a todos sus ex-compañeros. Desde aquí le deseamos mucha suerte en sus nuevos proyectos y esperamos verle de nuevo dándolo todo con su imponente vozarrón.

Corto preámbulo para el descanso, tras el que los veteranos PICTURE se subieron al escenario, ante una sala a la que se sumó más público con muchas ganas de escuchar los legendarios temas de Diamond Dreamer y del Eternal Dark, los álbumes más conocidos y apreciados por los fans de los holandeses y los únicos conocidos por quien suscribe, gracias a la curiosa edición española de doble vinilo que adquirí en un mercadillo hace algún tiempo de chiripa y atraída por la memorable calavera de su portada.

Nos fuimos atrás en el tiempo, recuperando sonoridades que harían las delicias de aquellos que nunca tuvimos la oportunidad de ver un directo de los Picture, cambiante formación cuyo liderazgo siempre recayó en su bajista omnipresente, Rinus Vreugdenhill. Allí estaban también Laurens Bakker, miembro fundador a cargo de las baquetas, el cantante de origen británico, Peter Lovell, quien se reincorporó en el 2007 tras una larga ausencia durante ese periodo de disolución y cambio de tercio que sumió en la oscuridad y el olvido a estos clásicos de heavy metal centroeuropeo; y los más recientes fichajes, Mike Ferguson y André Wullens, a las guitarras.

Con Griffons guard the gold del Eternal Dark arrancaron su set, centrado en todos los hits conocidos y en los temas que aseguraban una buena recepción del público. Pese a tener un disco de reciente hornada, el Warhorse del 2012, con reminiscencias de aquel  sonido original que les llevó a ser considerados los “Saxon holandeses”, a penas le dedicaron dos cortes: el potente Battle Plan y el que, tal vez, es uno de sus mejores temas de esta nueva etapa, el Rejected.

La banda era sabedora de que para ganarse al público debía brindarle lo que se esperaba de ésta y que no era otra cosa que un buen repaso de sus cuatro primero álbumes, aquellos que les condujeron a sus mejores momentos en sus 35 años de historia. De su disco homónimo, editado en 1980, nos lanzaron su clásico Bombers al final de la actuación y antes de los bises programados. Pero el peso del repertorio recayó en los míticos Diamond Dreamer (1982) y Eternal Dark (1983), ejecutados con muchas ganas de agradar y con una buena dosis de energía por parte de todo el conjunto: del primero destacamos Message From Hell, la balada You’re touching me y otro memorable corte, el Lady Lightning. Aunque por supuesto, el que se llevó la palma y fue coreado por algunos elementos posicionados en las primeras filas, fue el clásico y homónimo Diamond Dreamer, un temazo con ese regusto de la vieja escuela que aguanta magníficamente bien el paso de los años. Del álbum cuya portada jamás pasa desapercibida, con esa negra calavera de ojo horripilante y cabellera, nos tocaron además del ya citado en el arranque y el homónimo, un Down and Out  enérgico y muy propicio para el lucimiento de sus vocalista, Lovell, quien conecta perfectamente con este álbum ya que fue precisamente el que marcó, junto con el Traitor (1985), su corta trayectoria dentro de PICTURE tras la marcha del anterior cantante, el israelita Avigal. De ese disco, precisamente, fueron los tres bises reservados para el final, donde Pete Lovell, aún con buenas facultades vocales pero con cierto signos de cansancio, se paseó con sus rubios rizos coronados por una gorra militar que me trajo a la memoria, por aquellas raras asociaciones, la última vez que vi a Robin Zander en el Azquena, ataviado con similar complemento en blanco. Con Battle of The Universe, Into de Underworld y Make you Burn, la banda holandesa disparó sus últimos cartuchos, sorprendiendo al respetable con la bajada a pista de Rinus Vreugdenhill.

Pero de todo ese set yo me quedaría con dos incontestables hits que formaron parte del álbum revelación de estos veteranos metaleros, el Heavy Metal Ears (1981), del que cantaron el tema de mismo nombre y un potente Unemployed que jamás había escuchado y que me sorprendieron gratamente.

Tras la actuación, y gracias a la mediación de Nuria Lacueva, de Doctor Metal Productions & Managment, ésta que suscribe pudo pasar un rato en el backstage para intercambiar breves impresiones, sacarse algunas fotos y solicitar las pertinentes firmas del material a los cinco miembros de la banda y, de paso, quejarse por la falta de merchandising, una imperdonable falta de previsión de los responsables, ya que un buen puñado de discos, camisetas y parches nos habrían rascado el bolsillo a algunos cuantos.

Parece ser que PICTURE siguen con ganas de dar caña y es ahora, tras varias décadas de altibajos, que están consiguiendo saborear ciertas mieles actuando en varios festivales y habiendo iniciado una mini gira por Sudamérica donde, tal vez, se les conozca aún menos que en España. La autogestión y autocontrol sobre sus trabajos y decisiones está logrando lo que en el pasado no consiguieron sus antiguos managers.

Por lo que a mi respecta, la noche no quedó ahí. Nada más salir del backstage me dirigí a la no muy alejada Sala Begood donde Mescaleros acababan de terminar su set y comenzaba el de los buenos amigos Dr. Crüe con su animado y divertido tributo a los Motley Crüe. Aunque resulte extraño, en el año 86, cuando imperaba el estilo más glam de los americanos, los Picture editaron un trabajo con algunas reminiscencias que ha pasado sin pena ni gloria pero que no es en absoluto malo. Dadle una oportunidad a ese más hardrockero Every Story Need a Picture.

SetList:

  • 1. Griffons Guard the Gold
  • 2. Message From Hell
  • 3. The Hangman
  • 4. Lady Lightning
  • 5. Eternal Dark
  • 6. You’re touching me
  • 7. You’re all alone
  • 8. Heavy Metal Ears
  • 9. The Blade
  • 10. Down and Out
  • 11. Rejected
  • 12. Diamond Dreamer
  • 13. BAttle Plan
  • 14. Unemployed
  • 15. Bombers
  • 16. BAttle for the Universe
  • 17. Into the Underworld
  • 18. Make you Burn

Texto: Mayca Cruz / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Doctor Metal

Día:15-11-2014

Hora:21:00

Sala:Sala Bóveda

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Wild, Güibols

Puntuación:8