El ímpetu imparable de Joe Satriani no se desvanece
Los conciertos de Joe Satriani son un espectáculo de la naturaleza. De esas cosas que tienes que ver una vez antes de morir, aunque no seas gran devoto de su obra. Al igual que sucede con Steve Vai, Satch ofrece unos conciertos que son puro gozo para cualquier amante de la música. El simple hecho de poder pararte durante dos horas a apreciar cómo alguien es capaz de dominar un instrumento de semejante modo es espectacular e hipnótico. No hace falta que conozcas las canciones. No hace falta que recuerdes de qué color tenía el pelo. No hace falta que sepas nada de él. Simplemente presta atención y disfruta. Lo agradecerás.
Desde que el Teatre Arteria se transformase en el BARTS, parece que el lugar se ha convertido en un recinto clave para este tipo de eventos. Ese tipo de conciertos en lo que quieres sentarte y apreciar el más mínimo detalle de todo lo que sucede en el escenario. Conciertos como Camel tuvieron lugar aquí, y tras el llenazo de la Sala Apolo en la anterior visita del virtuoso de San Francisco, era inevitable que Joe acabase tocando en un teatro de estas características. Su música lo pide. Ya pudimos gozarlo en el Palau de la Música Catalana hace ni más ni menos que seis años (parece que fuese ayer), y si por mí fuese, siempre sería en lugares de este tipo, es lo que pide su música.
Como invitado especial en esta ocasión teníamos a Oli Brown, un joven guitarrista británico que está ganando reconocimiento en los últimos años, contando con prestigiosos honores como dos nominaciones a los British Blues Awards, una gira teloneando a John Mayall y un número uno en Amazon y iTunes en la categoría blues con su single «Here I Am». Acompañado por Raveneye, tan sólo dispuso de poco más de media hora para convencer a los allí presentes, y se encargó de hacerlo a través de un blues rock realmente potente, incluso llegando a presentar toques stoner en ciertos momentos. Excelente voz y solos: Brown es un auténtico portento. No dudéis en echar un vistazo a su material, os puede sorprender gratamente del mismo modo que arrancó aplausos este lunes…
Poco después de las 21:00 daba comienzo la actuación del maestro, con una «Jumpin’ In» que parece ideada expresamente para iniciar un concierto. Un comienzo lleno de entusiasmo, con el público totalmente entregado desde el primer segundo a un Satch que sabe que tiene una fanbase que lo trata como a un absoluto ídolo. Y nada más llegar se sacó de la manga un tema de aquel ya lejano «Engines of Creation» en el que jugó a experimentar con la música electrónica, produciendo un más que interesante resultado… «Devil’s Slide» suena distinta en directo, pero sin perder un ápice de genialidad. Las proyecciones eran, junto a la presencia de Marco Minnemann a la batería, la gran novedad respecto a su última visita, y brillaron en muchas de las canciones. Canalizando psicodelia con este segundo tema a través de ellas se nos metió inevitablemente en el bolsillo justo antes de lanzar el primer gran clásico de la noche, «Flyin’ in a Blue Dream».
Las proyecciones brillaron especialmente, confiriendo una dimensión extra a las canciones tal como se la daría una letra cantada si no fuesen instrumentales. Curiosamente las canciones más beneficiadas por esto fueron las del nuevo álbum: «Lies and Truths», «Shine on American Dreamer» (dedicada a todo el continente y no sólo a su país como muchos pudiéramos pensar) y sobretodo «The Weight of the World» se llevaron la palma en cuanto a ambientación, sin poder decir lo mismo de clásicos como «Ice 9» (¿fotos de carámbanos y cubitos pasando como diapositivas cualquiera, en serio?). Otro aspecto que me llamó la atención fue que las canciones de «Unstoppable Momentum» ganan enteros en directo, algo que me preocupaba dado que Joe es un artista muy dado a centrar enormemente sus conciertos en la presentación de su último trabajo… con «Black Swans & Wormhole Wizards» fue simplemente excelente, dado que es un álbum sobresaliente, pero con un trabajo que me había dejado tibio como este último, uno no sabía qué esperar. Al final convenció.
«The Crush of Love» y «Time Machine» fueron las más gratas sorpresas del repertorio, mientras que clásicos inevitables como «Cryin'» o «Satch Boogie» brillaron como siempre. A destacar la madera de himno en directo que tiene «Three Sheets to the Wind», que se coronó sin esperarlo como uno de los mejores momentos del show. A lo largo de la noche, Marco Minnemann demostró por qué es uno de los baterías más versátiles que exista hoy día, y dio a las canciones un toque personal simplemente genial. Todavía más se lució en su propio solo, dejando boquiabierto a cualquiera que tuviera ojos y oído… durante la interpretación de los temas uno no sabía a quién mirar más, si a Joe o a Marco. Menudos dos genios. El bis, con «Crowd Chant» y «Summer Song», ya se ha convertido en algo inamovible en los repertorios de Satriani, y que así siga porque no existe manera humana de superar esa manera de finalizar un concierto. Simplemente espectacular, como siempre. Joe no envejece, y aquí seguiremos para admirar su impresionante directo cada vez que venga a la Península.
Día:2014-06-14
Hora:20:00
Sala:Teatre Barts
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Raveneye
Puntuación:9
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