Cuando una gira en este país agota las entradas con medio año de antelación, prácticamente, es que se avecina algo muy gordo. Estamos en la época en la que estamos y no es fácil que un grupo, incluso las vacas sagradas, genere ventas suficientes como para recuperar inversiones y ganar dinero.

Cuando una gira en este país agota las entradas con medio año de antelación, prácticamente, es que se avecina algo muy gordo. Estamos en la época en la que estamos y no es fácil que un grupo, incluso las vacas sagradas, genere ventas suficientes como para recuperar inversiones y ganar dinero. Es más, es complicado que uno de esos grupos venga a España y conquiste al público nuevamente. Hay algo común a la mayoría de bandas clásicas, excepto Iron Maiden, AC/DC y Metallica. La mayoría salen al escenario cansadas y con pocas ganas y al final uno se plantea si ha tenido sentido pagar 60 Euros por ver a Judas Priest o similares. Lo que ofrecen en escena es una sombra de lo que llegaron a ofrecer en su dia. La duda era si Scorpions, tras seis años sin venir por la península, serían capaces de poner la piel de gallina con su show. Y a juzgar por lo visto anoche en Madrid, lo consiguieron.

Abrieron la noche los grandes H.E.A.T., que actuaron alrededor de media hora y demostraron que son la banda de hard melódico con mejor proyección de toda Europa. Pese al setlist reducido, donde no faltaron clásicos como «Beg Beg Beg», la banda se metió al público en el bolsillo en cuestión de cinco minutos. No les falló demasiado el sonido, aunque el tiempo en escena fue bastante insuficiente para permitirles explotar todo su potencial. Lo positivo fue que no todo el mundo les conocía (especialmente el sector de cuarenta años en adelante) y ayer salieron del escenario en Madrid con unos cuantos fans adicionales.

SCORPIONS salieron con puntualidad a las 21:00h, sabiendo que lo tenían todo ganado desde el primer acorde. Como decía, pocas bandas generan tal demanda como para agotar entradas en una semana, especialmente hoy en día. Es por ello que el reto ya no era ganarse al público, sino estar a la altura de las expectativas. Y así fue: Klaus Meine tuvo la voz a un nivel muy decente toda la noche, que es lo que más puede preocupar a priori. Por su lado, Rudolf Schenker fue el eterno adolescente de siempre, corriendo escenario arriba y escenario abajo. James Kottak se elevó en los aires con su batería y Matthias Jabs fue quizá el que parecía menos implicado sobre el escenario. No ofrecieron pirotécnia ni el gran montaje de los ochenta, pero ofrecieron canciones que hace mucho que no oíamos y que son un reclamo perfecto para que el público se dedica a gastarse el dinero.

El show comenzó con la nueva «Sting in the Tail» y la añeja «Make it Real» del «Animal Magnetism». Lo cierto es que excepto un par de canciones nuevas más («Raised on Rock» y «The Best is Yet Come») todo el set estuvo basado en sus hits populares. No faltó casi ninguno de los hit-singles habituales: «Is There Anybody There», «The Zoo», la gran «Coast to Coast», otro viaje al pasado de la talla de «Loving You on Sunday Morning»…si de algo se les puede criticar es de obviar por completo sus temas más antiguos, los de primeros de los setenta. De hecho, no sono nada previo a 1979 (aunque a nadie pareció importarle). De discos clásicos como «Love at First Sting» tocaron los tres hit singles esperados («Rock You Like a Hurricane», «Still Loving You» y «Big City nights») pero otros como «Pure Instinct» los obviaron por completo (con lo grande que es «Stone in my Shoe»!). Lo mismo pasó con «Unbreakable», los «Humanity» o el incomprendido (lógicamente, debo añadir) «Eye II Eye». Fueron a lo seguro y durante hora y cuarenta se lo llevaron de calle.

Klaus Meine hizo muy participe al público, especialmente en los grandes hits. Tuvo algun incidente, como cuando se chocó con Mathias Jabs en la pasarela central y se perdió algún verso de «Rock you Like a Hurricane», pero eso fue todo. El tipo mantiene un chorro de voz importante para tener la edad que tiene, la edad a la que la mayoría de sus compatriotas se retiran a Mallorca y Lloret de Mar a verlas venir. Pero ahí estaba el tipo, con su eterna gorra, dándolo todo como un adolescente junto a la maquina escénica que es Rudolf.

El montaje escénico fue, como decimos, algo parco en artificios. Una pantalla de la que hicieron mucho uso y la pasarela central, junto a un par de niveles diferenciados en el escenario que usaban Mathias y Rudolf. Pero no hubo pirotécnia, como se esperaba. Un detalle menor, que veremos si cambia en el show de hoy sábado.

Cabe decir que el bis, con «Still Loving You», «Wind of Change» y «Rock You Like a Hurricane», una detrás de otra, empañó más ojos y agitó más melenas que todos los conciertos que hemos visto en los últimos dos años juntos.

Promotor:Madness Live

Día:2014-03-07

Hora:20:00

Sala:Palacio de Vistalegre

Ciudad:Madrid

Teloneros:H.E.a.T.

Puntuación:9