El efecto llamada nos acerca al universo de Toundra

No hay duda que “IV”, el último trabajo de TOUNDRA, tiene una calidad encomiable. Pero que una banda vaya publicando discos con calidad y originalidad desde sus comienzos, no asegura un éxito en ascenso.

No hay duda que “IV”, el último trabajo de TOUNDRA, tiene una calidad encomiable. Pero que una banda vaya publicando discos con calidad y originalidad desde sus comienzos, no asegura un éxito en ascenso. Detrás hay una gran campaña de publicidad, no nos dejemos engañar, pero también una labor incansable y constante de los protagonistas. El cuarteto madrileño ha ido abriendo sus fronteras con cada paso, y miren por dónde, exceptuando unas fechas de presentación, no ha sido hasta ahora cuando han comenzado a presentar su nueva entrega en el circuito estatal después de pisar los escenarios de algunos países europeos.

El sur ha sido su punto de arranque, y no nos queríamos perder su descarga en Málaga, ya que desde que actuaron en el Canela Party en 2008 – una fiesta de disfraces y bastante bizarra musicalmente que se celebra cada verano – cuando no los conocía mucha gente, han guardado muy buena relación con el público malacitano. Y no es que hicieran mucho tiempo que actuaron por aquí, ya que el pasado verano formaron parte del cartel del 101 Sun Festival; un evento en el que imperaba el hipsterismo exacerbado, dicho sea de paso. Y es que esa es la magia de TOUNDRA. Son capaces de actuar en cualquier tipo de festival, y de conseguir enganchar al público que se encuentre presente. Van creando adictos y adeptos, por lo que no era de extrañar que para esta ocasión, la sala presentara una entrada de casi el doble de asistentes que en su última visita en sala.

Con la partida ganada de antemano, y aunque el sonido no les hiciera total justicia, TOUNDRA se dedicaron a desparramar esos cambios de ritmos cortantes e intensos en conjunción con sus melodías más evasivas, sin demasiados aspavientos. Obviamente, su nuevo trabajo tuvo muchísimo protagonismo, pero aunque empezaran con “Strelka”, no dejaron atrás su anteriores obras encadenando “Ara Caeli” y “Cielo negro” en los primeros compases y levantando en volandas a los presentes, o rescatando “Medusa” de su debut, sin olvidar tampoco la importancia y calidad de “II” (para muchos, su mejor obra) en su carrera con joyas como “Magreb” y “Zanzíbar”.

La comunión con el público fue total casi desde el comienzo, y al mínimo movimiento provocador del siempre enérgico guitarrista Esteban, éste respondía con los brazos en alto y muestras unánimes de ánimos. “Oro Rojo” y “Kitsune” (una de las mejores de la noche) ganaron muchísimos enteros en directo. Y si seguimos nombrando descargas de su última obra, tampoco pasaron desapercibidas “Lluvia” o “Belenos”. Poco importaba el tema a interpretar, ya que fueron cuajando con total naturalidad entre el público que disfrutaba y saboreaba cada nota que escupía el cuarteto.

Tras casi hora y tres cuarto de concierto, con bis incluido, las muestras de satisfacción entre los asistentes era más que palpable. Fue un set muy bien elegido y combinado, y nos sumergieron en un universo que cada vez se encuentra menos lejano por su fácil captación de seguidores. La música instrumental tiene sus pros y sus contras, pero TOUNDRA han sabido reforzar sus bondades para calar bien hondo en los oídos de toda índole.