Edguy es una de esas bandas que parece tener futuro dentro del panorama metálico
actual. Por un lado se vienen reivindicando disco tras disco con grandes trabajos
de estudio frescos y diferentes, y por otro se han reciclado como banda de
directos y han conseguido, gracias a una suma de madurez profesional + respeto
hacia el público, ser una banda divertida, entretenida y de calidad y no un
grupo de borrachos que se limita a salir a dar la cara.

Habiendo oído esto en diferentes crónicas de conciertos de lugares como Madrid
nos dirigimos ayer domingo a presenciar el concierto. El hecho de aburrirme
extremamente en mi casa hizo que, de repente, me viese a las cinco de la tarde
en la puerta de Razzmatazz 2 esperando a que abriesen las puertas a las siete,
como estaba previsto. Mi sorpresa fue el ver que tan sólo había diez o quince
aburridos, que como yo estén dos horas antes del show. Comparado con el concierto
de Warcry en el que, dos horas antes del show, la cola ya salía a la calle
y sumaba más de 300 personas, me esperaba la sala desierta.

Quizá fue el hecho de ser un domingo lo que hizo que la gente empezase a llegar
paulatinamente sobre las ocho o nueve cuando la gente de Sabaton ya estaba
finalizando su breve actuación. Y es que los muchachos salieron a calentar
la pista a eso de las ocho y tras cuatro o cinco temas bajaron del escenario
para dejar paso a la siguiente banda. Poco fue lo que apreciamos de Sabaton
que, con dos discos en el mercado, practica un powermetal algo desgastado que
no innovó ni destacó pero entretuvo.

Así pues, tras un breve flash, musical a cargo de Sabatón la sala se oscureció y
sonaron los clásicos a cargo del radiocasete que dieron paso a Dragonforce.

Poca gente hay que no conozca a Dragonforce hoy en día, su sonido eléctrico
a la vez que veloz ha supuesto una bocanada de aire fresco para el powermetal
actual y, superándose en cada nuevo compacto con sonidos más nuevos y originales
se han convertido en una de las bandas de moda del género y, pese a hacer de
avanzadilla de Edguy en la totalidad de la gira, fueron ellos quienes presidieron
el cartel en Inglaterra con un show de casi dos horas por todo lo alto.

En Barcelona su show fue simple y directo. El grupo tenía poco tiempo así que
intentó contentar a todo el mundo y empezó con el mismo inicio del segundo
LP “Sonic Firestorm” que consiste en: “My Spirit Will Go On” y “Fury Of The
Storm”. Dos temas rápidos y directos que hicieron vibrar al público hasta la
médula y es que la banda sabe lo que hace y lo sabe defender en directo. Mucha
fue la gente que coreó los estribillos de Dragonforce durante la noche de ayer,
la respuesta no se hizo esperar. Su actuación fue realmente digna. Herman Li
se comió vivo a un Sam Totman algo ebrio que, pese a esgrimir la guitarra con
bastante solidez , no pudo igualar el alarde de velocidad del de Hong Kong.

Tras los primeros dos temas del segundo compacto vinieron dos más de su último
trabajo, “Inhuman Rampage”. “Operation Ground And Pound” y “Through The Fire
and Flames” completando la eléctrica velada de los ingleses.  Nos dejaron un
buen sabor de boca al oír como el directo hizo justicia al compacto y no quedó sólo
en un reflejo de los sonidos de estudio.

Así pues, tras mostrar el sonido de su nuevo compacto en directo y completar
la actuación con dos temas más de su segundo disco, Drangonforce no podían
irse sin tocar uno de sus himnos y, si en otros sitios fue “Black Fire”, en
Barcelona le tocó el turno a “Valley Of The Dammned”, el tema que cerró la
breve pero potente actuación. La canción que dio nombre a su primer disco fue
coreada por todo el público que ayudó a ZP en esos agudos que suelen jugar
malas pasadas en directo. La actuación de los ingleses tuvo su correspondiente
respuesta de un público que pagó con la misma moneda.

Y vuelta a esperar. Los de Sammet no se hicieron de rogar y tras alrededor
de media hora salieron a hacer su gran show. Y es que Edguy eclipsaron la noche.
Sonaron geniales, cada uno cumplió su función a la perfección y Tobias Sammet
demostró ser un frontman de nivel tras ganarse al público una y otra vez con
chistes clásicos de rockstar y una complicidad digna de mención.

El espectáculo empezó con “Catch Of The Century”, uno de los temas principales
del nuevo LP: Rocket Ride. La gente parecía haberse oído el nuevo trabajo pues
corearon una y otra vez todos los temas de la noche. Y es que no era para menos.
La actuación de Sammet fue genial. Todo fue un alarde de técnica vocal y agilidad
y buen estado físico. Esgrimió todos los temas a la perfección y cumplió en
todo momento, nada que ver con las actuaciones anteriores en las que realmente
uno se sentía tirando el dinero.

El show fue genial. Tras “Catch Of The Century” sonó “Sacrifice”. El primer
tema de su nuevo compacto “Rocket Ride” y, para muchos de sus fans, el mejor
tema del nuevo trabajo. Aún así “Sacrifice” sonó de enlace para el que sería
uno de los temas de la noche.

“Babylon” del “Theater Of Salvation”  fue vitoreado y aplaudido y no era para
menos. Sonó espectacular, Sammet no falló y la gente se encargó de complementarlo
en todo momento. Y es que el público, animado por el líder del conjunto, fue
cogiendo más i más fuerza y acabó olvidando el hecho de que fuese domingo para
disfrutar por todo lo alto con el conjunto.

Pero tras “Babylon” no hubo descanso y le tocó el turno a uno de los grandes
temas de la nueva era Edguy: “Lavatory Love Machine”. La canción de la azafata
fue quizá la más aclamada. El público coreó al unísono el estribillo todas
las veces que fue necesario. Sammet siguió haciendo de las suyas, saltó abriéndose
de piernas, desmontó el pie del micrófono, bromeó con sus compañeros así como
con el público y demostró que tiene bien merecida su fama de buen frontman.

Pero no le tocaba descansar y tras este tema de su anterior album “Hellfire
Club” sonó la inconfundible “Fucking with Fire” de su nuevo álbum, un tema
que, en sus inicios, había de ser un bonus track para la edición limitada y
ha acabado siendo uno de los temas más escuchados. Así pues, tras una breve
introducción sonó la canción que mejor define a los nuevos Edguy. Un sonido
clásico, hard rockero a la vez que fresco y divertido. El tema, que ha ido
entrando y saliendo del setlist durante la gira, fue otro de los grandes de
la noche y su estribillo espoleó al público a acompañar al conjunto y a disfrutar
de la noche.

“Tears of a Mandrake” fue la siguiente. El primer tema  del album “Mandrake” inició el
que sería un breve viaje al pasado del grupo y es que tras “Tears of a Mandrake” sonó “How
Many Miles” de su “Vain Glory Opera”. Hace ya ocho años de aquel disco y apenas
estuvo presente en el concierto pues, tras este breve flashback, los alemanes
volvieron a demostrar que su cambio de estilo es definitivo y poco queda de
su época powermetalera.

“The Asylum” de “Rocket Ride” fue el siguiente y completó la primera parte
del show pues, tras éste, vino un solo de batería que, pese a ser algo bastante
normal sirvió como precedente de una versión metálica de la marcha imperial
de “Star Wars” que incluyó las voces de Darte Vader y todo.

Este breve toque divertido precedió al gran tema del nuevo disco y el que
da nombre al single. “Superheroes” estuvo genial y sonó algo más rápido que
lo habitual. La gente la coreó y es que pese a tener pocos meses de vida podemos
ya casi asegurar que será unos de esos himnos que las bandas repiten una y
otra vez a lo largo de su historia.

Se acercaba el final del concierto y la balada de corte romántico- melancólico “Save
Me” del último compacto sustituyó a la ya clásica “Land Of The Miracle”, algo
más happy y azucarada. Siguiendo las instrucciones de Tobias la gente sacó sus
mecheros y canto ese “Save Me…” acompañada de la acústica de Jens que, pese
a un par de acoples desafortunados, no sonó mal.

Tobías se animó a intentar tocar la guitarra y empezar el riff mítico de “Smoke
on the Water” que la gente coreó. Tras esto, él mismo comenzó el que sería
el último tema de la noche: “Mysteria”. La primera canción del “Hellfire Club” fue
bastante vitoreada. Tobias necesitaba un descanso así que el tema no acabó de
cuajar como el resto del show. Aún así sirvió como punto y final a la actuación
que nos dejó a todos con ganas de más.

Tras el corte y comenzando la tanda de bises sonó “Vain Glory Opera”. Con
la banda ya recuperada el tema estuvo bien aunque sin destacar. Faltaban temas
importantes que no tuvieron cabida en el show como “The Pharaoh” o “Wings of
a Dream” aún así Edguy, o más bien Tobias Sammet no lo había dicho todo. Donde
en otros lugares sonó “Sign of the Cross” en Barcelona le tocó el turno a “Avantasia”.
El tema con el nombre de la opera metálica del alemán es uno de esos temas
que nunca falla. El estribillo fue cantado y coreado por los fans que, a su
vez, achacaban el cansancio dominical de la misma manera que lo achacaba la
banda.

Sammet se encargó de recordar que aún era día festivo y que no había que pensar
en lo que diría el jefe mañana, que había que pasarlo bien. No fue un mal intento
pero no pareció convencer a nadie así que decidió pasar a la acción y acabar
con “King of Fools” de su “Hellfire Club”, un tema que se ha convertido en
clásico sin que nadie lo esperase.

La gente abandonó la sala y muchos se quedaron a esperar a la banda que no
tardó en salir a firmar y complacer a los fans.

Fue un concierto entretenido, lleno de anécdotas y sorpresas. Desde el comienzo
de “The Trooper” que ha sonado durante toda la gira, las frases de Sammet para
animar el público y ese detalle que supuso el salir un momento de la sala para
hacer una llamada y encontrar a la gente de Dragonforce en un estado casi etílico
mofándose a viva voz de “Tears of a Mandrake” con una versión obscena improvisada.

Texto y Fotos: Miguel Gaggiotti

Datos:Razzmatazz 2
Barcelona
Público: 1000 personas
Promotor: Rock N' Rock

Día:12/02/2006

Puntuación:9