Eclipse deslumbran en Barcelona ante ochenta personas

Desde que las cosas están como están, ha disminuido drásticamente el número de conciertos agobiantes en grandes recintos con grandes nombres, pero ha aumentado sustancialmente la oferta de bandas que realizan shows pequeños en clubs dentro de extensas giras por España. Seguramente la única manera que tienen de que las giras cobren sentido económico y logístico en nuestro país, ante la saturación de oferta en las capitales y la escasez de público fuera de estas. Giras como las de Casablanca, The Steepwater Band, The Brew y muchas otras bandas se recorren España de punta a punta durante diez días llegando a esos lugares donde los grandes no llegan habitualmente, y donde la gente está ansiosa de algo de ocio.

No deja de ser triste, no obstante, que bandas como los grandes Eclipse tengan que enfrentarse a una audiencia de apenas ochenta personas. Es obvio que no son nadie en España, que son del gusto de ese pequeño reducto de fieles que siguen todo lo que se edita dentro del mundo del hard rock melódico, pero aún así… que semejantes temazos acaben tan solo en oídos de menos de un centenar de personas es criminal.

La banda salió a escena poco después de las 21:30. Desde un primer momento, Erik Martensson se adueñó del escenario como si no hubiese un mañana. El vocalista dio toda una lección de lo que es convertir un lunes por la noche en un sábado por la noche. Se vació a conciencia desde las primeras estrofas de “Wylde One” y encauzó el concierto a base de bien. En cuestión de cinco minutos tenía a todos los asistentes comiendo de la palma de su mano indefectiblemente.

El sonido tuvo un pero y es que fue demasiado alto durante toda la noche. Al no haber suficientes cuerpos en la sala para absorber los decibelios efectivamente, el concierto pecó de demasiado agresivo en lo acústico. Cuando se trata de piezas melódicas, un poco menos de volumen siempre se agradece para captar mejor los matices, sin duda.

La banda desempolvó “Ain’t Dead Yet”, “Wake Me Up”, la gran “Battlegrounds” o la emotiva “A Bitter Taste”. Pese a que acaban de re-editar su clásico de 2008 “Are You Ready To Rock”, seguían presentando el último trabajo “Bleed & Scream”, del cuál sonó el tema título entre otros.

Se pasaron hora y media sobre el escenario y a todos nos supo a poco, viendo el nivel de energía exhibido. Cuando acabaron el concierto con “Breaking my Heart Again” a todos nos quedó la sensación de haber visto un concierto de los que se sigue hablando pasados los meses y los años. Lastima que tan solo seamos unos pocos los que podamos decir eso.