DROPKICK MURPHYS
Siendo sincero reconozco que conocía muy poco de esta banda más allá del “Im Shipping Out to Boston”, pero a la que uno se va metiendo en su particular mundo de taberna irlandesa mezclada con punk feroz da un resultado sumamente peculiar y adictivo. Es como un bastardo salido de un cruce imposible entre los The Pogues, los Dublinés, Skyclad y The Clash. Los momentos más melódicos y modernos les acercan un poco a Green Day, pero toda esa mezcla hace de ellos que posean lo más buscado hoy en día: identidad propia. Lo más espectacular de esta banda es que no utilizan ningún sampler y cuentan con hasta ocho personas tocando. Alucinante.
Gaitas, flautas, banjos… todo se une para darle un color verde a todo y hacer que esta banda de Boston brille en lo más alto. La sala estaba casi abarrotada, y no es para menos, los Murphys son una banda que presenta una propuesta de lo más atractiva. Presentaban su nuevo disco y temas como “High Em High”, “Cruel” o “Sunday Hardcore Matinee” demostraron estar a la altura de los grandes clásicos del grupo. A la calidad de las composiciones y a su espectacular ejecución hay que sumarle que todo el grupo es capaz de cantar hecho que les da un colorido especial y que los temas sean diferentes y muy originales entre si. Desde la inicial “The Fighting 69” no hubo tregua y las primeras filas eran una trituradora desbocada.
Hubo momentos alucinantes como “Fields of Athens” o “The Hardest Mile”, con la gente coreando a pleno pulmón. Volaron algunos vasos hasta el escenario, algo que ya es algo habitual en todos los conciertos punk en la Razz. Las entradas de Scruffy con su gaita y vestido con falda a lo alto de la plataforma eran impactantes, pero más lo era la combinación de voces entre Al Barr y la rubia vocalista teclista. En “The Dirty Glass” nos hicieron tocar el cielo. Grandioso tema, un single perfecto. Demostrando su predilección por las raíces originarias irlandesas atacaron un “The Irish Rover” a velocidad de vértigo. La gente enloqueció especialmente en “The State of Massachussets” y “Workers Song”, algunas de las imprescindibles.
La genial “Captain Kellys Kitchen” dio paso a su himno por antonomasia: “Im Shipping Out to Boston”, y con ella todo se vino a bajo. La sacudida se notó hasta las últimas filas. Llevaban ya más de hora y media de directo y quedaban los bises por caer: La entrega del combo era ejemplar. La despedida la pusieron las clásicas “Kiss Me, Im Shitfaced” y la genial y primeriza “Skinhead on the MBTA” que quedaría fundida con la versión del “TNT” de los australianos AC/DC. Grandísima noche. Dropkick Murphys demuestran que su particular modo de ver el punk apoyándose en las raíces de la isla esmeralda son absolutamente un nuevo soplo de aire fresco. Hay que tener muy en serio a este grupo pues pueden ser perfectamente los nuevos sucesores de The Offspring y Green Day. Calidad y atractivo no les faltan.
Texto: Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Last Tour International
Asistentes:1000
Día:28/04/2011
Sala:Razzmatazz 1
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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