DREAM THEATER – OPETH
La idea de montar un festival itinerante bajo el nombre de Progressive Nation tiene grandes ventajas pero también grandes inconvenientes. Siempre es una maravilla ver que Dream Theater son capaces de poder tocar en recintos de 5000 personas y de que les acompañen bandas como Big Elf o Opeth; pero si a cambio de realizar un festival de estas características hay que recortar el set de Dream Theater, las críticas, lógicamente aparecerán. Otro punto discutible es el precio de las entradas y de los dichosos gastos de distribución. El caso es que hubo una entrada menor a la de su anterior venida, y parece que en un tiempo no muy lejano la gente no se podrá permitir asistir a todos los conciertos que desee. Si no bajan los precios y sigue creciendo la oferta de conciertos posiblemente los pinchazos en cuanto a público van a ser algo muy habitual. Dejando estos temas aparte podemos felicitarnos de asistir a una gran noche de metal progresivo que tuvo como primeros protagonistas a Unexpect y a Bigelf. No disfrutaron de una gran entrada pero convencieron a muchos de los asistentes, especialmente los segundos.
OPETH – UNA HORA SUBLIME – 9/10
Los Theater siempre tienen sumo gusto a la hora de elegir a sus teloneros y posiblemente esta elección ha sido una de las más logradas que hayan podido tener. Es todo un peligro llevar a Opeth abriendo el show, pues son capaces de robarte el protagonismo. Pero Dream Theater son mucho Dream Theater y, a pesar que Opeth brillaron con luz propia, los americanos tienen un plus visual y de sonido un par de peldaños más arriba.
Los americanos son nobles y justos y permitieron a Opeth gozar de un sonido casi impecable. No podemos decir lo mismo del aspecto visual pues su puesta en escena era minimalista a más no poder y de espacio muy reducido. Pero aprovecharon su hora a la perfección trasladándonos a su particular mundo atmosférico y denso en el que se desenvuelven como nadie. Fueron muchos los que les desconocían y quedaron prendados por el buen hacer de los suecos.
Abrieron con esa maravilla acústica titulada “Windowpane” con la que conectaron rápido con la gente. Akerfeldt hizo gala de un dominio de los registros sublime y también de un buen humor encomiable. Hubo momentos en que rozarían la perfección y hasta me llegaron a recordar esa banda que nos cautivó hace unos años en el Apolo barcelonés, que estaba lleno hasta la bandera.
Frederik Akesson está plenamente metido en la banda y suenan a gloria. Seguirían con “Heir Apparent” y desarrollando sus peculiares atmósferas opresivas. Cabe destacar la labor enorme de Martin Axenrot tras los parches, especialmente en el final progresivo-hipnótico de “Lotus Eater”, ambas de su último “Watershed”. Colosal sería la interpretación de “Deliverance”, tema fundamental del que pudimos apreciar, gracias al gran sonido, todos los matices musicales y complejos.
Finalizarían con “Hex Omega”, otro corte del imprescindible “Watershed”. Quizá podríamos encontrarle algún pero al set list o quejarnos de que una hora es poco para una banda como Opeth, pero lo que ofrecieron fue absolutamente sublime. Alguna vez los he visto en festivales y no han llegado al nivel ofrecido esta vez. Sin quitarle méritos a lo que ofrecerían los Theater después… posiblemente me quedo con Opeth, esa anoche sí.
DREAM THEATER – NOS TIENEN MAL ACOSTUMBRADOS… – 8.5/10
Siempre que han tocado en Barcelona han conseguido shows realmente especiales. Ese concierto de 3 horas y media en el que tocaron todo el “Master of Pupppets” o su anterior gira en la que consiguieron que tocáramos el cielo, son grandes muestras del potencial del grupo, pero… quizá esta vez haya sido lo más flojo que hayan llegado a ofrecernos en la Ciudad Condal. Y cuidado, en ningún momento podemos hablar de mal concierto, simplemente que estamos acostumbrados a shows de 9 ó 10 de nota, y esta vez hablaríamos de un 8 y pico.
Hora y tres cuartos de concierto está bien para muchas bandas, pero no para Dream Theater. Creo que todo el mundo opinará lo mismo en este punto. Otra de las críticas a remarcar es el hecho de ver en sus set lists temas del excepcional “Awake” y ver como no cae ninguna referencia a ese disco. En fin, pero de lo que no nos podemos quejar es de que sean capaces, y valientes, de cambiar el set list cada noche. ¿Cuántas bandas son capaces de hacerlo hoy en día?
Habitualmente los conciertos de los genios progresivos quedan marcados por el estado vocal de Labrie, quizá “el más humano” de todos; pero para alegría de todos estuvo en un nivel inmejorable. Abrieron con dos cortes de su último trabajo demostrando que poseen una calidad espectacular y que no desentonan entre tanta joya. “A Nightmare to Remember” y “A Rite of Passage” fueron las elegidas y pudimos apreciar el cada vez mayor peso que tiene Portnoy en la banda. Ahora ya canta (y muy bien) estrofas de los temas.
Escénicamente no llegan al impacto visual de su anterior gira, pero están rodeados por tres pantallas, Portnoy lleva una batería que ocupa casi la mitad del escenario y un Rudess que cuenta con varios teclados y su característico gorro de brujo. A pesar de que el sonido era excepcional, e incluso algo mejor que en Opeth, en los dos primeros temas apenas pudimos escuchar a Myung. Uno de los grandes momentos de la velada sería la recuperación del baladón “Hollow Years”, una maravilla que sencillamente bordaron.
“Prophets of War” sería un excepcional acierto, un gran tema, absolutamente influenciado por Muse pero inspirado y contundente. En las pantallas recuperaron las imágenes de las hormigas transportando misiles. Mención especial merece la labor de Petrucci en todos y cada uno de los solos. “Sacrified Sons” sería la concesión al irregular “Octavarium”, excelentemente interpretado pero dejando patente que esta noche se inclinaban por vertebrar un set list excesivamente actual. Acompañaron la música de escenas de los atentados del 11-S incluyendo fotos de todas las víctimas y haciendo un bello homenaje a los caídos ese fatídico día.
Afortunadamente atacarían luego con la colosal “Dance of Eternity”, corte instrumental y espectacular del “Scenes From a Memory” que incluye ese pasaje que es un charlestón. Fue una lástima que no incluyeran nada más de ese disco ni del “Images and Words”, posiblemente, junto al “Awake”, sus más grandes trabajos. Otro de los grandes aciertos sería recuperar “In the Name of God”, uno de los cortes más brillantes de su “Train of Thought”, un disco algo infravalorado por muchos de sus fans.
En ese momento habían conseguido una gran comunión con la audiencia, aunque cabe destacar que ésta estuvo algo tímida y excesivamente respetuosa. Quizá faltó algo más de sangre más allá de las primeras filas. Una de las imágenes fue un tipo descamisado que no paró de correr y animar a la concurrencia a pecho descubierto.
El bis fue un único tema, pero que tema: “The Count of Tuscany”, extensa y sublime composición con vistas a quedarse como uno de sus próximos clásicos. Acompañaron a la música de bellas imágenes y consiguieron bordar un final exquisito. Lástima que supiera a tan poco. Nos tienen tan bien acostumbrados que hora y cuarenta minutos sabe a muy poco.
Personalmente me quedaría con el set list de Madrid, mucho más equilibrado, pero, como siempre, poco hay que achacarle a la banda. Vimos a un Petrucci en una forma perfecta, aunque sí que da la impresión de que cada vez tiran más hacia los desarrollos instrumentales permitiéndole a su cantante descansar la voz. El montaje visual está muy bien, pero lejos queda de su anterior gira. No fue un show deslumbrante, pero sí que estuvo a la altura de lo que podemos esperar de una de las bandas más importantes de los últimos 20 años.
Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Rock N Rock
Asistentes:3500
Día:24/10/2009
Hora:19:00
Sala:Pavelló Olímpic Badalona
Ciudad:Badalona
Teloneros:UNEXPECT - BIGELF
Puntuación:8
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