DOWN
Cuando entré a la sala Apolo el pasado 24 de abril me encontré con dos cosas que me llamaron la atención. La primera de todas es que se estaba proyectando un documental en un pantalla de video colocada ante el escenario, casi a modo de telón, en lugar de ver al típico combo de teloneros que animan la velada y calientan el ambiente. La segunda fue que la sala estaba abarrotada, algo que en ésta difícil temporada de conciertos de la primera mitad del 2008 está siendo casi una rareza. Pero la ocasión bien lo merecía. Ver en directo a DOWN, o lo que es lo mismo, el 50% de PANTERA junto al máximo responsable de CORROSION OF CONFORMITY, el cabeza visible de CROWBAR y un gran batería como Jimmy Bower de EYEHATEGOD, es una oportunidad que no se puede desperdiciar. Formados en 1991 y siempre a la sombra de sus respectivas bandas principales, DOWN se han convertido ahora en una prioridad para todos sus miembros y he aquí el motivo de que finalmente se hayan lanzado a la carretera en medida suficiente como para terminar recalando en nuestro país.
Dicen los rumores que a pocos días del concierto, éste tenía toda la pinta de ser un descalabro económico. Por algún motivo, Barcelona se ha convertido en una ciudad que compra las entradas tarde, en los ultimos días o directamente en taquilla, especialmente cuando se trata de shows de metal. No obstante, el promotor debió llevarse una agradable sorpresa cuando las cosas se animaron tanto que, aunque no se colgó el cartel de “no hay entradas”, debio faltar más bien poco, como mucho cien personas.
Tras ver un ameno documental durante una hora en el que se intercalaban imágenes de DOWN con clips de las bandas que más han significado en su sonido, el griterío del público dio a entender que la banda estaba a pocos segundos de pisar el escenario. La pantalla desapareció y un fondo de escenario con el logo de la banda pasó a presidir el evento. Anselmo, Brown, Windstein, Keenan y Brower salieron a escena y ejecutaron sin pestañear “The Path”. Si bien la banda no pestañeó, si que lo hizo el micro de Phil Anselmo – figuradamente, claro. Anselmo paró abruptamente el concierto recién nacido y pidió un nuevo micro. Asunto resuelto. La banda volvió a comenzar la canción y Phil ya se relajó. No quiero ni imaginar lo que habría pasado en una situación similar cuando PANTERA tocaron en la sala Zeleste en mayo o junio del 2000 presentando “Reinventing The Steel”. Probablemente una hecatombe de la dimensión, magnitud y aproximadamente con el mismo numero de víctimas mortales que la bomba atómica. Quizá incluso peor. Pero el tiempo cambia a todo el mundo y ni siquiera Anselmo parecía el mismo sobre el escenario de la sala Apolo. Delgado, con aspecto muy cuidado si comparamos con hace unos años, y con un pelo esplendido – por no hablar de una voz jodidamente atronadora- el bueno de Anselmo se lanzó a conquistar a unos fans que, por otra parte, no necesitaban la conquista. Las primeras filas estaban en absoluta ebullición y los primeros temas que la banda ejecutó tampoco ayudaron a enfriar al respetable: “Lysergik funeral Procession”, “Hail the Leaf”, “Lifer” y la magistral “3 Suns And One Star” pusieron a todo el mundo en estado de alerta felina, mirando al escenario petrificados ante el torrente de decibelios que emanaba de la PA, esperando a la mínima consigna para saltar como condenados.
La gira había sido publicitada con el lema “An Evening With Down”, algo que siempre suele ser truculento. Una tarde con Dream Theater tiene cierta lógica, pues sabes que el show no va a bajar de las tres horas. Sin embargo, acostumbrado a shows fugaces de hora y cuarto por parte de la mayoría de grupos de hoy en dia, tenía mis dudas de que Down cumplieran la promesa. Pero en efecto, aquello fue una tarde con Down. Por momentos, el Apolo parecía un bar de New Orleans por el que se había dejado caer la banda. El buen humor sobre el escenario contribuyó a esa sensación. Se pudo ver incluso como piezas de lenceria terminaban adornando el cuello, micro o guitarras de los músicos, para alucine de aquellos que pensamos que Keenan o Windstein son tipos muy poco sexys. Pero quizá la maestría con la que éstos dos enlazaban sus guitarras durante el show contribuyó a que alguna fémina perdiera el oremus temporalmente y se deshiciera de sus braguitas más preciadas. Sea como fuere, el ambiente era bueno. La banda estaba entregada y dándolo todo, mientras que el tono del show fue abierto y hubo diálogo con el público por parte de un Anselmo que, en serio, parecía otro.
Sonaron muchas canciones, ya que la banda tocó más de dos horas, algo que dado el precio de la entrada parecía muy justo. “Pillars Of Eternity” y “Swan Song” fueron contundentes, pero no tanto como “On March The Saints”, una de las interpretaciones estrella de la noche. El sonido acompañó en todo momento y pudimos disfrutar de canciones de la talla de “Ghosts Along The Mississipi”, “NOD” o “In the Thrall Of It All” con fidelidad sónica inusual para una sala de conciertos y para un show tan repleto de decibelios como el que estábamos viendo. Los mejores momentos aún estaban por llegar y, ciertamente, “Temptation’s Wings”, “Stone The Crow” y la final “Bury Me In Smoke” formaron parte de tan digna calificación.
Anselmo demostró que vocalmente está inagotable hoy en dia. Cantó como quiso, forzó sus cuerdas al máximo como le apeteció y en ningún momento dejó de ser un frontman energético y firme sobre el escenario. Por su parte, Rex Brown pasó muy desapercibido ante el huracán Phil, algo obvio dado su obligatorio segundo plano sobre el escenario. Brown simplemente se limitó a ponerse al lado de Windstein y dar una buena base de bajo a los temas de la banda. No es que necesitaramos nada más de él tampoco. Su mera presencia sobre el escenario junto a Anselmo era más que suficiente para los cientos de fans de cierta banda anterior que había poblando la sala.
No diría que me lo pasé bien si no hubiera sido el caso. En éste caso, DOWN me entretuvieron mucho durante casi dos horas y media con única y exclusivamente su música. Pocas bandas siguen siendo capaces de eso hoy en dia y ciertamente, DOWN deben ser respetadas como una de las pocas que aún son lo suficientemente buenas como para hacerte olvidar tu dia y que te dejes llevar por su densidad musical. Y eso es lo que separa a una mala banda de metal de las buenas. DOWN tienen cuerda para rato.
Texto y Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Encore
Asistentes:900
Día:24/04/2008
Sala:Apolo
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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