Dokken destruyen su legado en Barcelona
Supongo que el hecho de ser una noche festiva de sábado donde la gente llevaba unos zumitos de más mermó la capacidad crítica de los asistentes. En condiciones normales se deberían haber llevado una sonora pitada, por lo menos Don. El resto poca culpa tienen y ya hacen más de la cuenta cargándose la actuación a sus espaldas y afrontando el bochorno de estar con ese señor sobre el escenario.
Era la noche de Halloween y Don Dokken decidió venir disfrazado precisamente de Don Dokken, que es el peor disfraz que una estrella del rock venida a menos puede elegir ponerse si lo que quiere es conservar su status. Y es que ni siquiera dio el pego, que es lo mínimo que se le puede pedir a un señor/banda de tal envergadura que tras casi 40 años de carrera decide seguir activo en la carretera y editando discos. De acuerdo, DOKKEN nunca han tenido el ritmo y la continuidad -por lo menos en materia de directos- que bandas coetáneas como MOTLEY CRUE, WASP o ACCEPT han tenido a lo largo de sus carreras, pero eso no es óbice para que te presentes en una ciudad para actuar cual turista entradito en años se mueve por Lloret de Mar a las tantas de la madrugada. Don Dokken apareció borracho, afónico, zombie perdido (no, no era un disfraz) y desplegando una sosez/chulería artificial muy mal llevada que le hacía perder los papeles continuamente. Para la posteridad quedarán momentos de una épica incalculable tales como el relleno de cubata continuo, el agacharse a atarse los cordones de los zapatos, la caída del micro en un par de ocasiones y ese momento álgido y espectacular en el que decidió cambiarse de camisa en el tercer o cuarto tema y ponerse un pijama. Por fortuna para él, Dokken sabe rodearse de una banda bastante competente que marca el contrapunto ante el despropósito que supone sacar a este señor a un escenario. Los más viejos del lugar hablan maravillas de su actuación en 1986 por la Península como teloneros de ACCEPT, sin embargo a los que todavía nos faltaban unos pocos añitos para poder estar ahí nos toca tomar como referente sus otras únicas actuaciones por estas tierras. Una de ellas hace doce años en la sala Bikini y no hace mucho junto a KINGDOM COME en este mismo Razzmatazz II. Y de ninguna de las dos se guarda buen recuerdo. Servidor fue a la primera de ellas y hasta donde logro recordar salí de la sala con una sensación muy parecida a la de la otra noche.
La velada empezó de la mano de unos teloneros llamados VANADINE que pasaron con más pena que gloria por el escenario. Eran una banda desconocida, con ningún vínculo ni musical ni estilístico con DOKKEN y en mi opinión carentes todavía del nivel necesario para poderse colar en una gira así. Aunque ciertamente, visto lo visto, fueron de lejos bastante más profesionales sobre las tablas que los propios DOKKEN. Lo suyo era un hard rock clásico con cierto sabor incluso noventero reforzado por las pintas desenfadas que se gastaban. A mi me recordaron a todas aquellas bandas de principios/mediados de los 90 que mantuvieron el Hard Rock vivo en tiempos difíciles como GUN, LITTLE ANGELS, SKIN, WARRIOR SOUL o incluso los UGY KID JOE, con ese deje rockero / festivo y alejados de la pomposidad de sus hermanos mayores de la década anterior. Tras ellos y un cambio de set, daba pie el desfile de disfraces de la mano de Donald Maynard Dokken.
La actuación de DOKKEN ya arrancó con mal pie desde el primer instante. Fue disparar la intro y en el momento álgido/clímax en el que por la megafonía te atruenan con lo de “Con todos ustedes, señoras y señores, DOKKEEEEENNNN” ya vimos que algo no iba bien y que el guitarra John Levin hacía gestos de que no arrancase la banda que algo pasaba con su amplificador de guitarra. Bien, debe ser que el equipo técnico de la banda llevaba la misma turca que Don porque si no nadie se explica que se tirasen 15 minutos de reloj para solventar el problema. Diantres, que era un Marshall, no la Enterprise de Star Trek. Tras unos chistes típicamente yankees del señor Mick Brown, único vestigio junto a Don de los DOKKEN dorados de los 80, por fin arranca el set y Dokken aparece en el escenario cubata en mano y medio tambaleándose. De hecho, al tercer jueguecito de micro chulesco éste se va al suelo y los más avispados ya empezarían a vaticinar que la velada iba a ser, cuanto menos, divertida. La banda arrancaría con una entretenida “Empire” de su reciente “Broken Bones”, un tema bastante digno marca de la casa donde ya pudimos comprobar el gran rol que juega su nuevo bajista Chris McCarvill quién, a parte de tocar el bajo de forma fenomenal, posee todo el talento vocal que Don Dokken echa en falta desde hace 30 años y por supuesto se hace cargo de todas las partes agudas tal y como son, en vez de una octava o más por debajo, un rol asignado a Don quién incluso así se las veía canutas ya no para cantar sino para hablar entre tema y tema. De esas labores se encargó el fiestero Wild Mick Brown, quien también cubata en mano se lo pasaba en grande soltando tacos y tópicos sobre nuestra lengua (confundiendo jerga mexicana con castellano, ale ahí). Las carencias de Don se hicieron más que notorias cuando tocaba dar cera a ritmo de viejos clásicos del grupo como “Into the Fire” o sobretodo “Dream Warriors”, canciones que estoy seguro Don maldice haber compuesto con esas líneas vocales inalcanzables para él a día de hoy. Su set alternó algún tema nuevo más con esos clásicos de toda la vida como “Breaking the Chains” -con Don armado con su guitarra- , “Kiss of Death”, “Alone Again”, “It’s not Love” o «Too High to Fly» donde intercaló Jon Levin su largo solo (Don se marcó el suyo pirándose a echar un pitillo y rellenar el cubata). La actuación del grupo prosiguió dejando claro que la banda es muy competente, pero que Don a día de hoy no sirve ni para hacer de roadie a una banda de tributo a DOKKEN.
A estas alturas de la película había quedado patente que este señor ya no está preparado para subirse a un escenario. Nadie discute que se pueda meter todas las copas que quiera, muchos lo hacen y no sucede nada. Su problema no es el alcohol sino su voz que no da para más. Quizá ambos factores van de la mano o quizá no, vaya usted a saber. Don no puede cantar a día de hoy y eso es una realidad. Es que incluso las partes de rango medio teóricamente más asequibles se convertían en un festival de gallos llegando hasta el punto de hacer indistinguibles algunos estribillos dado que el señor Dokken debía inventarse las líneas vocales para lograr cantar en el tono más bajo posible y que estas líneas casaran armónicamente con los tonos más altos que su bajista sí ejecutaba a la perfección. El set de los norteamericanos fue llegando a su final con más hits como “In My Dreams” o la cañera “Toth and Nail”. Estas dieron paso a los bises de la noche de la mano de “When Heaven Comes Down” y “Paris is Burning” de nuevo con Don haciéndose cargo de las 6 cuerdas. Por algún extraño motivo la banda se despidió entre aplausos… Supongo que el hecho de ser una noche festiva de sábado donde la gente llevaba unos zumitos de más mermó la capacidad crítica de los asistentes. En condiciones normales se deberían haber llevado una sonora pitada, por lo menos Don. El resto poca culpa tienen y ya hacen más de la cuenta cargándose la actuación a sus espaldas y afrontando el bochorno de estar con ese señor sobre el escenario.
Todo el mundo echó en falta a George Lynch y Jeff Pilson y a ojos de muchos son ellos los responsables, sobretodo el primero, de que no haya una reunión de los DOKKEN clásicos. Yo, sin embargo -y pese a que ellos no lo admitan- me atrevo a suponer que si esta reunión no llega a buen puerto es porque nadie quiere pasar por el mal trago de tener que subirse al escenario con alguien tan poco capaz y venido a menos como el señor Dokken. George y Jeff siempre me parecieron los tipos serios del grupo mientras que Don y Mick eran los fiesteros y desfasados. Yo y muchos prometimos no volver a ver a DOKKEN nunca más, con dos ya he tenido suficiente y está claro que el daño causado en Don Dokken por los motivos que sea es irreparable cuando hablamos de alguien que ha sobrepasado los 60 años de edad.
Promotor:Rock N Rock
Día:2015-10-31
Hora:21:00
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Vanadine
Puntuación:4
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