Otro día más, otro evento más. Si empezábamos la semana con RAMMSTEIN y su nuevo dvd, qué mejor manera de acabarla que con otra banda, que de una manera o de otra, tiene bastante que ver con los industriales alemanes. La noche del Jueves que nos ocupa, nos desplazamos hasta el madrileño barrio de Embajadores para ver por segunda vez en nuestra cuenta particular, a los suecos DEATHSTARS. Desde un primer momento, muchos se planteaban el verdadero alcance de una gira lideraba por una banda con tan sólo dos discos en el mercado, que para nada ha golpeado llamativamente las listas de éxitos de los principales países europeos y que además, contaba con unas bandas de soporte bastante corrientes. Si a esto, le sumamos que los cabezas de cartel han sido recientemente incluidos en un paquete más potente, como es el de CRADLE OF FILTH, los augurios de éxito no eran muy alentadores. Este último hecho llevó a cancelar diversas fechas en países como Holanda o Francia, con lo cual, tiene mérito que pese a todo, los promotores decidiesen llevar a cabo la celebración del concierto. Con esto y con todo, la sala albergó a menos de la mitad de su capacidad. Esperemos que pese a tantas adversidades, se llegase a la cifra de público suficiente para que al menos se puedan sufragar los gastos derivados de este tour.

 

En cualquier caso, nos plantamos en la sala a eso de las ocho y media de la tarde, cuando previsiblemente darían comienzo las actuaciones. Poco ambiente en los aledaños y mucho modelito de pasarela gótica. Huyendo de opiniones personales, creo que un traje de conejita de play boy, versión gótica, no es lo más apropiado para andar paseándose con tales temperaturas, aún más bajas de lo normal si se le añade el porcentaje de humedad. Claro que la actitud de paseo y posturas, tampoco es algo que me parezca normal cuando vas a ver un concierto. Pero esto son otros temas.

 

La primera banda en saltar al escenario fue la de los madrileños CIRCUS. Mucho había oído hablar de ellos, comparándoles con los sempiternos HÉROES DEL SILENCIO. Desde luego puede vislumbrarse el porqué de la comparación; luego el resultado ya es otra cosa. Si nos cernimos a lo que fue su actuación, sí podemos decir que la banda gozó de un sonido aceptable y unas condiciones buenas para llevar a cabo un concierto – apagón circunstancial en el segundo tema incluido-. En su proyecto raíz, CONTRADICTION, o lo que es lo mismo, la esencia de CIRCUS, pudieron compartir escenario con bandas como CHRISTIAN DEATH o CLAN OF XYMOX. Esta experiencia adquirida les sirvió para lidiar con una gélida audiencia, que en ningún momento se vio enganchada con la banda. Ante tal panorama, la banda se dedicó a presentar los nuevos temas de “Laberinto”, su disco recientemente editado. Temas como el que da nombre al disco el que cerró la actuación, “Incansable”, fueron de lo más sugerente, para una banda que quizá deba orientar sus propuestas hacia un estilo más concreto.

 

Cuando todavía estábamos entrando en calor, el guión marcaba que los suizos STONEMAN serían los siguientes en salir a la palestra. Con un único disco en su haber, este quinteto se enfrentaba a la difícil situación de tocar frente a un público que casi en su totalidad, desconocía sus temas. Algún día hay que darse a conocer, pero no se si aquel fue el más indicado para STONEMAN. Una intro simplista daba paso a lo que a la postre, serían ocho temas un tanto insulsos de su disco “Sex.drugs.murder”. La banda se define como “Industrial Goth Rock”, pero aquello era un conglomerado de estilos, que igual sonaba por momentos a MARILYN MANSON que a MACHINE HEAD. “Entre dos tierras” que dirían algunos. Temas como “Schlaf mein Kind”, “I Am Taking Your Life” o “Good Bye And Fuck You” sonaron muy desiguales, con un sonido poco nítido y un vocalista que debe corregir esa manera de modular su voz. “In My Arms” y “Devil In A Gucci Dress” servirían de antesala para la mejor parte del concierto. A una versión tuvieron que recurrir para caldear un poco el ambiente. El clásico “Cocaine” fue esta vez el elegido y con él muchos fuimos los que despertamos de nuestro letargo para empezar a mover tímidamente los pies. El vocalista de la banda hizo siempre un esfuerzo sobredimensionado para pronunciar algunas palabras en español, lo que le llevó a presentar los últimos temas como “dos cantes” de STONEMAN. Y bueno, no se si estos merecen esa categoría, pero el resto probablemente rozó esos niveles. Cerca ya de las diez y media de la noche, comenzaron los acordes del tema de despedida de los suizos: “Stoneman”. Éste tema concentró todos aquellos ingredientes de los que adoleció el resto del concierto. Sin mucho más que decir, la banda abandonó el escenario a sabiendas de que lo que el público realmente esperaba era lo que llegaba a continuación.

 

Gran parte de la muchedumbre que hasta el momento no había prestado mucha atención a las actuaciones, se dispuso a colocarse en las primeras filas; y eso era señal inequívoca de que DEATHSTARS serían los siguientes en subir al escenario. Desde que presentaron su primer disco “Synthetic Generation”, la banda se ha mantenido ciertamente activa, haciendo apariciones estelares como la de Tuska, en tierras finlandesas. Si ya a última hora, se colaron hace un par de años en el cartel de la gira de PARADISE LOST, esta vez la banda se presentaba como cabeza de cartel, en el “48 Carat Darkness European tour”.Los que ya les pudimos ver en ocasiones anteriores, sabíamos a los que nos ateníamos. La propuesta musical es bastante pobre, pero tiene algo que hace que mucha gente se haya fijado en ellos; y es que una opción tan visual y directa no pasa fácilmente desapercibida. Los temas son prácticamente iguales, los riffs de guitarras previsibles, la mayor parte de la música está grabada…pero aún así la banda engancha y así fue como congregaron a un número importante de personas, dada la propuesta de la que se trataba.

 

Marcaba el reloj las once de la noche cuando el señor Whiplasher y los suyos daban el pistoletazo de salida a su actuación con “Last Ammunition”. El inicio del tema, ya de por sí insinuante, sirvió para comprobar lo que nos esperaría durante todo el concierto: una sucesión de gestos, provocaciones, discursos sugerentes y sobre todo, mucha actitud de rock star. Ni que decir tiene que los arreglos, tanto orquestales como de teclados, estaban en su totalidad enlatados, pero sí es justo decir que gozaron de un sonido nítido en todo momento, reproduciendo fielmente cada uno de los temas interpretados. Había que meterse en harina rápidamente y para ello tiraron de uno de los mejores temas de su primer disco, “New Dead Nation”. Éramos muchos los que nos decantábamos por la repetición del número erótico-festivo con el que nos deleitaron en su última venida; y en parte podemos decir que se repitió, pero con variaciones en el repertorio. No hubo besos pero si hubo frotamientos y tocamientos en cierta zona viril. Cada cuál que saque sus propias conclusiones, pero desde luego es una manera inequívoca de causar revuelo y conseguir publicidad gratuita, con el mero hecho del “boca a boca”. Pero dejémonos de términos sensuales, y sigamos con la narración. “Trinity Fields” ponía un poco de sosiego en esa sucesión de himnos marciales, dando paso a uno de los temas más oscuros de la noche. Skinny, con unas más que llamativas rastas golpeaba sin piedad su bajo, mientras que Nightmare Industries hacía aspavientos continuamente con su guitarra. Para aquellos que no estén familiarizados con la banda, decir que visten todos uniformados, camisa verde y estética militarista incluida. “Motherzone” nos devolvía a la locura, y esos samplers más que bailables que captaron la atención de más de un despistado que se dejó caer por Caracol. Poco a poco fueron cayendo temas como “Synthetic Generation”, “Tongues” o la incendiaria “Blitzkrieg Boom”. Para entonces Whiplasher ya se había despojado de su chaqueta y de su fular plumífero blanco que a buen seguro recibe otro nombre que personalmente desconozco. “Greatest Fight on Earth” y “Virtud to vice” seguían la lista de presentación de temas nuevos, en la que pudimos encontrar a una banda muy compenetrada que se sabía al dedillo el desarrollo de la actuación. Como la mejor de las maquinarias alemanas, el quinteto sueco iba engarzando un tema con otros, ante el delirio de la audiencia. En especial de parte de la femenina que mantuvo un continuo “tira y afloja” de guiños con ese frontman por naturaleza que es Whisplasher.”Little Angel”, “Play God” y “Semi-automatic” cerraban el último ciclo de canciones antes de la llegada del que posiblemente sea el tema que más fuerte ha pegado de su último trabajo, “Cyanide”, tema discotequero donde los haya y que puede escucharse por muchos de los locales que programan este tipo de música.

 

Llegaba el momento de hacer una primera parada que dada la hora, no se prolongó excesivamente. Con la banda de nuevo en el escenario, la duda se centraba en qué clase de bises podría hacer una banda como DEATHSTARS. Pues bien, pronto obtuvimos la respuesta con dos temas del primer disco. En primer lugar, “Damn Me” y seguidamente “The Revolution Exodus” que puso el punto y final a una actuación un tanto atípica pero que finalmente salió adelante con cierto éxito. Desde luego no es música para melómanos, pero DEATHSTARS ofrecen lo que un sector del público de metal demanda. Por ello la propuesta ha tenido éxito y por ello repetirán próximamente con CRADLE OF FILTH. Hasta entonces, nos entretendremos con otras cosas.

Alejandro Pérez

Promotor:Escalera Sin Peldaños

Asistentes:200

Día:19/10/2006

Hora:20:30

Sala:Sala Caracol

Ciudad:Madrid

Puntuación:6