Llegaba el momento. Tras una ausencia que se podría tildar de justificada, era la hora de tomar el hábito de nuevo y salir al exterior al encuentro de nuevas citas musicales que nos mantendrán entretenidos a lo largo de todo el año. La oferta sigue siendo inmensa, y lo variopinto de estilos, formatos y propuestas hacen que encaremos los meses venideros con fuerzas renovadas y con cierto optimismo, algo perdido en los últimos tiempos, todo hay que decirlo.

Personalmente elegí esta cita por varias razones. Quería un reencuentro suave y progresivo con toda esa rutina que significa el live reporting, y qué mejor que un concierto de varias bandas dispares entre sí que garantizaban una velada cuanto menos entretenida, sin muchas exigencias de guión ni complicaciones musciales. He de decir que salvo a la primera banda del cartel, tenía recientes tanto la actuación de los suecos SONIC SYNDICATE –teloneros de IN FLAMES en su pasada gira europea – como la de DEATHSTARS – a los que por una razón o por otra era la tercera vez que les veía en vivo  desde su estreno en la capital con PARADISE LOST-, hecho que creo también tuvo en mente el respetable, que encaró ambas actuaciones con un rasero más relajado de lo habitual. Y quizá por esto o por el propio nivel mostrado por los grupos, el resultado final fue positivo.

Con suficiente tiempo para pulsar el ambiente previo a la apertura de puertas de Caracol, la impresión inicial al ver la cola apostada frente a la puerta de la sala fue la de que la velada tendría un marcado carácter juvenil. Un público muy joven, con estética predominantemente gótica, tiñó el local de un negro riguroso que sólo pareció difuminarse un poco con la actuación de SONIC SYNDICATE, quienes trataron de poner algo más de color y salero al asunto.

A eso de las 8:45 saltaban a escena los teloneros de la noche. Y digo teloneros porque ocuparon ese papel en todos los sentidos. Con un backline distinto al de las bandas principales, los madrileños CROWNLESS se colaron a última hora en la cita de la capital y a tenor de las impresiones recabadas al finalizar el concierto creo que salieron contentos. Desde abajo poco pudimos ver en los apenas 25 minutos que estuvieron en escena. Su Dark Power Metal sonó correcto, pero sin grandes aspectos diferenciales al de muchas otras bandas predominantemente centroeuropeas. Quizá esa sea una buena noticia para el quinteto liderado por Vanessa “Nane”, pero a priori podemos hablar de una música que siendo heredera del power, introduce elementos progresivos y propios del dark metal, con la clásica conjunción de voces femeninas variadas en registros y masculinas de corte gutural.

Tenía dudas del recibimiento que tendrían SONIC SYNDICATE después de saltar de cartel en cartel sin importar el origen o naturaleza del mismo. Los chicos están girando intensivamente y paseando su “Love and other disasters” ampliamente por territorio europeo. Y se nota, vaya que si se nota. Aunque parecieron acusar el cansancio de todo lo que supone salir de gira – sobre todo personificado en la figura de Roland, el vocalista de puntas rubias -, el sexteto de las huestes de Nuclear Blast hizo un gran concierto. Ha llegado un punto en el que catalogar de antemano o presuponer que algo será mejor o peor no tiene sentido, así que pese a no ser un apasionado del género, disfruté con el death metal melódico moderno de los suecos, que desplegaron todo un abanico de sonidos pegadizos, intensos a veces, y hasta melosos en otras ocasiones. Temas como “Encage” o “Jack Of Diamonds” captaron la atención de un público atípico para el género. Incluso hubo peticiones de “circle pit” por parte de los agresivos frontmen que animaron el tiempo de directo con aspavientos y guiños hacia la audiencia.

Un momento curioso de la noche fue la interpretación de “Contradiction”, un medio tiempo intimista que hizo que las luces bajaran en intensidad y mostraron la parte más emotiva de la formación. Fue por ello por lo que John animaba tras la batería a encender y alzar los mecheros en el foso.

Otra que acaparó las miradas fue Karin. Por más que pase el tiempo, el hecho de que una mujer sea parte de una banda de death metal llama la atención de muchos e irremediablemente no faltaron los comentarios más reconducidos a las cualidades extramusicales de la chica que a la de su labor al bajo. Aún así, Karin es bastante comedida sobre el escenario y cede mayor protagonismo a sus compañeros. Y éstos decidieron que lo de arengar y animar al salto, al moshpit y al jolgorio colectivo era una buena vía de escape y de conexión entre banda y audiencia.  Sin ser un fan acérrimo del género, puedo decir que el resultado fue positivo y los suecos SONIC SYNDICATE convencieron ampliamente, incluso llegando a plantear ciertas dudas sobre la condición de cabeza de cartel / banda invitada.

Pero la noche tenía otro hilo conductor, y la mejor interpretación teatral se la llevaron los componentes del escuadrón DEATHSTARS. Muy poco han cambiado desde que tomaron la sala Caracol años atrás dentro de su primera gira como cabeza de cartel en nuestro territorio. Mismos movimientos, misma actitud…algo más comedida y con trajes nuevos, eso es todo. ¿El secreto del éxito? Pues quizá sea ese, el ofrecen música de digestión ligera, pegadiza y amenizada con el estrambótico teatrillo que montan en directo. Pero esto tiene un riesgo, y si bien entretienen en un par de ocasiones, más repeticiones pueden llegar a saturar. Y es que su metal industrial invadido de melodía y guiños marciales no da para mucho más. De hecho ya comienzan a acusar la falta de diferenciación entre trabajos, y es que “Termination Bliss” no fue más que una continuación de “Synthetic Generation” y su nueva obra “Night Electric Night” mejora en variedad pero sigue una línea poco diferenciadora.

De cualquier manera, Whiplasher y los suyos salieron a hacer lo que saben y lo que han aprendido y al público pareció encantarle. Puede decirse que sonaron todos los temas esperados: “Synthetic Generation”, “New Dead Nation”, “Virtue To Vice”, “Cyanide”, “Blitzkrieg” o sus nuevos singles “Night Electric Night” o “Death Dies Hard”… prácticamente todos sus hits hasta el momento.

El grupo saltó a escena conjuntado, con sus uniformes de apariencia militar que renuevan con cada disco. El comandante Andreas «Whiplasher Bernadotte» Bergh no olvidó su gorra de mando ni su “boa” al cuello, elementos de los que tuvo que desprenderse al comprobar que el calor sobre las tablas era asfixiante y el sudor empapaba su camisa. Lo que no cambia es la actitud macarra y desafiante sobre el escenario. Es todo pose, pero ninguno se cansa de repetirla. Tras las mil referencias de connotación sexual y con féminas como protagonistas, discursos sobre la magnificencia de la sangría y demás, el extravagante cantante interpretó parte de alguno de sus temas volcado sobre el respetable, ofreciendo su micro y regalando discursos de distinto calibre. Es parte del show, y algo que difícilmente faltará en sus próximas citas. Hay que decir que el alcohol es más que probable que también ayudara. Y hablo con conocimiento de causa ya que recuerdo a la perfección cómo tuve que escapar de los bailes – sombrero vaquero en ristre – de DEATHSTARS al completo en el que quisieron embaucar a todo el que tenían alrededor en la desparecida sala Aqualung, mientras las bebidas espirituosas corrían a raudales.

El en el plano estrictamente musical, hay que decir que el apellido Nödtveidt pesa bastante en el seno de la banda, y es el eterno “hermano” el que lleva la voz cantante en este sentido. De nuevo me faltó algo en la dupla “batería-guitarras”, con menos pegada que lo que cabría esperar… aunque claro, con tanta música enlatada de sintetizadores y demás, aquello parecía el torbellino absoluto. Los músicos no son nada virtuosos, pero han aprendido lo que han de hacer en las canciones y pese a que hubo más de un fallo lo supieron camuflar adecuadamente.

Mención aparte requiere Skinny, esa rareza de la naturaleza que ha mejorado sobremanera en las voces secundarias, por mucho que pasasen por un filtro depurador. El infinito bajista es un auténtico espectáculo con esa estética tan llamativa y ese movimiento constante de sus largas rastas.

Respecto a cualquier otro aspecto destacable, cabe decir que la banda actuó ante su mayor audiencia como cabeza de cartel en la capital. Eso, pese a que la sala apenas rozaba los 2/3 de entrada. Lo que sí que es cierto que si la nueva base de seguidores permanece fiel a la banda y no huye como si de una moda se tratase, tendremos DEATHSTARS para unos años más.

En líneas generales, un concierto entretenido, que dejó buen sabor de boca y que sirvió para corroborar el gran ambiente existente con el respetable. Servidor se llevó a casa un buen recuerdo y compartió impresiones con algún que otro veterano/a que decidió acercarse por la sala y compartir música, conversación y refrigerios. Buena velada.

Texto y Fotos: Alejandro Pérez

Promotor:ScaryNoise

Asistentes:250

Día:27/02/2009

Hora:20:30

Sala:Caracol

Ciudad:Madrid

Puntuación:8