Death Angel llevan su thrash eterno a Madrid

El resumen es que a pesar de encontrarse con menos público del que se podía esperar, Death Angel supo estar a la altura y hacer de esta noche una fecha inolvidable para los que pudimos disfrutarla.

Los norteamericanos Death Angel pasaron por Madrid en la segunda parada de su gira española. A dos semanas de que su esperado documental “A Thrashumentary” vea la luz, descargaron toda su fuerza en la capital, a golpes del “ The Dream Calls For Blood”.

Para ser julio en Madrid, había bastante gente por la zona de la sala Caracol, pero mucha menos de la que una banda de este nivel se merece, sobre todo teniendo en cuenta la coherencia del precio.

Los primeros en salir a escena fueron los madrileños Agresiva, que desde el primer momento demostraron todo su potencial. Comenzaron con tres cortes de su último disco: “Our Time Has Come”, “Ecstasy And Lust” y “Pounding United”, que dejaron muy buen sabor de boca en el pequeño público que se había animado a entrar. Poco a poco la sala se fue llenando mientras el carismático grupo seguía aprovechando al máximo el poco tiempo que tenía.

Repasaron también su primer disco “Eternal Foe”, con dos potentísimos temas. El primero de ellos fue “Hell Town”, tras el cual se dieron el capricho de ofrecernos el mismísimo “Caugth In A Mosh” de Anthrax, con el que se metieron al público en el bolsillo para finalizar con “Sent To War”.

Alrededor de las nueve saltaba al escenario el grupo de la noche. Death Angel salía al escenario para empezar con la fuerza del último álbum “The Dream Calls For Blood”. “Left for dead” y “Son Of The Morning” fueron los primeros temas que sonaron, metiendo al público en el ambiente que un concierto de este calibre merece. El sonido les acompañó desde el principio, y junto con los coros del público se anticipaba una noche de auténtico thrash metal.

“Relentless Retribution” fue el siguiente álbum en hacer acto de presencia, con la aclamada “Claws In So Deep” en la que Mark Osegueda se dejó la piel para acabar de establecer la conexión con el público a la que nos tienen acostumbrados. Tras la siguiente canción, en la que volvían al último disco con la divertida “Fallen” y al “Killing Season” con “Buried Alive”, se podía intuir que íbamos a ver a los nuevos “Death Angel” que se encontraban más cómodos con su nuevo estilo. Pero para la satisfacción de sus seguidores más antiguos nos regalaron la joyita “Evil Priest”, uno de los temas con los que más disfrutaron tanto el público como la banda.

Llegados a la mitad del concierto, siguieron con la presentación en directo de los temas más recientes con “Succubus” y “Execution / Don’t Save Me”, que lograron la euforia de un público que se ha adaptado perfectamente a los nuevos sonidos de la banda. La locura aumentaba con “Truce”, “3^rd Floor” y Seemingly Endless Time”, tras las cuales agradecieron la entrega del público que respondió de forma inmejorable en “The Dream Calls For Blood”.

“Caster of Shame” y “Bored” dieron un poco de tregua a los que todavía no habían parado de moverse en la pista para reventar en la recta final del concierto.”Mistress Of Pain”, el tema que encabezó el final de la noche nos hizo retroceder de nuevo a 1987, año del icónico “The Ultra-Violence” del cual también sonó la introducción del tema homónimo. “Thrown To The Wolves” fue la canción que puso fin al concierto, dejando al público tan satisfecho como se esperaba de los norteamericanos.

El resumen es que a pesar de encontrarse con menos público del que se podía esperar, Death Angel supo estar a la altura y hacer de esta noche una fecha inolvidable para los que pudimos disfrutarla.