Cuchillos volando entre escenarios: segundo día en Hellfest 2014
La segunda jornada de un festival suele ser dura. El día anterior venías a comerte el mundo, viste tres millones de bandas y ahora tu cuerpo todavía está en estado de shock. Ha llegado el momento de asumir que quizá no puedes ver a todos los grupos que te interesan: eres humano, tienes que comer y descansar. Con un horario algo más relajado (pero sin dejar de ser intenso) afrontamos la jornada del sábado, que contuvo algunos de los puntos álgidos del festival… pero esto, desde luego, no lo encontraríamos en nuestro primer concierto del día. Como ocurre con otras bandas de larga andadura y con cambios notorios en sus filas, muchos considerarán a los actuales Skid Row, la mejor banda de versiones de Skid Row. Sin Sebastian Bach siguen contra viento y marea su carrera con Johnny Solinger como frontman desde hace unos años. Pero el problema no reside en que éste no cumpla su papel con creces: son las nuevas composiciones las que carecen de la chispa de antaño. De ahí que no resulte extraño, que en su corta actuación en el escenario principal del Hellfest, tiraran de clásicos para contentar al personal y salir airosos del embiste. No faltaron “Big Guns”, “Piece of Me” o una sentida “18 & Life”, por supuesto. Sus nuevos temas fueron pura anécdota en un concierto convertido en revival de clásicos con una notable participación del público en “Monkey Business”, “Slave to the Grind” y “Youth Gone Wild”. Un gran calentamiento de jornada basado en la nostalgia… y poco más.
Los que si entienden de rock festivo son Buckcherry, sea de la etapa que sea de su carrera, ya que demostraron que están viviendo un gran momento. Son pura dinamita sobre el escenario, y aunque su actuación estaba programada a la hora del almuerzo y en el segundo principal, poco les importó cuando comenzaron a azotarnos con “Lit Up”. Con un condensado repaso a toda su carrera, haciendo especial hincapié en sus últimos trabajos de manos de temas como “Gluttony”, “All Night Long” o “Everything”, iban expoliando estribillos cantables que alcanzaron su máximo auge en la popular “Crazy Bitch”. Josh Todd se quitaba la ropa conforme iba transcurriendo su show. Al igual que los presentes, que lo hicieron hasta quitarse el sombrero acompañado de sudor y sonoros aplausos. Completando el tridente hard rockero matutino teníamos a un ex-Guns n’ Roses en el Mainstage: todos alabamos el papel en la historia del rock de Duff Mckagan, pero aunque Walking Papers en estudio suenan realmente bien, les faltó en directo esa garra propia de una banda que está presente en el escenario principal con una leyenda en sus filas. Y fue el propio McKagan quien animaba a los asistentes, porque su repertorio, aunque bien ejecutado, resultó bastante somero por la falta de actitud colectiva. Ni siquiera grandes canciones como “Leave Me in the Dark” o “Two Tickets and a Room” terminaron de enganchar al público. Algo más tarde subían a ese mismo escenario Extreme, quienes ofrecieron un repertorio de apenas una hora que nos serviría de preludio para sus actuaciones en la península unos días más tarde. Abriendo con «Decadence Dance», descargaron un setlist variado y repleto de clásicos que animó al público francés incondicionalmente… ¡Hasta se pusieron sentimentales con «More Than Words»! Un buen espectáculo que se hizo corto, sin lugar a dudas.
De los ritmos funkies y hard rockeros de los de Massachusetts pasamos a la brutalidad marciana de Gorguts en el escenario Altar, donde dieron una buen concierto pero sin ofrecer un sonido del todo convincente. Después de la aplastante y sobrecogedora experiencia de haberlos visto en Barcelona hace tan sólo un par de meses (crónica aquí), era difícil que en estas condiciones consiguieran estar a la altura de semejante experiencia. Con algunos problemas (el bombo de John inexplicablemente no sonaba en las partes tranquilas pero sí en el resto) salieron adelante gracias a las increíbles canciones de «Colored Sands», tales como «An Ocean of Wisdom» o «Forgotten Arrows», y para finalizar nos ofrecieron algunos temas de su material más antiguo: «Orphans of Sickness», «Nostalgia», «Inverted» y la imprescindible «Obscura». Hay bandas que ganan puntos en festival, pero está claro que con Gorguts sucede todo lo contrario; no obstante, fue imposible no salir contento del encuentro. Al mismo tiempo, en el escenario Warzone tocaba uno de los mayores atractivos de la jornada: Protest The Hero. Sin demasiados aspavientos se curraron un concierto grande en todos los sentidos. Siendo a media tarde, el uso del juego de luces adornó un show ejecutado a la perfección y, lo más importante, que transmitía sensaciones entre los que disfrutaron de esos locos cambios de ritmos y de una constante intensidad solo pausada por los graciosos comentarios de su vocalista con claras intenciones de tener enganchado al público de principio a fin. ¡Como si temazos de la calaña de “Clarity”, “C’est la Vie” y “The Dissentience” no fueran suficiente!
Algo más tarde tendríamos en The Valley al que se convertiría en uno de los grupos con mejor directo de todo el festival: Clutch. El año pasado ya pudimos disfrutar de su gira por salas en España, y las ganas de verlos en la pasada edición de Hellfest eran máximas, pero se vieron obligados a cancelar dado que, tristemente, el padre de Neil Fallon (cantante) falleció y la banda decidió volver de inmediato. Como recordaréis, Down se encargaron de sustituirlos con un segundo show, pero todos nos quedamos con ganas de Clutch. Así pues, no es de extrañar que una de las primeras confirmaciones de este Hellfest 2014 fuesen ellos, para regresar a cumplir con su deber. Y vaya que si cumplieron. Minutos antes de que su hora de actuación llegase, la periferia del escenario mostraba unos signos propios tan sólo de una banda de este nivel, y es que se han convertido en una de las propuestas actuales con más tirada dentro de su campo (y hasta fuera de él): esa perfecta mezcla entre stoner, funk y hard rock con toques sureños agrada a prácticamente todo el mundo. Pese a que entrar a la carpa fue prácticamente misión imposible, logramos infiltrarnos justo antes de que arrancasen con la bestial «The Mob Goes Wild». Algunos problemas de sonido aparecieron durante los primeros segundos, pero pronto se solucionaron y en seguida nos encontraríamos en un frenesí de ritmo y diversión con temas de la talla de «Gravel Road», «Crucial Velocity» o «Mice and Gods». «The Regulator» pudo ser una de las canciones más cantadas por el público, por aquello de haber aparecido en The Walking Dead, y todos perdimos la cabeza con «D.C. Sound Attack!». A lo largo de su repertorio, en absolutamente todos los temas vimos a gente haciendo crowd-surfing, e incluso una chica llegó a escalar uno de los pilares de la carpa. Una auténtica locura. La banda aprovechó la ocasión para presentar un adelanto de su próximo álbum, un tema titulado «Sidewinder» que no sonó nada mal, y cerraron con el ya característico combo «Electric Worry» + «One Eye Dollar» + «The Wolf Man Kindly Requests». Diversión en estado puro.
Cerca de las diez de la noche salían a escena en el Main Stage 2 Deep Purple, quienes daban inicio a su actuación con «Après Vous», uno de los temas más destacados de su último trabajo: «Now What!?». Aunque este álbum sea considerablemente superior a la mayoría de trabajos que la banda haya publicado desde que Ritchie Blackmore abandonara la formación, el legendario conjunto británico sabía que disponía de poco tiempo y que debía ir sobre seguro. «Uncommon Man» fue el único otro tema procedente de este redondo que sonó aquella noche en Clisson, y todo lo demás fue un desfile de clásicos, uno tras otro. «In Rock» hacía acto de presencia temprana gracias a «Into the Fire» y «Hard Lovin’ Man», mientras que el punto álgido del concierto no fue otro que «Lazy», seguido de cerca por «Space Truckin'». Muchos dirán que ver a esta banda hoy día es tan sólo observar un producto descafeinado, y esto no deja de ser cierto en gran medida, pero sigue siendo de agradecer que continúen girando y ofreciendo conciertos de un nivel más que aceptable. Como era de esperar, quien más flaqueó fue Ian Gillan, pero esto es algo que tenemos asumido desde hace mucho tiempo. Mientras tanto, en The Valley, ya cayendo la tarde, teníamos a otra de las bandas estrella de dicho escenario. Que coincidiera su actuación con los míticos Deep Purple les hizo un flaco favor a la formación comandada por Dave Wyndorf, porque la bajada de público fue bastante notoria en comparación con Clutch, quienes desbordaron este espacio una hora atrás, pero Monster Magnet no se amilanaron ni un segundo, y salieron a sacudirnos su stone rock más rocoso, ya que evitaron plagar su listado de hits singles manteniendo así su esencia más primitiva. Los presentes disfrutaron de un arranque con “Superjudge” y “Medicine”, y paso a paso fueron sumergiéndonos en un mar de riffs gruesos, sin perder un ápice de intensidad. “Dopes to Infinity” o “Tractor” siguieron elevando el poderío de un concierto que explotó con un final en el que – ahora sí – fueron sobre seguro con “Powertrip” y “Space Lord”. Con ese golpe de lleno en plena jeta, dejaron k.o. a todos sus seguidores, no sin antes dibujar en sus rostros una gran sonrisa de satisfacción.
La actuación más extrema del día vino de la mano de Nile, quienes se adueñaron del escenario The Altar durante la primera mitad del maratoniano concierto de Aerosmith. «Sacrifice Unto Sebek» es perfecta para empezar un concierto, y más si desde el primer segundo el sonido es tan perfecto como el que pudimos apreciar a lo largo de su actuación. Durante sus 60 minutos en escena lograron el difícil objetivo de sonar nítidos pero potentes y explosivos al mismo tiempo. Lo cierto es que es absolutamente impresionante presenciar cómo estos cuatro músicos consiguen desgranar piezas tan endiabladamente enrevesadas como «Kafir!» sin cometer ni un sólo error. De otro planeta es, sin lugar a dudas, George Kollias, quien tocó los 12 temas del repertorio en una especie de estado de trance, dando todos los golpes a la perfección y con una potencia envidiable. Tres temas cayeron de su más reciente «At the Gate of Sethu», y aprovecharon para anunciarnos que se encontraban ultimando nuevo material para un nuevo álbum. Inesperadamente no sólo pudimos disfrutar de canciones de «Black Seeds of Vengeance» como el tema título o «Defiling the Gates of Ishtar», sino que también nos ofrecieron una pequeña joya de su álbum debut como es «The Howling of the Jinn». Es de agradecer este gesto, dado que son una banda que prácticamente siempre toca las mismas canciones en directo. Al acabar fuimos a la deriva entre el buen concierto que Gorgoroth ofrecieron en The Temple y la actuación de Phil Anselmo & The Illegals en The Valley, siendo este último un concierto algo peculiar, dado que no disfrutamos demasiado de sus temas en solitario pero siempre es entretenido verlo actuar. ¿Qué habrá estado haciendo Satur durante estas dos horas? Él mismo os lo cuenta…
Vuelta rápida al escenario principal, pues el cabeza de cartel de la jornada iba a salir de inmediato. La masificación para presenciar el show de Steve Tyler, Joe Perry y compañía era máxima, tanto, que cuando arrancaron con “Back in the Saddle”, la gente que más alejada estaba del escenario, casi ni percibía el sonido con nitidez. Para una gran multitud, la única esperanza para “acercarse” más a esta prometedora actuación, era la pantalla (sí; en singular) situada a espaldas de la torre central de control de sonido. Al contrario de lo que las malas lenguas difundían, el estado de forma de todos los miembros de Aerosmith fue envidiable. Iban hilvanando clásicos de ayer, hoy y siempre, con una actitud y unas ganas propias de una banda novel que tiene que ganarse a la audiencia. El protagonismo casi siempre recaía en Tyler y Perry, y con sus poses a un lado y a otro, nos manejaban a su antojo y recibían un baño de masas a golpe de garganta vibrantes en los estribillos de “Love In a Elevator”, “Crying” o “Livin’ On The Edge” en el primer tercio de concierto. Aprovecharon todas las ventajas de las que goza un cabeza de cartel, y con un espectacular juego de luces, y divertidas imágenes en la enorme pantalla del escenario, iban exprimiendo más sus grandes éxitos con un público desbocado en “Same Old Song and Dance”, “Rats in the Cellar” y, cómo no, “I Don’t Want to Miss a Thing”. El público ya estaba rendido a sus pies, con el corazón en un puño, pero quedaba más y mejor. Una versión del “Come Together” de The Beatles, inició un final de infarto con “Dude (Looks Like a Lady)”, “Walk This Way” y “Mama Kin”. Y tocaba retirada antes de los bises casi sin darnos cuenta. Un piano de cola blanco espera al final de la pasarela central del escenario a Steve Tyler que tan solo con las primeras notas de “Dream On” volvió loco al público del Val de Moine. Esa imagen de Tyler encima del piano cantando el final de tan soberano tema, llegando a cada una de sus notas agudas, envuelto en chorros de humo quedará para la historia. No solo de la edición de este festival, sino de todas ellas. Al igual que esa lluvia de confetti al culminar con “Sweet Emotion”, con la que consiguieron que el público se arrodillara ante ellos. Inolvidable.
Para rematar la jornada, como casi siempre, había varias opciones a cada cual más difícil de elegir si eres abierto de miras. Los míticos Carcass coincidían con Avenged Sevenfold. Dos estilos muy diferentes, pero al mismo tiempo atractivos por varios motivos. Estaba claro que el público más joven se agolparía en el escenario principal 2 para la descarga de los norteamericanos. Por estos motivos, son muchos los detractores que coleccionan, pero hay que ser justos y valorar, tras su descarga, que se lo trabajan muchísimo en directo. No solo por el arsenal de fuego y luces que usan, sino por la energía y el buen hacer de todos sus miembros en un espectáculo propio del rock de arena. Precisamente con “Shepherd of Fire” abrieron fuego – nunca mejor dicho – y a partir de ahí no hubo marcha atrás. Todos los presentes se entregaron a sus estribillos, a sus cambios de ritmos rápidos-lentos con el que M. Shadows maneja a su antojo a todo el respetable. Se nota que llevan un set-list muy estudiado para que su show no caiga en la monotonía, y por ellos iban alternando cortes cañeros como “Hail to The King” o “Nightmare”, con medios tiempos como “Buried Alive” o la emotiva “So Far Away”. A día de hoy pueden presumir de poseer un directo muy impactante y así lo dejaron patente en esta segunda jornada del festival francés. Cerraron con “Afterlife” y “Unholy Confessions” un show con el que demostraron que, en años venideros, pueden aumentar aún más su popularidad.
Y mientras M Shadows y los suyos conquistaban a jóvenes y no tan jóvenes en el escenario principal, los amantes de sonidos más duros volvimos a The Altar para cerrar la noche del sábado con Carcass. Antes de su actuación ya bromearon por sus redes sociales, subiendo una imagen de los horarios de actuación con un texto que decía: «Wow, creéis que les podremos hacer frente a AVENGED SEVENFOLD? ;)», y durante su concierto las bromas fueron constantes. Si ya de por sí Jeff Walker es una persona con mucho humor, el tener la excusa perfecta para crear un chiste recurrente durante la noche le dió cuerda. Tras enlazar las míticas «Buried Dreams» y «Incarnated Solvent Abuse» en un apoteósico inicio de concierto, se dirigió a nosotros y nos dijo «Si no os gusta lo que hacemos está bien, podéis ir al escenario principal a ver a Avenged Sevenfold», para acto seguido taparse los ojos, ponerse de espaldas y tras unos segundos girarse y decir «¡Oh, seguís aquí!». «Cadaver Pouch Conveyor System» fue el primer tema de su nuevo «Surgical Steel», con el cual equilibraron el repertorio entre material nuevo y clásicos. Con un sonido excelente que desbordaba poderío y energía tema tras tema, demostraron que su directo es simplemente impresionante. No, no se trata de una reunión descafeinada como muchas otras bandas legendarias que un tiempo después de su disolución retoman los instrumentos sin magia ni pegada. Esto es Carcass en estado puro. Así lo atestiguaron auténticas piedras angulares del género como «This Mortal Coil», o las seminales piezas del grind de sus primeros álbumes: «Genital Grinder», «Exhume to Consume» y «Reek of Putrefaction» sonaron brutales, en recuerdo a sus más nauseabundos inicios. Algún discursito con el «auténtico metal» como tema central fue la granada que lanzó Walker para incitar la rivalidad entre el público de ambos públicos, y se bañó en el clamor de un público totalmente entregado para cerrar su actuación con las imprescindibles «Corporal Jigsore Quandary» y «Heartwork». Carcass están más vivos que nunca (¿es esto un oxímoron?).
El ránking de la jornada
El tridente dorado: Aerosmith, Clutch, Monster Magnet
Las menciones de honor: Carcass, Avenged Sevenfold, Protest the Hero, Nile, Buckcherry
Cumplidores: Gorguts, Deep Purple, Gorgoroth, Extreme
Salvados por la campana: Skid Row
La decepción del día: Walking Papers
Fotos: Nacho Criado / Texto: Esteban Portero & Satur Romero
Día:2016-06-21
Hora:10:30
Sala:Val de Moine
Ciudad:Clisson
Puntuación:8
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