Hace tan sólo unos días recibíamos con entusiasmo la noticia de que, al igual que una semana antes hicieron Angelus Apatrida, los madrileños Toundra habían logrado alcanzar el número 2 de ventas en nuestro país gracias a su excelso nuevo álbum, «IV». El «secreto» de este éxito no sólo reside en su música, sino también en una gran estrategia que Holy Cuervo ha llevado a cabo con ambas bandas: vender en un una gran superficie como es FNAC los paquetes de entrada al concierto de presentación + álbum físico a un precio absolutamente irrisorio (en el caso de Toundra 14€ sólo entrada, 18 con digipak y 22 con vinilo y CD), haciendo prácticamente impensable que alguien comprase su entrada sin llevarse el físico.

Nos gusta pensar que esta iniciativa no sólo ha fomentado la compra en físico, sino que también ha servido como tremendo gancho para contar con un mayor público. Toundra es, probablemente, una de las bandas de este mundillo que más gente muevan en nuestro país, y es que pocos conjuntos españoles son capaces de aglutinar a públicos tan dispares en una misma sala. Dos noches seguidas en la Joy Eslava de Madrid (una de ellas sold out con cerca de mil personas y para la otra poco faltó), el salto en Barcelona de Bóveda a Apolo (de un aforo de 450 a meter el doble en una de las mejores salas de la ciudad) y el éxito en Valencia dan fe del estado de gracia en el que se encuentran. ¿Quién hubiese pensado que esto era posible con una banda de post-rock/rock instrumental?

Celebrando este gran momento y la publicación del que probablemente sea su segundo mejor álbum hasta la fecha (II todavía sigue imbatible, lo sentimos), la banda ha aprovechado estas cuatro fechas en nuestro país antes de irse de gira por Europa para llevar sobre el escenario una sección de cuerda, sección de viento, percusionistas y guitarras extra. Absolutamente todos los aspectos eran difíciles de superar, y las expectativas señalaban su actuación como uno de los conciertos del año. Habrá que esperar a diciembre para cerrar esta incógnita, pero desde luego en su fecha en Barcelona dejaron claro que van a ser firmes candidatos.

Exxasens trajeron a Apolo su post-rock espacial para dar el pistoletazo de salida con un set de unos 40 minutos que sirvió para presentar su nuevo trabajo, «Satellites». Gran sonido y puesta en escena por parte de un conjunto que se encuentra en un muy buen estado, demostrando su estelar mejoría desde que los viéramos hará menos de un año en el Aloud Music Fest. «Rocket to the Sky» fue la elegida para arrancar, destacando junto al tema título de ese último álbum y el combo final que formaron «Your Dreams Are My Dreams» y «Eleven Miles». Una propuesta sutil y muy entretenida en vivo de la mano de músicos trabajadores y entregados.

Tras el genial sonido de la banda invitada, lo cierto es que el arranque de Toundra con «Strelka» quedó algo desaliñado a nivel sonor (para compensar, Macón haría nuestras delicias con esos licks abluesados), pero nada que no se arreglase para una «Marte» que desencadenó desenfreno en la sala. No tardaron en dar buena cuenta de sus años de experiencia e infinitas tablas con una soltura sobre el escenario que deberían envidiar hasta las mayores leyendas del estilo: cómo son capaces de hacer que el público se mueva al milímetro con sus estructuras y cambios de intensidad es simplemente algo cautivador. Si a esto sumamos que el liderazgo escénico de Esteban Girón y la adrenalina que transmite son, simplemente, un talento natural, tenemos un cóctel sin parangón.

«Magreb», ya todo un himno, sonó pronto en el repertorio, dejando de lado a su hermanita pequeña para más adelante y dando paso a una inesperada «Lluvia», de su nuevo álbum, en la que recrearon esa faceta ambiental/noise con la que recientemente han empezado a jugar. Un movimiento muy valiente e interesante que denota un interés de los madrileños por ser impredecibles y atreverse con sus experimentos en cualquier situación. «Belenos» nos devolvía a la normalidad, mientras que «Viesca» traía a las secciones de viento y cuerda al escenario para constituir uno de los momentos más emotivos y especiales de la actuación.

«Requiem» continuó la tónica relajada de su predecesora (cuerdas incluidas), justo antes de lanzar una «Kitsune» que funcionaría como perfecto trampolín dinámico, lanzando el espectáculo a un nuevo nivel de potencia culminada por «Zanzíbar» y «Cielo Negro» (fantástico cómo funcionan estos tres temas juntos). «Oro Rojo» nos devolvía a la faceta más sentimental de Toundra, preparando el terreno para esa «Bizancio» que a todos nos enamora. La sección central nos dejó absolutamente sin palabras. Y el principio. Y el final. Es lo que tiene una maravilla de tema de cabo a rabo.

«Ara Caeli» revolucionó el gallinero para el bis pese a decirnos que no había tiempo para más… y lo cierto es que nos podríamos haber tirado horas y horas viéndolos tocar sin cansarnos, disfrutando de esas imaginativas líneas de batería y de ese bajo absolutamente envolvente. Lo que este grupo transmite en directo es pura magia, y esto no es algo que se aprenda. La química entre los cuatro miembros, cómo conducen en vivo esos largos desarrollos, desde la más fina melodía hasta el más intenso riff, es algo que sólo pueden hacer cuatro apasionados de la música que se entienden entre ellos como nadie más. Toundra, os queremos. Ojalá nos deis como mínimo cuatro álbumes más y cientos de conciertos tan espectaculares como el de Apolo.

Fotos: Montse Galeano (Wakesound Magazine)

Promotor:Holy Cuervo

Día:2014-01-30

Hora:20:00

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Exxasens

Puntuación:9