Cuando dejas a todos tus seguidores más que satisfechos: Warcry

Cada canción era una bendición para los allí congregados, y con alguna que otra sorpresa como “Keops”,  “Así Soy”,  y unas aplaudidas y coreadas “Devorando el Corazón” y “Tu Mismo”, nos iban acercando a un final que ya marcaba las dos horas de duración.

Van pasando los años, y ahí siguen Warcry dando más que guerra. Estrenaron hace unos pocos de meses, su noveno trabajo “Donde el silencio se rompió…”, un giro más cercano al rock que al power metal de sus inicios, que dota a la banda asturiana de otro prisma en sus canciones, y que se refleja bastante en sus directos. El trabajo, como no podía ser de otra manera,  ha sido muy bien acogido por sus incondicionales. Creo que pocas bandas estatales tienen ese nivel de fans repartidos por todo el mundo, comenzando por nuestro por país. Vamos, que si Víctor García y compañía sacara un disco de metal extremo cantado en coreano o de jazz fusión instrumental mezclado con sardanas, sus fans no dudarían ni un minuto en ir a la tienda más cercana y hacerse con él.

Pero ese logro no es de un solo día, ni de un solo concierto, ni tan siquiera de un solo disco. Es mucho el trabajo que hay detrás de su éxito y que se fortalece con cada concierto que ofrecen. Como el que dieron la pasada noche en la sala París 15 de Málaga dentro de una mini gira por Andalucía promovida por Leyendas del Rock.

Sin teloneros, y a pecho descubierto, salió el quinteto de Oviedo a poner las cartas boca arribas al ritmo de “Alma de Conquistador” y “Rebelde”. Cuando comenzó a sonar “Nuevo Mundo”, la gente no hizo genuflexiones porque estaban más preocupados de disfrutar de una interpretación llena de garra y de fuerza. De esas que hacen que te metas de lleno en su show. Y siendo sinceros, lo consiguen con pasmosa facilidad.  A partir de ahí, no hubo marcha atrás. Cada miembro del combo astur tiene su rol determinado, y lo cumple con soberana solvencia, y siempre están transmitiendo una especia de aura de que hacen lo que hacen gracias a sus seguidores.

“Resistencia”, “Odio”, “Quiero Oírte”, “La Vieja Guardia”, “Muerte o Victoria” o “Un poco de fe”, fueron algunas canciones que formaron parte de la banda sonora de una noche en la que, miraras donde miraras, había un seguidor de la banda cantando palabra por palabra cada una de sus letras. Como si de un karaoke se tratara.  Y en el caso de los estribillos de “Cobarde” o “Ardo Por Dentro” por poner un ejemplo, a Víctor García casi ni se le oía por lo ensordecedor de las gargantas de los asistentes. Es algo admirable.

No son pocas las muestras de acercamiento que tienen Warcry con su público. Pablo García no paraba de cantar y dirigirse a los asistentes con innumerables carantoñas. Al igual que su bajista Roberto García, que es casi imposible verle el rostro por sus movimientos, pero transmite una intensidad contagiosa. Cada canción era una bendición para los allí congregados, y con alguna que otra sorpresa como “Keops”,  “Así Soy”,  y unas aplaudidas y coreadas “Devorando el Corazón” y “Tu Mismo”, nos iban acercando a un final que ya marcaba las dos horas de duración.

Pero Warcry dan guerra hasta el final, y ahí no iba a quedar la cosa. Ni una persona se movía esperando los bises, y vociferando el nombre de la banda. Santi Novoa fue el primero salir, y en sus teclas sonaron el inicio de “No te abandonaré” para deleitarnos junto con Víctor García de uno de los momentos más dulces de su show. Pero tras la calma, llega la tormenta, y con  “El Guardián de Troya” volvieron a subir las revoluciones antes de finalizar con su clásica (y para muchos, imprescindible), “Hoy Gano Yo”.

Tras dos horas y media de concierto, al salir de la sala todo era caras sonrientes y ojos cargados de alegrías. En un mundo actual donde los conciertos parecen que están cronometrados y en el que en muchas ocasiones, se dan shows por cumplir, es de agradecer que al menos por una noche, un grupo se deje la piel sin dejar de lado la humildad pese a su grandeza, y que haga partícipe a todo su público de la historia de la banda. La repasaron a base de canciones y en perfecta comunión con sus fans. No hay nada más ni mejor que se le pueda pedir a un concierto.