Warcry: de lleno en lleno en Madrid

Tras haber vendido todas las entradas para su show del 26 de enero en La Riviera, Warcry realizó un segundo concierto un día antes en la misma sala, casi consiguiendo hacer lleno dos días consecutivos.

Todo el mundo sabe que Madrid adora a Warcry. Sus conciertos en la capital siempre son multitudinarios, habiendo colgado el cartel de no hay entradas en numerosas ocasiones. El grupo se presentó para continuar con su Rompiendo el Silencio Tour, una gira que dura desde 2017 y que les ha llevado por toda la geografía española, así como por varios países de América latina. Como invitado especial para este concierto contaron con la colaboración de Vasko Vassilev, uno de los violinistas más reconocidos y premiados del panorama internacional, a pesar de su joven edad.

Warcry comienza a rugir

A las nueve menos cuarto cortaron la música de fondo, apagaron las luces, pusieron una proyección presentando a los miembros de la banda en una pantalla colocada al fondo del escenario y dió comienzo el show. Arrancaron con “Alma De Conquistador”, con un Víctor García hiperactivo como siempre, moviéndose de un lado a otro, animando al público y dejando que la gente cantara partes de la canción. Todo un temazo para arrancar la noche, entrar en calor y sacar a los asistentes del sopor, sobre todo en el grito final por parte de Víctor, el primero de muchos esa noche.

WarCry (Foto: Javier Bragado)

Continuaron con “Nuevo Mundo”, en la que de nuevo Víctor dejó al público cantar muchas de las estrofas, pero no amilanándose ante ninguno de los gritos y haciéndolos sin vacilar, algo que ocurriría a lo largo de todo el concierto. El guitarrista Pablo García animó en varias ocasiones al público, ganando protagonismo en los solos en los que no paraba de sonreír y animar a la gente.

Tras estas dos canciones se dirigieron al público para recordar que llevaban tres años sin tocar en Madrid, pero que tenían preparado un show muy especial de larga duración y que debíamos reservar fuerzas para poder aguantar hasta el final. La tercera en sonar fue “Anticristo”, un viejo clásico de la banda que fue acogido de maravilla por todos los asistentes, cantada a pleno pulmón y celebrada, ya que hacía tiempo que este tema no entraba dentro de un setlist de Warcry. La banda creó una ambientación genial para esta canción gracias a un montón de humo y luces rojas que dotaron al escenario de un aura infernal. Una de las sorpresas de la noche.

La iluminación cambió por completo para tomar tonos azules para el siguiente tema, “Rebelde”, mucho más tranquila y en la que Santi Novoa tuvo oportunidad de lucirse a los teclados. Pablo García, a golpe de guitarra, dió paso al siguiente tema, “La Carta Del Adiós”, una canción cañera con una letra muy acorde con el estilo de Warcry. Los coros de Pablo García sonaron genial, más altos y claros que la voz de Víctor García que para mi gusto seguía sonando un poco baja y enlatada.

Con un tono más oscuro y pesado arrancó el siguiente tema, “Siempre”, con Víctor saltando de un lado a otro del escenario y el bajista Roberto García muy motivado y dándolo todo.Tras esta canción la banda hizo una pausa para hablar sobre las diferencias que habría entre los conciertos de viernes y sábado, que la idea de Warcry era hacer dos conciertos similares pero con algunos cambios, lo cual conllevaría que alguna gente prefiriera el de un día u otro, pero que ellos no podían hacer nada salvo dar el cien por cien en cada uno de los conciertos (o hacer dos conciertos de 4 horas y media, lo que iba a estar más difícil).

WarCry (Foto: Javier Bragado)

Tras eso arrancaron con otro clásico de la banda, “Aire”, una canción con mucha energía que hizo vibrar toda la Riviera a golpe de batería y con los gritos de Víctor García. En la Riviera sabes que una canción es potente cuando ves caer papelitos del techo, y está arrancó alguno que otro que llevaría tiempo enganchado entre las luces. Continuaron con “Cielo E Infierno”, más lenta, con menos batería y más teclado y que el público cantó como si de un clásico se tratase a pesar de pertenecer al último disco de la banda. La siguiente canción desató la locura entre los asistentes,”Amistad”, donde su potente batería hizo que todo el mundo saltara alzando sus cervezas al cielo. Un canto a la amistad y al metal.

Vasko Vassilev, el violinista metalero

En este momento Víctor García abandonaba el escenario para dar paso al violinista Vasko Vassilev, que interpretó un corte de música clásica adaptada al metal junto al resto de la banda. A los primeros acordes el violinista ya se había ganado a la audiencia gracias a su técnica tocando y a la complicidad que mostró con los asistentes, saltando y moviéndose de un lado para otro del escenario. Una grandísima ovación le despidió cuando abandonó el escenario.

De nuevo con Víctor presente tocaron “La Muerte De Un Sueño”, del álbum ‘Alfa’. Canción de corte más lento pero con unos gritos impresionantes al final. Y continuaron con “Odio”, una canción lenta con un ritmo de bajo muy marcado en la que el teclista Santi Novoa aprovechó para acercarse al frente del escenario para animar al público. Con el tañir de una campana, simulado con los teclados, se dió paso al siguiente tema, “En Un Lugar Sin Dios”, otro viejo clásico que ha pasado a un segundo plano y que cada vez es más raro oír en un concierto, por lo que fue muy bien acogido por los seguidores de la banda desde hace años, como un servidor.

WarCry (Foto: Javier Bragado)

Volvieron a invitar al violinista Vasko Vassilev para la siguiente canción, la balada “No Te Abandonaré”, encargándose este de los solos y dándole un toque especial a la canción que fue interpretada solo por tres personas: el teclado, que se encargaba de la base rítmica, el violín que se encargaba de los solos y de hacer notas agudas y la voz de Víctor que aportaba un toque grave y profundo al tema. Una mezcla muy curiosa que funcionó de maravilla y que arrancó un gran aplauso del público y que muchos asistentes decidieron inmortalizar con sus teléfonos. Como siempre, tras la una balada debe venir una canción cañera. Arrancada a golpe de batería y con el guitarrista animando a los asistentes arrancó “Perdido”, un viejo clásico que hizo las delicias de los asistentes.

Antes de comenzar el siguiente tema y un poco entre risas, la banda tocó varios trozos canciones conocidas, entre ellas thriller de Michael Jackson, el opening de Oliver y Benji y un tema de Deep Purple. Y tras esto dieron paso a un nuevo tema de su último trabajo, “Muerte O Victoria”, de nuevo con un bajo muy poderoso y de cadencia más pesada. El tema terminó con el guitarrista tocando los solos con la guitarra en la nuca, demostrando una vez más su habilidad con el instrumento.

WarCry (Foto: Javier Bragado)

De nuevo salió Vasko Vassilev al escenario para tocar, “Nana”, la cual fue interpretada solamente por el violinista y Pablo García, retirándose del escenario el resto de la banda. Un momento muy especial que de nuevo mucha gente quiso grabar con sus teléfonos para inmortalizarlo. Víctor García acercó el micro una y otra vez al público que no dejó de cantar ni un solo instante.

Warcry incansables pasadas las dos horas de concierto

Y para recuperar el ritmo del concierto la elegida fue “Así Soy”, una canción llamada a ser un himno de la banda, que funciona mucho mejor en directo que en el álbum, coreada por el público y que levantó cuernos al aire, soltó melenas e hizo que se bebieran litros de cerveza. El concierto continuó con otro temazo de la vieja escuela, “Espíritu De Amor”, en el que la batería retumbó y el teclista ganó de nuevo protagonismo. Un trallazo que puso al público a saltar.

WarCry (Foto: Javier Bragado)

Y si grande fue la canción anterior, qué decir de la que siguió, “El Guardian De Troya” interpretado con la colaboración de Vasko Vassilev. Un momento que ninguno de los asistentes olvidará fácilmente. Interpretada magistralmente, con las pinceladas de color que puso el violinista aportando nuevos matices a un grandísimo clásico. La única pega que se le puede poner es que el grito final de la canción distó mucho del que ha cantado en otras ocasiones, un mal menor que todos estábamos dispuestos a perdonar, sobre todos a esas alturas de la noche.

Con “Trono Del Metal” pusieron fin a la primera parte del concierto, otro temazo de la banda y que todo el público cantó a pleno pulmón a ritmo de doble bombo y sonido de metal clásico, muy alejado del sonido de su último trabajo. Llevábamos más de dos horas de concierto y la gente seguía a tope, coreando sus canciones favoritas en el descanso cuando al fin la banda hizo su aparición para tocar “El Amor De Una Madre”. Una preciosa balada que todos los asistentes cantaron con mucho sentimiento y que hicieron que se escapara alguna que otra lagrimilla, al menos a un padre primerizo como yo que no pudo evitar ponerse en el papel de esa madre.

Tras el momento lacrimógeno de la anterior canción volvió la acción con “Tu Mismo”, un chute de energía para ir despidiendo un conciertazo al que pocas pegas se podían poner. Y como no podía ser de otra forma, el concierto terminó con “Hoy Gano Yo”. Con la colaboración del violinista y con un inflable con forma de cuernos en el escenario, la banda interpretó la canción que mejor define lo que es Warcry para el público español, metal en estado puro y orgullosos de ello.

WarCry (Foto: Javier Bragado)

En total dos horas y media de concierto y 22 canciones más la instrumental de Vasko Vassilev que se nos pasaron volando. Un grandísimo concierto en el que todo el mundo quedó contento, a pesar de que no tocaran su canción favorita. Y eso es algo que hay que destacar positivamente de Warcry, que no tienen un setlist cerrada y que cada show es distinto, pudiendo rescatar canciones que hace años que no tocan y sonando gracias a ello siempre frescos y espontáneos. También destacar el carisma y buen rollo tanto de Víctor como de Pablo García, dos titanes en lo suyo y que dan a los conciertos de Warcry ese punto divertido y que hacen que la Riviera se les quede pequeña dos días consecutivos.