Volbeat en Bilbao: el relevo ha llegado
A estas alturas de la película, es complicado nombrar a más de cinco bandas que vayan a ser capaces de dar relevo a los grandes monstruos que siguen gobernando el panorama.
Muy pocas formaciones consiguen pasar a la última fase, esa en la que las salas se quedan pequeñas y se tienen que usar grandes pabellones para poder albergar a sus aficionados. Parecía claro hace años que Volbeat estaban llamados a ser uno de esos conjuntos escogidos, pero sin duda ha sido en esta última gira, cuando han ratificado con creces todo lo que apuntaban.
Presentando en el BEC de Barakaldo su flamante último trabajo, ‘Servant Of The Mind’, y con entradas de más de cincuenta euros de por medio, los daneses consiguieron congregar cerca de tres mil personas. Un auténtico hito para una banda que fuera de nuestras fronteras está acostumbrada a encabezar festivales y a tocar en plazas enormes, pero que aquí aún no había terminado de reventar todas sus posibilidades. El pasado sábado demostraron lo grandes que son ya, pero, sobre todo, lo grandes que pueden llegar a ser a poco que vayan explotando la fórmula que les ha hecho celebres
Lobos con piel de cordero
El primer telonero de la velada corrió a cargo de los norteamericanos Bad Wolves, una banda de metal alternativo que aún no tiene un gran predicamento dentro de nuestras fronteras, pero que todo apunta ira creciendo en popularidad después de esta exitosa gira. Vinieron presentando su tercer trabajo, Dear Monster, del que interpretaron cortes como “If Tomorrow Never Comes” O “Lifeline”, desplegando influencias de este siglo. Influencias que uno asumía rápidamente con la clase de Metal que lleva décadas triunfando en America.
Su puesta en escena fue convincente a pesar de que actuaron con la décima parte de luces que los cabezas de cartel, con un frontman comunicativo y unos músicos a los que se les notaba tablas suficientes como para no amedrentarse delante de tantísima gente.
Dispusieron tan solo de treinta minutos para mostrar en Barakaldo de lo que eran capaces, dejando bastantes lapsos para tratar de conectar con la audiencia y un lugar especial al que ha sido hasta el momento su mayor hit, la versión de “Zombie” de Cranberries que verdaderamente incendio el recinto. No conseguirían una reacción similar con ninguno de sus otros temas, a pesar de que uno de sus guitarras tuvo la osadía de bajarse entre el público en un divertido momento de la actuación.
La bandera de la fiesta
Los siguientes en subirse a las tablas del BEC fueron los galeses Skindred, una formación que lleva casi veinticinco años mezclando estilos y haciéndose un nombre solido dentro de lo que algunos considerarían metal moderno. Su abanico de influencias es enorme, ya que viniendo directamente del Nu Metal de finales del pasado siglo, han conseguido incorporar a sus canciones, sonoridades Reagge, Dance o Hip Hop con una naturalidad que para sí quisieran muchos.
Comandados por el estelar Benji, que portaba una bandera adherida a su pie de micro, fueron los que comenzaron realmente la fiesta en Barakaldo con cortes tan entusiastas como “Kill The Power” o “Gimme That Boom” con los que más de uno sintió que se encontraba en una gigantesca rave. Lanzaron proclamas políticas incendiarias, se permitieron introducir un par de cortes con clasicazos como “Jump” de Van Halen o “Iron Man” de Sabbath y dejaron claro como a pesar de ser una rara avis dentro del mundo metálico, su personalidad incuestionable les hace triunfadores del sarao que tengan por delante.
Rematarían su breve comparecencia, con dos bombas bailables como “Nobody” y “Warning” con los que incitaron a la gente a quitarse sus chaquetas y ondearlas en el aire como si aquello fuese una enorme verbena, concluyendo entre aplausos entusiastas y sonrisas generalizadas. Una actuación que sin duda dejo caldeado el ambiente para la enorme fiesta que vendría después.
El triunfo de una formula perfecta
A la hora estipulada y sin el más mínimo retraso, los tres daneses y el norteamericano que componen Volbeat se presentaron en Barakaldo para desatar unas hostilidades que acabarían durando poco más de hora y media. Arrancarían con con “The Devil’s Bleeding Crown” con un sonido que desde el primer momento ya resultaría perfecto. Entre cañones enormes de humo, los de Michael Poulsen rápidamente se metieron al pabellón en el bolsillo, dejando claro que su actuación estaría centrada en sus últimas composiciones.
“Pelvis On Fire” y “Temple Of Ekur” servirían de prolegómenos al que sin duda sería el primer punto álgido de la velada, un enorme “Lola Montez” que ya sonó a clásico absoluto. Su perfecta melodía incendio la noche y nos recordó los motivos por los que Volbeat han llegado a convertirse en gigantes del estilo. Melodía perfecta, una voz carismática que nunca falla y una innegable capacidad para crear cortes que pueden ser coreados por un estadio entero. Se podría incluir la variedad de estilos a los que la banda hace guiños en sus canciones, pero todos sabemos que no fueron sus ramalazos thrash los que les convirtieron en lo que hoy en día son.
Volviendo la vista hacia su anteúltimo redondo, los daneses interpretaron un “Last Days Under The Sun” que sonó absolutamente perfecto, y que sirvió de preámbulo para otro de los temas favoritos por la mayoría de aficionados. “Fallen”, una vez más dedicada al padre de Poulsen, volvió a estremecer por la sinceridad que atesora, por el amor y respeto que encierran esos cuatro minutos de dolor familiar.
Con el público absolutamente rendido a sus pies, el líder se encaramaría la acústica en primera linea del provocador, para interpretar una desenchufada y acortada versión del “I Only Wanna Be With You”. Un bonito recuerdo de su primer trabajo, del que hoy no se acuerda demasiada gente, pero en el que ya estaba presente la formula perfecta que ha conseguido encumbrar a estos daneses. Dejando rápidamente de lado el mencionado recuerdo, y mencionando a sus propios hijos, Poulsen rápidamente atacó el que fuera el primer hit de la banda, el inmortal “Sad Man´s Tongue” sobre el que la sombra de Jhonny Cash siempre planea sin rubor.
En este punto la fiesta en el BEC era de proporciones bíblicas, con todo el mundo coreando, bailando y realmente pasando un rato de lo más divertido. Unos momentos en los que cualquiera hubiese podido imaginar un relativo parón de intensidad, a cargo de canciones menos bailables, pero en su lugar lo que Volbeat tendrían preparado sería un ramillete de temazos que no hicieron más que ir subiendo la intensidad minuto a minuto. “Wait A Minute My Girl” con piano de cola y saxofón entre decenas de globos arrojados al cielo, sería sin duda el más disfrutable.
Cortes como “Black Rose” o “Shotgun Blues” mantendrian la fiesta encendida, al tiempo que no podíamos dejar de echar de menos viejos himnos como “Radio Girl” o “16 Dollars”, que tristemente no tuvieron ánimo de recuperar. No cabe duda de que la batería de clásicos de Volbeat es ya tan enorme, que tienen que realizar una criba durísima para poder presentar su material reciente, y seguir interpretando los cortes que verdaderamente les comenzaron a poner en la envidiable posición que hoy en día ostentan.
Pasando por una pequeña parte del concierto en la que el Metal por fin pareció tomar un poco de protagonismo, atacarían “Seal The Deal” y “The Devil Rages On”, bajándo la intensidad de las luces y sacando colmillo. Momentos en los que un Rob Caggiano cada día más estelar pudo brillar con su perfecta técnica, en medio de un repertorio que no está concebido para lucimientos técnicos. Terminarían la parte troncal de la actuación con una selección de cortes resolutivos, pero ciertamente cuestionables, ya que teniendo himnos de mucha máyor enjundia, resulta difícil de entender marcharse a los bises con temas como “Slaytan” o “Dead But Rising”.
Algo similar ocurriría cuando la formación volviese sobre las tablas, dejando como primer puntal sobre el que comenzar los bises a “The Sacred Stones” un corte que tiene su miga pero que no pintaba nada en posiciones tan ilustres. No se podría decir lo mismo del enérgico “Die To Live” que nos sacaría del pequeño bajón anterior y volvería a meter la quinta para que la banda enfocase la parte final como la actuación merecía.
Los dos últimos cortes de esta gran noche, estarían eso sí, perfectamente escogidos, el primero, “For Evigt”, por haberse convertido en el tema más popular del conjunto y el segundo, “ Still Counting” por ser el himno con el que siempre han dado carpetazo a todas sus actuaciones. Ambos instantes volverían a situar la comparecencia en posiciones incontestables, volviendo a demostrarnos por enésima vez el por qué Volbeat están a las puertas de convertirse en la próxima gran banda de Metal del mundo. Una formación que nunca falla en sus directos, tiene himnos como para llenar dos horas y cuenta con la formula ganadora en su ADN.
Texto y foto: Unai Endemaño
Promotor:Madness Live!
Día:2022-11-11
Sala:BEC!
Ciudad:Bilbao
Teloneros:Skindred, Bad Wolves
Puntuación:9
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.