Voivod eleva el thrash a la perfección en Barcelona
Que un concierto sea literalmente perfecto depende de muchos factores, de ahí que rara vez se den todos a la vez en el espacio y tiempo. No solo la banda debe rallar la excelencia sino que debe hacerlo también el sonido, el ambiente, el repertorio, el público en general y ese factor X que se da de tanto en cuanto gracias al cual grupo y audiencia conviven en total armonía durante un puñado de horas como si de un ecosistema natural se tratase, retroalimentándose y absorbiendo la energía el uno del otro.
Creo que existe un consenso suficientemente amplio a la hora de afirmar que lo vivido ayer en la sala Bóveda de la mano de los canadienses Voivod entra dentro de esta categoría de bolos muy especiales que se dan muy de tanto en cuanto. De hecho, todo el mundo coincidió que éste era sin duda el mejor concierto que la banda de Snake y Away había dado en Barcelona (y ya van unos cuantos) y seguramente un firme candidato a concierto del año.
Con unos teloneros (Nightrage) que estilísticamente equidistaban notablemente del cabeza de cartel, la velada arrancaba puntual ante una audiencia que no creo que superase las 150 personas, lo máximo que Voivod son capaces de arrastrar en Barcelona. Es triste que una banda de su categoría, status de culto y trayectoria de 35 años, mueva cifras de banda local en una gran ciudad como Barcelona. Pero está claro que visto lo de ayer mejor 150 fanáticos acérrimos que 400 casuals como parece que sucedió un par de días atrás en la misma sala con los polacos Batushka. Da igual que Voivod vengan solos de cabeza de cartel que acompañando a otras bandas como Neurosis, Carcass, Arch Enemy, Sepultura o Entombed; siempre acaban tocando para 4 gatos.
Llegué justo para Voivod por lo que no pude ver la actuación de los griegos Nightrage, una banda de death metal melódico que lleva ya bastantes años en activo, 7 discos en su haber y por cuyas filas han pasado tipos ilustres como el ex Ozzy Osbourne, Gus G., o el vocalista de At The Gates Tomas Lindberg. Presentando su último trabajo “The Venomous”, Nightrage dieron un concierto muy notable por lo que me comentaron, congregando en la sala a una nutrida audiencia dispuesta a disfrutar de sonoridades algo más melódicas y accesibles que las del cabeza de cartel.
Voivod sale con todo
Puntuales sobre la hora establecida, salieron a escena Away, Snake, Chewy y Rocky y simple y llanamente, la locura se desató. Desconozco las causas pues Voivod es una banda bastante habitual de los escenarios estatales, por lo menos en los últimos 10 años, tiempo en el que se han paseado por aquí 5 o 6 veces si no me falla la memoria, aunque salvo en una ocasión (éramos 50 en la sala, año 2010 creo recordar) siempre ha sido de teloneros de alguien -aparentemente- de mayor peso, léase Arch Enemey, Sepultura, Entombed o Carcass. El caso es que fue sonar los primeros acordes de «Post Society», y el foso de la sala Bóveda pasó a convertirse en un pogo y un desmadre monumental que no recordaba yo desde hacía mucho tiempo. Lo mejor del caso es que no se quedó ahí y la euforia desatada por la banda prosiguió hasta el final del concierto. A tenor de lo visto, parecía que era la primera vez que Voivod tocaban por aquí.
Sin tiempo para respirar, los canadienses atacaron «Ravenous Medicine» y lógicamente se lió parda, con invasión de escenario, media sala majara perdida y Snake con la cara desencajada sin saber muy bien qué es lo que estaba pasando. Las cosas como son, Voivod son una banda de thrash pero muy dada a los medios tiempos, pasajes progresivos, partes más atmosféricas… No suelen desatar las mismas pasiones descontroladas que gente tipo Slayer u Overkill cuyo repertorio está hecho para que la audiencia se desmelene desde el principio hasta el fin.
No habían ni transcurrido 2 o 3 temas que Snake ya nos hizo saber que éste estaba siendo el mejor concierto de toda la gira. Y eso que no había hecho más que empezar. Cuando vio al primer tipo subirse al escenario, como buen canadiense educado y ya entradito en años que es, se mostró un tanto distante y ajeno al desmadre generalizado, pero al final no pudo más que capitular y aceptar que esa noche iba a tener que compartir escenario con sus 3 compañeros de banda y un porrón de espontáneos más.
Prosiguieron Voivod su actuación alternando cortes de su nuevo lanzamiento «The Wake» como «Obsolete Beings» o «Iconspiracy» con viejos cortes de los 80 que nunca antes habían tocado en directo, o por lo menos no en sus últimas 5 o 6 visitas por aquí como «Technocratic Manipulators» o «Into my Hypercube», que no hicieron sino subir las revoluciones del personal y desatar la euforia entre los más acérrimos de sus seguidores. «The Prow», una de las habituales, como era de esperar, puso la sala patas arriba con todo el mundo coreando el tema y liándola parda.
Llegados a este punto quedaba claro que Voivod estaban flipándolo y no hicieron si no poner todo de su parte para que la gente se lo pasara aún mejor y fuera todo todavía más bizarro y desmadrado. En un momento de la actuación, un tipo subió a hacerse un selfie con Away ante la mirada atónita del roadie quién obviamente intentó detenerle. Away, lejos de denegarlo, apartó al roadie y posó junto al tipo para echarse la foto y acto seguido arrancar el siguiente tema, lo nunca visto. Snake por su parte, no paraba de beber cerveza suponemos que dejándose llevar por la euforia, mientras que Chewy y Rocky no andaban quietos en ningún momento haciendo headbanging e interactuando con la audiencia acercándoles el micro para que cantaran, gesticulando y vacilando con ellos cuando subían al escenario e incluso, atención, tirando sus instrumentos literalmente al público (bajo y guitarra) para que la gente hiciese la ruidera que quisiera con ellos (a riesgo de rompérselos, claro).
No hay respiro alguno con Voivod en directo
El show prosiguió con «Order of the Blackguards» que incendió más todavía la sala y fue coreada hasta la extenuación por media sala. Ni siquiera cortes nuevos o más recientes como «Fall» y «Always Moving» lograron calmar un poco a la audiencia que a estas alturas rozaba el éxtasis colectivo. «The Lost Machine» del «Outer Limits» y lógicamente «Voivod», cerraban una actuación espectacular, soberbia y sobre todo, amena y gratificante en tanto que le alegra el día a uno ver a una de sus bandas favoritas pasándoselo tan bien sobre un escenario tocando ante 150 personas tras 35 años de oficio. Cuando parecía que se iban para no volver, Voivod regresaron a escena y a ritmo de «Overreaction» acabaron de fulminarnos y noquearnos a todos.
El sonido acompañó durante toda la noche y pese al desmadre que se vivió en todo momento sobre el escenario, ninguno de los miembros del grupo dejó escapar ni una sola nota, lo que da a entender el nivel técnico que estos tipos se gastan, sobre todo su guitarra Chewy que es un portento de otra galaxia y que sin lugar a dudas ha salvado a Voivod de la más que probable desintegración tras la muerte de Piggy hace algunos años (quién por cierto, tal y como nos recordó Snake, habría cumplido 59 años esa noche de seguir con vida). No solo la banda está en un estado de forma excepcional, tanto en directo como en estudio, sino que además disfrutan con lo que hacen, algo vital cuando la recompensa económica tiene pinta de ser más bien escasa.
Puestos a encontrar alguna pega al concierto, media horita más de tiempo no habría estado nada mal, quedaron fuera muchísimos clásicos como «The Unknown Knows», «Killing Technology», «Astronomy Domine», «Tribal Convictions»… 13 canciones para un cabeza de cartel es poquito, las cosas como son. Nunca serán Voivod una banda de masas ni creo que a estas alturas pretendan serlo, pero con bolos como éste tienen ganado el cielo ya. Si no estuviste, siento decirte que te perdiste uno de los conciertos del año, si no el que más.
Texto: Javi Félez | Fotos: Elena Marco
Promotor:Madness Live!
Día:2018-09-24
Hora:20:30
Sala:Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Nightrage
Puntuación:10
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