Trivium y Heaven Shall Burn arrasan Madrid
Se auguraba que la llegada de Trivium y Heaven Shall Burn a la capital era un acontecimiento que iba a dar de qué hablar. Aún con las ristra de “sold outs” que se andan cosechando las giras que se acercan a nuestro país, ambas bandas dejaron el listón bien alto dando vida a un show digno para el recuerdo.
Aunque no es complicado tener por nuestras tierras a dichas agrupaciones por separado, la sinergia que forman ambas agrupaciones juntas, sumado a la calidad innegable de Obituary y Malevoence, hizo que la velada del sábado no hubiese especioso libre en la icónica Riviera madrileña.
Sangre nueva
Quizá Malevolence fuera el nombre menos llamativo de un cartel cargado de titanes. Aun así, tras su actuación en la pasada edición del Resurrection Fest, su popularidad se encuentra en pleno auge. A pesar de tener un hueco únicamente a una hora bastante temprana, los de Sheffield trataron de elevar el mercurio. Rompieron las hostilidades con “Malicious Intent”, conectando con el respetable desde el primer instante. Su propuesta era la más cercana al hardcore, como bien demostraron “Self Supremacy” o “Keep Your Distance”, manteniendo el equilibrio perfecto entre los guturales de Alex Taylor y Konan Hall como puente en los intervalos melódicos.
Su diferencia estilística no mermó las ganas del respetable de disfrutar de su tiempo en escena, y aportó diversidad al conjunto total. La comunión banda-púbico se propició de manera casi inmediata, e incluso el citado Alex Taylor no dudó en darse un baño de masas y surfear la manea de manos lanzándose desde el escenario. “On Broken Glass” culminó su actuación.
Viejas glorias
Calificar a Obituary como unos meros teloneros debería considerarse casi como un pecado mortal. Con la excusa de haber lanzado recientemente ‘Dying Of Everything’, se sumaron a la gira haciéndola aun, si cabe, más llamativa. Comenzaron la descarga con “Redneck Stomp” encuadrada en su disco ‘Frozen In Time’, que en 2005 volvía a situar a la banda en la escena musical tras un leve parón de casi un lustro.
La banda de los hermanos Tardy contó con un sonido limpio, que les permitió elevar su ejecución en directo. Huelga decir que el quinteto tiene catálogo de sobra para el buen deleite de sus seguidores, y, aunque en esta gira la balanza se vio inclinada hacia su segunda etapa con cortes como “Visions In My Head” (‘Inked In Blood’ – 2014) o “A Lesson In Vengeance” (‘Obituary’ – 2017) también hubo tiempo para contentar a los más veteranos de la sala. Asimismo visitaron su época dorada en los 90’s con “Don’t Care” o “I’m In Pain” usada como colofón final en sustitución de “Slowly We Rot”.
Podría decirse sin duda que Obituary fueron la guinda de un delicioso pastel. Lejos de confeccionar uh show tirando de clásicos del death metal en piloto automático, equilibraron muy bien su artillería, demostrando que no solo del pasado vive una banda. Sin duda, la de John y Donald Tardy salió más que victoriosa de la capital.
Heaven Shall Burn, una apisonadora infalible
Podría decirse que Heaven Shall Burn son como aquella excepción que acaba confirmando toda regla. A fin de cuentas, toda banda que ahonda en los terrenos del metalcore acaban virando su sonido con la única finalidad de ir modelando su personalidad con el paso de los años, siendo la formación alemana de las pocas que se han mantenido firmes como una roca con el devenir del tiempo. Este factor puede ser un arma de doble filo y hacer que sus shows pequen de lineales para aquellos que no acaban de conectar con sus melodías; pero también puede ser un verdadero deleite para sus seguidores más fieles.
Pero una cosa sí que está clara; quien se acerque a ve tocar a la maquinaria teutona debe tener bien claro que son como una apisonadora capaz de demoler todo a su paso. Así fue en Madrid desde los primeros acordes de “Hunters Will Be Haunted”, que, aunque el sonido no fue un sazonador, sino más bien todo lo contrario, sumió a la pista de la Riviera en un mar de mosh pits. Si en algo basa su personalidad HSB es en la combinación de la brutalidad y energía del torrente vocal de Marcus Bischoff acunada por las armonías del ámbito musical.
El set se centró en reproducir su último trabajo de estudio editado, ‘Of Truth And Sacrifice’, que vio la luz en los oscuros tiempos de pandemia. Resaltaron “March Of Retribution”, “My Heart And The Ocean” o “Übermacht” de la que el respetable se esforzó incluso en corear sus versos escritos en alemán. La fuerza transmitida en el directo fue tal, que no importó que el sonido no jugase a su favor. Y es que, puede afirmarse sin duda que Heaven Shall Burn son una de esas formaciones que se crecen en directo. Lo hace incluso recreando el “Black Tears” de Edge Of Sanity, canción que han hecho tan suya, que brilla por sí misma en los directos. Aunque se hubiera deseado un set algo más largo, no faltaron perlas como “Endzit”, cuyas ligeras melodías introductorias llevan a la más absoluta brutalidad segundos más tarde.
“Tirpitz” puso el broche de oro a una actuación plétorica a la que solo le faltó casar con la ecualización del sonido para rozar la perfección. Aunque se echó en falta algún clásico, los seguidores quedaron más que satisfechos con la actuación de los hermanos Bischoff.
La furia del dragón
El momento más esperado de la noche llegó tras el cambio de backline. Aunque la gira estaba compuesta por dos cabezas de cartel, sin duda alguna los americanos Trivium fueron los que se llevaron más clamores del respetable. Tras una ultra coreada “Run To The Hills”, el cuarteto salió a matar con “Rain” corte de su ‘Ascendancy’; álbum que haciendo honor a su nombre hizo despegar a la banda a principio de milenio hasta conseguir la merecida reputación que manejan a día de hoy.
Lejos de suponer un hándicap, la tediosa pandemia le ha traído inspiración a Trivium para publicar no uno, sino dos álbumes: ‘What The Dead Men Say’ y ‘In The Court Of The Dragon’. No obstante, aunque hayan sido el motor para generar una gira, únicamente han contado con la representación de de “Catastrophist” y “Feast Of Fire” respectivamente. Aparte del decorado del escenario, flanqueado de dragones, típicos elementos de la cultura japonesa.
El inicio se dio fuerte, coronando “Server The Hand”, “Strife” y “Black” la primera mitad del espectáculo, aunque sin duda relucieron “A Gunshot To The Head Of Trepidation” y “Throes Of Perdition”. Pero temazos aparte, si algo destaca de Trivium aparte de lo musical, es el carisma de su vocalista Matt Heafy, capaz de animar cualquier alma. Aunque el peso de la banda recae sobre sus hombros, es interesante ver los relevos a las voces de sus compañeros Corey Beaulieu y Paolo Gregoletto, lo que le da sin duda el toque especial a los de Orlando.
La recta final del concierto estuvo marcada por clásicos de la talla de “Until The World Goes Cold”, “To The Rat”, que con tintes más thrashers sumió en un mosh inmeso la pista o “The heart From Your Hate”, antes de llegar a la imprescindible “In Waves”. Pero no solo de buen hacer se nutre una buena experiencia. Nunca está de más que los músicos muestren su parte más humana,. Y Heafy hizo detener el fin de la canción al tener a alguien lesionado en medio del pogo, a fin de cuentas son los propios espectadores los que hacen posible tener a la banda encima del escenario, por lo que nunca sobran este tipo de preocupaciones.
El broche de oro lo puso “Pull Harder On The Strings Of Your Martyr”, que finalmente dejaba sin aliento a las centenas de personas congregadas. El combo de bandas dejaron su alma sobre el escenario, y dejando un buen sabor de boca en los congregados. Aun queda mucho año por delante, pero será será difícil igualar la entrega, energía y calidad derrochadas aquí. Sin duda un show para recordar.
Texto: Tamara Ruiz / Fotos: Kaisla Virtanen y Roberto Romero
Promotor:Bring The Noise
Día:2023-02-05
Hora:17:30
Sala:La Riviera
Ciudad:Madrid
Teloneros:Malevolence Obituary
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.