Toundra encienden Vigo con su vórtice instrumental
La gira europea que Toundra comenzaron el año pasado para promocionar su quinto y más reciente disco paró en esta ocasión por la ciudad olívica. Esta vez los madrileños decidieron citarnos a unas 300 personas en la sala Iguana Club, donde se creó ambiente acogedor y hogareño tras agotar todas las entradas anticipadas y de taquilla como era previsible.
Continuando la presentación de ‘Vortex’ en vivo, Toundra volvieron a Galicia ofreciendo un concierto épico en La Iguana Club de Vigo, donde han tocando infinidad de bandas míticas desde finales del año 1990 como Green Day, The Offspring, Blink-182 o Lagwagon. Nos lo debían tras tener que posponer fechas debido a un accidente de su bajista que por suerte se quedó en un susto.
Esteban (guitarra), Alberto (bajo), Macón (guitarra) y Álex (batería) deleitaron a unos 300 seguidores con un set de 10 canciones durante casi 1 hora y media. La sala estaba hasta arriba de gente de todo tipo y edades, desde los más acérrimos fans tarareando todas y cada una de las melodías que se proyectaban, pasando por los que permanecían estáticos hasta aquellos que simplemente iban de paso a disfrutar del show.
A pesar de las diferencias en las maneras de disfrutar el bolo (cualquiera es respetable mientras no atente contra nadie), la mayoría de los asistentes llegaron al punto en común de que estos cuatro músicos son tan cercanos y agradecidos como profesionales. Está claro que para disfrutar de un riff, ritmo o canción no hace falta tener detrás a un vocalista ni seguir el esquema típico. Mientras todo salga de dentro, sea original o aporte algo de forma unipersonal es suficiente. Ningún género musical requiere obligatoriamente más elementos que las ganas, entrega y cierta capacidad para crear con imaginación.
Imparables desde el primer minuto
A una hora bastante inusual para un concierto sin teloneros y pasadas las doce de la noche, «Breathe» de Pink Floyd empieza a sonar por toda la sala. Los que hayan visto a Toundra en directo ya saben que es habitual escuchar algún fragmento del legendario ‘The Dark Side Of The Moon’ como prefacio a sus directos.
Con los músicos ya sobre el escenario y entre aplausos y gritos se empieza a reproducir el primer corte de ‘Vortex’, una intro de minuto y medio que nos metió de lleno en «Cobra» dejando a más de uno despeinado y boquiabierto, sorprendiendo a quien dudaba de si el sonido iba a acompañar. Sonó casi de sobresaliente, distinguiéndose perfectamente cada uno de los instrumentos sin pisarse entre ellos.
El veneno de «Cobra» dejó paso a los primeros acordes de «Tuareg», que rompieron con la entrada de la atronadora percusión de Álex siendo ésta la protagonista absoluta a base de golpes contundentes de bombo y toms y unos fills muy atractivos tirando hacia el final.
Melodías que hablan por sí solas
Como ya he insinuado, lo de tener que contar con voces, una o dos guitarras o prescindir de bajo es opcional a día de hoy en la música. En el caso de Toundra y su mezcla entre música progresiva, post-rock y metal la voz no es que falte, es que directamente no se echa de menos y hasta podría cortar el rollo.
El juego de las guitarras de Esteban y Maca tomando cada una un camino o fundiéndose es suficiente para que cada uno recree en su propia cabeza las situaciones, emociones y sentimientos que quiera con lo que llega hasta sus oídos. La magia de la música instrumental tiene estos elementos a su favor, y es que las sensaciones que te produce establecen un vínculo emocional que puede significar un montón de cosas de manera individual.
Los primeros y repetitivos acordes de «Bizancio» tomaron completamente mi ser. Es mi canción favorita de esta banda, y llevada a mis vivencias y a lo personal me hizo sentir tantísimas cosas y recordar a tantas personas y momentos que han ido entrando o saliendo de mi vida que casi me llevan a una catarsis y me pongo a llorar como un bebé. Dejarme llevar hasta sentir como algo de mí sobrevolaba la sala (no, no consumí nada raro) con este tema fue una de las mejores experiencias que me llevo de un concierto hasta hoy, y no es que haya ido a pocos. Pena que los arreglos orquestrales y acústicos tengan que ser recortados para ajustarse a los elementos del directo.
La Iguana es domada por el rock «mudo»
La sala Iguana Club no es un lugar hecho para grandes eventos, y a decir verdad no es muy cómoda cuando está con aforo completo. Las poco más de 250 personas que entran allí no tienen demasiado espacio para tomar el aire, pero tampoco hay queja cuando estos supuestos puntos negativos juegan a favor del público como es el caso. Sentir la calidez de la gente sin agobiarte y estar casi a un palmo del artista es de agradecer y crea un vínculo extra que en el caso de Toundra y su estilo es un privilegio.
Luego de rebobinar hasta ‘(II)’ con «Bizancio», «Kitsune» nos llevó al álbum ‘IV’ impregnando cada rincón del local con el tremendo sonido que escupían cada uno de los instrumentos y haciendo del sitio un lugar tan cómodo como tu propia casa. «Cielo Negro» dejó al descubierto las cuatro cuerdas y pesadas líneas de bajo de Alberto prácticamente de la misma manera que en la versión de estudio. Diría que esta canción es una de sus diez más queridas y escuchadas, pero no me aventuro a corroborarlo con seguridad.
Con «Magreb» volvimos a ‘(II)’ otra vez y a esos riffs y melodías típicos y atrapantes tan característicos post-rock resultado de mucho tremolo picking, retroalimentación y delay para sumergirnos en un juego de batería y bajo muy potente y minucioso. Toundra juegan tan bien de forma individual como cuando se juntan y forman un solo ente.
La tanda final previa al bis constó de dos cortes más de ‘Vortex’: «Kingston Falls» y «Mojave». Aunque ya pasaba de la una de la madrugada del domingo, los asistentes no atendieron a tiempos ni horarios. Las estrofas de «Kingston Falls» fueron coreadas por casi todos los espectadores, que sucumbieron también al inicio electrónico y minimalista de «Mojave» que culminaría con unas melodías afines al metal y hardcore, estilos que Toundra también acaricia en no pocas ocasiones.
Fin de una emotiva noche
Obviamente todos los que estábamos allí no nos íbamos a quedar sin pedir un bis. No hubo que insistir mucho para que la familia que han formado estos músicos nos regalase dos canciones más. Los delicados acordes iniciales de «Strelka» devolvieron la conexión público-grupo. Los pajarillos, el gong y los ladridos que se escuchan en el disco no se pudieron apreciar, pero tampoco fue necesario. A decir verdad, no importaron demasiado las adaptaciones y recortes de algunos elementos en directo. Podrían colarnos un chotis que lo agradeceríamos igual llegados al embelesamiento en el que muchos nos encontrábamos.
Nos dijeron hasta luego con «Cruce Oeste» para posteriormente darse un abrazo grupal y dar las gracias a gran parte de los que estábamos allí, dándonos la mano, lanzando púas, baquetas, agradecimientos y besos al aire. Buena forma de poner broche a la noche de este sábado de mayo. Si no has visto a Toundra en directo todavía, hazlo aunque no te acaben de entrar sus canciones en estudio porque es raro que te decepcionen.
Si tengo que poner alguna pega personal diría que empezar un poco antes el concierto hubiera sido ideal para añadir uno o dos temas más al set o, en su caso, para dar una oportunidad a unos teloneros (en Galicia sobran bandas que estarían dispuestas a tocar hasta gratis). Se echó de menos escuchar algo del primer disco (no tocaron ni una) y clásicos como «Zanzíbar», «Ara Caeli», «Marte», «Oro Rojo» o «Requiem», pero es comprensible cuando hay que poner un límite.
Otra cosa que no estaría de más sería el incorporar algún pasaje o arreglo en clave acústica pero en fin, que no hay no hay quejas importantes si nos centramos en lo que nos ofrecieron. Estuvieron muy cerca de la matrícula de honor y esperamos que pronto vuelvan por el noroeste peninsular (también nos valdría una visita de Adrift presentando nuevo disco).
Texto: Jaime Tomé | Fotos: Javier Lima
Promotor:SON Estrella Galicia (Mas Galicia)
Día:2019-05-11
Hora:23:30
Sala:La Iguana Club
Ciudad:Vigo
Puntuación:9
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