Toundra ponen la magia en Barcelona
La banda de post-rock española no ha dejado de crecer a lo largo de los años, y con ‘Vortex’, su último disco, ha demostrado que nuestras fronteras se les quedan pequeñas para la tremenda calidad musical que atesora su repertorio.
Les tuvimos por aquí el año pasado en el AMFest, la genial propuesta a modo de festival instrumental/experimental que se hace cada año en Barcelona, pero ahora tocaba poder disfrutar de ‘Vortex’ con todas las de la ley, en una sala a la altura de las circunstancias. En ese sentido, pocos emplazamientos mejores que el Teatre Barts del Paral·lel de Barcelona, con su elegancia y acústica difícilmente igualables por salas de similar tamaño.
Malämmar oscurecen el ambiente
Los invitados para la ocasión serían Malämmar, trío de Barcelona en el que destaca la densidad de su propuesta, con unos graves a punto para destrozar cualquier tímpano que se precie. Así, representarían la faceta más oscura de la velada mientras presentaban su más reciente lanzamiento, un escueto EP de tan solo dos temas titulado ‘Mil Mentiras’. Ahondando un poco más en su aún joven catálogo, eso sí, encontramos un ‘Vendetta’ que nos permite, a lo largo de seis piezas de lo más caóticas y brutales, adentrarnos muchísimo mejor en su universo sonoro.
Se notó que estábamos viendo a músicos que han pertenecido a otras bandas con anterioridad, que se han manejado a lo largo y ancho de la escena y que tienen ya sus tablas encima del escenario. El sonido fue bastante adecuado y, en general, los tonos de las luces de la Barts acompañaron a una formación que supo transmitirnos la densa oscuridad de su propuesta. Absolutamente recomendables.
Toundra ponen la magia
Pese a que adelantaron su actuación el mismo día de su concierto (unos veinte minutos que pudieron confundir a más de uno), el ambiente que se respiraba en la Sala Barts condal en los momentos previos a la actuación de los cabezas de cartel de la noche era el de las grandes ocasiones: muchas caras conocidas y la sensación, en general, de que estábamos a punto de vivir, una vez más, como una banda de nuestras fronteras y de nuestra movida consigue ese reconocimiento que aún es tan necesario en los tiempos que corren.
No hace mucho, a finales de año, nos impresionaban unos Crisix que conseguían llenar la Razzmatazz 2 de Barcelona, y Angelus Apatrida hacían lo propio en la Sala Salamandra de l’Hospitalet. ¿Por qué nos costará tanto asimilar que tenemos tanto talento como atención por parte de un público que realmente valora lo que nació a pocos kilómetros de su casa? Vaya, que aún sigue existiendo ese extraño mantra, con el victimismo por bandera, que relega las formaciones de nuestro país a un ostracismo que no hace más que destapar vergüenzas. Cuando cada vez son más los festivales que apuestan por formaciones aún en crecimiento y salas que se llenan para ver a grupos con pocas maquetas a sus espaldas, no nos podemos quejar de que esto se va muriendo poco a poco. ¡Un poco de autoestima, por favor!
Sea como fuera, y perdón por irme por las ramas, llegaban las 21:10 de la noche y las luces se apagaron para recibir a los protagonistas de la velada. Tranquilamente, con algunas cervezas en la mano y con la seguridad de quien camina sobre los aplausos del respetable, cogieron sus instrumentos y se pusieron a volcar su furia sónica para el delirio colectivo. Costó un poco, pero el sonido que se consiguió finalmente fue acorde a las circunstancias en las que nos encontrábamos. ¡Pocas bandas pueden poner el bajo a tan alto volumen sin que eso no se convierta en un mar indescifrable de notas!
Evidentemente basaron buena parte de su actuación en ‘Vortex’, el genial último larga duración de la banda, del que cayeron, por ejemplo, las iniciales “Cobra” y “Tuareg”. Igualmente, y como no podía ser de otra forma, nos dejaron degustar varias joyas de su ya amplio repertorio, como una “Bizancio” que nos puso los pelos de punta a más de uno. A nivel técnico, juegos de luces sincronizados con la música que, pese a dejar poca luz encima del escenario en según qué tramos del show, dejaron muy buenas sensaciones a lo largo del concierto.
¿Para qué quieres voz?
Aún sin dirigirse en ningún momento al público con un micrófono ni nada por el estilo, transmitieron muchísimo más que cantidad de bandas: miradas, gestos… intensidad. Se nota que los miembros de Toundra sienten cada uno de sus conciertos como una verdadera celebración musical, que disfrutan cada uno de los compases de su show. ¡Y eso se transmite al respetable! Esteban Girón sigue siendo el verdadero frontman de la banda, con sus ya icónicas poses que incitan a la ciática, mientras que David Maca a la otra guitarra le seguía cada uno de sus juegos adoptando, eso sí, una actitud algo más comedida frente al respetable.
Entre el público, algunos contemplaban patidifusos el espectáculo visual y sonoro que llegaba a sus sentidos, otros meneaban sus cabezas en los momentos más intensos de las canciones de Toundra… las formas de disfrutar de un concierto de post-rock son muchas y bastante variadas, así como los tipos de público que podemos encontrar en la misma sala.
El precioso desenlace
La preciosa “Kingston Falls” empezó a marcar el final del concierto, con ese punteo inicial que alguno llegó a corear como si del “Fear Of The Dark” se tratara. Intensidad y emoción a partes iguales, y es que no hacen falta 10 minutos para llegar a tocar la patata. Nos avisaron de que eso se terminaba, no sin antes deleitarnos con una “Mojave” que pasó de los beats iniciales a un despliegue sonoro que lo dejó todo por todo lo alto. ¡Lástima de algunos problemas en la pedalera de Esteban!
Se despidieron brevemente del escenario para volver, como no podía ser de otra forma, para rematarnos con un bis a la altura de las circunstancias. “Strelka” y “Cruce Oeste” acabaron por poner el broche de oro a una actuación de más de una hora y cuarto de duración donde demostraron ser los reyes en esto de transmitir intensidad y emoción tanto con sus instrumentos como con su presencia escénica.
Reparto de púas y baquetas, choques de mano y abrazos. Estaban como en sus casas, y es que en Barcelona se les quiere como en pocos sitios, con un público que no va sino en aumento al paso de sus giras y que valora cada paso musical que van daño con cada uno de sus nuevos esfuerzos discográficos.
Toundra no dejan de subir sus estándares de calidad y siguen demostrando, concierto a concierto, que son una de esas bandas que no dejan de crecer al transcurso de los años. ¿Y sabéis que es lo mejor de todo? Que suenan para todos y como todo, mezclando estilos sin ningún tipo de vergüenza y consiguiendo transmitir esa fuerza a un abanico de público de lo más amplio. ‘Vortex’ ya les ha llevado a patearse Europa entera; seguro que les habrá ido genial. Ahora, toca recorrerse una vez más los escenarios de la península para reivindicarse como una de esas formaciones que se han convertido en imprescindibles a estas alturas de la película.
Texto: Víctor Vallespir | Fotos: Elena Marco
Promotor:Holy Cuervo
Día:2019-03-06
Hora:20:00
Sala:Teatre Barts
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Malämmar
Puntuación:8
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