Thundermother y su hard rock salvaje

Juntar dos bandas de características similares en un escenario suele ser un acierto. Así es como se dan a conocer muchas veces propuestas de las que uno no tiene constancia. En este caso así fue, Thundermother como cabeza de cartel, con nueve años de trayectoria y tres discos en su haber, fueron la razón para acudir. Pinball Wizard, con doce años, un par de discos y una gran experiencia acumulada por haberse pateado docenas de escenarios, el gran descubrimiento de la noche. Conocer a todos los grupos es imposible, pero cuando la posibilidad toca tu puerta, hay que abrirla y dejar que pase. Así fue como descubrimos una formación, que tomando el nombre de uno de los temas míticos de The Who, vinieron a Pamplona acompañando a Thundermother en su gira española y se fueron encantados y con ganas de volver, nosotros también.

Creo que la expresión «teloneros de…» se debería empezar a borrar de la jerga del rock. Lo digo porque cada vez son más las formaciones que, acompañando a un grupo (en teoría) más importante en un cartel, se les aplica este apelativo, que no es despectivo ni nada parecido, simplemente es algo que indica como que juegan en otra división. Sin embargo se demuestra muchas noches de rock and roll que la calidad de los conciertos, a igualdad de medios, es siempre muy similar entre los grupos que comparten cartel.

Por supuesto que hay excepciones, pero la afirmación la hago con la clara impresión de lo que acabo de explicar. También hay muchas veces que los grupos «teloneros» son formaciones poco conocidas (a veces nada) que por las razones que sean están en un cartel con «uno de los grandes». Normalmente una oportunidad así nadie la desperdicia y suelen hacerse unos bolos acojonantes, pero insisto en un detalle importante, a igualdad de medios.

Y esto es lo que ocurrió el pasado viernes en la sala Indara de Pamplona, Thundermother y Pinball Wizard dieron sendos conciertos de calidad, en todos los sentidos, uno de ellos venía como cabeza de cartel, el otro no, y ambos corrieron por la misma autopista y con potentes máquinas. El transcurso de la noche nos dejó una bonita historia digna de repetirse, ¿por qué no?.

«Pinball Wizard»: de Pamplona al cielo del hard rock

Era la primera vez que Pinball Wizard visitaban Pamplona y mi impresión fue que vinieron con la clara idea de dar lo mejor para dejar huella suficiente y sembrar una semilla que germinara con el fin de volver en un futuro. A las nueve y media de la noche daba comienzo su concierto con un aforo como de un tercio de la sala ya completo.

La formación básica de cuatro componentes, guitarra, bajo, batería y voz, llegaban desde Sevilla presentando disco, «Shout It Out And Break The Sound», a priori el segundo de la banda pero el primero con ésta formación que lleva consolidada ya un tiempo. La intro sirvió para que cada uno tomara su posición en el escenario y rápidamente se arrancaron con «Hard Rock Steals Our Heart Tonight», saludaron, dieron las gracias por la acogida y el single «Come With Me» sonó atronador.

Pinball Wizard (Foto: Esther Cebamanos)

Después vendría el tema que da nombre al disco, dedicándoselo a Javi el del merchan. Los coros salían también desde la posición de Sergio, el batería, mientras que Memphis, pandereta en mano, ya se cantaba «Money Down», el cuarto tema de la noche. La petición de coros hacia el público se hizo muy efectiva con «Shake Me, Shock Me», tema que hizo de puente perfecto para «Good Girl Gone Mad», un blues que cabalga sobre un ritmo de batería y fraseo incesante de guitarra.

Al finalizar esta canción Joey explicó que tenía necesidad imperiosa de hacer algo que, aunque se había propuesto dejar de hacer, llegados ese momento no pudo contenerse y se quitó la guitarra, pidió música y sobre la melodía de la banda sonora de «9 semanas y media», «You Can Leave Your Hat On», se fue desabrochando y despojando de su camisa hasta quitársela del todo quedando con el torso al desnudo ya hasta el final del concierto mientras era jaleado por el público y aplaudido finalmente.

Pinball Wizard (Foto: Esther Cebamanos)

De esa guisa volvió a colgarse el instrumento y se cantó el clásico de Robert Johnson «Sweet Home Chicago». Memphis aprovechó esto para descansar unos minutos y volvió a ponerse frente al micro para aleccionar al público de cómo tenían que hacer los coros del siguiente tema; Give up, esa fue la consigna que rápidamente la aprendimos y «Crazy For Me» nos salió de lujo. Era momento de ponerse serios, así nos lo avisó la cantante al afirmar que la canción que iban a cantar era dura.

Ni corta, ni perezosa, apartó el pie de micro y dejó el escenario lo más libre posible de obstáculos para, junto a Joey y Cezar (bajista), darlo todo con «Down The Road». Finalmente dieron las gracias y se despidieron con «Hot Dust». El público, que llenaba como tres cuartos de la sala, pidió una más pero no era posible por cuestiones lógicas de tiempo. Pinball Wizard afirmaron que fue un gran bolo y que la gente había respondido muy bien, luego pudimos observar que la sonrisa se la llevaron puesta y quedaron con ganas de volver.

«Thundermother»: Suecia-Pamplona, un puente perfecto

Veinte minutos tardaron en adaptar el escenario para el siguiente grupo, Thundermother, que hizo su entrada bajo una intro en penumbra sobre la que fueron saliendo primero Emlee saludando y colocándose tras la batería, llevando el ritmo le siguió Sara tras el bajo y después Filippa, única componente original que, tras un cambio drástico en la formación en 2017 quedó para rehacer el grupo creando así la composición final que hoy en día está muy consolidada. Tras un triplete de baquetas comenzó el espectáculo con «Whatever» saltando finalmente la vocalista Guernica Mancini que tomó las riendas del concierto desde ese momento azuzando a un público que esperaba ansioso a las suecas y las llevó en volandas durante todo el concierto.

«Cheers» fue la continuación de aquello que daba pistas de lo que iba a seguir pasando sobre las tablas, una energía arrolladora por parte de Filippa que tomó una botella de vino y tras darle un largo trago la usó para hacer unos rasgueos en el mástil de su guitarra, al acabarlos la botella acabó rodando por la parte posterior del escenario mientras el tema iba cobrando más fuerza todavía.

Saludaron y volvieron al ataque con «Revival», el tema que da nombre a la gira demostrando así que las raíces de la formación siguen intactas a pesar de todo. «Racing On Mainstreet» llena de actitud dio paso a «Hanging At My Door», canción con la que Filippa siguió demostrando su dominio con las seis cuerdas dándose un paseo por toda la sala creando gran expectación entre el público, mientras, Guernica se la cantó llevando el ritmo a la vez con una baqueta que golpeaba contra un cencerro sin badajo creando un sonido de fondo que alimentaba mucho más la energía que provocan sus composiciones.

Raíces del hard rock setentero muy vivo

«Hellevator» es un tema que se lo dedicaron a uno de sus referentes, los Kiss, momento que hizo que el público las adorase un poco más. Una vez iniciado ese camino no quisieron obviar a Deep Purple y los nombraron al presentar «It’s Just a Tease». Se fue desarrollando «Follow Your Heart» y «Rip Your Heart Out» con una energía y actitud dignas de las herederas de ese Hard que nunca murió. Se volvieron a pasear por toda la sala esta vez Sara con su bajo y la guitarrista, ambas haciendo gala de una maestría espectacular.

Thundermother (Foto: Esther Cebamanos)

Thundermother volvieron al escenario para coger aire mientras Guernica contaba que en la vida hay que hacer lo que uno quiere, que es muy importante, y brindó por ello con el público echando un gran trago de cerveza. Sara aprovechó para pasarle una lata a un espectador que la atrapó casi con ansia y agradecido se la llevó.

«Enemy» es, quizá, la canción que podríamos decir que es la balada pero sin llegar a ese medio tiempo. Y, con una gran sonrisa, dispararon a matar con «Quitter», otro gran tema que se cantó la mitad Filippa mientras que Guernica aquí, pandereta en mano, le hizo los coros. Hubo tiempo también para un nuevo recordatorio a otro de los grandes, ésta vez a Motorhead, arrancándose con «Deal Whith The Devil», momentos en que Sara volvió a saltar al público para darse un garbeo por la sala.

Thundermother (Foto: Esther Cebamanos)

El final se veía llegar y pidieron alguien fuerte que se acercase al escenario, en medio de todo ello explotó el inicio de «Shoot To Kill» y en un momento Filippa se subió a hombros de un tipo gigante que la paseó por toda la sala demostrando esas dotes con la guitarra. Quien le dio la vueltica no fue otro que Rudy, uno de los culpables de aquella bacanal hard-rockera. Final del concierto, las chicas desaparecieron del escenario y el público insistía en que aquello no podía acabar todavía.

Adrenalina, actitud, energía y hard rock

La sala estaba bastante llena y desde las últimas filas hasta las primeras el público seguía pidiendo más. Finalmente salieron con la idea muy clara de echar un par de temas y a casa. El primero del bis fue «Fire In The Rain», buena elección para allanar el camino hacia un potente final. El medio tiempo lo empalmaron con «Give Me Some Ligth» y «Thunderous» para finalizar con «We Fight For Rock´n´Roll». Sin embargo no parecía que quisieran acabar así y de repente salieron al escenario los cuatro componentes de Pinball Wizard y se mezclaron con las chicas para cantar el tema completo.

Thundermother (Foto: Esther Cebamanos)

Saltaban, brincaban y provocaban al público que les seguía con toda la pasión del mundo y en un momento montaron una juerga impresionante. Aquello se acabó y todos se quedaron mirándose y echando tragos a las bebidas que tenían por el escenario distribuidas, el público gritaba que quería más y Guernica dijo que sí, que ellas también querían una más y se cantaron otra vez «Whatever» en esa bacanal que, esta vez sí, puso punto final a una grandísima noche de rock, un Hard Rock de lujo sobre un escenario cuyo sonido estuvo a un nivel muy bueno, las luces crearon los ambientes propicios y los componentes de ambas formaciones dieron el doscientos por cien, disfrutando y haciendo que el público marcara aquella cita como una de las importantes en el panorama musical de nuestra ciudad.