El prog hipnótico de Threshold en Barcelona
No llenaran un estadio, pero nadie se atreve a quitarles el estatus de leyendas. Son una de esas bandas que por uno u otro motivo jamás llegaron a adentrarse en el mainstream, pero que al más puro estilo del progresivo, se han ganado un estatus de banda de culto a base de trabajos muy sólidos y de directos intachables.
Mientras que Razzmatazz colgaba el cartel de sold out a unas horas de que Volbeat diera uno de los conciertos más esperados del año, a escasas calles el viandante atento podía observar un panorama muy diferente. La sala Bóveda abría antes sus puertas para recibir a un grupo de valientes irreductibles dispuestos a disfrutar del primer concierto de Threshold en la ciudad condal.
Todo fan del prog sabe cómo funcionan estos eventos. Salvo la contada ocasión en la que Dream Theater plantan un concierto de tres horas con una producción digna de una película de Steven Spielberg o cuándo Tool deciden manifestarse tras décadas olvidando a España, un concierto de metal progresivo supone un acontecimiento de nicho, un evento que pasará desapercibido para el 95% del público que no sea asiduo del género. Por eso considero que no es cierto que el concierto de Volbeat mermara la asistencia al de Threeshold, ya que considero poco probable que el que asistiera a uno de los conciertos se planteara por un segundo asistir al otro.
On The Raw prepararon bien a nuestros oídos
Los locales On The Raw fueron los encargados de abrir la velada con una propuesta instrumental que hizo las delicias de un público que por lo general estuvo muy atento y supo apreciar la propuesta jazzera del quinteto, que supusieron una inmensa sorpresa para la mayoría de los asistentes. Que un grupo capaz de mezclar tantos estilos y que además debe lidiar con la frialdad inherente de las bandas instrumentales pueda despertar a toda una sala que está esperando al gran nombre del cartel es un mérito en sí mismo, pero hay que tener en cuenta que tuvieron la mejor ocasión para vender un proyecto que de otra forma tendría muchos problemas para cuajar con la audiencia.
Threshold debutan en Barcelona por todo lo alto
Con algo de retraso respecto a la hora anunciada, saltaron al escenario unos Threshold en trance dispuestos a descargar las piezas que los han coronado como una de las bandas mejor valoradas del underground el prog. “Slipstream” fue la encargada de abrir la velada, y sirvió como una declaración de intenciones de todo lo que estaba por venir. Si hubiera de definir con una palabra las actuaciones de los británicos, la elegida sería clase, pues les sobra elegancia en el escenario y son lo suficientemente virtuosos como para poder dar justamente eso, una clase.
Dejando atrás el chiste más malo que habrás leído hoy, Threshold atacó un “The Man Who Saw Through Time” de su último trabajo ‘Legends of the Shires’, del que se lleva nutriendo principalmente el setlist de esta gira, y que ha supuesto el regreso de Glynn Morgan a la banda, que a lo largo de la noche ocupó también el rol de guitarra rítmica. El álbum ha tenido una aceptación increíble, y aunque el señor Morgan es algo frío con la audiencia, conecta con ella de forma algo más indirecta, con es magia propia del prog, y es que sus gestos y su voz se funden a la perfección con los instrumentos de sus cuatro compañeros.
De hecho, la principal crítica que uno podría hacerle a Threshold es que fueron algo parcos a la hora de interactuar con el público, pese a que, en mi humilde opinión, es una afirmación un tanto simplista. No, no hubo un discurso entre tema y tema, pero la magia de los británicos está en el fluir de su música, en como las casi dos horas de show se sintieron como atravesar un río en que la música son las aguas que nos llevan a nuestro destino.
Los temas más significativamente culpables de esta experiencia fueron cortes como “Hollow” o “Stars and Satellites”, aunque realmente incluiría a las 12 canciones del setlist. Además, una ventaja de tocar en una sala pequeña como Bóveda ante un grupo reducido, es que prácticamente no hay barreras entre los músicos y el público, y fue común ver a Steve Anderson o a Karl Groom posar para las fotos de los fans y darles púas a los niños que se acercaron al escenario. No es algo que haría una banda fría.
En una banda de virtuosos, es complicado destacar a un protagonista, pero si hubo alguien que consiguió atrapar todas las miradas, ese fue el batería Johannes James, el cinco veces elegido mejor batería del prog por la Classic Rock Magazine. A pesar de que los solos de Groom son algo de otro planeta, el batería logró cautivar al público siendo un pulpo tras los tambores y una verdadera fuente de energía a la hora de conectar con el público, con el que no dejó de interactuar en ningún momento. Su presencia siempre lograba reactivar al respetable, ya fuera con su increíble habilidad en temas como “Snowblind” o interactuando con el público en los más tranquilos, como sucedió en “The (Shire Part 2)”.
El concierto concluyó con dos cortes más de su último trabajo que fueron recibidos por el público como si fueran clásicos fraguados tras décadas de interpretaciones en vivo. “Lost in Translation” tiene ese hálito esotérico y progresivo que hizo que la noche fuera mágica, mientras que la energía de “Small Dark Lines” sirvió como un golpe de efecto que ayudó a concluir el concierto por todo lo alto, con un público con sonrisas de oreja a oreja y que estuvo bastante rato interactuando con una banda reacia a abandonar el escenario.
Lo triste quizás fue la baja asistencia, pero seguro que el día en que los británicos regresen por nuestras tierras, el boca a boca habrá dado sus frutos, y es que la mejor forma de conseguir público nuevo en un mercado tan complicado como el español es haciendo un buen show tras otro como el que llevaron a cabo en Barcelona.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Roberto Romero y Sergi Ramos
Promotor:Madness Live!!
Día:2019-10-12
Hora:19:45
Sala:Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:On The Raw
Puntuación:9
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