Testament y Exodus: en Pamplona como antes de la covid
Ahora que tan de moda está de nuevo Metallica, con su popular inclusión en la serie "Stranger Things", viene bien recordar que ellos no fueron los únicos que inventaron el thrash metal a principios de los ochenta. En la Bay Area había unos cuantos grupos que fueron parte fundamental en el diseño final del estilo, y el último domingo de julio de 2022, en la sala Totem de Villava, hubo la ocasión de presenciar a tres de los más celebrados -que, cambiando Heathen por Death Angel, fue uno de los últimos tours que pisó España antes de que todo se fuese al garete por el coronavirus-.
De primeras y sin tan siquiera haber puesto un pie aun en la sala, se apreciaba claramente el fenomenal ambiente que disfrutaría la sala Totem. Cientos de heavies de corte mayoritariamente masculino, inundaban la zona propiciando el clásico tono de hermanamiento. Muchos serían los encuentros post pandemia que se fraguaron durante esos minutos, ya que la pesadilla invisible que vivimos aún es un tema recurrente en las reuniones sociales.
Heathen: en la eterna sombra
Este show de Heathen sirvió para atestiguar el increíble estado de forma que la banda atesora hoy en día. Un conjunto al que el desgaste de los años, los continuos cambios de formación y el desprecio sistemático de los medios, propició su destierro bajo las sombras de los famosos coetáneos con los que comenzaron a repartir thrash metal allá por los ochenta. La banda en este caso no contaba con uno de sus pilares, ya que Lee Altus no ha podido sumarse a esta gira en la que iba a realizar doblete también con Exodus. En su lugar, un entregadísimo Kyle Edissi se dejaría el alma para que la baja de la espigada leyenda pasase inadvertida. Un gran acierto el fichaje del canadiense.
El papel protagonista, en cualquier caso, recaería como no podía ser de otra manera, sobre otro clásico que siempre ha estado al frente del combo. David White, con un chorro de voz inmaculado, demostró una vez más que lejos de las grandes estrellas, la suya siempre fue una de las gargantas más privilegiadas de la Bay Area. Su oficio, pundonor y saber estar resultarían admirables.
Por desgracia, como suele ocurrir con este tipo de giras en las que hay más de dos conjuntos, a los encargados de abrir la lata se les suele dejar un sonido ciertamente pobre. Un sonido con el que Heathen no terminaron de brillar como hubiesen sido capaces, pero que fue suficiente como para que sus incondicionales celebrasen el privilegio que suponía tenerlos en frente. Un breve suspiro que se pasaría volando y que fue rematado con su clásico “Hypnotized”.
Otra violenta lección de Exodus
Los míticos Exodus saldrían a pisar las tablas de la Totem, sabiéndose triunfadores antes incluso de haber comenzado a tocar. Comenzarían rugiendo a lomos de su reciente “The Beatings Will Continue”, dejando claro que aquello era el tour en el que tenían que presentar su último ‘Persona Non Grata’ y que sus temas nuevos, tenían que verse las caras con sus inmortales clásicos.
De esta manera, cuando solo llevaban unos pocos minutos repartiendo cera, esgrimirían sobre la Totem uno de los cortes más afilados de su discografía. “A Lesson In Violence” se abriría paso entre los presentes, provocando un pogo salvaje. La inmortal lección violenta que jamás volverá a sonar como cuando la grabó el majara Paul Baloff, sirvió para que más de uno midiese su espalda con sus compañeros de velada.
Habiéndose marcado un pepinazo de semejante enjundia en los primeros compases de la actuación, Exodus aprovecharían para sacar pecho con uno de los cortes más celebrados de su última época. Un “Blood In Blood Out” que mantendría la tensión de manera admirable y nos dejaría rematados para que llegásemos fundidos al primer descanso del concierto.
“The Years Of Death And Dying” supondría un lógico bajón de intensidad, bien recibido por la parroquia, y francamente necesario para que la banda cogiese un poco de aire ante lo que se avecinaba. “Deathamphetamine” iba a volarnos la cabeza, volviendo a dejar claro como a pesar de los años transcurridos, la vieja apisonadora de la Bay Area sigue triturando a quien se ponga por delante.
Llegaría el momento de los clásicos, ya que el tiempo de actuación estaría estrictamente medido. De esta manera “Blacklist” nos recordaría el triunfal regreso que tuvo la banda a finales de los noventa, con un público que se vino arriba sin miramientos. Incomprensiblemente en la traca final incluirían un corte como “Prenscribing Terror”, dándonos el último aliento para que la triada perfecta compuesta por “Bonded By Blood”, “Toxic Trace” y “Strike Of The Beast” desatase finalmente la euforia más absoluta. En estos compases se sucederían pogos sin cesar, un wall of death e innumerables caras de felicidad absoluta.
Testament: Titanes de otro nivel
La organización dejaría media hora larga para que la gente pudiera recomponerse después de la paliza propinada por Exodus e hizo que Testament apareciesen en la Totem a las 21:30 clavadas. De primeras saldrían con “Rise Up” sonando a trueno y con toda la banda tomando la parte delantera del escenario. Desde el primer minuto ya se pudo comprobar como el volumen que escupían los altavoces era salvajemente alto, haciendo que cada tema se nos clavase en la sesera como un taladro infernal.
Los clásicos no tardarían demasiado en llegar y “The New Order” aparecería temprano para recordar uno de los mejores riffs de la historia del thrash metal. El extasis fue generalizado ante la demostración de virtuosismo que se marcaban Alex Skolnick y Eric Peterson con sus guitarras. A diferencia que con Exodus, a los de Oakland no se les aminoro el ritmo con sus cortes más recientes, y constataron sin demasiada dificultad como temas como “The Pale King” o “Children Of The Next Level”, funcionaban igual de bien entre los presentes, que cuanto arremetían con himnos como “Practice What You Preach”.
La ultima joya del quinteto, afloró en numerosos momentos de la contienda, siempre respaldada por una base rítmica como muy pocas hay en este planeta. Steve Digiorgio al bajo y Dave Lombardo a la batera, son mucho más que un seguro de vida y dotaban a cada corte de una intensidad difícilmente explicable. Algo así ocurriría con pelotazos como “WWIII” o la bestialidad de “D.N.R”. La parte más cafre del conjunto, tocada de manera impecable y con todo el flow que poseen los grandes del rollo.
“The Formation Of Damnation” nos conduciría hacia un desenlace que acabaría siendo inesperadamente repentino, ya que la banda solo terminaría tocando una hora larga. Un repertorio excesivamente breve sería la única pega que podría acabársele poniendo, a una comparecencia inmaculada.
Antes de que las luces dejasen de brillar, los de Chuck Billy tenían guardado un poker compuesto por cortes de sus dos primeros trabajos. Un poker en el que la sala literalmente estalló y todas las primeras filas acabarían chocando y bailando como si aquello fuese el fin del mundo. “Into The Pit” con los músicos subidos en tarimas, envueltos en humo y moviéndose sin parar, terminaría siendo el resumen perfecto de una actuación gigante. La clase de comparecencia con la que otras bandas muchos más exitosas, tan solo sueñan.
Texto: Unai Endemaño | Fotos: Aritz Sola y Unai Endemaño
Promotor:Bring The Noise
Día:2022-07-31
Hora:19:00
Sala:sala Totem
Ciudad:Villava
Teloneros:Exodus, Heathen
Puntuación:8
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.