Sweden Rock 2023: una garantía de éxito con bandas mastodónticas
Sweden Rock no es tan solo un evento musical: es una experiencia social única en la que la organización y la comunidad de fans crean un ambiente que hace que todos los asistentes se sientan como en casa durante los cuatro días que dura el evento. La máxima del festival es que los asistentes disfruten, se lo pasen bien y tengan todas las comodidades posibles.
Celebrado anualmente en Sölvesborg desde 1992, en su edición de 2023 el festival contó con cerca de 50.000 asistentes, lo que se tradujo en un sold out de las entradas con dos meses de antelación. Si una cosa tuvo el festival es la cantidad de merchandise del mismo año que se pudo ver en todo el recinto, lo que demostró un orgullo innegable de pertenencia al mismo.
No en vano, de todos los presentes el 85% del total habían ido más de una vez y el 30% llevaba más de 10 años asistiendo. Casi unos 550 lavabos (con un excepcional mantenimiento y limpieza) y 800m² de stands de comida permitieron que rara vez hubiese que hacer cola.
Miércoles 7 de junio
El miércoles el festival arrancó con una gran afluencia a pesar del intenso sol y el consecuente calor. Deathstars fueron los encargados de inaugurar los escenarios principales y desde el primer acorde el sonido fue impecable y las primeras filas corearon casi todas las canciones. A medida que el show avanzaba, el calor se hizo innegable y el maquillaje de los artistas comenzó a desvanecerse. Llegó el momento de uno de los temas más esperados, “Death Dies Hard” y el show se volvió cada vez más energético hasta cerrar con «Blitzkrieg» y «Cyanide”.
La atmósfera se cargó de anticipación cuando la banda ucraniana de rock progresivo Jinjer subió al escenario Rock Stage. Desde el primer momento Tatiana se apoderó del público mientras la banda creaba una base poderosa a través de los vibrantes ritmos del bajo y la batería y la guitarra principal se deleitaba con riffs contundentes. Turno de los australianos Airbourne, que arrancaron con “Ready To Rock” seguido de “Too Much, Too Young, Too Fast” y “Stand Up For Rock N’ Roll”. El público no se mostró muy receptivo con Joel O’Keefe y decidió lanzar un par de vasos de cerveza a la audiencia a ver si se despertaban hasta que consiguió el mosh pit que quería.
Con estética ochentera, maquillaje, pelucas, atuendos excéntricos, pañuelos, gorros de cowboy con chaqueta sin mangas y un show lleno de energía hacía su aparición en escena la fiesta glam rock que es Wig Wam. El público más joven coreaba “Do You Really Wanna Taste It” a lo que los más mayores respondieron con “C’mon, C’mon, C’mon”. Y cuando por fin sonó “It’s Hard To Be A Rock And Roller”, la gente enloqueció y Glam animó a cantar gran parte de ella.
Def Leppard demostró que siguen siendo maestros del hard rock melódico. Su sonido impecable y su habilidad inigualable deleitaron a los fans. Joe Elliot interactuó con el público y hubo momentos mágicos que incluyeron el inicio acústico de «When Love & Hate Collide» y el increíble solo de batería de Rick Allen en «Switch 625». Con un cambio de vestuario, llegó «Hysteria», acompañada de gráficos de noticias de sus tiempos pasados.
Clutch saltó a los escenarios justo entre Def Leppard y Mötley Crüe -un cambio radical en estilo y estética- con su sonido crudo, raspado y duro. Neil Fallon no se paraba a dar charleta entre canciones pero conectó con el respetable solo con su manera de cantar y de acercarse al escenario.
El concierto de Mötley Crüe fue uno de los más esperados del festival y esta vez no decepcionaron. Sorprendieron a muchos con un sonido decente y una sólida actuación encabezada por Vince Neil, quien demostró una buena voz. Los visuales cuidadosamente seleccionados añadieron un toque espectacular al show y comenzaron enérgicamente con «Wild Side» y «Shout At The Devil», por lo que dejaron temas como «Girls, Girls, Girls» y «Kickstart My Heart» para el final.
Durante el concierto, Nikki Sixx mostró una bandera sueca recordando su primera vez en Suecia en el mismo festival. Luego presentó a John 5, quien se lució con un impresionante solo de guitarra. Tommy Lee (batería) se adelantó al escenario y animó a la audiencia a mostrar sus bebidas y a las chicas a mostrar algo más -otro músico más que se quedó anclado en los ’80…-. Luego se sentó al piano y pidió a los espectadores que iluminaran el recinto con sus teléfonos móviles para acompañarlo en la emotiva balada «Home Sweet Home” como uno de los highlights del día.
Jueves 8 de junio
Llegó el jueves y fueron los suecos Smash Into Pieces los encargados de abrir el Rock Stage. El calor sofocante no fue obstáculo para la banda, que entregó un espectáculo enérgico con sus hits pegadizos y coros potentes que invitaban a la audiencia a cantar. Hasta regalaron camisetas antes de interpretar «All Eyes On You». Finalizaron su set con «Six Feet Under», su tema más popular en Suecia (ya que fue con el que se presentaron a las semifinales para representar a Suecia en Eurovision) y «Boomerang».
A sus 64 años, ver a Lita Ford en un escenario fue un momento emotivo para aquellos que crecieron con sus melodías en los ‘80. Vestida en un deslumbrante traje de cuero blanco, cautivó a todo el mundo desde el primer acorde con su virtuosismo en la guitarra. La sorpresa llegó cuando sacó su guitarra de los días de The Runaways y tocó los icónicos acordes de «Cherry Bomb». La energía se elevó aún más con el himno «Close My Eyes Forever», que envolvió al público en una ola de emociones. Lita cerró su impactante actuación con la enérgica «Kiss Me Deadly».
Poco después y en uno de los escenarios secundarios, otra leyenda de 67 años, Steve Harris, deleitaba a unos cuantos fans con la posibilidad de estar muy cerca de él con su grupo British Lion. Quizá menos afluencia de la que cabía esperar, pero el grupo demostró que siempre hay que vivir en constante lucha y que está dispuesto a seguir.
Kamelot regresaba a los escenarios de Sweden Rock para demostrar una vez más por qué es una banda a tener en cuenta. Tommy Karevik dejó una huella notable como figura central gracias a su habilidad vocal. Thomas Youngblood, por su lado, sigue impresionando con su destreza a las cuerdas. A lo largo de su setlist destacaron canciones como «Insomnia» y «When The Lights Are Down”.
A media tarde, los australianos ganadores de un Grammy Wolfmother hacían su aparición. Aunque su material más nuevo no alcanzó la grandeza de los clásicos anteriores, temas como «Dimension», «Woman» y «Joker And The Thief» lograron cautivar y hacer perder la compostura a la audiencia.
El concierto de Deep Purple arrancó con la emblemática «Highway Star” que llenó de nostalgia y emoción a los presentes. La interacción entre los miembros en el escenario reflejó la camaradería y la conexión que han desarrollado a lo largo de su trayectoria. Ian Gillan, a sus casi 80 años, deslumbró con su voz poderosa y llena de energía que recordó por qué es considerado uno de los grandes vocalistas del rock. Don Airey brilló con su magnífico desempeño en los teclados y aportó su propio estilo al sonido de Deep Purple.
La banda liderada por Joey Tempest mostró una vitalidad impresionante en el escenario. La sonrisa constante en su cara reflejaba la pasión y el disfrute que transmitían con su música. Europe deleitó a los fans con himnos inolvidables como «Rock The Night» y «Scream Of Anger». Cada canción era recibida con euforia por parte del público, pero fue con «Cherokee» y “Final Countdown” cuando la multitud enloqueció por completo y se dejó llevar totalmente para finalizar la jornada.
Viernes 9 de junio
Pasado el mediodía del viernes y antes incluso de que comenzara el espectáculo, la congregación delante del Blaklader Stage coreaban el nombre de Vended. Durante el concierto y sin hacer alarde de su destacada herencia, se presentaron simplemente como provenientes de Iowa. Esta modesta introducción no hizo más que aumentar la emoción y el misterio y entre el público hubo algún “tío, es el hijo del de Slipknot”. Vended irradió una energía arrolladora, se hicieron con la audiencia gracias a su sonido potente y enérgico que evocaba reminiscencias de bandas como Sepultura o los primeros de Slipknot.
Ver a Rancid en directo fue una experiencia. Abrieron con la potente canción principal de su nuevo álbum y siguieron sin descanso. Aunque tuvieron un problema de sonido con la guitarra, el impaciente músico soltó con determinación: “Shit happens, right? No me importa como lo hagáis, haced que empiece!”. A pesar de la nostalgia, los californianos entregaron un espectáculo enérgico liderado por Tim Armstrong y Lars Frederiksen en las voces y guitarras.
Napalm Death, con su característico estilo grindcore y death metal, mostraron una potencia inigualable sobre el escenario. Mark «Barney» Greenway con su voz gutural y desgarradora lideró la banda con una intensidad inigualable y a lo largo de su setlist, tocaron clásicos como «Scum», «Suffer The Children» o «You Suffer”.
Desde el momento en que los alemanes Powerwolf salieron al escenario, el grupo desató una tormenta de poderoso power metal y energía desbordante. El vocalista Attila Dorn brilló con su potente voz y llevó a los asistentes a través de un viaje intenso a la batalla. Los riffs de guitarra y los solos virtuosos se entrelazaron en una sinfonía metálica que hacía vibrar las gargantas de todos los presentes. Canciones como «We Drink Your Blood» y «Sanctified With Dynamite» desataron el fervor de la masa, que cantaba y saltaba al compás de la música.
Iron Maiden, como siempre, fue una demostración magistral de su longevidad y poderío en el escenario. Bruce Dickinson, con su carisma y habilidad vocal inigualables, se adueñó del escenario y transmitió una energía que nunca ha perdido. Constantemente giraba el micrófono hacia los fans, quienes se volvían locos cantando los himnos que sí sonaron como «Can I Play With Madness», «Fear Of The Dark» o «Wasted Years”. A pesar de no interpretar clásicos icónicos como «Run To The Hills» o “The Number Of The Beast», la formación supo cautivar a sus devotos en Sweden Rock 2023, quienes se quedaron unos minutos a esperar por si faltaba repertorio hasta que se despidieron con la pista de audio de “Always Look On The Bright Side Of Life”.
Pero todavía quedaba un último concierto espectacular ese viernes noche: Behemoth desplegó un espectáculo impactante merced a su escenografía oscura y su simbología característica. Nergal se metió en el bolsillo a la gente con su presencia sobre las tablas y la banda polaca dejó clara su entrega total con su poderoso y agresivo sonido que resonó en todo el recinto.
Sábado 10 de junio
Último día y las 12:00h del mediodía el ambiente ya era vibrante y la multitud arrolladora. El sonido de Mammoth WVH combinó influencias del rock clásico con elementos contemporáneos y conformó un estilo único y fresco. Es importante destacar que Mammoth WVH es la banda liderada por el hijo de Van Halen, pero él simplemente se presentó como Wolfgang. Además tocaron «Another Celebration At The End Of The World” de su próximo trabajo de estudio.
Durante Skid Row, Erik Grönwall demostró ser un digno sucesor de Sebastian Bach al llenar indudablemente sus zapatos con su potente chorro de voz. El cantante estaba en su país y añadió un toque especial a la actuación al intentar que Dave «The Snake» Sabo, guitarrista, repitiera algunas frases en sueco. Finalizaron con un «Youth Gone Wild» y dijeron aquella mítica frase de “no dejamos de tocar porque nos hagamos mayores, nos hacemos mayores porque dejamos de tocar”.
Billy F. Gibbons demostró que su voz rasgada sigue siendo maravillosa y llena de carácter. La banda tocó una combinación de canciones de la carrera en solitario de Billy Gibbons y clásicos de ZZ Top como «Sharp Dressed Man» y «Gimme Me All Your Lovin'». Como no podía ser de otra manera, cerraron con “La Grange”.
Al inicio de Alter Bridge, Myles Kennedy expresó su emoción por ver por primera vez a Ghost, lo que creó un ambiente de entusiasmo compartido con los fans. Los músicos desplegaron su virtuosismo con riffs de guitarra contundentes, solos melódicos y una sección rítmica sólida. La voz de Myles fue impresionante y transmitió emoción y potencia en cada canción interpretada. Alter Bridge cautivó a la audiencia con algunos de sus éxitos y cerraron su show con “Open Your Eyes y “Rise Today”.
El concierto de Pantera fue una noche emotiva y llena de homenajes en honor a los hermanos Abbott. Con la presencia de Zakk Wylde a la guitarra, la energía en el escenario fue palpable desde el primer acorde y dejaron claro que todas las canciones que tocaron eran un tributo a sus fenecidos miembros. El público, entregado y emocionado, se unió en un coro masivo, coreando cada palabra y riff con pasión. Como broche final, Pantera acabó su actuación con “Cowboys From Hell» y desataron una avalancha de emociones y convirtiendo el concierto en una memorable celebración de la música y el legado de Dimebag Darrell y Vinnie Paul.
Para finalizar el festival en los escenarios principales, nada mejor que Ghost. Las luces se apagaron y el misterio y la magia se apoderaron del escenario para que el respetable estallase en una ovación. The Nameless Ghouls desplegaron una mezcla perfecta de teatralidad y música potente unida a la enigmática voz de Tobias Forge, que sonó perfecta e hipnotizó a la masa desde el comienzo con temas como “Rats” o “Spillways”. “Square Hammer” se convirtió en un final idóneo para una edición que, como de costumbre, lleva a Sweden Rock a los artistas top del rock y el metal a nivel internacional.
Sofía Osorio
Promotor:Sweden Rock Festival
Día:2023-06-07
Ciudad:Sölvesborg, Suecia
Puntuación:8
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