La valentía acústica de Sonata Arctica en Bilbao
Mucha confianza tiene que tener hoy en día una banda, para atreverse a llevar a cabo una gira acústica. Seguridad absoluta en sus posibilidades para plantear algo así con el aluvión de cancelaciones, giras truncadas y fechas trasladadas que pueblan nuestro panorama.
Esa fe ciega en sus propias posibilidades, fue la que empujo a Sonata Arctica a plantearse esta gira en medio de la pandemia, por un lado como demostración de la enorme paleta que poseen sus composiciones, y por el otro, como manera adecuada para poder salir a la carretera cuando aun había que estar con mascarillas.
Un tiempo después de que la pandemia cambiase nuestras vidas de arriba abajo, la gira acústica que Sonata Arctica habían planeado con sillas y recintos bastante grandes, tuvo que reconfigurarse a lugares más pequeños, sin limitaciones para los asistentes. De esta manera llegaría el primer sábado hasta Bilbao la aventura, congregando a un público numeroso, educado y que mayoritariamente sabía perfectamente lo que iba a contemplar. Una noche diferente repasando la trayectoria de uno de los tótems del power europeo pero en formato novedoso.
Molinos desenchufados
Abriendo la noche estaban los sinfónicos Eleine, comandados por la deslumbrante Madeleine Lijestam, quien ya desde los primeros compases de la actuación demostró una enorme soltura sobre las tablas y una enorme facilidad para defender los cortes de su formación. Su espectacular presencia escénica sería lo primero que nos llamaría la atención para rápidamente quedarnos impresionados por lo entretenidos que eran capaces de sonar estos suecos.
En su última producción discográfica, de la misma forma que Sonata, han recopilado varios de los temas de su carrera, en formato acústico, aunque con un eminente toque metalero. Esta última sería sin duda la característica que marcaría su comparecencia y la que les permitiría salir ovacionados de Bilbao y es que sería una de las actuaciones desenchufadas, mas eminentemente metálicas que nuca hayamos visto, con todos los componentes haciendo molinos al tiempo que marcaban con las piernas sobre las tablas. Un detalle que sin duda dio color a su concurso y les permitió sobresalir.
Interpretarían cortes como “Ava Of Death” o “Death Incarnate” con la que se permitirían tirarse un buen rato haciendo que la parroquia les siguiese cantando, a pesar de que no disponían de tiempo en exceso, como para entretenerse en semejantes ocurrencias. En cualquier caso, el público pareció disfrutar el detalle y terminaron saliendo entre aplausos encendidos.
Intimidad finlandesa
Después de transcurrido un considerable tiempo entre banda y banda, Sonata Arctica tomaron posiciones sobre el escenario de la Stage Live, sentándose uno tras otro y dejando claro desde el primer instante, como aquello sería en todo momento una invitación a la introspección, en lugar de un concierto de sábado por la noche normal y corriente. Comenzarían con un sonido impecable, interpretando “The Rest Of the Sun Belongs To Me” y pasando rápidamente a hacer que la gente corease con la popular “I Have A Right”.
La velada continuaría con “Tonight I Dance Alone” en la que pudimos constatar sobradamente, como Tony Kakko sería el protagonista absoluto de la aventura acústica, demostrando que su voz se encuentra mucho más cómoda sin tener que alcanzar tonos altísimos, iluminando cada pieza con los preciosistas giros que articulaba su garganta y demostrando, en definitiva, el excelente estado de forma en que ha llegado después de más de veinte años de carrera.
No tardaríamos demasiado en vivir un par de momentos álgidos, ya que Sonata recordarían dos de sus clásicos pretéritos, los cuales serian coreados en perfecta comunión por casi todos los asistentes a la Stage. “Letter To Dana” y “Tallulah” serían de esta manera las que nos devolverían hasta los primeros años del presente siglo, con un par de power baladas de sentida impronta.
La maravillosa “As If The World Wasn’t Ending” sería un nuevo vehículo para el lucimiento absoluto del señor Kakko, contando eso sí, con una banda a sus espaldas que no derrapaba en una sola nota. La precisión y delicadeza con la que el quinteto finlandés interpretaba sus creaciones daba buena muestra de su absoluta profesionalidad.
La actuación a pesar de estar discurriéndose en términos de absoluta excelencia, con un cantante sentido y personal y unos músicos a los que no se les podía poner pero alguno, comenzó a caer en cierta inercia que no se disiparía hasta la llegada de los grandes clásicos. De esta manera “A Little Less Understanding” y “Half A Marathon Man” a pesar de resultar absolutamente convincentes, dejarían cierta sensación de aburrimiento entre los presentes.
Las tornas cambiarían por suerte, cuando Sonata enlazaran tres de sus cortes más memorables, los cuales fueron adaptados perfectamente a los tiempos pausados que se requerían. “Victoría´s Secret” “Full Moon” y “Wolf And Raven” serían de esta manera los instantes de verdadero jubilo, sin cambiar demasiado el tono de la noche, pero a lomos de unos cortes mucho más coreables que los que habíamos estado disfrutando.
Rematarían, sin embargo, sin bajarse del escenario para los bises, explicando lo importante que estaba siendo esta gira para ellos y dejando que “Shamandalie”, “Flag In The Gound” y “Don´t Say A Word” pusiesen el digno broche final a una noche diferente a casi todas. Una noche en la que una banda valiente demostró que por encima de todas las etiquetas que les hayan pretendido poner a lo largo de su carrera, siempre han tenido personalidad suficiente como para llevar su propio camino y terminar destacando por ello.
Texto y fotos: Unai Endemaño
Promotor:Madness Live!
Día:2022-11-05
Hora:19:30
Sala:Stage Live
Ciudad:Bilbao
Teloneros:Eleine
Puntuación:7
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