Skunk Anansie: el margen que hace temblar al mainstream
Skunk Anansie, formación que navega en las aguas inciertas de la música alternativa, regresó a los escenarios de la ciudad condal con motivo de celebrar el 25 aniversario del lanzamiento de su álbum debut ‘Paranoid and Sunburnt’.
Después de un frenazo de dos años y medio en su actividad musical, derivado de las restricciones sanitarias ocasionadas en el marco pandémico, el quinteto británico retomó el tour “25Live25” para agitar a un público de Barcelona al que ni airback ni cinturón de seguridad salvaría del siniestro total acontecido.
Nuevos paganos, nueva religión
Los integrantes de New Pagans, colgaron sus hábitos, cerraron el armario y tiraron la llave del backstage de la sala Razzmatazz. De la mano de su álbum debut ‘The Seed, The Vessel, The Roots and All’, producido por Big Scary Monsters, la banda de Belfast (Irlanda del Norte), convencieron al público para librarse de sus credos y guardar el evangelio en la guantera.
A modo de confesionario pagano, Lyndsey McDoguall y Cahir 0’Doherty jugaron un astuto juego de peón de cuarenta minutos de duración, cuyos toques indie cautivaron a los feligreses que el pasado martes 22 asistieron a la misa alternativa para lograr la absolución.
El borde central
Treinta minutos en adelante y la oscuridad marcó el cambio de backline. Como una bala ultrasónica de alto calibre arremetió Skunk Anansie en el escenario de Razzmatazz, quienes con “Yes, It’s Fucking Political”, track de su segundo trabajo de estudio ‘Stoosh’, clavaron en el corazón del devoto público una inyección de adrenalina bien cargada presente en el resto de su setlist.
La banda británica de metal alternativo, originaria de Londres y formada en 1994, no aceptó la bandera blanca de los presentes. A la cabeza, la transgresora presencia de Skin (Deborah Dyer) así como el estroboscópico juego de luces de la sala, cortaron la caleidoscópica base musical proporcionada por las líneas de bajo estilo slap ejecutadas por Cass Lewis, maestro de ceremonias en la sombra, cual Barón Samedí bajo su elegante sombrero de copa y sus cuerdas tintadas de rojo.
Con un sonido que hizo justicia, la formación rasgó las manchas de racismo con “And here I stand”, una firme declaración de intenciones en el marco de la lucha política incluida en su álbum debut ‘Paranoid and Sunburnt’, lanzado en 1995. “Because of You”, tema elaborado tras su disolución a comienzos del milenio, dejó lágrimas no muertas, si no vivas, en los ojos de los presentes y dio paso a “I Can Dream”, navío que condujo al público hacia el epicentro de la belleza del dolor, con un billete de ida sin retorno.
“Weak”, frecuentemente interpretada a modo de balada, estableció un oxímoron con su significado en sí mismo y postuló como una de las favoritas de la audiencia. A continuación, “Twisted (Everyday Hurts)”, manchó de sangre las almas de los presentes y dio paso a “My Ugly Boy”, incluída en ‘Wonderlustre’, cuyas reminiscencias new wave y post punk se fundieron con la audiencia cual lava en una lámpara a color.
Y al oxímoron le sucedió la paradoja de la mano de “Can’t Take You Anywhere”, single neonato que transportó a los espectadores a los lugares más recónditos de nuestra dimensión espacio-temporal, para ordenarlos en el clero y así divulgar los cien mandamientos a cumplir para ser chicos y chicas correctos (“100 Ways to Be a Good Girl”).
Erigiendo una catedral derribada por el dogma anarquista, la formación británica presentó “Love Someone Else”, track producido por Tom Dalgety en el que Erika Footman, custodiando a la formación desde su séquito de teclados y sintetizadores, ejecutó un dúo junto a la frontwoman de la banda que dio paso a “I Believed in You”, incluido en ‘Black Traffic’. La formación revivió a la audiencia del shock ocasionado con “God Loves Only You”, sometiéndolos a un chequeo intensivo. El diagnóstico era favorable y la cura vino de la mano de “Hedonism (Just Because You Feel Good)”, una oda al libre albedrío que haría sonrojarse al mismísimo Lucifer.
“Without You” y “What You Do For Love” plantaron cara a los límites del ritmo tejiendo una sólida red al más puro estilo de Anansi, el hombre araña del África Oriental, y prepararon el ambiente para “This Means War”, tema con el que el conjunto británico realizó un tributo a las victimas de diversos conflictos bélicos, especialmente a la población ucraniana. Después un discurso de corte moral en memoria de la madre de Skin, los vientos alisios materializados en “Intellectualise My Blackness” y “Tear the Place Up” colisionaron en el huracán que representa “Charlie Big Potato”, track que cerró la primera sección del show.
Tras una breve pausa con amargo sabor a despedida, la banda retomó el escenario de la mano de “Piggy” y “Brazen (Weep)”, tema hasta la fecha inédito en directo que reconfiguró los límites del escándalo público. A continuación, Skunk Anansie prendió los últimos cartuchos de la noche con un homenaje a AC DC que se materializó en una versión del clásico atemporal “Highway to Hell” que giró entorno a las cicatrices del sonido ejecutadas por Martin Kent “Ace” a la guitarra y Mark Richardson a la batería.
A petición del público, la formación interpretó “Secretly” a modo de bis, fundiendo los relojes al más puro estilo daliniano, una vanguardia surrealista a la que se dio carpetazo con el himno “Bella Ciao”. En definitiva, la banda subastó entre el público un abanico de posibilidades sónicas que permitieron gozar a los asistentes de un espectáculo sin precedentes que marcó un nuevo horizonte en el marco de la música en vivo de la época post-pandémica.
Texto: Lorena Mendoza | Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Last Tour
Día:2022-03-22
Sala:Razzmatazz
Ciudad:Barcelona
Teloneros:New Pagans
Puntuación:9
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