Russkaja: una bomba rusa en Madrid

Si he de pensar en un grupo divertido, cuya calidad sea más que notable y que, además, lleve la libertad y la tolerancia por bandera, sin duda son Russkaja quienes primero me vienen a la memoria.

Embarcándose en su segunda gira como cabezas de cartel, aterrizan en Madrid en la que será su última fecha en nuestro país, debido a la cancelación de su concierto en Villava (Navarra) que debía celebrarse al día siguiente al de la capital. La formación austriaca continúa con la sana intención de hacerse un hueco en este ‘mundillo’.

Tras labrarse una excelente reputación tocando repetidas veces en el mítico Wacken Open Air, pretenden hacerse valer también en salas o espacios más reducidos, y vaya si lo consiguen. En lo que respecta a nuestro país, y a pesar de haber pisado sólo el Viña Rock como festival español, su fama les precede por nuestros lares, tanta que ayer la sala Nazca de la capital estaba literalmente a reventar, dato que contrasta bastante con los datos recibidos del concierto de Russkaja en la sala Salamandra en L’Hospitalet de Llobregat. Te lo cuenta todo Tamara Ruiz.

Balkan Bomba abren fuego

Cuando una decena de amigos ex futbolistas, montan un grupo de ska cuya finalidad es pasarlo bien, ocurren cosas como esta. Inesperadamente, y con el himno de Eurovisión sonando de fondo, los miembros de Balkan Bomba de espaldas, y ataviados todos con idénticas camisetas naranjas de fútbol, comenzaba esta velada. A pesar de llevar un retraso el concierto de algo más de un cuarto de hora, la fiesta que iba a acontecer a continuación hizo que se nos olvidase pronto la espera.

Balkan Bomba (Foto: Tamara Ruiz)

Encajar con el estilo Russkaja no es nada fácil. Ya que aparte de aparte de ser únicos y originales en lo suyo, se dotan de una personalidad y versatilidad difícil de igualar, pero la formación, a caballo entre Madrid y Toledo, superaron la prueba y con creces. He de admitir que tras haber repasado sus videoclips en YouTube, mis expectativas no eran demasiado altas, pero el espectáculo ofrecido por estos chicos la verdad que deja el listón por las nubes y disparan el mercurio desde el minuto uno.

Centrándonos en lo musical, los temas que nos regalaron, son los que dan forma a su primer y único disco de estudio “Xplosivodka”. Cortes entonados en italiano como “Gloria Ai Martini”, en inglés: “T-Rex”, “Goodbye Eristoff” o castellano con “Los Olvidados”. Incluso llegaron a interpretar una nueva canción sin título que quedó denominada como “Cabún Chinpún Catacroquer”.

Balkan Bomba (Foto: Tamara Ruiz)

Una buena dosis de «energía»

Dicen las malas lenguas, que las segundas partes nunca fueron buenas… Mito que nada más comenzar a tocar Russkaja hoy prometía desvanecerse. Llegaban los austriacos presentando su nuevo álbum «Kosmopoliturbo», un álbum en su globalidad bastante decente, que sigue la estela de lo que la banda viene haciendo desde sus orígenes. Hasta ahí bien, pero superar a su antecesor «Peace, Love & Russian Roll» se antoja una tarea bastante complicada.

Russkaja (Foto: Tamara Ruiz)

Si comenzamos a narrarlo desde el punto de vista de la cronología del show de esta noche, lo que encabeza nuestra historia y le da un punto de partida a Russkaja para arrancar es una intro, bastante extensa, instrumental en su totalidad e interpretada inicialmente por la mitad de la banda, con unos acordes muy guitarreros y al que paulatinamente se fueron incorporando todos los miembros hasta que finalmente el sexteto se muestra al completo sobre las tablas con su cantante Georgij Makazaria, aclamado por la muchedumbre.

Son así interpretadas en un abrir y cerrar de ojos «Hello Japan», «Hey Road» y «Alive», entre las que aprovecha, el ya citado líder de la banda, para saludar al público que abarrotaba la sala Nazca durante el concierto de Russkaja en Madrid.

El políglota Georgij, maestro de ceremonias indudable que se dirigió al respetable durante toda la velada en frases combinadas de inglés y español, aprovechaba uno de los bafles frontales para sentarse, tomar algo de aire y presentar “Change”, e incitarnos a hacer movimientos sutiles de cabeza denominados ‘Cabeza crubi’.

Pequeños problemas durante el concierto de Russkaja

Pero no todo iba a ser de color de rosa, porque cuando mejor lo estábamos pasando, un fallo del sistema interrumpió momentáneamente la continuidad del setlist, menos mal que el vocalista salió del paso con sentido del humor aclarando de manera muy expresiva que ‘todo está kaput’, o en nuestro idioma, roto, como le indicaban desde el público.

Russkaja (Foto: Tamara Ruiz)

Y llega uno de los puntos álgidos de la velada, algo con lo que reanudar la marcha tras el parón por los problemas técnicos, un momento esperadísimo y que no puede faltar en los shows de Russkaja. En efecto, estamos hablando de “Traktor”, un juego que Georgij definió como “bastante similar al que realizamos en Pamplona con los toros, pero en vegano, cambiando al toro por un tractor” (palabras textuales).

El juego del psycho traktor aplicado a la pista consiste en algo parecido a lo que solemos llamar aquí un circle pit, pero girando alrededor de una persona que se coloca en el centro. Muy bien representado en escena también por los trompetistas, los hermanos Gutternigg, H-G. y Rainer, junto a la violinista Mia Nova, el tema culmina con un solo de guitarra por parte de Engel Mayr y como colofón Mr. Makazaria pidió a una persona del público que exclamase a modo de definición “enaltecimiento del sentimiento colectivo” a lo que él contestó “colectivo con buena alma…”.

La banda de Viena, en cuya formación se encuentran miembros procedentes de Austria, Alemania y Rusia (donde se basan sus raíces principalmente), se caracteriza por su diversidad cultural, expandiéndose sus conocimientos hasta nuestro idioma, regalándonos lemas en las canciones como “La Música es nuestra religión” o “El pueblo unido jamás será vencido”, sin dudar dos de los cortes más vitoreados de todo el concierto.

Russkaja (Foto: Tamara Ruiz)

Las bromas se sucedían una tras otra, hasta que literalmente un estallido de “ENERGÏA!” invadió de una punta a otra de la sala. Podemos describir este tema como uno de los más alegres y festivos de todo el panorama metalero y, posiblemente por ello, el más famoso de la banda. Me juego el cuello a que, por mucho jolgorio que hubiese en la pista, más de uno estaba allí esta noche solo para poder escucharlo y disfrutarlo. El tema en sí despunta con un solo de violín que incluye fragmento de las conocidas “Sweet Child O’ Mine” de Guns N’ Roses o “Cowboys From Hell de Pantera”.

Descansa en paz, Avicii

Si he comentado antes que esta anda lleva la palabra tolerancia en su definición, es el momento de recalcarlo. La cover de Avicii, “Wake Me Up”, servía para cerrar la primera parte del concierto y rendir homenaje al recientemente fallecido DJ sueco.

Apenas unos minutos de tregua antes de que comenzaran a sonar el trío de ases que culminaría la velada. Unos acordes de “Highway To Hell” nos meten de lleno en “Peace, Love & Russian Roll”, pasando por la indispensable “Barada” -barba en ruso-, un tema que, en palabras del carismático vocalista de Russkaja, va dedicado más hacia los barones presentes por su significado, aunque también le cuadraría a alguna señorita como su compatriota Conchita Wurst… Al mismo tiempo que bromeaba musitando un “me miro en el mirror”.

Russkaja (Foto: Tamara Ruiz)

Si pensabas que se habían acabado las bromas, te equivocas. Mr. Makazaria acaba el concierto con una auténtica declaración de intenciones vitales (modo ironic ON) “No puede seguir tu vida hasta que no dejes tus problemas en el kosmos hasta llegar al orgasmo”. Y ahora sí, “Gop Stop” pone el broche de oro a una noche de ska-rock de sobresaliente, casi de matrícula para ambos grupos. Superando expectativas, desmontando mitos, y mejorando la asistencia y las sensaciones de los que les vimos ya una primera vez en los escenarios españoles allá por septiembre de 2016