Ross The Boss: la auténtica experiencia Manowar en Barcelona
Al ser el guitarrista que estuvo tras la composición de los discos más emblemáticos de la banda neoyorquina, Ross The Boss lleva años defendiendo su propia marca y honrando un legado que los propios Manowar muchas veces parecen empeñados en mancillar.
Su concierto en Barcelona puso de manifiesto su buen estado de forma y de relieve que son una alternativa muy real a unos Manowar que nunca sabes por dónde te van a salir.
Cobra Spell y Dark Embrace, sin suerte pero solventes
Los responsables de abrir la velada fueron Cobra Spell, que se encontraban realizando el segundo concierto de su carrera, el primero con esta gira. Cantó con la banda Kris Vega de Born In Exile, que estará haciendo la gira con ellos porque Alexx Panza (Hitten) no puede hacerla «porque tiene otras prioridades» según nos ha comentado la propia banda. La hora de inicio de su concierto no quedó clara antes del show y mucha gente entró tarde ya que empezó a las 19:30h cuando en el cartel del evento señalaba que la apertura de puertas era a las 20:00h, lo que hizo que mucha gente viese apenas una o dos canciones -o ni siquiera eso-. Hicieron un concierto en el que presentaron su reciente EP y que les sirvió de rodaje, ya que es el primero de este tour y el segundo de su carrera como grupo.
Los siguientes en saltar sobre las tablas fueron los gallegos Dark Embrace, que para sorpresa de muchos, se presentaron sin bajista, pasando el instrumento por línea. Esta apuesta, que de por sí es arriesgada, no acabó de funcionar si incluyes en la ecuación el sonido bastante pobre que hubieron de padecer durante todo el concierto.
Pese a todo, Dark Embrace dieron un muy buen concierto en el que destacaron unas melodías de guitarra que cautivaron a todo el mundo, pese a que el terrible sonido a lata de la sala se comió a la voz en muchos momentos, casi pareciendo que el sonido estaba siendo retransmitido desde las entrañas de un submarino nuclear. Por lo demás, el único pero que le veo al espectáculo del cuarteto gallego es que tal vez son demasiado cañeros para la propuesta de la noche, y es que por momentos su sonido se me antojaba demasiado apabullante para el tipo de público que había reunido en Bóveda, no desmereciendo por lo demás el fantástico concierto que llevaron a cabo pese a los problemas.
«El Jefe» demuestra quién manda
Cuando por fin llega el momento que todo el mundo estaba esperando, la banda sorprende a propios y extraños subiendo con pasividad y tranquilidad al escenario, como un grupo de juerguistas que entran en un after tras toda la noche en la discoteca. No hubo ni orquesta épica ni un mini documental, como si hubiera pasado en un concierto de Manowar. En vez de eso, suben sobriamente al escenario, pero lo compensan arrancando con un auténtico petardazo como «Blood of the Kings», que pilló a todo el mundo por sorpresa e incendió la sala en tiempo récord.
La Cañera «The Oath» no dió ni un segundo de respiro, presentando la que sería la dinámica del concierto durante el resto de la noche, en la que los temas se sucedían pegados los unos a los otros para no bajar los niveles de energía, como ocurrió también con «Sign of the Hammer», que sonó muchísimo más brutal que en su versión de estudio, sirviendo para poner de relieve el increíble trabajo de Marc Lopes a la voz, propiciando que nadie echara de menos a Eric Adams, desde las octavas a las que llegaba hasta por los bíceps que lucía.
Un pequeño descanso sirve para bajar un poco la intensidad e introducir un tema tan grandilocuente como «Thor the Powerhead», que aunque baja un poco el ritmo de la noche, sirve como un perfecto contrapunto en lo que por lo demás estaba siendo una tormenta de temas extra veloces. Llegados a este punto, las comparaciones se vuelven odiosas, y visto el perfecto desempeño de la banda y las constantes incertidumbres que rodean a Manowar, uno no puede sino plantearse si ver a Ross The Boss no supone la experiencia Manowar más auténtica y de mayor calidad.
Para más inri, en la intro de bajo de «Dark Avenger» pudo escucharse a alguien del público decir: «pero este si que sabe tocar el bajo», chascarrillo que aparentemente Ross the Boss entendió, pues respondió al fan con una sonrisa. Cabe tener en cuenta que el responsable de blandir las cuatro cuerdas no era otro que Dirk Schlächter, que desde la reunión de Helloween tiene poca faena con Gamma Ray, que es un músico famoso por su talento y solvencia en vivo.
En la línea de canciones avasalladoras de la noche, Steve Bolognese pudo lucirse con el doble pedal con «Wheels of Fire», cuya elección en el set evidencia que el grupo ha optado por las canciones más cañeras y que puedan ser más resultonas en vivo, no en la popularidad. En contraste, “Born of Fire”, la primera canción no perteneciente a Manowar de la noche, es recibida con algo más de frialdad, más si lo comparamos con el apabullante recibimiento que a continuación sí tuvo una “Blood of my Enemies” gloriosa.
No es ningún secreto que, al final de la noche, el público estaba compuesto por fans de Manowar, no de Ross The Boss, pese a que gracias a éste, el legado más underground y auténtico de la banda norteamericana siga con vida. Tengo mis dudas de que el fan promedio esté interesado en cualquier lanzamiento en solitario, presente o futuro, pero también es cierto que la banda centra la mayoría de su tiempo sobre el escenario justamente en repasar la discografía de Manowar, no en desgranar algo nuevo.
Marc Lopes entonces anunció que iban a tocar un tema que esa formación de la banda aún no había interpretado en vivo, y aunque me esperaba algún otro corte de culto, todo el mundo estalló en vítores cuándo se tocaron las primeras notas de “Black Wind, Fire and Steel”, que enloqueció hasta a la última alma de la sala. Tras semejante subidón, bajan las revoluciones para «Mountains», que pese a ser un corte que la propia banda califica como solo apto para eruditos de la discografía de Manowar, es recibido con una entusiasmada ovación por el respetable.
“Maiden of Shadows” fue la última canción propia que la banda interpretó, antes de encarar un “Battle Hymns” que provocó seis minutos de absoluto frenesí y entrega por parte del público, pues no en vano es la canción a la que muchos consideran el “Warriors of the World” de los auténticos fans de Manowar. El sprint final de la noche vino de la mano de dos auténticos himnos como “Kill With Power” y “Hail and Kill”, que con su ritmo enloquecido y sus versos que son parte del imaginario colectivo, lograron culminar una noche fantástica.
Más Manowar que Manowar
Como ya he dicho, las comparaciones son odiosas, más cuándo una de las bandas a comprar es Manowar, a la que sus propios seguidores les encanta poner a caer de un burro a la primera de turno, pero es en los conciertos en vivo en los que ciertas diferencias saltan a la vista.
Para empezar, la entrega y la energía que tiene Ross The Boss deja por los suelos a su banda madre, y es que careciendo de la producción y de los medios, uno ha de valerse única y exclusivamente de lo musical para culminar un buen concierto. Por lo demás, ya sea por lo fácil que lo tiene para pasar desapercibido para los grandes medios o por pura integridad, el Jefe no tiene que lidiar con la imparable tormenta de escándalos a los que Manowar si debe hacer frente, y que al final restan de la experiencia musical.
Pese a todo, la noche resultó en un concierto redondo para los fans más fieles de Manowar y que al final del día solo quieren disfrutar de su música, ignorando con cierta clase los desvaríos que el señor DiMaio pueda tener. La música sonó mucho mejor en vivo y se tocaron temas que jamás pensé que vería en directo, por lo que, al final de la velada, volví a sentir que tenía suerte por ser un fan de Manowar.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Aritz Sola y Sergi Ramos
Promotor:Kivents
Día:2022-04-21
Hora:19:30
Sala:Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Dark Embrace, Cobra Spell
Puntuación:8
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