Doblete de Roger Waters en Madrid con el Wizink Center casi lleno ambas noches. Un viaje por el legado de Pink Floyd de la mano de uno de sus creadores. Crónica y fotos de la noche en que Waters llamó cerdo a Donald Trump en Madrid.

Todo apuntaba a que “The Wall” iba a ser la última gira de Roger Waters. De pura necesidad, vaya. La gira del eterno muro de frustraciones y lamentos llevó a Waters de los 67 a los casi 71 años. La de “Us + Them” le llevará de los 73 a los 75 y, francamente, uno no puede imaginar que al legendario músico inglés le vayan a quedar muchos tours mundiales más por delante. Pero, atendiendo al magnífico concierto que ofreció en la noche del jueves 24 de mayo en Madrid uno tiene la tentación de pensar que las leyes habituales de la física no se aplican en su caso.

Con el Wizink Center prácticamente lleno -habría casi 16.000 personas viendo a Waters- no cabía duda de que ante la posibilidad de ver a uno de sus creadores originales interpretando cualquier cosa que tenga que ver con Pink Floyd, el público sigue respondiendo en masa. Casi 70.000 entradas vendidas en sus cuatro fechas en España dan una idea de la dimensión de lo que mueve Pink Floyd aún a día de hoy. Nada comparable, no obstante, con lo que sería una gira de los miembros supervivientes reunidos sobre un mismo escenario. Si a David Gilmour le apeteciese, llenar estadios tres noches en cada ciudad sería casi tan fácil como proponérselo.

«Animals» y «Dark Side of The Moon», grandes protagonistas

Tras varias giras en solitario, a Waters le quedaba la espinita clavada de no dar más visibilidad a las canciones de “Animals”, posiblemente el disco maldito de la época clásica de la banda y el menos representado históricamente en los setlist de cualquier gira. Así pues, dado que es un disco con letras de aplicación muy resultona en el contexto actual, Waters ha desempolvado piezas como “Dogs” o “Pigs” para hacerlas eje central del show, junto a las selecciones de un “Dark Side of the Moon” que se resiste a sonar caduco.

Roger Waters Crónica Madrid 2018

Roger Waters en Madrid (Foto: Sergi Ramos)

A las 21:20, igual que en Barcelona, la banda salió a escena con un letárgico “Breathe” que despertó el aullido del público presente en el Wizink Center. Un público compuesto casi en un 70-30 por tu típico tío rockero de 50-60 años que da la brasa en las comidas familiares con cuando escuchaba a Led Zeppelin en la mili y por jóvenes que viven su primera o segunda experiencia en un concierto de un clásico de este tipo. Son los últimos coletazos de los originales del rock y quien quiera experimentar las canciones ejecutadas y cantadas por los creadores más le vale que aproveche estos últimos momentos. En unos años solo podremos ir a ver tributos rindiendo homenaje a estas composiciones.

Concierto Roger Waters Madrid 2018

Roger Waters en Madrid (Foto: Sergi Ramos)

No tardó en aparecer en el set la maliciosa “One of these Days”. El bajo punzante de Waters evocaba todo tipo de imágenes perturbantes sin necesidad de que la pantalla de vídeo las mostrase. El músico, que se apoya mucho en la banda que le acompaña, tiene ciertas canciones fetiche que interpreta con especial energía y esta es una de ellas. Lo mismo sucede con “Time”, que desata pasiones entre el público desde el mismo momento en que un reloj aparece en la gran pantalla y Roger se convierte en un reloj punteando las cuerdas de su bajo rítmicamente.

En esta gira, Waters ha apostado por dos coristas de la banda indie Lucius, Holly Laessig y Jess Wolfe. Pese a que se echa en falta una voz puramente negra con más cuerpo y calidez, las vocalistas hicieron un buen trabajo con “The Great Gig in the Sky”, que han ido haciendo más suya a medida que ha avanzado la gira.

Pocos nuevos temas y muchos clásicos

Antes de centrarse en sus nuevas canciones, Waters ofreció un vitriólico “Welcome to the Machine”, otra de esas canciones tan puramente personalistas que no puedes imaginar a nadie excepto a Roger interpretándola. A partir de ahí, el show tuvo un ligero bajón con la interpretación de las nuevas “Deja Vu”, “The Last Refugee” y “Picture That”, tres nuevas selecciones que, pese a provenir de un disco de ecos floydianos como el nuevo “Is This The Life We Really Want?”, no terminan de ser reconocidas por la gran masa. No problem: el concierto remonta con una coreada “Wish you Were Here” y la suite de “The Wall” que protagonizan “The Happiest Days of Our Lives” y las partes 2 y 3 de “Another Brick in the Wall”. Como siempre, la aparición de un grupo de niños bailando en el escenario en monos de presidiario pone al público en pie. Cuando se quitan el mono y muestran sus camisetas con el mensaje “Resist”, el Wizink estalla. Fin de la primera parte e intermedio de veinte minutos para recomponerse y prepararse para una segunda parte más intensa.

Roger Waters 2018 Madrid

Las componentes de Lucius (Foto: Sergi Ramos)

Una segunda parte espectacular

Con un sonido de alarma diseñado para que el público vuelva a sus asientos, el rig central que ocupa el techo del recinto va bajando hasta situarse a escasos centímetros de las cabezas del público. Poco a poco se desplega un decorado que imita la portada de “Animals”, con chimeneas y cerdo incluído y la banda se lanza a por un “Dogs” donde el guitarrista Jonathan Wilson brilla en todo su esplendor, compartiendo con Dave Kilminster el llanto de guitarras dobladas e interpretando con gilmouriana delicadeza los versos de la canción. De hecho, más allá de sus cualidades como guitarrista y vocalista, parece evidente que Waters ha fichado a este californiano por su indecente parecido con un joven David Gilmour.

Tras el cuarto de hora de “Dogs”, llegó uno de los grandes momentos de la noche de la mano de “Pigs”, tan apropiada como siempre para hablar de la clase dirigente. Los mensajes anti-Trump, las imágenes de burla y el lenguaje corporal de Waters al cantar “ha-ha Charade you are!” hicieron despertar definitivamente a un público que observa estos conciertos con cierta pasividad propia de la media de edad reinante. Pero cuando las pantallas espetaron “Trump, eres un cerdo”, no quedaba ni una sola boca por gritar mostrando aprobación. Minutos antes, un enorme cerdo inflable se paseó, quien sabe si por última vez, por el Wizink Center.

Roger Waters Madrid WiZink Center 2018

Jonathan Wilson, el digno sustituto de Gilmour (Foto: Sergi Ramos)

La crítica social siguió con “Money” y “Us and Them”, dos selecciones más de “Dark Side of the Moon” con las que Waters se ganó el cielo con el público madrileño. La nueva y funky “Smell the Roses” recibió grandes aplausos antes de que el show rozase su clímax con “Brain Damage” y “Eclipse”, donde un enorme prisma de lásers apareció frente al escenario, desatando el fervor del público y poniendo a la grada en pie.

Tras un discurso pro-palestino de Waters, con recado para Shakira por actuar en Israel y dar apoyo indirecto a la acción israelita, Waters se lanzó a por “Mother” y un colosal final de la mano de “Comfortably Numb”, donde aprovechó para bajar a chocar manos con las primeras filas mientras Kilminster se dejaba la vida en el clásico solo de la canción, con el que el show llegó a su final.

Prácticamente sin cambios de peso respecto a los conciertos de Barcelona, salvo algunos cambios en las proyecciones y poco más -Waters disfruta trasteando show tras show este aspecto del concierto, según nos contaba su propio guitarrista hace poco. Un viaje por el legado de Pink Floyd que nadie salvo David Gilmour y Roger Waters, pueden ofrecer hoy en día.

Crónica Roger Waters Madrid 2018

Roger Waters WiZink Center Madrid 2018

Roger Waters en Madrid (Foto: Sergi Ramos)

Promotor:Live Nation

Día:2018-05-24

Hora:21:20

Sala:Wizink Center

Ciudad:Madrid

Puntuación:9