Rock Imperium 2023 (viernes): power metal, (mucho) calor y afluencia discreta para empezar
La primera jornada de Rock Imperium tuvo a dos claros protagonistas: el power metal y un calor implacable.
Aunque el clima sea una idiosincrasia inseparable de la experiencia festivalera española, siempre condicionará las actuaciones del día: desde el aforo hasta la intensidad con la que los asistentes responden a las diferentes propuestas que desfilan por los escenarios.
Por lo demás, el power metal gobernó en la jornada inaugural y «pequeña» de este festival (al no estar lleno, algo en lo que pudo tener que ver que unos 45.000 metaleros estuviesen en Madrid para ver a Rammstein) y reunió a algunas de las bandas imprescindibles claves del género. Pese a todo, la afluencia fue decente, y el estilo se alzó como el triunfador en un día destinado a marcar el rumbo del festival.
¡Arrancan los shows!
Jolly Joker tenían la ardua tarea de inaugurar el festival. La pareja formada por el vocalista Lane Lazy y el guitarrista Yannick Bonora es incombustible y encendieron la mecha de una jornada que iba a estar cargada de intensidad. Sobre el escenario Estrella Levante, sonaron los temas que forman parte de su último trabajo de estudio ‘Loud & Proud’ como «Rockin’ In Stereo» o «Hey You”.
Apenas contaron con 40 minutos sobre las tablas, pero sirvieron de preludio para todo lo que vino a continuación, y es que a día de hoy, la banda valenciana es de las que más despuntan del género en nuestro país. Pese a ser el inicio del festival, y hacer un calor extremo, la banda contó con una afluencia bastante significativa.
Leo Jiménez ha terminado por convertirse en un artista imprescindible en el contexto de los festivales nacionales como una garantía de buen espectáculo y saber hacer en el escenario. Con el recinto por llenar y bajo un sol en su zenit, se puso disfrutar de un concierto que hizo las delicias tanto de los fieles como de los feligreses que iban tomando posiciones.
Con un sonido arrollador, al igual que su personalidad y cercanía, Leo como siempre ofreció un show lleno de grandes canciones y con un potente sonido para ir despertando las ganas de los primeros en llegar al recinto. «La Bestia» sigue haciendo honor a su apodo en todos los sentidos y sin duda es algo que pocos pueden decir tras tantos años al frente. Una pena que el calor no le diese la acogida del público que merecía, sino muchos sufrientes para poder disfrutarlo como se podía bajo unos mortecinos 40ºC sin sombra o disfrutandole en la lejanía de las barras del lado contrario.
Difícil tarea tuvieron entre manos los suecos Evergrey en la jornada inaugural de Rock Imperium 2023. Tras unos primeros conciertos que oscilaban entre el hard rock fiestero y el power metal patrio super coreable, aparecer con una propuesta entre lo gótico y progresivo a plena luz del día y bajo el bochorno no es el panorama ideal. Aun así, la atmosférica “Save Us” inauguró un concierto en el que el durísimo calor se presentó como el principal enemigo para congregar gente.
Aun pudiendo conseguir menos vítores que un grupo algo más comercial, Evergey cimentaron su propuesta musical con canciones como “Eternal Nocturnal” o “Were August Mourn”, que funcionaron a la perfección captando la atención incluso de los despistados que todavía estaban entrando al recinto.
El tramo final del concierto lo allanaron canciones tan reconocibles como “A Touch Of Blessing” o “King Of Errors”, que allanaron una actuación que podría haber sido mucho más accidentada. Aparentemente el grupo había sufrido un hurto de sus instrumentos y había tenido que improvisar para sacar adelante su show, lo que, consideradas las circunstancias, da más mérito a un directo que pese, a tenerlo todo en contra, funcionó con solvencia.
Sin duda los fineses Steven’N’Seagulls estaban destinados a dar uno de los conciertos más locos y divertidos del festival. No deja de ser sorprendente cómo un fenómeno de Internet ha sabido dar el salto y marcarse unos excelentes conciertos en vivo, pero más se sorprendieron los asistentes que paseaban por el recinto y se encontraron con himnos siendo interpretados como cañeros cortes country.
¿Qué decir? La locura se desató. Empezaron con un «Master Of Puppets» tocado casi en su integridad que se encargó de captar la atención de todo el festival. El calor a las cinco de la tarde era infernal, reflejándose no solo en la poca energía del público, sino de un grupo de Finlandia que sin duda estaba viviendo el día más caluroso de su vida. A joyas como «Moneytalks» le siguieron clásicos de la talla de «The Trooper» o «Perfect Strangers» que se hicieron con la atención de muchos.
Aunque interpretaron temas propios que despertaban el interés de una audiencia que respondió bien, lo que de verdad destacaba era la reinterpretación de hits queridísimos del rock y el metal, desde «Ich Will» y «Kickstart My Heart», que curiosamente, se sentía como si trataran de compensar que los feligreses de Rock Imperium estaban ahí renunciando a dos conciertos de la talla de Rammstein y Mötley Crüe en Madrid.
Con todos los cabezas por delante, hasta aquel momento Steve’N’Seagulls dieron el mejor concierto del festival y lograron arrancar el pogo más peculiar que se recuerda al ritmo de un «Seek And Destroy» country y extra rápido. Volvieron a calmar el ambiente con «Over The Hills And Far A Way», justo antes de coronar la actuación con la versión que les puso en el mapa, una «Thundersruck» que, aunque tropezó un poco con el sonido del festival, se sintió pletórica a pie de pista.
Y llegan los platos fuertes
Hablar de Saratoga es referirse a una de las formaciones más longevas y trascendentes del metal patrio. Tanto que su nombre les permite estirar el chicle de la celebración de su 30° por segundo año consecutivo. Sus setenta minutos sobre el escenario comenzaron con «A Morir», para seguir con «Tras Las Rejas», cortes muy apreciados del mítico ‘Agotarás’.
Aunque el repertorio es ya más que conocido, le permite a los fans acompañar al grupo en un largo viaje a golpe de clásicos imprescindibles en la historia de la música nacional. Rondando la media tarde, y mientras el calor todavía se cernía sobre el recinto, Saratoga ofreció un show correcto, donde el elevado sonido del principio eclipsó los primeros minutos.
Cortes imprescindibles como «Maldito Corazón», se sucedían para dar paso a la época más reciente de Saratoga con «No Sufriré Jamás Por Ti» o más nueva incluso «Morir En El Bien, Vivir En El Mal». Pero sin duda el momento álgido de su slot se materializó cuando Leo Jiménez -que había actuado unas horas antes- se subió al escenario para dar vida a «Vientos De Guerra”; y es que, aparte de alguna fecha señalada como la celebración de esta gira en La Riviera de Madrid, el encuentro de ambos cantantes en el escenario no ha podido verse.
Aunque no fue el concierto más memorable de la formación madrileña, el respetable agradeció escuchar cortes del calibre de «Mi Ciudad», «Si Amanecerá» o «A Sangre Y Fuego”. Aunque «Las Puertas Del Cielo» contó con algún contratiempo de la guitarra de Jero Ramiro, Tete Novoa aprovechó el inconveniente para presentar a sus compañeros de banda -incluido el recién incorporado Arnau Martí, batería de Noctem que ocupa la vacante dejada por El Estepario Siberiano tras su salida-.
La recta final del concierto quedó marcada por «Como El Viento», «Perro Traidor» y «Resurrección» como colofón final donde Tete se dio un baño de masas al lanzarse al público y mojó a sus fieles con una manguera. Un show correcto que amenizó la espera de los dos gigantes de la jornada.
Los bardos germanos Blind Guardian se plantaron en Cartagena como el primer cabeza de cartel de la noche y del festival -pese a que su producción, como viene siendo habitual, fue minimalista y discreta-. Una grandilocuente «Imaginations From The Other Side» permitió al grupo presentarse con teatralidad para el regocijo de un público que ya comenzaba a poblar más el parque El Batel. Le siguió la devastadora «Wellcome To Dying» y todo un himno coreable como «Nightfall», que oportunamente cuadró con el momento en el que el crepúsculo se tendió delicadamente sobre el recinto.
Toda una sorpresa como «Script For My Requiem» precedió a «The Quest For Tanelorn», el primer corte del gran protagonista de la noche: ‘Somewhere Far Beyond’. La formación lleva ya un tiempo desgranando entero su cuarto trabajo, pero en esta ocasión optaron por espaciar sus temas, pues siguieron con «Lord Of The Rings”, que calmó un poco los ánimos con su atmósfera folk hecha para cantar con la banda.
Hubo otro regreso al ‘Somewhere’ de la mano de «Ashes To Ashes», solo para virar de nuevo a otros discos de la mano de canciones directas y cañeras como «Traveler In Time» y la nueva «Violent Shadows», lo que dejó un setlist con un regusto mucho más agresivo de lo que Blind Guardian nos tienen acostumbrados últimamente.
«The Bard’ Song» puso a todo el festival a cantar con una solvencia que provocó que Hansi ya casi no tuviera que empuñar el micro, lo que forjó uno de los momentos más memorables del festival. El ambiente solo estuvo calmado esos breves instantes, pues Blind Guardian volvió rápidamente a la agresividad con el trallazo speed metalero «Majesty».
Hubo tiempo para otra sorpresa de la mano de «Sacred Worlds», que equilibró el setlist con su grandilocuencia progresiva justo antes de poner toda la carne en el asador con «Valhalla», que como viene siendo habitual, tuvo varios minutos cantando al personal aún varios minutos después de haber terminado la canción.
El epílogo vino de la mano de una infalible «Mirror Mirror» que permitió vivir unos minutos más en esta dimensión que son los conciertos de Blind Guardian: un mar de cánticos y la sensación de haber vivido una inmensa experiencia grupal. Se les tendió la batuta de cabezas de cartel y supieron cumplir.
Las ‘Spice Girls’ del metal, Venus 5, debutaban en Cartagena embutidas en espectaculares conjuntos y con unas ganas enormes de tumbar la carpa del escenario pequeño. Con solamente un disco a sus espaldas, ya apuntan maneras de que estas chicas son guerreras y están dispuestas a triunfar, como bien demostraron ante los fans que acudieron a verlas en el festival.
A pesar de coincidir con los grandes, consiguieron reunir a un buen puñado de adeptos para machacarlos al ritmo del buen heavy metal con toque ochentero clásico que nunca deja a nadie insatisfecho. Habrá que ver si su próximo trabajo es tan salvaje como lo escuchado ayer en el recinto de Rock Imperium: los sencillos del homónimo a la banda como «Nothing But A Heartache» o «Lioness». Las chicas tampoco tuvieron buena suerte, coincidiendo con el inicio de los cabezas de cartel, pero no les frenó en absoluto.
Helloween se sentía como un grupo ya muy deseado desde antes de la actuación. Tras haber salvado la jornada final de un Z! Live Rock arreciado por la lluvia, el grupo venía con el precedente de ser unos cabezas de cartel solventes de los que saben aprovechar dos horas si se les conceden en un gran festival.
En ese sentido, los alemanes en su formación definitiva son capaces de eso y de seguir celebrando esta milagrosa reunión como si fuera algo especial hasta cuando han pasado ya muchos años. Esta actitud se reflejó cuando un tema como «Skyfall», con sus nada desdeñables 13 minutos y nuevo en su haber, funcionó como si se tratara de un clásico del ‘Keepers’, lo que marcó un precedente de cómo iba a funcionar el concierto. La canción además permitió que grupo sacará pecho del poder de esta formación, que alterna hasta tres voces y permite unos dúos que elevan su música a nuevas cotas.
Una gigantesca explosión de confeti cayó sobre el público con el inicio de un «Eagle Fly Free» que desató la locura absoluta para que luego un parlanchín Andi Deris (que se defiende de maravilla en español, por cierto, al vivir en las Islas Canarias desde hace años) calentara a la masa para encarar la nueva «Mass Polution», que funcionó bastante bien en un público ya muy entregado.
La selección de canciones permitía que los dos cantantes se fueran alternando, tal y como volvió a ocurrir cuando se pasaba de «Future World» a «Power», en la que los dos temas insignia de distintas épocas brillaron con luz propia. Una gema sorprendente fue una «Save Us» que siempre se pasa por alto en el contexto del ‘Keepers: 2’, pero que demostró darle mucha energía y pegada a la noche con su precisa ejecución en vivo.
Hansen se descolgó la guitarra para encarar un medley del ‘Walls Of Jericho’ que empezó con «Metal Invaders» para pasar a otros trallazos de speed metal como «Victim Of Fate» y recuperó la guitarra para tocar «Gorgar» y «Ride The Sky». El medley desembocó en una trepidante «Heavy Metal Is the Law», que demostró por qué es una canción que desde el primer momento fue compuesta para el directo.
Tras la tormenta de sus primeros días, Kiske y Deris dieron un respiro a sus compañeros al quedarse a solas para interpretar «Forever And One (Neverland)” y así convencer a sus seguidores para que crear un hermoso entorno con las luces de sus móviles.
Hubo tiempo para cortes nuevos como «Best Time», aunque lo que de verdad enloquecía el ambiente eran clásicos como «Dr. Stein», que obtuvo un griterío unánime de las miles de almas que dieron vida al espectáculo de Helloween. La épica y teatral interpretación de «How Many Tears» sirvió para que el grupo le diera un aire especial a su falsa retirada y dejara a la gente con ganas de más y suplicante de bises.
La banda volvió a saltar al escenario al ritmo de la marchosa «Perfect Gentleman», a la que le siguió todo un mastodonte como «Keeper Of The Seven Keys» tocado en su integridad. La canción, toda una montaña rusa emocional, presentó a un grupo volcado en que la gente capeara con ellos las distintas secciones de una canción que se ejecutó con pasión y epicidad.
Cómo no podía ser de otra manera (y tras otro falso final), el concierto terminó con una de las canciones más reconocibles del heavy metal, un himno como «I Want Out», que si bien siempre es un sinónimo de momento icónico en el contexto global de un festival, se alargó innecesariamente hasta que el grupo le diera algo más de vida a sus fieles lanzando balones hinchables gigantescos.
El escenario pequeño de Rock Imperium Festival tuvo el honor de acoger a toda una leyenda de la NWOBHM como lo son Tygers Of Pang Tang, que pese a coincidir con Helloween en su extenso repertorio, lograron reunir a un grupo de irreductibles de los sonidos clásicos que lo dieron todo con su directo.
El sonido seguía siendo irregular según la zona de la carpa donde cada uno se encontrara situado, aunque en las primeras filas era ensordecedor. No destacaron demasiado frente a otras bandas del pequeño pese a ser de los nombres más grandes de esta jornada en ese escenario junto a Rotting Christ, pero no quita que a pesar de ello derrochasen un gran estilo y encantadora simpatía con los asistentes a su show.
Los finlandeses Stratovarious tenían la oportunidad de demostrar de lo que son capaces con unos noventa minutos de lujo, a una hora fantástica y con el privilegio de poder cerrar el escenario grande. En «Only The Strong Will Survive» el grupo salió con mucha decisión y la empalmó con un «Eagleheart» que buscó hacer cantar y saltar a la nada desdeñable cantidad de asistentes que aún aguantaban en el recinto.
Aun así, se captó una constante frialdad que impedía que temas tan queridos como «Speed Of Light» acabarán de cuajar, y que otros como «Paradise» se sintieron como ejecutados a medio gas con esa falta de energía y entrega que hacen que los conciertos en festivales se sientan especiales. La ejecución del concierto fue correcta, y los acérrimos pudieron disfrutar de temas como «Glory Days», que sonaron cumplidores y precisos, pero que no lograron meterse a un público en el bolsillo que a esas alturas de la noche necesitaba que le encendieran.
Se hizo especialmente larga la sección central de su show con temas de la densidad de «Frozen In Time» o «Father Time», pese a que hubo un repunte esperable cuando cayó un clásico como «Black Diamond» que, pese a las circunstancias, se vivió con intensidad y entrega aunque el resto del concierto había gozado de una atmósfera totalmente diferente.
Con esta fuerza extra, los fineses cogieron carrerilla y desgranaron la recta final con energía y un «Unbreakable» que se sintió con ese más del sprint final. Por supuesto, el gran clímax de su actuación corrió a cargo de «Hunting High And Low», que confirmó que la gente realmente sí que tenía ganas de juerga pese a las horas pero que probablemente hubiera necesitado un grupo dispuesto a volcarse con más arrojo en su propuesta.
Para cerrar la primera jornada del Rock Imperium Festival 2023, los griegos Rotting Christ derrumbaron el escenario pequeño, desmerecido para una banda llena de talento donde reunió al núcleo del metal extremo y oscuro de la región y alrededores. Un sonido fiero y potente aunque de mitad del espacio al fondo, reverberaba y se perdía, como con todos los artistas del escenario secundario, pero sin duda alguna los que mejor sonaron de todas. Con un repaso a sus grandes temas como «The Raven», «In Numen-Xibalba», «666» o «Non Serviam» con los que conquistaron Cartagena.
Los asistentes estaban totalmente sumergidos en el brutal ritual de black metal ambiental creado por los griegos, que no dejaron títere con cabeza en ninguna canción y animaban constantemente a seguir avivando las llamas como si de una hoguera de San Juan se tratase, que ya ardía con brutalidad desde el primer acorde a pesar de estar en las últimas de una calurosa y dura primera jornada de festival y tras muchas horas de gran aguante y cerveceo por parte de sus entregadísimos fans.
Texto: Marc Fernández, Tamara Ruiz y Zoe Lilith | Fotos: Lolo y Jesús Martínez
Promotor:Madness Live!
Día:2023-06-23
Sala:Parque El Batel
Ciudad:Cartagena
Puntuación:5
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