Puesta de largo del tercer y exitoso disco de Robe, ‘Mayéutica’ en esta nueva reinvención del personaje tras la desastrosa gestión del canto de cisne de Extremoduro.

Tibia fue la acogida tanto en ventas como en aceptación y presencia en sus conciertos de sus dos primeras obras, a pesar de ir sobradas de calidad. Quizá el hecho de que Robe se refugiara entre violines y guitarras acústicas desagradó a buena parte de la afición, y es que este viaje en la dirección opuesta al emprendido por Dylan (con la traición como denominador común), ha requerido de más esfuerzo del previamente fijado, ya que  las rentas en las alforjas rápidamente se agotaron.

Adalid de la cultura popular

Hablar de Robe es hablar de una referencia en la cultura popular de este país, de un superviviente, una persona cuya obra ha sido la BSO de millones de personas de al menos dos generaciones, de un verso libre que contra los elementos ha acercado su particular lírica, la poesía y la filosofía a un público que, de forma natural, jamás se hubiera acercado a semejante material. Además ha condicionado, influenciado y mediatizado el actual panorama rockero, auténtica madre de la criatura de las maneras de entender esta música en los tiempos que corren.

Robe (Foto: Unai Endemaño)

Con semejante bagaje y toda la pesada carga de su historia a sus espaldas, la banda se presentó  un frío y desapacible viernes de noviembre en Bilbao, a las 21:16 hrs. ante un Miribilla Arena a rebosar con una pista sin calvas y gradas de aspecto más que saludable. Poco a poco, uno a uno, cada uno de los músicos (extremeños y profesionales) hizo su aparición a través del telón de fondo con la portada de ‘Mayéutica’ a modo de  un parto, un renacimiento simbólico de la propia carrera del conspicuo líder, de la banda, y de las ganas de retomar las emociones, rutinas y, en definitiva: vidas de toda la parroquia allí congregada. “Y sentir que no estamos muertos” que cantaba el otrora compañero de batallas Fito de Platero Y Tú.

“Hoy Al Mundo Renuncio” marcó el inicio, con un sonido apabullante y nítido, amén de un juego lumínico de quitar el hipo. Robe relajado y con las cuerdas vocales en estado de gracia comenzó la experiencia inmersiva que supone cada uno de sus actuales espectáculos. Quietud y silencio en los primeros compases del embate por parte del respetable, rotos ambos ante el “gabon danori” (buenas noches a todos) que espetó el extremeño al finalizar el tema.

Robe (Foto: Unai Endemaño)

“Guerrero” de ‘Lo Que Aletea En Nuestras Cabezas’ continuó el show en otra irrefutable muestra de la solidez de la banda y baile final incluido por parte de un Robe que parecía feliz. Será cuestión de que Crono haga su trabajo y dote de personalidad individual a la pléyade de instrumentistas que actualmente acompaña al aguerrido alma máter del proyecto, pero, en ocasiones, se echaba en falta el liderazgo personal de Uoho, Miguel o Cantera, es inevitable. No les faltaron ganas, ni calidad ni actitud, pero es un hecho que tienen que ganarse su propia identidad.

“Si te vas” fue el primer guiño a la banda madre, lo que provocó las primeras reacciones encendidas en pista, con un saxo que destacó por encima de todo. “El Cielo Cambió De Forma” permitió lucirse a Lorenzo González, vocalista flamenco de apoyo (además de instrumentista) que se encargó de estremecer al personal con varios segmentos a lo largo del concierto jalonados de quejíos. “Golfa” generó las primeras alteraciones sísmicas en el suelo del bocho con buena parte de la concurrencia en intento de despegue, emoción a flor de piel y la música como auténtica catalizadora de sentimientos encerrados bajo llave por un virus ajeno.

Con las clásicas intros de Robe a base de poesías propias y ajenas que también perlaron de electricidad el ambiente, se sucedieron “Contra Todos”, y “Un Suspiro Acompasado”. Esta última auténtica magnum opus en el repertorio vital de Iniesta, que sonó  contundente; con maestría; sensibilidad no impostada; creíble (valor en desuso en los tiempos que corren) y con un “sabor de aire recién batido” pronunciado como si paladease cada sílaba. Se enlazaron posteriormente “Locura Transitoria” y la “Dulce Introducción al Caos” auténticos hits de los Extremo más tardíos y piedras angulares ambas del Robe 2.0

‘Mayéutica’ al completo

Tras un excesivo descanso (más de media hora) que no gustó a nadie porque se trata de un mal hábito que aún se arrastra, dio comienzo el core del concierto: la presentación del mejor disco editado por el autor en solitario hasta la fecha: ‘Mayéutica’ con referencias filosóficas  socráticas en lo lírico y una mayor presencia rockera en las formas.

Robe (Foto: Unai Endemaño)

Con estos mimbres, el combo enlazó sin descanso la totalidad del disco con fidelidad casi milimétrica a lo grabado, a excepción de un par de licencias: una breve sección del “Primer Movimiento: El Sueño” de ‘La Ley Innata’ sobre el que Robe añadió texto inédito y una “Coda Feliz” prolongada con el vocalista espoleado por el resto de la banda en auténtico punto álgido del encuentro. En este momento final fue el guitarrista Woody Amores el que se adueñó del escenario con shreddring apoteósico incluido. Va a tener muy complicado el poeta superar esta genialidad.

Breves bises

Tras esta sólida demostración de poder, se encadenaron “Stand By”, “La Vereda De La Puerta de Atrás”, “Y Rozar Contigo” y un “Ama, Ama, Ama Y Ensancha El Alma” que quizá sonó sin la épica característica; desequilibrado y a trompicones; y que, en definitiva, no consiguió funcionar como catarsis final, una pena porque se pudo haber convertido en el broche de oro.

Robe (Foto: Unai Endemaño)

A diferencia del resto de ciudades de la gira, en Bilbao, el grupo decidió periclitar en ese punto el concierto, de forma que obviaron otros temas que forman parte del setlist como “So Payaso”, “De manera Urgente” o “El Camino De Las Utopías”. Tampoco gustó este final abrupto que cercenó las ganas de continuar por parte de una audiencia hambrienta, porque además ese día, Robe jugaba en casa. Esta cuestión no emborronó el excelente espectáculo que nos brindó este irrepetible icono cultural en el que se ha convertido Roberto Iniesta.

Texto: José Vilabrille | Fotos: Unai Endemaño

Promotor:Get In

Día:2021-1105

Hora:21:00

Sala:Bilbao

Ciudad:Miribilla Arena

Puntuación:8