Resurrection Fest 2023 (miércoles): Ghost y el metal moderno encandilan Viveiro desde el primer día
Sin fiesta de bienvenida (la conocida como Warm-Up Party), con un día completo al igual que los demás con toda la maquinaria activa, el evento gallego empezó la edición con el cartel más imponente de su trayectoria.
Después del caos del año pasado con los resquicios de la pandemia, la guerra en Ucrania y los consiguientes problemas con los vuelos a nivel internacional y, para colmo, las lluvias, Resurrection Fest 2023 se planteaba de manera mucho más relajada por parte de todo el mundo. Las ganas de pasarlo bien de la gente, de disfrutar de un festival «tranquilo» sin sobresaltos continuos y de ver a grandes bandas se materializó y destacaron los headliners Ghost pero también otros grupos que se podrían considerar más afines a la «esencia» del festival como Hatebreed, The Ghost Inside (con el mejor sonido del día), Motionless In White o Born Of Osiris. Esto es lo que pasó el miércoles en Viveiro:
Crónica de Resurrection Fest 2023 (miércoles 28 de junio)
La banda catalana Ktulu tuvo el honor de inaugurar el escenario principal en esta nueva edición de Resurrection Fest. A pesar de que el grueso de su discografía no es especialmente reciente, las tablas de Ktulu se aprecian por su amplia experiencia. Su sonido baila entre el thrash más ochentero y el groove metal, con lo cual su directo fue apreciado por los aficionados a los géneros extremos clásicos -aunque la banda también se atreve con detalles electrónicos-.
Arrancaron sin piedad, con toda la carne en el asador desde la primera nota para aprovechar al máximo sus escasos 40 minutos de directo, donde sonaron temas como «Lado Oscuro» y algunos del álbum ‘Confrontación’, como «Delirium Tremens» o «Justicia?». La hora a la que se programó el show impidió que se llenara especialmente la zona del escenario principal, pero no faltaron curiosos que se acercaran a disfrutar de sus guitarras contundentes y la desgarradora y polifacética voz que define a Ktulu.
Dead By April llegaron desde Gotemburgo con su metalcore, género que nunca falta -ni falla- en el festival gallego. Su aparición en el Main Stage temprano en la tarde del miércoles fue presenciada por un público notablemente más amplio que a primera hora. Fue su primera vez en el festival y sus aficionados no perdieron la ocasión de disfrutar de su directo, que contó con 50 minutos que la banda supo aprovechar de la mejor manera.
Desde el primer momento, su metalcore cargado de melodía y elementos electrónicos supo ganarse a los asistentes. Destacaron canciones potentes como «Lost», «Dreamlike» o la poderosa «Me». Además, no perdieron la ocasión de mostrar una imponente escenografía con fuego y el público respondió con una actitud entregada como corresponde a su primera vez en Resurrection Fest.
Tras el éxito cosechado abriendo para In Flames y At The Gates se preveía que la actuación de Orbit Culture en Resurrection Fest también traería buenos pronósticos. Su show fue corto, apenas de tres cuartos de hora, pero cargados de total intensidad. Comenzaron la descarga con «Open Eye», donde se observó desde el primer minuto una comunión entre respetable y banda, disfrutando músicos y seguidores a partes iguales.
Otros cortes destacados de la actuación fueron «The Shadowing», «The Shooting Star Of Nija», de su último trabajo en el mercado, ‘Nija’. La actuación culminó con «Saw», dejando claro que es una de esas formaciones a las que les queda mucho por crecer en nuestro país, tan solo les falta una gira como cabezas de cartel.
A pesar del cambio de hora, Motionless In White hacían su gran estreno por primera vez en el Resurrection Fest con un Main enloquecido y dando el 100% durante todo el show. Un sonido impecable y con un Chris Motionless súper cercano, muy animado y sin dejar de sonreír. Desde hace años sin poder verles en España y también en un festival, es una banda que triunfa mucho en Estados Unidos y en algunos puntos de Europa, pero aquí es difícil verles y esta ha sido la segunda oportunidad de hacerlo.
Dieron un repaso a sus últimos trabajos sin dejarse en el tintero viejos títulos como «Reincarnate» o «Break The Cycle». Junto a ellos derrocharon su energía en «Slaughterhouse», «Voices», «Disguise» y el espectacular cierre con «Eternally Yours» donde Chris tuvo el detalle de repartir rosas entre los emocionados fans. Se mostraron muy agradecidos tanto con la ingente cantidad de público (parece que no se lo esperaban) como con el propio festival por haberles metido en el cartel esta edición. Por suerte, parece ser que todo apunta a que tras las pistas y el concierto, son el secret show del jueves en el Chaos Stage y sus acérrimos tendrán la suerte de verles otra vez.
El Ritual Stage presenció el directo de Born Of Osiris bien entrada la tarde de la primera jornada. Los estadounidenses reventaron el escenario con su particular combinación de deathcore y metal progresivo. Celebran este año sus dos décadas de historia, y esa experiencia se muestra en este directo donde se dejaron la piel y se vieron sus tablas. Presentaron su álbum más reciente, ‘Angel Or Alien’ (2021), y aprovecharon la ocasión para repasar su discografía durante casi una hora de show.
El público previamente había calentado motores con Motionless In White y el recinto estaba mucho más abarrotado que a primera hora, lo cual favoreció el buen ambiente del directo de Born Of Osiris. Su precisión a nivel técnico y su potencia instrumental favorecieron un directo demoledor que los asistentes agradecieron antes de los platos fuertes de la jornada.
El sonido del Ritual estuvo a la altura, hito complejo con una banda de estas características, y eso enriqueció aún más el directo y permitió apreciar los efectos sonoros que mostró el grupo. La variedad estilística de la banda, que se compensa con la combinación de brutalidad y elementos electrónicos, progresivos y melódicos, fue la receta del éxito de un buen show.
Una de las actuaciones más esperadas no solo de la jornada, sino del festival por su unicidad era la de The Ghost Inside, que después de muchos años inactivos regresaron a la actividad y ahora están recorriendo Europa para el deleite de los fans del metal / metalcore / groove metal / hardcore y demás estilos que están plasmados en la música que practican los norteamericanos.
«Engine 45» arrancó una emocionante actuación en la que desgranaron sus piezas más contundentes con las que hicieron botar al público gracias a los continuos breakdowns, que conjugan mucho con el respetable que visita cada año Viveiro, y también con los riffs y grooves más veloces con los que la gente enloqueció. El combo de Motionless In White – Born Of Osiris – The Ghost Inside fue ideal para el fan más «moderno» del recinto, y ese énfasis se derivó en que hasta se parase el concierto en su recta final.
El vocalista se aseguró de que un asistente estuviera a salvo entre las decenas de personas que hicieron crowdsurfing y, cuando se aseguró de que estaba todo correcto, agradeció a la seguridad presente en el foso por su labor cogiendo a la marea de gente que no paraba de llegar desde la masa. «Aftermath», su canción más célebre, puso punto y final a un directo que afianzó a sus seguidores y que captó a muchos más desde entonces, y es que es uno de los referentes en su estilo aunque para algunas personas sigan siendo desconocidos.
La banda formada por Milkky Way y Sam Matlock llegaron con toda la fiereza dispuestos a reventar el Chaos Stage en la primera jornada del Resurrection Fest y lo lograron. Los ingleses Wargasm desprendieron la calidad que se esperaba de ellos, haciendo que el público estuviera ya desde inicio moviéndose sin parar y clamando por ellos. Sin duda su característico sonido donde mezclan post hardcore com toques de nu metal y de punk consolidó su puesta en escena y su potentísimo directo. A pesar de llevar solo desde 2018 han conseguido llegar ya lejos en la escena y demostraron su valía y su calidad sin duda alguna haciendo vibrar hasta los cimientos del Chaos Stage.
Alcest es una de esas bandas difíciles de clasificar. A caballo entre el progresivo y el black son capaces de unir lo mejor de ambos géneros para crear una etérea y elculiar atmósfera en sus composiciones. Por mucha influencia que tengan del metal extremo, no es un grupo de de hacer grandes mosh pits, como se estila en este festival, sino de apreciar su música desde una posición más contemplativa. Puede que por ello, una actuación de la banda francesa se sienta más en una sala que en un evento de esta índole.
Si por algo se caracterizan muchas de sus composiciones es el hecho de estar escritas muchas de ellas en su idioma natal,fue precisamente una de ellas la que inició el show. «Les Jardins De Minuit» abrió la veda a un viaje astral lleno de parámetros en los que inmiscuirse y dejarse llevar. Los cortes que más emocionaron fueron «Autre Temos» y «Parcées De Lumière». «Délivrance» puso fin a una actuación que se sintió el preludio perfecto para la posterior aparición de Behemoth en el escenario principal.
Las eminencias satánicas Behemoth pusieron el toque más oscuro de la primera jornada de festival. Sumieron a sus huestes desde el primer minuto con «Ora Pro Nobis Lucifer», que llegó precedida por la performance de Nergal tras el telón blanco que cubría el escenario.
Los polacos llegaron a Galicia con afan de conquistar todo, y valga la redundancia «Conquer All» o «Blow Your Trumpets Gabriel» acabaron de meterse al respetable al bolsillo. A los músicos se les vio enérgicos, entregados, y Nergal incluso se mostró más comunicativo que de costumbre, y eso que el sonido no acompañó en absoluto. Un volumen en general bajo que mermó la calidad de la actuación.
Cayeron canciones nuevas como «Once Upon A Pale Horse», también cortes de su etapa más reciente de la talla de «Bartzabel»,donde Nergal se colocó la mitra de pedrería sobre la cabeza para emular las escenas del vídeoclip. No faltaron las imprescindibles «Ov Fire And The Void» y «Chant For Echanton 2000». No importa cuando fueron compuestas, todas estaban aunadas por el calor de las grandes llamaradas que emergían del escenario. La euforia era tal que hasta el bajista, Orión quiso darse un baño de multitudes y bajó a tocar entre su séquito.
Los shows de Behemoth han dejado de contemplarse como 4 músicos tocando sobre un escenario. Ellos han querido también subirse al carro de elevar sus escenografías a un nivel superior,y el resultado es para deleite de aquellos seguidores del grupo.
Una de las bandas de punk rock imprescindibles para los fans de la adrenalina es The Baboon Show. Su enérgico directo capitaneado por Cecilia Boström fue una de las delicias de la primera jornada del Resurrection Fest. La carpa del Chaos se rindió ante el encanto de la banda, que puso el toque de energía. Salieron a escena mientras caía la noche y anticipaba los platos fuertes entre los direcros de un día que ya había cumplido expectativas, pero The Baboon Show mantuvo el nivel alto.
La energía imbatible de Cecilia y su voz rasgada, bien acompañada de instrumentales divertidas y cargadas de adrenalina fueron los elementos vitales del show. Ese sonido punkrockero clásico, sencillo y directo funcionó entre los aficionados que rebosaron la carpa del Chaos. Sonaron a lo largo del show canciones como «God Bless You All», «Playing With Fire», «My, Myself And I» o «Queen Of The Dagger», cargadas de melodía y buen rollo. El innegable carisma de la banda sueca hizo que se metieran al público en el bolsillo en todo momento, con lo cual protagonizaron un directo para el recuerdo.
La simpatía de la banda se demostró en todo momento durante el concierto, incluso a la hora de presentar a los propios integrantes del conjunto. En apenas una hora, hubo bromas, mucha música y una química brutal con la audiencia y entre los integrantes de la banda. Incluso dedicaron un momento a la crítica social al introducir la canción «Same Old Story». Los asistentes se rindieron ante su encanto, su contagiosa energía y la pegadiza melodía de un repertorio acertadamente elegido.
La fiesta de la primera jornada corrió a cargo de Perturbator. Hace unos años que el synthwave está cobrando relevancia en Europa, y James Kent, abanderado de este apodo es uno de los nombres más destacados del citado género. Aunque el estilo que defiende,es algo que quizá también pueda disfrutarse de una manera más íntima en un espacio más cerrado, hay quienes lo dieron todo con el galo.
Las cegadoras luces se hicieron protagonistas en un show en el que no hubo tregua entre temas. Al no ser un estilo propiamente metalero el show se vivió de manera distinta para cada uno de los allí presentes. El set estuvo compuesto mayoritariamente compuesto por los cortes de ‘Lustful Saceament’, último disco editado del artista. También hubo clásicos como «Excesos», «Humans Are Such Easy Prey» o «She Moves Like A Knife».
En el Desert Stage se vivió una experiencia única con la actuación de Amenra, banda belga experta en la creación de atmósferas realmente absorbentes. Entre el post-metal y el doom, con tintes progresivos, su directo fue uno de los platos fuertes de la jornada, y así se vivió entre numerosos asistentes. Su potencia sonora resonó fuerte en el Desert, que se llenó de curiosos que pretendían disfrutar de las entregas instrumentales de Amenra.
El show de la banda consistió en un conjunto de ambientes instrumentales, gritos, una iluminación sobria e imágenes de vídeo proyectadas en el escenario. Lejos de la adrenalina y la energía de otros directos, Amenra aportó variedad y sobriedad para los que buscaron otro tipo de show. Sin embargo, tampoco faltaron momentos mucho más potentes con sonidos pesados y cambios de intensidad sorprendentes.
La conexión de la banda con los asistentes se basó más en compartir la propia intimidad de su directo que en palabras o gestos, de hecho pasaron ciertos momentos de espaldas. La iluminación también tuvo sus momentos puntuales de protagonismo con ráfagas cegadoras acompañadas de la brutalidad instrumental.
La fiesta que tuvo Perturbator llena de contraluces y un estilo marchoso pasó casi sin esperar ni un solo segundo a los primeros compases de la intro de Ghost, los protagonistas principales de esta jornada inaugural del festival. Cuando esta se tornó en «Imperium» y prosiguió en el «Kaisarion» como primera canción en esta segunda aparición de los suecos como cabezas de cartel de Resurrection Fest los fanáticos estallaron de júbilo.
Mitos de décadas atrás como Alice Cooper o King Diamond parecían difíciles de reemplazar con el paso de los años y el inevitable avance de su edad, y es cierto que es complicado, pero no imposible. Con un estilo que mezcla referencias del pop noventero con el metal e incluso con lo que podrían ser openings de animes, Tobias Forge se erigió como la figura más destacada del día al grito de «Viveiro» en su presentación en este Resu.
La apuesta de la organización por los suecos en 2018 parecía arriesgada, pero fue efectiva y el tiempo ha demostrado que es uno de los pocos grupos cuyo auge les ha empujado a las plazas más altas de los carteles en todo el mundo y a recintos de capacidad más amplia. Su estilo no es el más afín al del fandom del festival, pero cuaja con buena parte y así se demostró en la alta asistencia cuando unos míticos de este evento como Hatebreed estaban tocando al mismo tiempo en el Chaos Stage.
Pero a Ghost no le importa tocar en un Resurrection Fest más destinado al metal más extremo y moderno o en un Primavera Sound como varias semanas atrás, ellos quieren demostrar que son «la banda», y por ello se dejaron todo lo que tenían sobre las tablas. No contaron con el fuego que tuvo (un poco sin ton ni son) Behemoth, pero sí con varias explosiones y su ya inseparable iglesia de fondo que acompañó esa parte visual repleta de luces de colores por todas partes.
El sonido no era malo, pero pecó de estar algo bajo para lo que se esperaba de un headliner, y con el paso de sus canciones, que da igual que sean de su reciente ‘Impera’ o de trabajos anteriores ya que todas se han convertido en hits idóneos para el directo, la sensación de que su espectáculo está preparado al dedillo y perfectamente ejecutado como un cabeza de cartel de nivel debe llevar a cabo convenció a los asistentes.
«Rats», «Cirice» o «Year Zero» fueron de las más celebradas, y tras la instrumental «Miasma» con el ineludible solo de saxofón del Papa, el tema viral por excelencia gracias a TikTok de Ghost, «Mary On A Cross», encendió un poco más a los presentes en Viveiro, que ya encaraban la recta final de Forge y los suyos en Resurrection Fest. «Mummy Dust» y el single «Kiss The Go-Goat» precedieron a las dos últimas de la noche, con las que Ghost consiguió el mayor de los éxitos en su show.
«Dance Macabre», como indica su título, puso a todos a bailar, y el ya prácticamente himno «Square Hammer» terminó por todo lo alto un concierto donde los cambios de vestuario sutiles de Tobias y la producción de su puesta en escena dejaron claro que tienen el estatus que merece y que a pesar de que no sonara lo alto que quizás deberían haberlo hecho, tienen un nivel superlativo a nivel musical, técnico y de espectáculo.
Si se habla de Resu, se habla de hardcore. Y uno de los exponenciales del hardcore es Hatebreed, protagonistas de uno de los directos más esperados de esta edición -cabezas de cartel aparte, o no-. James Jasta y los suyos salieron a escena bien entrada la noche en la carpa de un Chaos llena como pocas veces se ha visto. Su potencia sobre las tablas es imbatible, y su directo fue uno de los más enérgicos y nostálgicos de la velada.
A los pocos minutos de comenzar el show ya se apreció que la carpa se les quedaba muy pequeña, y no pararon de llegar adeptos según avanzaba el concierto. Jasta es veterano, y como buen perro viejo -que además ya conoce este festival-, sabe ganarse a su público. Los asistentes se mostraron totalmente entregados ante la impecable lección musical de la banda de hardcore.
Como no podía ser de otra forma, repasaron su amplia historia musical y no faltaron canciones como «Live For This», «Tear It Down», «In Ashes They Shall Reap», «Before Dishonor», el himno «Destroy Everything» o el final con «I Will Be Heard». El repertorio fue completo y realmente han sabido aprovechar la hora de la que disponían, además no les afectó en absoluto haberse solapado con el peso pesado del escenario principal, Ghost. Se mostraron como lo que son, reyes del género con 3 décadas de historia.
Y para cerrar la noche, un grupo que decía adiós con el show que cerraba a la jornada no solo al miércoles, sino a su historia. Display Of Power, la banda tributo a Pantera con más reconocimiento de España y fuera de nuestras fronteras, terminaba su gira de despedida tras veinte años sobre las tablas con su concierto en el Ritual Stage de Resurrection Fest 2023. Un emplazamiento que puso en alza el valor emocional de este último directo, ya que es donde los artistas de renombre tocan en el evento además de en el Main Stage.
A eso hay que sumarle que Pantera es uno de los cabezas de cartel de esta edición y que tocaban al día siguiente para coronar el jueves, así que el precalentamiento para antes de Phil Anselmo y compañía vino al pelo con la formación gallega, que se mostró emocionada por esta despedida tan especial en el festival de metal más importante de Galicia y España.
Como cabía esperar, «Walk», «Revolution Is My Name», «I’m Broken» o las finales «Domination» y «Cowboys Fro Hell» fueron coreados por los valientes que aguantaron hasta su turno, mientras que las canciones menos habituales no gozaron de ese éxito. El bombo sonó excesivamente alto y la voz también gozó de gran protagonismo en cuanto a su sonido, y a nivel técnico no fue el mejor concierto de Display Of Power, ya que estuvieron bastante erráticos. No obstante, ya da igual, porque han tenido el final soñado. «Hasta nunca» como dijo su vocalista, y hasta mañana el resto de la gente, que acababa así su primer día de festival.
Texto: Sara Rodríguez, Olga Vidal, Tamara Ruiz, Alex Barroso e Iria López | Foto: Yolanda Moreno, Alex Barroso, Iria López y Zoe Lilith
Promotor:Bring The Noise
Día:2023-06-28
Sala:Campos de fútbol
Ciudad:Celeiro
Puntuación:7
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