Resurrection Fest 2023 (jueves): Pantera rinde tributo a Pantera en Viveiro
Al término de esta segunda jornada de Resurrection Fest el festival ha llegado a la mitad de su edición de este año y el jueves tuvo a grandes bandas dentro de su cartel donde pasó de todo.
Pantera eran los cabezas de cartel más esperados del segundo día, y más allá de la explicación de cómo fue su espectáculo, que está más adelante, la presencia de grupos como Unity TX, Butcher Babies, Alter Bridge, Madball, Motionless In White en su show secreto o Powerwolf entre muchos otros protagonizó la oferta musical en Viveiro. Aunque el accidentado directo de Carpathian Forest también fue de lo más sonado tanto en el recinto como fuera de él, así que aquí te contamos lo que pasó el jueves en Resurrection Fest 2023.
Crónica de Resurrection Fest 2023 el jueves
El Ritual Stage arrancó después de la lluvia que arreció todo Viveiro y el sol acompañó a los manchegos Evil Impulse, que con su groove metal conquistaron a los pocos fieles que, poco a poco según avanzaba su actuación, iban incrementando su número en el segundo escenario de Resurrection Fest. «Chained Shadow» o «Ancient Paradox» sonaron entre el setlist, que fue incrementando su conexión con un respetable entre el cual, pese a su pequeña afluencia, contaba con numerosas camisetas de Evil Impulse entre los presentes.
Comenzaba la jornada del Desert Stage con Exxasens. La banda instrumental a caballo entre post-rock y rock progresivo fue perfecta para la temática del escenario. Poco a poco se acercaron cada vez más curiosos a disfrutar de su concierto, y a pesar de que asomaron unas gotas de lluvia no fue impedimento para los allí presentes para vibrar con su sonido de su interesante propuesta.
Baest marcó el punto de locura a horas tempranas de la tarde. Desataron la euforia desde que comenzaron a sonar los primeros acordes de «Genesis» y se formaron grandes pogos que se propagaron durante la totalidad de su actuación. La banda danesa hizo honor a su nombre, demostrando que el apodo de «bestia» les viene que ni pintado.
Aprovecharon la ocasión para presentar su recién estrenado ‘Justitia’ del que sonaron «Creatures», «Ecclesia» y «Gargoyles». Aún habiendo realizado una gira por pequeñas salas en la península, al grupo se le vio feliz de regresar por tierras españolas nuevamente, sentimiento que trasmitieron muy bien a sus seguidores. A pesar de coincidir con el «secret show» de Motionless In White, tuvieron una afluencia muy significativa.
Motionless In White era el concierto sorpresa que Resurrection Fest tenía previsto en la segunda jornada, el cual había quedado casi claro después de las pistas de MIB (de la película «Men In Black»), que por su semejanza al nombre del grupo se daba a entender, y con el vídeo que se publicó en la cuenta del festival de Chris Motionless donde hacía un guiño tras su directo a que «volverían a verse pronto».
El concierto fue una buena oportunidad para la gente que se perdió a la formación al día anterior, y es que su modificación con The Ghost Inside en los horarios y los problemas que hubo de acceso para algunos aficionados con los temas de los autobuses y demás permitieron ver en el Chaos Stage un espectáculo con un setlist parecido al del día anterior con algunas modificaciones pero con una esencia similar al que desplegaron en el Main Stage del recinto gallego.
La banda francesa Landmvrks mostró sus dotes para el metalcore en el escenario principal durante la tarde de la segunda jornada, con menos asistentes de los que habría mas tarde, pero no eran precisamente pocos y estaban totalmemte entregados a su potente directo. Su breve discografía fue más que suficiente para ofrecer una buena sesión de cuarenta y cinco minutos y el Main no se quedó pequeño. Su álbum más reciente es ‘Lost In The Waves’ (2021), con lo cual la banda tenía material para lucir en el festival.
A pesar de que la hora no era la más propicia, sí se apreciaba buen ambiente en el escenario principal, con mucha energía y ganas de metalcore. Landmvrks estuvo a la altura, y el sonido, al igual que en los directos del día anterior, acompañó e hizo justicia a su sonido pesado y melódico. Conforme avanzó el directo, la energía aumentó cada vez mas y más curiosos se acercaron a observar el intenso directo de los franceses. Un buen avance de la jornada en el escenario principal de la mano de Landmvrks.
También hay sitio para la música experimental en el festival gallego como mostraron bandas como Imperial Triumphant. Su imponente estética inundó el Ritual Stage a plena luz del día, lo cual no fue suficiente para eliminar el efecto de su estilo tétrico tan característico. Su quinto trabajo de estudio, ‘Spirit Of Ecstasy’, tiene tan solo unos meses, con lo cual fue una buena ocasión para llevarlo al escenario y dárselo a conocer a los asistentes al Resu.
Con sus primeras notas, el recinto ya se encontraba bastante abarrotado, y ni la lluvia impidió que se llenara la zona. Su estilo, ese black metal tan característico por su pesadez y sus tintes experimentales, realmente captó la atención de los presentes. Los impactantes cambios de intensidad y su imponente presencia sobre el escenario fueron los puntos fuertes del directo. El trío supo llenar el Ritual con sus intensas atmósferas sonoras, y lograron encajar su particular música en el festival gracias a su destreza sobre las tablas.
El cambio de hora no fue beneficioso para una audiencia más alta a la hora de Alter Bridge, que tuvieron que intercambiar con Elegant Weapons su slot en el Main Stage para poder llevar a cabo su actuación programada en Resurrection Fest 2023. La banda de Myles y Mark no hizo nada alejado de lo que hacen en cada show, pero es lo que les ha funcionado a lo largo de los años y en Viveiro no fue menos.
Su single de su último álbum «Silver Tongue» inició un concierto donde, salvo esta canción y otra como «Sin After Sin» decidieron incluir los cortes más contundentes que tienen en su haber para conquistar al público a base de caña y las estructuras en los temas que tanto triunfaron con la salida de sus primeros discos. «Addicted To Pain», «Isolation» o «Rise Today» fueron buena prueba de ello, y el gusto de escuchar el magnífico solo de «Blackbird» también se disfrutó en el festival gallego.
Myles Kennedy bromeó al tocar la guitarra con un plumero de colores que devolvió posteriormente al público, y con una «Metalingus» que siempre funciona en vivo con la parte del puente extendida para que los asistentes hasta el momento botaran al ritmo de Alter Bridge se puso la guinda a una visita muy esperada para muchos en el evento de la provincia de Lugo.
Butcher Babies era uno de esos grupos que muchas veces la gente se preguntaba cómo no había estado en Resurrection Fest antes. Tanto su estética como su música cuadran perfectamente con la del festival, y en esta edición por fin el crossover se hizo realidad. El grupo contó con la atenta mirada de Charlie Benante (batería de Pantera en su nueva formación) en un lateral pero, sobre todo, de los Resukids, que pudieron animar a la formación norteamericana desde las tablas.
El show de Butcher Babies tiene una intención clara: desgranar las últimas obras que han compuesto y publicado. Sus nuevos singles fueron los que protagonizaron la mayor parte de su setlist, aunque grandes éxitos de la banda como «Monsters Ball» también sonaron en su actuación. La voz cantante, y nunca mejor dicho, la llevan Heidi Shepherd y Carla Harvey, vocalistas y quienes animaron al público de Resurrection Fest a que se dejaran la piel con su contundente (y a la vez cargada de elementos modernos) propuesta musical.
A media tarde se pudo disfrutar en el Desert Stage del particular directo de los británicos Dvne, una banda que abarca géneros tan diversos como el doom, el post metal o el rock progresivo. Esa combinación es carne de cañón para los directos y así se evidenció en el Desert. El indeciso clima de Viveiro hizo de las suyas a lo largo de la tarde del jueves, pero los asistentes disfrutaron igualmente del show de Dvne y su personalidad sonora.
Mientras una gran multitud decidió en su lugar disfrutar del show de Butcher Babies, los amantes de los estilos más pesados y atmosféricos se lanzaron a un Desert que se mostró bastante abarrotado, especialmente tras el fin de Alter Bridge. La calidad técnica de Dvne logró levantar a un público que se mostró entregado al potente show. La hora del día no les hizo especial justicia, ya que no se lucieron en condiciones a nivel de iluminación y puesta en escena, pero se compensó con su acertado set que jugó con cambios de intensidad en todo momento para mantener la atención de los asistentes.
Una serie de problemas técnicos de última hora obligó a intercambiar la hora de actuación entre Elegant Weapons y Alter Bridge, sintiéndose la actuación de los segundos algo desubicada a su hora de comienzo. El público se dispuso a recibirles con cierta alegría, aunque no hubo grandes agobios durante su show. pese a estar las primeras filas comandas de gente que llevaba desde primera hora del día esperando por Pantera. El grupo salió a matar con un «Do Or Die», preludio de la ristra de presentaciones de ‘Horns Of A Halo»,único disco en su haber.
El amigable Ronnie Romero se encargó de actuar como maestro de ceremonias, siendo el único miembro de habla hispana en la banda. Aunque todas la miradas se centraron en Richie Faulkner, que incluso recalcó su actuación el pasado año en el mismo escenario con Judas Priest. De estrellas no se queda la banda, a los ya citados se le unen Christopher Williams de Accept y Dave Rimmer de Uriah Heep.
Es apreciable que el público que se congrega en sus actuaciones lo hace por el hype de disfrutar de la habilidades de los músicos más que por ser su primer CD algo remarcable. Sí que se notó que el público estaba más ahí por el caché del grupo que por el conocimiento de su primer lanzamiento. Aun así «Downfall Rising» funcionó muy bien, al igual que «Dirty Pig», que llenó el escenario de unos gruñidos de cerdo, pillando a muchos por sorpresa y marcando el punto divertido de la actuación.
El final del concierto estuvo marcado por «Bitter Pill» y una buena reinterpretación de «War Pigs» para concluir un show que quizá no brilló como debería. Causaron buenas sensaciones, pero el hecho de disminuir el tiempo de actuación cuando se avecinaban ya los grupos más importantes restó veracidad. Aún así el concierto dejó buenas sensaciones, más no tratándose del proyecto principal de ninguno de los integrantes.
Nada menos que 30 años avalan a este proyecto de metal extremo, Carpathian Forest, que tomó el Ritual Stage antes de la caída de la noche del jueves. La banda se permite salirse de las líneas estrictas de los géneros tradicionales y ello aporta múltiples matices a su música, con lo cual su show fue ameno y atrajo a muchos curiosos que disfrutaron de su potencia imbatible sobre las tablas.
Acompañados por una poderosa iluminación y con un sonido bastante aceptable, su atronadora música inundó el recinto durante una buena hora de directo. En el caso de algunas canciones, combinaron diversos géneros musicales y esa riqueza sonora, sumada a una intensa puesta en escena, fueron carne de cañón en directo. Totalmente atronadores, hicieron suyo el Ritual con una demostración musical en toda regla para delicia de los amantes de los sonidos más extremos.
La actitud enérgica de la banda fue contrarrestada por la tranquilidad de su vocalista Natterfrost, impasible pero cercano con el público. Durante la primera canción, un despiste le llevó de cabeza desde el escenario y sufrió una aparatosa caída. Se puede decir que la banda se lo dejó todo sobre las tablas -con algún diente incluido por parte del cantante-. El anecdótico percance del vocalista, que se sacó un plátano por sorpresa, no impidió que ofrecieran una actuación de principio a fin que seguro recordarán. Auténtica locura desatada en el Ritual Stage por parte de unos entregados Carpathian Forest capitaneados por un simpático y curioso personaje a la voz.
Con las actuaciones de Behemoth, Ghost y Powerwolf puede decirse que el abanico de misas metaleras estaba más que cubierto para todos los gustos y religiones. La cantidad de grupos de gran relevancia han hecho que Powerwolf quedasen relegados una línea por debajo de los cabezas de cartel, por lo que el festival se quedó sin ver la performance completa que el grupo leva preparada para la gira.
No pasa desapercibido que las composiciones de los alemanes han ido adquiriendo tintes de hits de estadio. ‘Call Of The Wild’ ya lleva el suficiente tiempo en el mercado como para que cortes como «Faster Than The Flame» calen en el respetable como lo hizo posteriormente «Incense & Iron». El quinteto quiso honrar al festival y el vocalista Attila Dorn fue capaz de memorizar un gran párrafo en nuestro idioma para presentar el siguiente tema, cosa que no es habitual. «Hoy hay dos resurrecciones, vuestro festival y nuestra canción», dijo entre otras cosas antes de encarar «Resurrection By Erection».
Dicho esto, Powerwolf es capaz de tirar de fondo de armario y emocionar con «Amen & Attack» o simplemente sacar a pasear las más presentes y poner a bailar al respetable con «Dancing With The Dead», valga la redundancia. Los cánticos que preceden a «Armata Strigoi» dan nuestra de que es una de las canciones más queridas. La inmediatez de cortes como «Demons Are A Girls Best Friend» o «Blood For Blood (Faoladh)» dieron forma a un show al que se le pueden sacar pocas pegas. Tan solo quedaron para el final «Sanctified With Dynamite» y «We Drink Your Blood» que cerraba el show. Éste fue breve, pero muy intenso. Lamentablemente los escasos 60 minutos con los que contaron dejaron fuera de la lista «Army Of The Night» y «Werewolves Of Armenia», que son de las favoritas de los seguidores.
Lacuna Coil hizo uno de los que se podría considerar, sin ningún tipo de dudas al analizar el conjunto de las actuaciones en este Resurrection Fest, uno de los conciertos más inteligentes a la hora de plantearse respecto al resultado que esperaban. No tuvieron ninguna clase de miramiento o pudor en elegir un setlist en el que no quisieron hacer pruebas o inventos extraños, solo lo mejor de lo mejor.
El nivel de su último trabajo de estudio, ‘Black Anima’ fue muy alto y dicho álbum tiene una serie de canciones que ejercen como hits al igual que sus temas más míticos que ya cuentan con casi dos décadas. De esta manera, y con una Cristina Scabbia especialmente en forma con sus notas más altas, «Reckless» o «Layers Of Time» de su obra más reciente (aunque ya tiene cuatro años al salir en 2019) estuvieron a la altura incluso de himnos como «Heaven’s A Lie». El planteamiento de temazo tras temazo para encandilar a los fans en Resurrection Fest fue sublime, y el nivel quedó alto para lo que todo el mundo esperaba.
El plato fuerte de la carpa del punk y el hardcore en la noche del jueves -junto a Black Flag- fue nada menos que Madball, clásico del hardcore que logró reunir a numerosos fans del género. Su experiencia se remonta a finales de los ’80, y su condición de veteranos del género se pudo apreciar sobre las tablas. Al solaparse con una banda de un estilo muy distinto, los aficionados al grupo abarrotaron la carpa sin necesidad de perderse a los líderes de la jornada, Pantera.
Las condiciones mencionadas favorecieron el show de Madball, que aprovechó la ocasión y superó las expectativas. Con Freddy Cricien a la voz, se pudieron comunicar con la audiencia ya que, pese al origen estadounidense de Madball, el cantante es de ascendencia cubana y colombiana. Aprovechó su conocimiento del idioma para mostrarse humilde y agradecido, y el público respondió con la misma confianza y cercanía.
De esta forma, banda y asistentes derrocharon energía en la carpa del Chaos Stage con el repertorio del grupo de hardcore. Sonaron himnos como «Infiltrate The System», «Colossal Man», «Across Your Face», «Pride (Times Are Changing)», «Can’t Stop, Won’t Stop» y muchas más en un completo y nostálgico directo que llevó a los asistentes a los comienzos del festival y esa esencia de hardcore y unidad.
El directo de los renovados Pantera era uno de los más esperados no solo del festival, sino en España al ser su fecha única, por la historia que tiene una banda que parecía estar destinada a llegar a las cotas que solo han alcanzado, en el ámbito del metal, Metallica. Desgraciadamente no fue así, y su disolución y la posterior muerte de los hermanos Abbott, fundadores del grupo, ha terminado derivando en esta «gira de homenaje» que lanzaron a finales de 2022.
Las críticas han sido continuas desde que se llevó a cabo el anuncio de su regreso, y las dos vertientes de los argumentos (tanto positivos como negativos) se vieron perfectamente plasmados en el show de Pantera en Resurrection Fest 2023.
Las dos caras nuevas en la formación se han integrado de una manera absolutamente distinta, y es que parecía que la hermandad de Zakk Wylde con el difunto Dimebag Darrell y su nombre siembre sobrevolando las posibilidades de entrar en su lugar en una hipotética reunión hacía que diese la impresión de que no había miembro más adecuado. Por otro lado, la experiencia de Charlie Benante (Anthrax) era un punto a favor, pero su difícil labor generó dudas en los primeros momentos.
Pues bien, el batería fue quien, de manera completamente brillante, desempeñó la función de Vinnie Paul a la perfección. Ya sea con triggers o con una ecualización y un equipo preparado al detalle, el sonido del instrumento era una clara referencia al fenecido Vince, cosa que los aficionados pudieron celebrar por su solvencia y contundencia a partes iguales. Sin embargo, fue Zakk el que no cumplió las expectativas, y es que el sonido que llevaba es el que siempre ha tenido Wylde con su guitarra y, pese a que las partes rítmicas sí las llevaba bien, los solos parecían casi improvisados con referencias de haberlos ensayados unas pocas veces. Algo que en los primeros directos se podría justificar, pero tras una gira en Latinoamérica, shows en Japón y a falta de una actuación más para terminar su periplo en Europa no debería suceder.
El problema que ha tenido Zakk en este homenaje a los hermanos es que Charlie ha sido impoluto, y él no. Uno lo ha hecho a su propia manera y otro tratando de emular lo que hubiera hecho el miembro original, y eso ha dividido claramente la percepción de uno y otro. Con esta explicación de su entrada, el concierto de Pantera comenzó con un Phil Anselmo al que le tuvieron que subir el volumen en «A New Level» porque no se le escuchaba, y desde ahí el grupo atacó con canciones de las más rápidas que tienen que se vieron claramente ralentizadas. Ya fuera por la capacidad para enfrentarse a ellas de Phil en su velocidad o por no tener la energía que hace veinte años, se percibía todo excesivamente lento para ser Pantera.
A esto se le suma que el volumen del bajo de Rex Brown estaba bastante por encima del de Zakk Wylde, algo que no es habitual, en general, en ninguna banda, pero tras haber explicado el nivel que tuvo el guitarrista a lo largo de su espectáculo en Resurrection Fest es algo incluso inteligente por los técnicos de sonido. La dupla «Becoming» y «I’m Broken» metió más en el concierto a los fans, y posteriormente el trío compuesto por «5 Minutes Alone», «This Love» y «Fucking Hostile» lo hizo más.
La versión de «Planet Caravan» tras la intro de «Cementery Gates» calmó la dinámica antes de la traca final con «Walk», el medley de «Domination», que la empezaron desde el mítico breakdown, con «Hollow» y la que parecía el final «Cowboys From Hell». Y parecía porque se hicieron las fotos con el público y saludaron como si fuera el término de su actuación pero no. Un emocionado Rex Brown se agachaba mirando al público y Anselmo dijo que estaba siendo muy especial y se lanzaron con «Yesterday Don’t Mean Shit» para acabar de manera definitiva.
Puede que estuviera preparado o no, los presentes no lo sabrán salvo sorpresa, pero dio una sensación de que Viveiro era especial para Pantera que recordó a cuando Rammstein se sacó de la manga aquel «Te Quiero Puta» en 2017. Un bonito final para un espectáculo descafeinado de los norteamericanos al hacer que todos sus temas estuvieran tocados bastante más lentos que como en su origen.
En la familia Van Halen el talento es algo que se destila por los poros. Hijo del icónico guitarrista fallecido Eddie Van Halen, Wolfgang creó Mammoth WVH cuando todavía formaba parte de la banda de su padre allá por el 2015. Aunque solo tiene un álbum, y otro que se prevé para este año, está banda eta dando mucho de que hablar.
En Resurrection Fest tuvieron la mala suerte de coincidir con la histórica actuación de Pantera en el escenario principal. Aún así, el Desert acogió a una gran cantidad de gente que disfrutaron con cortes como «Take A Bow», «Stone» o «Mammoth». Si algo tuvo está actuación, aparte de maestríaz fue un sonido impecable, mejor incluso que el del escenario principal durante algunas actuaciones. Quienes eligieron acudir al escenario sin duda obtuvieron la guinda del pastel para acabar la jornada.
La mitica banda de hardcore punk americano Black Flag hizo su aparición en el Chaos Stage tras el concierto de Pantera en el Main, donde aun así hubo ya gente en primera línea dispuesta a gozar de su música y, poco a poco conforme la gente iba saliendo, no fueron pocos los que se quedaron a verles para cerrar la segunda jornada del Resurrection Fest.
Dando tralla desde el ’76 y siempre al pie del cañón, el conjunto es imparable, incluso a pesar de los muchos cambios de sus miembros -exceptuando a su fundador y guitarrista Greg Grinn, al que se le veía calmado como si tocar frente a miles de personas fuese lo más fácil del mundo-. Una pena que el directo, en cuanto a show se refiere fuese tan soso, ya que no terminó de meter en el ambiente de la música a muchos asistentes, que de ahí se fueron (los que quedaban) para terminar los conciertos del jueves y llegar al ecuador del festival.
Texto: Sara Rodríguez, Iria López, Tamara Ruiz, Olga Vidal y Zoe Lilith | Fotos: Yolanda Moreno, Alex Barroso, Iria López, Zoe Lilith y Tamara Ruiz
Promotor:Bring The Noise
Día:2023-06-29
Sala:Campos de fútbol de Celeiro
Ciudad:Viveiro
Puntuación:7
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