Resurrection Fest 2022 (domingo): Bring Me The Horizon solventa el caos de Korn
Bring Me The Horizon se convirtieron en cabezas de cartel improvisados tras la caída de Korn, tarea que llevaron a cabo con éxito con un show emotivo e intenso. Bandas de géneros más extremos como Angelus Apatrida o Heaven Shall Burn pudieron el broche de oro a la edición.
Veteranos de la escena underground, con apenas una década de carrera, asaltaron la tarima del Desert Stage The Dry Mouths. Con aires del desierto y una puesta en escena discreta, presentaron su nuevo trabajo ‘Thodol’. Este nuevo disco ha sido totalmente sorpresivo, ya que según el tema a seguir podían percibirse tintes de post-rock, plenamente doom, con afinaciones del progresivo incluso, y todo ello impregnado de melodías nostálgicas y tristes. De este nuevo redondo optaron por llevar el directo las reconocibles “Den Dro Sum” o “Hinayana”, con las que el público pudo zambullirse en toda una experiencia sensorial mediante la música.
La exhibición de Electric Callboy -antes conocidos como Eskimo Callboy- llegó mucho antes de lo que su música lo pedía. Puro metal festivo a media tarde, que no impidió que la gente saltara y bailara pese a que muchos todavía estaban recién entrados al festival. La intro discotequera de “Pump It”, con la banda vestida como la ocasión lo merecía, motivó a todo aquel que estuviera dispuesto a unirse al convite. “My Own Summer” y “Hate/Love” -ya con los integrantes con su look habitual- mantuvieron las ganas de danzar del público.
La mezcla de hip hop y electrónica de “Best Day”, aderezado con uno de los mejores estribillos de su carrera, se alzó como uno de los momentos destacados. Otro momento digno de rave estival fue “Hypa Hypa”, con esos sintetizadores que retrotraen a canciones dance de otra década. La cosa se puso más seria con “Crystals” o “MC Thunder”, mientras que el hit en que se ha convertido “We Got The Moves” en poco más de un año es sobrecogedor. 55 minutos de auténtica diversión sin por ello perder ni un ápice de calidad. Imprescindibles en cualquier festival.
El grupo con el nombre más curioso del festival, Frutería Toñi, encaraba su actuación en el Desert Stage en frente de los ojos de muchos curiosos y algunos fans de su rock progresivo con diferentes influencias. El sexteto de Málaga cuenta en sus filas con violín o instrumentos de viento como clarinete o saxofón, lo que da riqueza a ese sonido con mucho aire setentero. Sus dos últimos discos, ‘Tengo Mis Días Buenos’ (2017) y ‘El Porvenir Está En Las Huevas’ (2020) fueron los protagonistas de los 45 minutos que tenían asignados.
Los californianos Stick To Your Guns abandonaron el Chaos, donde actuaron por última vez en 2018, para dar el gran salto al escenario principal. Stick To Your Guns hizo un repaso general por toda su discografía, ya que desde el el 2017 con el lanzamiento del ‘True View’ únicamente han lanzado el single ‘Weapon’, el cual formó parte del setlist. Jesse Barnett, frontman de la banda, presentó pérdidas en el sonido de su micrófono durante los cuatro primeros temas del repertorio, además de desentonar levemente a la hora de cantar las voces melódicas, como por ejemplo en “Nobody” o “There´s Nothing You Can Do To Me”. Sin embargo, los guturales los hizo redondos, pero esto costaba percibirlo dados los fallos de sonorización que mantenía.
Por su lado, Josh James (guitarra melódica) actuó lesionado ya que saltó al escenario con un collarín puesto. Desempeñó una actuación brillante con punteos ágiles, desenfrenados y afilados, que relucieron sobre todo en temas como “Amber” o “What Choice Did You Give Us?”. Es cierto que, en ocasiones, el bajo generaba tal reverberación que dichos punteos quedaban ensordecidos como, por ejemplo, durante “Married To The Noise”. Bajista y guitarrista actuaron a un nivel fantástico, aunque es cierto que en ocasiones George Schmitz (batería) perdió el tempo. Su hardcore – punk motivó a la gente a bailar unos buenos two-steps y walls of death pese al clima lluvioso y el barro, y resultaron una vez más una de las bandas favoritas para los amantes del género que acuden a Viveiro.
De entre las frontwomans femeninas que pisaron el festival, Lena Scissorhands se mantuvo como una de las favoritas, y actuaba con Infected Rain ante un público que aguardó pacientemente el concierto de esta reina del metal. Fue otra de las bandas que trajo nuevo proyecto por presentar, ‘Ecdysis’. Con una actitud inquebrantable, los moldavos se mantuvieron constantemente atentos y agradecidos con sus fans. Pese a traer novedades, comenzaron con un viejo conocido del año 2019: “Pendulum” fue la banda sonora que dio inicio al épico bolo de Infected Rain. La deslumbrante Lena mostró un manejo de la técnica gutural, hasta tal nivel que casi iguala al sonido de un trabajo de estudio. Con este inicio vigoroso, ya quedó demostrado que el bolo no defraudaría.
Ya metiéndose en su nuevo redondo, las joyas de la corona del espectáculo fueron “Longing” y “Postmortem Pt.1”. En la defensa en directo de este nuevo proyecto, se pudo ver la profesionalidad sobre todo de los guitarristas, ya que las cuerdas de afinaciones graves (Vadim Ozhog y Sergei Babici) se veían intensificadas con riffs que gozaban de una acústica magnífica. En esta ocasión, Infected Rain se arriesgó a desplazarse también hacia el death metal, donde Larissa pudo sacar a relucir sus guturales y growls más infernales, aunque esto también pudo comprobarse en temas más antiguos que conformaron el setlist como “Fighter” o “Black Gold”. La batería, a manos de Eugen Voluta, quedó perfectamente acoplada a la voz de Scissorhands, pero sin llegar a eclipsar su voz. Ante un día donde otros grandes del metal también tuvieron acto de presencia, puede afirmarse que Infected Rain será uno de esos bolos que los asistentes recuerden por lo brutales que se mostraron tanto en actitud como en técnica. Tras una hora de actuación, dejaron el listón de actuaciones del Ritual Stage en lo más alto.
Aunque parezca mentira, desde 2015 no estaban presentes Heaven Shall Burn en un cartel del Resu. Muchos recordaran aquel concierto por el gigantesco circle pit que rodeaba la mesa de sonido y que quedó grabada en las retinas de muchos como una de las mayores barbaridades vistas jamás. El combo alemán siempre es bienvenido y esta vez no fue menos, con una muy buena afluencia de público para contemplar el desenfreno metalero que Marcus Bischoff y los suyos ofrecen.
No hubo tiempo para el respiro y en un abrir y cerrar de ojos “Black Tears” se apoderó del lugar, con la melodía de guitarra más reconocible del quinteto. “Übematch”, el corte más destacado de ‘Of Truth And Sacrifice’ prosiguió con la ceremonia, mientras “Voice Of The Voiceless” o “Counterweight” se encargaron de poner las pinceladas más clásicas. Poco importaba más allá del foso. Todo era un continuo vendaval de mosh y circle pits por doquier pese a la lluvia continua que caía en el lugar desde horas atrás.
La banda arengaba a la masa en cada parón para que todo siguiera su curso. Como siempre, Heaven Shall Burn era una bomba sonica que hacia que las siguientes «Corium» o «Protector» consiguieran que miles de cabezas hicieran headbanging sin parar. Aunque nada comparable a cuando llegó «Behind A Wall Of Silence» o su gran hit «Endzeit», donde se produjo el circle pit más grande de la noche, aunque no se alcanzara niveles de epicidad de otras ocasiones. Que en las piernas de la gente hubiera ya cinco días de festival tuvo mucho que ver.
Con unos pocos minutos de retraso, aparecieron sobre el escenario del Chaos Stage, los estadounidenses Knocked Loose capitaneados por Bryan Garris. Ofrecieron todo un show a nivel de sonido, actuación y luces; sumergiendo al público en la más pura escena del hardcore underground. Toda la atención se centró en el frontman, quien no paró ni un segundo de lanzar patadas al aire e incluso hacer alguna que otra acrobacia con el micrófono. Calentaron motores con “Where Light Divides The Holler”, relativo al nuevo sencillo ‘A Tear in the Fabric Of Life’, donde los riffs melódicos veloces y agudos, aportaban cierto toque de black que resultaron en un tema de lo más característico al mezclar hardcore, riffs de black y beatdown. Con un ambiente totalmente violento, temas como “All My Friends” o “Belleville”, donde los compases de ambas guitarras (Crutchfield y Hale) eran desenfrenados, tocados con muchísimo nervio y fuerza intensificados por una distorsión perfecta. Así mismo, los juegos de bombo y caja lentos y pesados de Kevin Kaine, fueron el eje central para llevar a cabo este homenaje a la más pura esencia del hardcore.
Phil Campbell And The Bastard Sons lo tenían casi todo en su contra: una solapación triple junto a Angelus Apatrida y Knocked Loose, mucha lluvia y un público decepcionado por la mala noticia del día. Contra viento y marea, y nunca mejor dicho porque lo único que se veía a los pies del Desert Stage eran chubasqueros, paraguas y todo tipo de protecciones del temporal. El legendario guitarrista de Motörhead Phil Campbell salió al escenario acompañado de sus “hijos bastardos” con los que repasó clásicos de la banda como “Iron Fist”, “Born To Raise Hell”, “Damage Case” o “Ace Of Spades”. Eso sí, intercalados con temas propios como “We Are The Bastards”, “Get On Your Knees” o “Dark Days”. Pues no, no son ningún tributo a Motörhead sino que tienen su propia música. Evidentemente, ésta bebe de su obvia influencia, pero también han heredado esa actitud macarra y rockandrollera. El Desert Stage estaba repleto de gente empapada pasándoselo bien, sin dar importancia a nada más que la música, la diversión y el hecho de tener delante a un músico de la talla de Phil Campbell dando una buena lección de rock.
Uno de los pesos pesados de nuestra escena nacional protagonizó uno de los últimos directos de esta edición del festival gallego. Angelus Apatrida son viejos conocidos entre los mejores escenarios de la escena festivalera europea, y regresan a casa por todo lo alto con su característica brutalidad. La banda sorprendió a sus aficionados en 2021 con la publicación de su álbum homónimo, que se suma a una amplia y bien recibida discografía. Después de más de 20 años de experiencia sobre las tablas, Angelus Apatrida ya son referentes de la escena de thrash nacional, un directo obligado para los fans del género pese a las circunstancias meteorológicas. El buen estado de forma de la banda se apreciaba desde la brutalidad de la primera canción y durante todo el set.
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La evolución de Bring Me The Horizon desde sus inicios hasta la actualidad es mayúscula. Desde la salida de aquellos discos puramente deathcore, hasta la mezcla de metalcore, electrónica y pop que se puede encontrar en los más recientes. La banda de Oli Sykes nunca ha tenido miedo de incluir matices nuevos en cada nueva composición y ello los ha confirmado como uno de los grandes innovadores de la música metal en los últimos años. Esta vez aterrizaban en Viveiro como grandes cabezas del día -después de la caída de Korn- con un EP con cierta vuelta a las raíces, pero no sin darle otra vuelta de tuerca a todo su sonido. ‘Post Human: Survival Horror’ los volvió a situar en el radar de los que tachaban de comercial y vendidos sus discos previos. Con todo ello, la capacidad actual de convocatoria del quinteto de Sheffield está al nivel de muchos grandes clásicos; y su puesta escena también. Un main stage abarrotado recibió con los brazos abiertos un “Can You Feel My Heart” que gracias a un viral de TikTok se ha vuelto incluso más famosa de lo que ya era previamente. En cinco minutos el ambiente ya estaba totalmente caldeado.
El deletreo inicial de “Happy Song” advirtió de la llegada de uno de los hits de ese disco exitoso que fue ‘That’s The Spirit’. Unas bailarinas ‘cibernéticas’ eran las encargadas de ambientar la interpretación, mientras que un Sykes sonriente arengaba a las masas para el primer mosh pit de la noche. La primera de la nueva era vino de la mano de la adictiva “Teardrops”. Sin duda las nuevas composiciones son carne de directo, con todos esos cambios de ritmo e intensidad. La thrasher “Dear Diary” o “Parasite Eve”, con un breakdown que destrozó todo a su paso, fueron de las siguientes en caer.
“Shadow Moses” siempre es recibida con los brazos abiertos y fue la responsable de los mayores headbangings del concierto, aunque no menos adrenalina se vivió durante “Kingslayer”, uno de los buques insignia de ‘Post Human’. “Die4u” puso el toque más pop a la recta final, y en “Drown” Oli Sykes decidió bajar al foso a cantar más cerca de sus fans acérrimos. El coro de “Obey” volvió a exprimir al máximo la garganta del cantante a la par que pedia el último gran mosh pit de la noche. «Follow You» en su versión acústica puso el momento intimista mientras“Throne”, el gran hit de Bring Me The Horizon, puso a todo el mundo a cantar para un broche de oro grandioso. Uno de los conciertos del festival.
Texto: Olga Vidal, Jano Carbia, María Gutiérrez e Iria López | Fotos: Paco García, Iria López, Zoe Lilith y Aitor Chaparro
Promotor:Bring The Noise
Día:2022-07-03
Sala:Campos de Fútbol de Celeiro
Ciudad:Viveiro
Puntuación:6
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