Resurrection Fest 2019: King Diamond finiquita la edición más épica del festival
El sábado 6 de julio ha sido la despedida de la mejor edición del Resurrection Fest. Protagonizada por King Diamond y Within Temptation, ha sido la guinda de un gran pastel en el que ha destacado la participación de los esperadísimos Slipknot en la noche del viernes.
El clima, al contrario que en jornadas anteriores, ha acompañado estupendamente pese al calor de las primeras horas de la tarde. La afluencia de asistentes ha sido generosa, y las energías siguieron intactas. Mientras que la jornada del viernes fue liderada por estilos melódicos sumados a la dureza de Slipknot, la del sábado fue más extrema, con actuaciones como la de Testament o Lamb Of God, suavizada por la melodía de los dos cabezas de cartel. Tras lo vivido la jornada anterior en este festival, quienes se acercaron a horas tempranas al recinto para disfrutar del último día se toparon con Perpetual Night actuando en el Ritual Stage, banda de death metal melódico a la cual no hizo justicia la hora de actuación y su afluencia de público, ya que traían una propuesta interesante.
Tálesien: un agradable regalo melódico
El sonido no acompañó demasiado a Tálesien en el Ritual Stage. Si eso lo sumamos a la temprana hora, al poco tiempo con el que contaron para tocar su repertorio y la escasez de asistentes, el mérito que ha tenido la banda defendiendo su directo es todavía mayor. En tan solo 35 minutos, a primera hora en la última jornada, las personas que se animaron a exprimir el último día al máximo han podido disfrutar de un directazo aunque haya sido breve. La banda, por otro lado, también ha sabido aprovechar el escaso tiempo con el que contaban para defender un setlist de lo más completo con el que explotar su potencial.
Su melódico y técnico heavy metal, combinado con momentos más potentes y veloces, requiere una definición de sonido con la que no han contado en el Ritual, con unos graves saturados a ratos que han ensombrecido el resultado de las trabajadas guitarras y la fantástica voz de la banda. El agradable sonido melódico de Tálesien resultó en un directo ameno que se hizo muy breve. Una lástima que no contaran con una calidad sonora que les haya hecho justicia.
Cathexia: cabalgando sobre los sonidos más extremos
Con dos discos de larga duración publicados en 2010 y 2018, Cathexia es una banda de andadura relativamente corta e intermitente. El quinteto asturiano, formado por miembros de Legacy of Brutality y Thirteen Bled Promises, explora aquí el death metal añejo llevado al extremo, con blast beats por doquier y ritmos de doble bombo vertiginosos.
La labor de la batería cual taladradora, los riffs al servicio del conjunto rítmico y la voz rota de la vieja escuela contribuyeron a un más que digno arranque de death metal a la jornada. Y es que cabe resaltar, a diferencia de años pasados, el género en su vertiente más clásica apenas ha estado presente en la última edición del festival. La banda incluso invitó a su antiguo vocalista Isaac Ríos sobre las tablas para despachar su poderosa embestida de death metal. Aunque su actuación a pleno sol de primera hora de la tarde resultó algo distante, la destreza interpretativa del grupo en su conjunto arrancó los aplausos del público más tempranero.
Celtibeerian y su irresistible carisma
La fiesta está asegurada con Celtibeerian. Su animado folk metal y su divertido carácter han sido los mejores aliciente para levantar la tarde del sábado con energía. Imposible no destacar la versatilidad instrumental y calidad técnica de algunos de sus integrantes, que ha proporcionado al directo una riqueza sonora de lo más destacable. Todo ello sumado a su animado sonido y el gran carisma de los integrantes de la banda, dan resultados como el vivido en el Resurrection Fest 2019 en la tarde del sábado.
El público ha respondido a todos esos alicientes, dándolo todo con la banda. Además, han sido bastantes los que se han animado a disfrutar del show de la banda. Si hubiera que describirlos, deberíamos resaltar su potencia, melodía, actitud y humildad. A pesar de algunos problemas de ecualización, sobre todo durante el comienzo de la actuación, el resultado del directo ha sido increíble.
Syberia: en busca de intimidad a pleno sol
Tras el estreno de 2015, Syberia volvía al Resurrection Fest con un nuevo trabajo sobre la manga y otro en el horno, será publicado en otoño de este mismo año. En este tiempo la banda no ha hecho más que consolidarse y su directo, profundamente emocional, conectó con fuerza con aquellos reunidos en el Desert Stage. El fuerte sol contribuyó nuevamente a restar emotividad a un viaje sensorial que hubiera funcionado mejor en la oscuridad. Aun así, el cuarteto barcelonés sonó con claridad y estabilidad, y dio muestra del gusto que posee a la hora de hilar pasajes devastadores y melodías melancólicas. En definitiva, una actuación apasionada y de gran poderío interpretativo, que pudo haber sido más en correctas condiciones con el entorno.
Strikeback: this is thrash
Nunca las 5h de la tarde es una buena hora para un grupo de thrash metal. La jornada del sábado fue la más calurosa de todas, y el grupo coruñés tuvo que enfrentarse a los inconvenientes meteorológicos con mucha actitud y una dosis extra de mala leche. Los riffs de Strikeback beben directamente de los grandes clásicos, como Slayer o Testament (por citar alguno presente en el cartel), y sin inventar la rueda, consiguen generar ese ambiente propicio para la práctica de mosh y circle pits. Canciones de sus tres discos, como «B.H.S.» o «Kill Or Be Killed», poblaron su setlist, todos afiladas como un puñal, sin tregua, sin medios tiempos, sin adornos innecesarios. Esto es solo thrash metal.
Del Resu al cielo
De ser los ganadores del band contest en 2017 a pasar a formar parte oficial del cartel en esta edición de 2019. Close To The Sky no ha dejado de trabajar y su recompensa ha sido tocar en el Chaos Stage en la jornada final de este año. Llevan un par de años de gira presentando su trabajo ‘The Distant View’ con artistas internacionales de la talla de Crystal Lake y en septiembre comenzarán a girar de nuevo. En cuanto a este concierto, su metalcore con elementos progresivos no levantó grandes pasiones, pese a ser una de.las bandas más representativas del género en nuestro país, y es que se ve que a la banda le faltan tablas; nada que no se arregle dando más conciertos como han venido haciendo hasta ahora.
Alien Weaponry: nuevas juventudes del metal
La banda de los hermanos De Jong, formada en Nueva Zelanda, es una de las últimas revelaciones en el mundo del metal. Su mezcla de groove y thrash con arreglos étnicos maorís hace que probablemente sean únicos en su especie. Su disco de debut (‘Tü’ de 2018) ha conseguido catapultarlos a la fama, y en el Resurrection Fest íbamos a comprobar si el estatus logrado se plasmaba en su directo. En una última jornada donde la gente ya está al límite de sus fuerzas, Alien Weaponry iban a poner su granito de arena para lograr cerrar esta edición por todo lo alto.
El sonido de gran nivel del dia anterior en el Main Stage se mantenía, y eso era una gran noticia. Con ‘PC Bro» daban el pistoletazo de salida al show que agrupo a bastante gente, muchos de ellos curiosos intentando averiguar que tocaban aquellos veinteañeros. «Holding The Breath» se consolidó como una de sus grandes composiciones, a la que le siguieron canciones con mayor y menor calado en el respetable -con un disco es casi imposible mantener el nivel- hasta que «Kai Tangata, dedicada a un dios maorí, volvió a destrozar todo a su paso. Con «Rū Ana Te Whenua» cerraron el show, que fue una sorpresa positiva para muchos. Tienen futuro.
Conciertos de relleno
A medida que iba avanzando el día las fuerzas iban decayendo, así como el número de asistentes dentro del festival, que siendo la última jornada habían preferido acercarse a ver a los cabezas de cartel en vez de estar en el recinto desde primera hora de la tarde. Así pues, la actuación de los portugueses Destroyers Of All transcurrió ante una pista bastante despoblada, factor poco merecido, pues la banda de Portugal descargó su thrash metal con tintes heavies de una manera bastante correcta. Venían presentando su último trabajo de estudio ‘The Vile Manifesto’, pero parece ser que esta propuesta no fue suficiente para que el público del Resurrection Fest acudiera a su concierto.
Testament: eterna juventud
Después de que Alien Weaponry calentara el ambiente, fueron Testament los siguientes en entrar a escena, conformando con los posteriores Lamb Of God una tripleta de ensueño para los amantes de los sonidos cañeros y veloces. El fervor que levantan en este tipo de eventos da la razón a los que piensan que deberían estar en el Big 4, aunque eso ya da para otro reportaje.
Salieron en tromba para abrir con “Brotherhood Of Snake”, donde vimos que la voz de Chuck Billy es infalible por mucho que pasen los años, al igual que la calidad y la maestría de Alex Skonick y Eric Peterson a las seis cuerdas. Otra cosa no, pero técnica instrumental en Testament manejan en cantidades industriales. La escenografía no iba más allá de una lona con su logo, pero eso no iba a impedir que nos lo pasáramos en grande con “The Pale King”, mostrando que su último álbum tiene muchos quilates en su interior, o con la hímnica y coreable “More Than Meets The Eye”, que puso las gargantas de todos los asistentes a tono y al borde del colapso.
No hay tiempo para la relajación durante un concierto de Testament, exceptuando breves interludios o pequeñas intros de alguna canción en particular. Fue una hora de auténtico caos auditivo, en donde muchos estaban ya con la energía en reserva. La recta final nos trajo alguna gran joya de los viejos álbumes de los ’80, tales como ‘The Legacy’ o ‘The New Order’, que si bien han quedado sepultados a nivel mediático debajo de otros coetáneos suyos, como los celebérrimos ‘Rust In Peace’ o ‘Master Of Puppets’, son auténticas obras de culto del thrash metal.
Para muestra la gran recepción de composiciones como “Into The Pit” y su aire crossover, o la veterana “Over The Wall”, que siempre es un valor seguro. El epílogo lo puso “The Formation Of Damnation”, con Chuck arengando a las masas en busca de un circle pit que quedara grabado como uno de los ‘highlights’ del festival. Otros de los que tendremos novedades discográficas en breves. Definitivamente siguen en forma.
Bandas que deberían tocar en un escenario de mayor categoría
Entre las actuaciones de Testament y Lamb Of God en el escenario principal quedaba un hueco para ver a Cobra en el Desert Stage. Los vascos hacían acto de presencia por segunda vez en el Resurrection Fest, y por desgracia lo hacían en el escenario más pequeño de los cuatro. Una pena, pues Cobra son merecedores de actuar en uno de los escenarios mayores debido a la calidad de sus directos.
A lo largo de sus trece años de carrera han dado forma al autodenominado «thriller rock», que se basa principalmente en música con elementos del stoner, cargada de energía y cuyas letras narran sobre los clásicos del cine. La actitud de la banda en directo siempre es impecable y en el Resurrection Fest no iba a ser menos, así pues en la pista del escenario 4 ni cabía ni un alma. Sus shows en cuanto a actitud y cala se refiere van «in crescendo» y levantaron los ánimos de los presentes con temas de su trabajo ‘Riffyard’ entre otros.
Vhäldemar y la nostalgia del power
Esta banda de Barakaldo de power metal no es novata. Cuentan con 2 décadas de tralla a sus espaldas, y se nota. Sus publicaciones más recientes son de 2017, el EP ‘Old King’s Visions’ y el larga duración ‘Against All Kings’. Después de la intensidad de Testament, arrancaron con mucha fuerza y ganas de reventar el Ritual. No fueron pocos los que se acercaron a disfrutar del show de Vhäldemar, a media tarde con un clima más soportable que el calor de horas anteriores.
El sonido del escenario no fue perfecto, pero sí más definido que en conciertos previos. Su setlist varió entre canciones más heavy y otras más power, en un completo directo del que disfrutaron muchos curiosos. El estilo clásico y potente de la banda fue una delicia para los asistentes, un respiro melódico tras la tralla de Testament. La velocidad incombustible de algunas canciones de su setlist mantuvo las energías arriba y su entrega sobre el escenario resultó en una combinación instrumental muy óptima. Una gran experiencia para los amantes del power.
Lamb Of God: reyes del circle pit
La banda de Virginia era uno de los platos fuertes del último día de festival. Muchos se preguntaban si llegarían con energías suficientes para dar la talla en semejante batalla campal. Para dar respuesta bastaba con ver la explanada adyacente al Main Stage: por supuesto que sí. Los riffs simples pero afilados como cuchillas de Lamb Of God consiguen revivir a cualquiera. 75 minutos tenían por delante para deleitar con el mejor groove metal de la actualidad, y vamos si lo hicieron.
Aquello empezaba sin demasiadas florituras. La banda, precedida por el batería Art Cruz, que sustituye al señor Chris Adler –de baja debido a las graves lesiones tras un accidente de moto- salió al escenario para dar candela sin concesiones. Bien es cierto que no creo que “Omerta” sea la mejor canción para subir de la adrenalina al personal, con su lento cabalgue y su contundencia bajada de revoluciones. No importó, ya qué minutos después “Ruin” y, sobre todo, “Walk With Me In Hell” convirtieron aquello en una marea sobrecogedora de mosh pits, circle pits y crowdsurfing. De las mejores maneras que tiene un metalhead de pasar la tarde.
La voz de Randy Blythe sonaba mucho menos cálida que tras los filtros del estudio, pero no desmereció para nada la actuación, que transcurrió con paradas obligatorias como la nueva “512”-una de sus composiciones más logradas hasta la fecha- o clásicos de la década pasada como “Hourglass” o “Descending”, que los fans celebran con vehemencia. Para el final dejaron sus dos canciones más conocidas por el gran público: “Laid To Rest” y la salvaje pero pegadiza “Redneck”, que provocó uno de los mayores descontroles del festival. Lamb of God veían desde el escenario los quehaceres de la gente, con cara de satisfacción en señal de aprobación. Nos dejaron con muchas ganas de catar el nuevo disco, que saldrá en breves.
Berri Txarrak: el adiós más metalero
Mediante una andadura ecléctica y sin buscar ser referentes, la banda navarra se ha convertido en el grupo de rock en euskera con mayor alcance. No hay más que ver la calurosa respuesta a su música, tanto a nivel estatal como internacional. Pero, tras 25 años de carretera, Berri Txarrak realizará un parón indefinido a partir de otoño de 2019. La cita de Viveiro sirvió para atestiguar el que, probablemente, sea el set más metalero de su gira de despedida.
La ocasión lo requería y el trío encabezado por Gorka Urbizu arrancó por todo lo alto con las emotivas «Jaio.Musika.Hil» y «Ez dut nahi», y la rabiosa «Espero zaitzaket». La reacción inicial del público que se agolpaba frente al Ritual Stage fue enfervorizada y mostró la pasión que los asistentes vascos del festival sienten hacia la banda. Ikurriñas al alza, hasta pudieron escucharse gritos reclamando la libertad de los jóvenes de Alsasua, en prisión desde hace casi tres años debido a una pelea con la Guardia Civil.
Más allá de temas políticos, la banda hizo lugar a sendos cortes de sus discos más recientes, «Infrasoinuak», «Payola» y «Haria». Pero el desenfreno llegó con «Zirkua», que generó salvajes moshpits frente al escenario. Pop, nu metal, stoner y el hardcore clásico, todos conviven bajo el paraguas de Berri Txarrak. La aparición de los Resukids, con micro en mano y ordenando a todos alli presentes a que se agacharan antes del inicio de «Ikasten», fue otro de los momentos estelares de la velada, aunque, lamentablemente, se vio truncada por problemas de sonido con la guitarra. Los hits «Denak ez du balio», «Stereo» y «Oihu» cerraron la breve pero intensa despedida gallega de la banda.
Analepsy ponen el toque extremo
La actuación de Analepsy ha sufrido un cambio en su horario, saliendo a escena algo más de 2 horas después de lo previsto inicialmente, sobre lo cual ha informado la organización del festival unas horas antes. Se trata de una banda de brutal death con tintes black de Portugal, una mezcla llena de intensidad. Tienen dos trabajos en el mercado, siendo el más reciente de ellos su primer larga duración, ‘Atrocities From Beyond’, de 2017.
Han anunciado hace muy poco la participación de un nuevo bajista, que se ha adaptado de lujo a la banda. La actuación de la banda ha abarrotado la carpa del Chaos de gente sedienta de pura brutalidad y oscuridad y eso se han llevado. La intensidad y pesadez de su sonido inundó la abarrotada carpa con sus profundos guturales, los ritmos acelerados y unos graves intensos. La calidad del sonido en el Chaos y la técnica de la banda se compaginaron con un resultado de lo más aceptable. Sin tregua, han avanzado durante 50 minutos con su poderosa potencia, dando una buena ración de música extrema a todos sus aficionados.
Within Temptation: La «Resist-tencia» a los problemas de sonido
El cabeza de cartel que más desentonaba este año en el festival era sin duda Within Temptation. El metal sinfónico de la banda que comanda Sharon Den Adel es difícil de encajar entre otros grupos de metal más extremo. Con energías renovadas, venían a presentarnos su séptimo trabajo de estudio, titulado ‘Resist’, que llega cinco años después de su sombrío ‘Hydra’.
En este último álbum la banda ha reinventado su sonido, dejando atrás ese rock gótico que les lanzó a la fama hace dos décadas junto a grupos del estilo como Evanescence o H.I.M o las bandas de nu metal. Es precisamente con dos temas de este nuevo disco con los que la banda holandesa comenzaba su espectáculo, «Raise Your Banner» y «The Reckoning». Lo que pretendía ser un inicio potente quedó bastante eclipsado por un sonido bastante pobre en el que apenas podía escuchasae a la banda tocar, mucho menos si te encontrabas en los laterales o alejado del escenario. Llegaba de la misma manera «In The Middle Of The Night», que precedía a «Stand My Ground», el clásico por antonomasia de la banda, que llegaba demasiado temprana en el setlist.
«The Heart Of Everything» nos adentraba en «Angels» otro himno del «The Silence Force», donde la voz angelical de Sharon (valga la redundancia) nos llegaba al corazón. Durante la actuación de Within Temptation tuvimos tiempo hasta de echar de menos a Tarja Turunen, que aparecía por la pantalla para la interpretación de «Paradise (What About Us?)». «In Vain» fue otro de los temas nuevos presentados. Ejemplo perfecto de mala ecualización, pues todos los corales y instrumentación añadida a los instrumentos habituales sonaba más alto de lo debido, sumado a que ni la propia vocalista era capaz de escucharse bien.
Lo mismo ocurriría con «Supernova» y «Mad World», aunque llegados a este punto el panorama habia mejorado notablemente. Eso sí, entre medias tuvimos la perla «Ice Queen», interpretada en acústico. Casi sin respiro llegaban «Covered By Roses» y «What Have You Done», apoyada por Keith Caputo (ahora Mina Caputo). Como colofón final «Our Solemn Hour» y «Mother Earth» con las cuales se podía dar por salvado un concierto que inicialmente se daba por nefasto.
Brutality Will Prevail como alternativa extrema
La banda de Cardiff Brutality Will Prevail han venido a darlo todo en la despedida de esta edición del festival. Su quinto y último álbum es ‘In Dark Places’, de 2017. Su sonido es intenso y pesado, con una seña distintiva caracterizada por tempos lentos. Por cuestiones de horario, les ha tocado coincidir con una de las bandas principales de la noche, Within Temptation, aunque no podrían ser más distintos.
Frente a la pura melodía sinfónica de los cabezas, Brutality Will Prevail hicieron honor a su nombre aportando la nota más extrema. Los cambios de intensidad, manteniendo esa pesadez sonora y esa lentitud característica, aportaron cierta variedad para amenizar el directo. No fueron pocos los que se acercaron a la carpa a ver a los de Gales, ya que la carpa y alrededores estaban abarrotados de gente aprovechando las últimas horas de esta edición del festival.
Cult Of Luna: paraíso audiovisual
Con veinte años de andadura y siete trabajos de larga duración, Cult Of Luna es, sin lugar a dudas, una de las mayores referencias del post, doom y sludge metal. Su búsqueda de la brillantez artística no solo es musical, sino que también se traslada al ámbito de la imagen. Muestra de ello es el elaborado entramado de luces que propulsa el show del quinteto sueco al siguiente nivel.
El repertorio incitó al personal a sumergirse en su particular trance, hasta el punto de lograr un estado onírico donde el espectador pudiera conectar con su ser más profundo. Sin embargo, no olvidemos lo novedoso del asunto, ya que la trayectoria temática de la banda ha estado, hasta ahora, relacionada más estrechamente con temas sociales y políticos. «Mariner», su trabajo más reciente, tuvo mucho que ver en la resignificación de la banda. Ahora queda por ver qué ocirrirá en otoño, cuando el quinteto sueco publique su octavo y altamente esperado trabajo de estudio. El Resurrection Fest sirvió a muchos para ratificar la genialidad del viaje sensorial que Cult of Luna propone. Esperamos que pronto podamos disfrutar de sus nuevas perlas en las principales salas del Estado.
Miss Lava: solidez lusa
El stoner de Miss Lava congregó a un puñado de gente -más de la esperada teniendo en cuenta su solape con los muy esperados Cult Of Luna- con ganas de los sonidos mas pesados del rock. Los portugueses, liderados por el cantante Johnny Lee, tuvieron un sonido nítido y cristalino, algo que suele ser habitual en el Desert Stage. No faltaron canciones referencia de su catálogo como «Ride» y «Another Beast Is Born», donde se pudieron apreciar los riffs contundentes, las voces graves con alto contenido melódico o ese halo alternativo y psicodélico que nutren sus canciones.Se despidieron ante el gran aplauso de un público que sabía que la edición de 2019 del Resurrection Fest estaba llegando a su fin.
Nasty despiden el Chaos
La banda encargada de despedir el Chaos Stage esta edición ha sido Nasty, a la que le ha tocado compartir horario con el peso gordo de la noche: King Diamond. Sin embargo, no ha supuesto un problema para la formación belga de hardcore, ya que los estilos de ambas bandas están bien diferenciados. El cuarteto salió a escena en la carpa del Chaos Stage en la última hora de la jornada, pero no se notó el cansancio entre la multitud.
El intenso sonido de la banda tampoco lo hubiera permitido. La incombustible batería y las afiladas guitarras dieron caña sin descanso en la última hora del Chaos, que estaba bastante abarrotado. Las subidas y bajadas de intensidad crearon expectación constante, así como la potencia de su música. Una potente despedida para el Chaos Stage este año.
Cierre de festival a cuerpo de rey
Cuando el depósito de fuerzas comenzaba a agotarse, aún había que aguantar un rato más. A las 01:30h daba comienzo la actuación de Kim Bendix Petersen, más conocido como King Diamond. La actuación del vocalista danés supondría el broche de oro a la edición de 2019 del Resurrection Fest. Esta actuación era una de las que más expectación creaba, pues es difícil ver al ex vocalista de Mercyful Fate por nuestras tierras (si no se ha asistido a sus dos últimas citas en el Rock Fest de Barcelona).
Sobre la mesa, un repertorio reestructurado, así como un nuevo espectáculo que enamoraría a los presentes. Nada más caer el telón, una figura encapuchada introducía en camilla por la puerta del decorado a la estrella del espectáculo al tiempo que sonaba la intro «St. Lucifer Hospital». Tras unos segundos el vocalista danés echó mano de su huesudo micrófono para comenzar el espectáculo con «The Candle» y «Voodoo».
El primer descanso llegaba cuando dos encapuchados traían un ataúd blanco con el nombre de Abigail, donde se encontraba una muñeca. Todo estaba listo para recibir un tema del disco más famoso de King Diamond, que se materializaba con «Arrival». La formación se encuentra compacta y el cantante en un estado de forma increíble, parece que atraviesa una nueva juventud, pues sus agudos imposibles resuenan como si estuviésemos de vuelta hace 30 años.
Lo siguió demostrando en temas como «Mansion in Darkness», pero no fue hasta «Halloween» donde acabo de desatarse la euforia. Los agudos imposibles no dejaban impasible a cualquiera. Un registro vocal que también va a contener su nuevo trabajo de estudio, que llevará por nombre ‘The Institute’. Y es que hace apenas unos días que el rey ha presentado su nuevo tema «Masquerade of Madness». Otro tema de su set reseñable fue su corte más coreado «Sleepless Mights», preludio de «The Lake». Aunque este último quizá no fue recibido como se merece, al ser el primer single que sacó la banda hace 35 años.
El teatro estaba a punto de llegar a su fin y es que «Burn» y «Black Horsemen» terminaban diez minutos antes de lo previsto. Aun así el entramado de escaleras que componían el escenario, los distintos personajes y la teatralidad del espectáculo de King Diamond enamoraron a un público y pusieron punto final al festival de la mejor manera posible y que ya tiene la mira puesta en 2020.
Texto: Olga Vidal, Jano Carbia, Mikel Yarza, Tamara Ruiz | Fotos: Iria López, Paco García, Juan Sanz, José Antonio Fernández
Promotor:Bring The Noise
Día:2019-07-06
Hora:14:30
Sala:Campos de fútbol de Celeiro
Ciudad:Viveiro
Puntuación:8
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