La banda norteamericana llegó a la ciudad condal después de un show en Sevilla que dejó un sabor agridulce a los aficionados y con un cambio entre sus teloneros.

La gira de Red Hot Chili Peppers aterrizó en Barcelona después de un rotundo sold out (unas 56.000 personas) en el Estadio La Cartuja de Sevilla y con unas cifras parecidas en el show de la capital catalana: unas 49.000 entradas vendidas de las 50.000 disponibles según informa la organización del evento. Buena asistencia, aunque tardía en gran parte, ya que en las primeras horas desde que abrió el estadio no lucía poblado en su pista y gradas.

Teloneros peculiares pero animados

En el show en Barcelona empezó con la misma tónica que en La Cartuja: apertura de puertas a las 18:00h para que una hora y media después, de manera puntual, Thundercat arrancase el primer concierto de la velada. El grupo del afamado bajista tuvo la tarea de tratar de prender la mecha de la gente que había hasta la fecha (que no era demasiada si se tiene en cuenta el gran aforo del recinto), pero aquí no valía que en otros tiempos hubiese trabajado con otros artistas como Suicidal Tendencies, Kendrick Lamar o los propios RHCP.

Thundercat (Foto: Lolo)

Tenía que ganarse por sí mismo el estar en un concierto de tales características, y el estilo que el frontman y sus músicos practican es animado con ese toque de opening de anime / música de videojuego de carreras con un toque de jazz de lo más agresivo, pero la extensa duración de algunos pasajes de su show de un modo excesivamente monótono provocaron que no consiguieran más que encandilar a los aficionados más puristas de la música (y en un día donde los fans buscan fiesta como es el caso, no es precisamente lo más deseado).

Para contrarrestar esto, el rapero Nas fue el contrapunto a Thundercat con un espectáculo en el que fue encadenando sus hits uno detrás de otro y, con una actitud sobre las tablas de sobra preparada para eventos tan multitudinarios como este consiguió que, en un día en el que el rap no era el protagonista puesto que la mezcla de rock y funk de Red Hot Chili Peppers eran los elementos base para los gustos de gran parte de la gente, todo el mundo se volcase con su música.

En este punto, el estadio iba poblando su pista de manera más clara -aunque sus gradas no tan rápido-. Una masa de gente subiendo y bajando los brazos o moviéndolos de izquierda a derecha mostraron este éxito de Nas. ¿Quién dice que el rap no tiene cabida en grandes recintos en 2022?

Red Hot Chili Peppers: bien (a ratos) y escueto

Poco más de veinte minutos hicieron falta para adecuar el escenario para el concierto de Red Hot Chili Peppers en Barcelona. Todo estaba a punto y el público tenía unas ganas enormes de este espectáculo. Y la banda respondió con un inicio por todo lo alto que hacía presagiar que podría ser una gran noche. La jam del principio entre Flea, el líder indiscutible sobre el escenario de Red Hot Chili Peppers, John Frusciante en esta gira de retorno con el grupo y Chad Smith, siempre animado y preciso a la batería, fue encendiendo a un respetable que explotó en cuanto arrancaron los primeros compases de “Can’t Stop” después de un solo de batería (sí, antes del primer tema).

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

Los presentes estaban a tope y más en cuanto la siguiente canción empezó a sonar, “Dani California”, tras otro solo (esta vez de bajo de Flea), y el trío con “Around The World” terminó de enloquecer a los seguidores de la banda. Y aquí, cuando todo estaba de cara para una noche épica, el ritmo vertiginoso del directo decayó poco a poco.

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

La nueva “Black Summer” no engancha del todo, y a pesar de que tocaron también entre las siguientes “The Zephyr Song” y “Snow ((Hey Oh))”, esa fuerza con la que habían arrasado con todo en el comienzo se diluyó en gran medida. Las charlas entre canciones, a veces algo estrafalarias, tampoco terminaron de ayudar, pero sobre todo algo que se estaba notando desde el principio y se dejaba entrever según avanzaban los temas: el físico sobre las tablas de Anthony Kiedis está en buena forma, pero su voz y su concentración en el espectáculo estaba muy alejada de ello. Suerte que sus compañeros, con Flea a la cabeza, sostuvieron el aspecto musical con una base instrumental férrea.

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

Las últimas canciones estrenadas con ‘Unlimited Love’ (2022) todavía no han calado en el público (si es que algún día lo llegan a hacer por suerte para la banda). No le llegan a la suela de los zapatos en lo que a tirón con la gente se refiere a sus grandes éxitos, y eso se plasmó cuando, a pesar de ser una lenta, “Otherside” sonó en Barcelona y pareció animarse el cotarro. “The Heavy Wing”, con John Frusciante tomando el protagonismo en la voz, debutó en directo sin demasiada pena ni gloria, y ella desencadenaría uno de los momentos cruciales de la noche.

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

Era el turno de “Californication”, uno de los grandes cortes (sino el que más entre la batería de hits de Red Hot Chili Peppers) en la carrera de los norteamericanos. Suerte que la gente tenía ganas de disfrutar con este himno, porque en una situación en la que se hubieran parado a escuchar bien cómo sonaba sin saltar y cantar, el resultado hubiera sido mucho peor -que ya es decir-. Mal es poco para definir cómo salió “Californication”, y es que en una canción con un solo tan reconocible el propio Frusciante debería saber que no puede fallar, y lo hizo. Pero ese error es una broma con respecto a Anthony Kiedis en la voz. No entró bien en partes reconocidas y la voz le tambaleaba de una manera terrible. Una calamidad a nivel sonoro que, a pesar de ello, es tan grande que da igual. La gente quería fiesta, y la tenía con “Californication”.

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

A partir de esta ya se acercaba el final, y “These Are The Ways” de su nuevo trabajo dio bajó revoluciones para volver a subirlas con “I Could Have Lied” y, sobre todo, para hacer botar a todo el estadio con “Give It Away”, con la cual “terminaron” su directo a falta de los bises. Poco después volvieron a salir con Flea haciendo el pino (y con la mayor ovación de toda la jornada) y esa euforia continuó con “Under The Bridge” y “By The Way”, que parecían devolver ese ritmo inicial al concierto para, cuando parecía que podría remontar a un nivel como aquel, concluir con esa especie de coitus interruptus en el momento en el que podría venir el apoteosis y, sin embargo, lo que tocaba era irse a casa.

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

Una hora y cuarenta y cinco minutos en un concierto de estadio con una entrada que ronda los 100€ exige a un grupo que haga un show a la altura, y la producción con las pantallas de Red Hot Chili Peppers era grande y de calidad, pero en ocasiones la actitud de los músicos sobre el escenario daba la sensación casi de estar más en un ensayo en directo que en un espectáculo con todo bien medido.

Red Hot Chili Peppers (Foto: Sergi Ramos)

Algunos de los temas más célebres se quedaron en el tintero, pero el hecho de venir de gira por su última obra de estudio provoca que suceda esto. En un festival, un concierto de esta índole puede tener una ubicación mejor, pero la sensación agridulce de Sevilla se ha mantenido en la ciudad condal con un espectáculo que ha sabido a poco para lo que puede esperarse de un artista que mete cerca de 50.000 personas por fecha.

Texto: Dani Bueno | Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Live Nation

Día:2022-06-07

Hora:19:30

Sala:Estadi Olímpic Lluís Companys

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Nas, Thundercat

Puntuación:6