Powerwolf da una lección en Madrid sin necesidad de pirotecnia
Corría el año 2003 cuando los hermanos Charles y Matthew Greywolf decidieron comenzar a trabajar en un proyecto juntos. Usando la temática religiosa como hilo conductor, las composiciones de esta materia se mezclan líricamente con conceptos satánicos e historias de licántropos y vampiros. A través de sus canciones han conseguido dar vida a un estilo característico que ha llevado a Powerwolf a posicionarse como una de las grandes bandas del nuevo milenio.
Con el paso de los años, sus giras han ido creciendo, así como su escenografía y espectáculo, lo que supone elevar peldaños en su estatus. Un reconocimiento que les ha llegado – como cabía esperar – de manera más temprana en otros países europeos como su Alemania natal, donde han llegado a encabezar Wacken este mismo verano. En España, de momento, habrá que conformarse con un Leyendas Del Rock y salas de medio aforo donde no está permitida la pirotécnica por reglamento, por lo que sus conciertos no han podido contar con la producción completa.
Con lo que respecta al periplo por nuestro país, su segunda parada estuvo rozado un sold out que el día lectivo y el tiempo desapacible o ayudaron a conseguir. Eso sí, quien decidió acercarse a la Riviera durante la noche del martes disfrutó sin importar la hora, el día o ir sin dormir a trabajar al día siguiente, y se quedó con el recuerdo de uno de los eventos más memorables del mes de noviembre.
La gran revelación
Al tiempo que Warkings asaltaron el escenario, la pista se encontraba dividida entre aquellos fanáticos a muerte y quien no había pido hablar siquiera de la banda. Lo que está claro es que el tribuno romano, el guerrero nórdico salvaje, el cruzado decidido y el espartano letal captaron la atención de los presentes desde los primeros acordes de “The Last Battle” acabando de conquistar al personal con la presencia de la reina Morgana Le Fay para “Monsters”.
No se cortaron en pedir en todo momento la participación del público, al que no le fue difícil colaborar en cortes como “Fight” y su alusión al tan famoso “Bella Ciao”, así como nadie se interpuso a lanzar el grito espartano por antonomasia para recibir “Sparta”.
Warkings puso toda la carne en el asador para defender una propuesta que no acababa de desentonar con el conjunto del cartel y le salió bien la jugada. Para la interpretación de “Gladiator”, último corte, la sala en su totalidad parecía haber conocido al quinteto de toda la vida, cuando muy probablemente fuese la primera vez que se cruzasen con ellos en directo.
Una vez más, Dragonforce no da la talla en directo
La reputación que precede a las actuaciones de Dragonforce nunca ha sido buena. Conciertos como el de esta noche avalan esta teoría. Lo que prometía ser un calentamiento perfecto para recibir a las estrellas principales se quedó en el limbo por una mala ecualización del sonido, baza principal que lastra cada show de la banda británica desde tiempos inmemoriales.
Dentro del encuadre del power metal nunca han sido una banda al uso. El hecho de explotar el lado épico aportándole un extra de velocidad y sacando su inspiración de videojuegos le aporta a Dragonforce un ápice de personalidad extra. Llevando estas premisas por bandera, el quinteto se presentó en el escenario con dos máquinas de arcade gigantes presidiendo el espacio de juego, donde los músicos incluso podrían subirse, y una gran plataforma central para elevar la batería.
Lamentablemente el espectáculo visual derrocó al musical desde el momento en que comenzó a sonar “Highway To Oblivion”. Conocedores del escaso tiempo en escena, la banda inglesa fue al grano y se metió al respetable al bolsillo con clásicos como “Fury Of The Storm” o “Cry Thunder” e incluso hicieron vibrar con la BSO de “Titanic”: “My Heart Will Go On”.
El tándem entre Hernan Li y Sam Totman, imbatible desde el la formación de la banda y que ha sido el esqueleto vertebrador de todas sus composiciones, reluce poco en directo al difuminarse sus notas entre los bombos de la batería, cuando debería ser todo lo contrario. Como punto a favor, la impecable labor vocal de Marc Hudson y el hecho de ganarse a la audiencia cada noche, incluso emocionando a su séquito al cantarle el cmpleaños feliz a la bajista Alicia Vigil.
Si con algo cuenta DragonForce es con el hecho de que sus temas se han convertido en clásicos. A fin de cuentas, ¿qué fanático del power metal no se emociona escuchando “Through The Fire And Flames”?
La galantería no entiende de llamaradas
Este tour pretendía ser una celebración de la salida de ‘Call Of The Wild’, previsto inicialmente para octubre del pasado año y demorado por razones obvias que no vale la pena repetir un millón de veces más. A pesar de todo, la espera ha servido productivamente para que cortes para que “Faster Than The Flame” enciendan la mecha y calen en el respetable del mismo modo que las composiciones más pretéritas, e incluso lleguen a sobresalir en determinadas ocasiones.
El primer momento memorable vino de la mano de un monje encapuchado, que alzando un botafumeiro bendijo la llegada de “Incense & Iron”. El quinteto alemán es capaz de tirar de fondo de armario y emocionar con “Cardinal Sin” y “Amen & Attack” -pareja representante del ‘Preachers Of The Night’ (2013)- o simplemente poner a bailar a dos mil personal al son de “Dacing With The Death”.
Si hubiera que recalcar todos los puntos álgidos de un concierto de Powerwolf no habría suficiente espacio en estas líneas, pero sin duda los cánticos que preceden al recibimiento de “Armata Strigoi”, cual manada lobuna al unísono, sería uno de ellos. La inmediatez de cortes como “Beast Of Gévaudan” se intercalaron con el poderío de otros como “Stossgebet”, donde a pesar de estar escrita en su idioma natal, la gente de alrededor del globo entona sus versos como buenamente puede.
Una cruz de focos iluminó la trasera del escenario, recreando la puesta en escena desarrollada en ‘A Monumental Mass’. El evento cinematográfico no hizo más que enaltecer la grandeza del conjunto germano, que a través de 4 actos mostró al mundo la grandeza de sus espectáculos y el mundo ficticio que rodea a la banda. Queda de manifiesto que el esplendor de Powerwolf no solo reside en que sus conciertos cuenten con ejecución y sonido de sobresaliente, sino que la fuerza en la unidad creativa, lejos de pausarse llegado su pico de popularidad, sigue su cauce de engrandecimiento.
Siguiendo la línea del show, poco tardó Attila Dorn en invocar a las señoritas de la sala, a fin de dedicar a todas ellas “Demon’s Are A Girl’s Best Friend”. La pruebas hablan por sí solas de por qué “Sacrament Of Sin” acabó de consolidar a la banda como uno de los pesos pesados de Europa. El hecho de apostar mayoritariamente por su etapa más presente denota la gran confianza de la banda y en el hecho de no tirar de clásicos para meterse a los fans en el bolsillo, cosa que es de elogiar.
Quizá fue durante la interpretación de “Fire & Forgive” donde más se echó en falta que de la catedral gótica en ruinas surgieran inmensas llamaradas, pero el torrente de sentimientos a flor de piel y la marea de luces encendidas en la pista durante “Where The Wild Wolves Have Gone” disipó ese pensamiento por completo. Este tema no solo es emotivo en sí mismo, sino que, además contó con la interpretación de Falk Maria Schlegel al piano en primera línea. Es bonito cómo el personaje del teclista puede salirse de su rol de animador incansable para mostrar su lado más pasional.
Acostumbrado a lo contrario, tocó recibir a la tormenta después de la calma con “Sainted By The Storm”, preludio perfecto para recibir a un “Army Of The Night” que no podía faltar. “Blood For Blood (Faoladh)” armó una gran fiesta, convertida en uno de los temas más queridos de su nuevo trabajo, marcando contraste sin mucha dilación con la poderosa “Let There Be Night”.
«Sanctified With Dynamite» marcó el inicio de una cuenta atrás ineludible. Sonaron “We Drink Your Blood” y “Werewolves Of Armenia” como colofón final, posicionadas a pulso entre sus himnos por antonomasia, acabando entre dilatados aplausos y halagos.
No hubo fuego, no hubo pirotecnia, pero está claro que la grandeza de una banda no la marcan el tamaño de sus llamas.
Texto: Tamara Ruiz | Fotos: Javier Bragado
Promotor:Madness Live!
Día:2022-11-22
Hora:17:30
Sala:La Riviera
Ciudad:Madrid
Teloneros:Dragonforce, Warkings
Puntuación:9
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