Un lunes por la noche no es ni de lejos el día que ninguna banda elegiría para celebrar un concierto, pero tal y como van las giras y con lo bien que respondió el público, me cuesta creer cómo de haberse celebrado un viernes habría cambiado alguna cosa.

Había muchas expectativas alrededor del retorno de Powerwolf a los conciertos en sala, así como sobre el rendimiento de sus aclamados teloneros, pero al final de la noche, los alemanes arrasaron con el cansancia del inicio de la semana como un cruel gamusino de metal.

Warkings, la sorpresa de la noche

Si uno hubiera de basarse en las opiniones que se dan por internet, cualquiera pensaría que Warkings eran una banda que no es que resultara irrelevante, sino que directamente iba a producir hastío durante su actuación. Nada más lejos de la realidad, el variopinto conjunto apareció sobre el escenario con una energía solo igualada por la producción con la que llenaron el escenario, dando la impresión que habían arrasado la exposición romana de la esquina.

La presencia de Morgana Le Fay sobre el escenario no hizo sino consolidar la energía de una banda que en temas como «Monsters» no se cortó a la hora de reclamar gritos a un público que se entregó desde el primer momento, llegando a nuevos niveles con «Fight», con la que le dieron un giro a una melodía tan reconocible como la del «Bella Ciao».

Warkings pusieron un gran empeño en que el espectáculo fuera cautivador y diera pie a las interacciones, como ocurrió en «Hephaistos», en las que un Hefesto salió a animar al personal y a hacerle cosas impuras a un martillo. El regreso de Morgana para «Sparta» terminó de allanar el clímax del show, al que le siguió la querida «Gladiator», en la que un público que se lo había estado pasando en grande terminó de volcarse a gritos con la música y a rendirse a la gran bandera con el logo de la banda que se ondeó.

Al final del día, el estilo del grupo no desentonaba con lo que la noche tenía que ofrecer, y por ello consiguió que el personal se lo pasara en grande, por lo que la próxima vez que leas a un troll diciendo que un grupo no gusta por las redes, desconfía y dales una oportunidad.

¿Quién dijo que Dragonforce son malos en directo?

Atareados estuvieron los pipas de Dragonforce, que durante la poco más de media hora de espera hubieron de sacar dos gigantescas máquinas arcade y un altísimo podio para la batería, logrando una presencia que les hacía parecer los cabezas de cartel de la velada.

Marc Hudson apareció con las primeras notas de «Highway To Oblivion» ataviado con un look robado a David Hasslehoff, embriagándose del aura ochentera que desprende su reciente ‘Extreme Power Metal’’. El grupo capeó unas dificultades en la guitarra de Herman Lee aún cuando ya había anunciado «Three Hammers», improvisando un olé olé olé con un público que ya desde el minuto uno estuvo enloquecido y volcado, pudiendo alardear de una solvencia que solo tienen las bandas veteranas y, si, las que son buenas en directo.

Dragonforce saben lo que hacen bien, y nutrieron los pogos que ya habían comenzado a brotar con un cañonazo como «Fury of The Storm», que se vio equilibrada por la tranquila aunque épica «The Last Dragonborn». La banda estuvo pletórica sobre un escenario que no dejó de ser suyo, tanto por el astuto uso que le dieron a las plataformas/arcade como por la humildad con la que interactuaron con una audiencia que deseaba un espectáculo con el que perder la cabeza.

Público de Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

Aunque el show pudo pecar de previsible, tal vez lo adecuado sería matizar que el grupo tiró de lo que sabe que funciona, pues solo hubo que ver la locura que desataron cortes como «My Heart Will Go On» o «Cry Thunder», que fluían uno tras otro sin que la banda gastara mucho tiempo en hacer bromas entre medio. Por supuesto, el show concluyó con una pletórica «Through The Fire and The Flames», todo un icono para aquellos que crecimos con una ps2 y los niveles de dopamina equilibrados, haciendo estallar Razzmataz una última vez antes de dar paso a los grandes protagonistas de la noche.

Aún habrá quiénes seguirán llamando a los ingleses Studioforce, pero como ya pasó con Warkings, la del lunes fue una noche en que los haters se quedaron en casa, permitiendo que el fan de la música que sigue apoyando los espectáculos en vivo saque sus propias conclusiones

Powerwolf: pletóricos aún sin fuego

El último cambio en el escenario presentó al que sería el otro gran protagonista del concierto de Powerwolf: su grandilocuente puesta en escena. Retiradas las lonas, pudieron apreciarse unas pasarelas que imitaban las ruinas de una iglesia gótica, por las que la banda desfilaría a lo largo de toda la noche. Sigue siendo una lástima que a los teutones les siga faltando ese nada para conquistar plazas como un Sant Jordi Club, en el que su espectacular puesta en escena podría brillar con la grandilocuencia que se merece, porqué siendo honestos, lo que le faltó a su concierto fueron las ya famosas llamaradas que traen a citas más grandes.

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

La nueva «Faster Than The Flame» fue la responsable de dar el pistoletazo para el explosivo show de Powerwolf, que a diferencia de otras giras, salieron uno a uno sobre el escenario. Una pequeña bendición de un monje encapuchado con un botafumeiro precedió a un clásico como «Incense and Iron», que puso a saltar a toda la sala, a la que le siguió la cañera «Cardinal Sin», otra joya de ‘Call Of The Wild’.

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

La banda se aseguro de que el respetable se supiera las letras de «Amen and Attack», haciéndoles cantar antes de encarar un tema tan querido. A lo largo de la noche se les vio desinhibidos y con ganas de hacer el payaso, como se vio en el pequeño bailecito que se marcaron Falk y Attila antes de «Dancing With The Dead», tema que pese a ser también de su último trabajo, parece haber calado profundamente.

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

Hubo otro pequeño momento cómico entre estos dos antes de encarar una «Armata Strigoi» que sumió la sala en cánticos, solo para que antes de «Beast of Geaveaudan» pidieran al público que aullara como un twittero tras la compra de Elon Musk. Una gran cruz luminosa coronó el escenario durante la solemne interpretación de «Stossgebet», que pese a estar escrita en alemán, sumó un montón de voces a su ejecución (aunque principalmente en su pegadizo estribillo).

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

El concierto siguió una dinámica en la que los simpáticos Atila y Falk Maria animaron al público antes de encarar cualquiera de los temas, como hicieron con un exitazo del calibre de «Demons Are A Girls Best Friend», a la que para compensar su marcha popera le siguió un cañonazo como «Fire And Forgive», en el que una vez más se echó de menos que no hubieran unas llamaradas surgiendo de entre las ruinas.

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

La aparición de un pequeño piano sobre el escenario solo podía significar que tocaba afrontar uno de los momentos más emotivos de la noche, y es que «Where The Wild Wolves Have Gone» tiene ese poder solo al alcance de las mejores baladas, capaces de hacerte cantar con deleite y delicadeza pero sin bajar las revoluciones. «Sainted by the Storm» fue la responsable de devolverle la marcha al concierto, lo que unido a la implacable descarga de «Army Of The Night», hizo que el transeúnte casual no pudiera llegar ni a imaginarse que en ese concierto había sonado una balada.

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

«Blood For Blood (Faoladh)» convirtió una vez más a Razzmataz en un hervidero de alegres metaleros saltarines, solo para que la misteriosa «Let There Be Night» lo sumiera todo en la suntuosa oscuridad que precede a los bises. «Sanctified By Dynamite» dinamitó la sarta final de clásicos, con una fuerza y una energía que la hacían sonar como si fuera la primera canción de la noche, a la que le siguió el que por años ha sido su tema más conocido, un «We Drink Your Blood» que fue cantado hasta que se reclamó la última de las voces de Razzmataz.

Powerwolf (Foto: Sergi Ramos)

Al final, el clímax que supuso «Werewolves Of Armenia» y sus coordinados gritos espartanos, no fueron sino un reflejo de la intensidad y entrega que había protagonizado toda la noche, desde que dividieran a la audiencia para gritar hasta que se deshicieron en halagos antes de despedirse de una noche memorable.

Texto: Marc Fernández | Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Madness Live!

Día:2022-11-21

Sala:Razzmatazz

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Dragonforce, Warkings

Puntuación:8