Nova Rock 2018 (14 junio): Parkway Drive presentan su candidatura al trono
Cuatro días repletos de música, fotografías y experiencias, en un país lejano, y en un festival que ojalá a partir de hoy sea un poco más conocido en nuestro país. Espero haber aportado mi humilde y pequeño granito de arena a ello. Todo un ejemplo de organización y referente en Europa en cuanto a festivales de Rock se refiere.
Quizás a muchos de vosotros el nombre de Nova Rock Festival no os suene demasiado, y es que es fácil verse eclipsado por los más (re)conocidos de Europa como pueden ser Hellfest, Wacken, Sweden Rock, Rock am Ring, Download o Rock Fest, por citar solo algunos ejemplos. Pero no os preocupéis, que tras nuestro paso por allí os traemos a continuación la experiencia de todo lo vivido durante cuatro días con una propuesta de lo más variada del género musical, plagada de grandes y desconocidos nombres cuyo nexo de unión es el Rock.
Perdidos en medio de los inmensos Pannonia Fields de Nickelsdorf, en los límites fronterizos de Austria, fuimos testigos de todo un ejemplo de organización, gusto y cariño por la música, que nos han dejado una maleta llena de buenos recuerdos de camino a casa. La lluvia y el barro del primer día pronto dejaría su lugar a un sol resplandeciente para iluminar unos escenarios que debían albergar a grandes ídolos dispuestos a satisfacer el hambre rockero de cinco decenas de miles de seguidores que, un año más, han hecho del Nova Rock Festival todo un éxito. Y ya van más de diez.
Una intermitente lluvia, tan discreta como molesta, nos llevaba a caminar entre el barro que el diluvio de la noche anterior (y que se repetiría de madrugada) había provocado en la zona de acampada y la entrada al propio festival, que no aguaría el entusiasmo de los centenares de asistentes que se agolpaban impacientes en las puertas de acceso. Y es que el momento había llegado.
Pistoletazo de salida con Starcrawler
El reloj apenas marcaba las dos de la tarde cuando nos acercamos al Red Stage, uno de los dos grandes escenarios del festival, para ver de que eran capaz unos jóvenes Starcrawler. Una mezcla de rock añejo, vestido con atuendos de espíritu glam y con sangre punk, capitaneados por la fascinante energía de Arrow de Wilde.
Un buen puñado de temas cortos, directos y muy crudos, que forman parte de su debut discográfico de título homónimo, y que sirvieron para descubrir una promesa de lo más interesante, y es que los que pudieron verles en la pasada edición del Primavera Sound ya nos habían avisado. Y tenían razón. Si queréis haceros una idea de cómo suenan os invito a escuchar “I Love L.A.” o “Let Her Be”.
Ego Kill Talent mostrando tablas
Probablemente en unos días el nombre de Ego Kill Talent os diga mucho más, y es que serán la banda invitada del paso por Barcelona de Shinedown, quienes, por cierto, también actuarían en el festival poco después. Rock de tintes alternativo e influencias stoner desde Brasil, con Jonathan Correa a la voz.
A pesar del poco tiempo que gozaron y de abrir el telón del pequeño de los escenarios, el Red Bull Music, dejaron un buen sabor de boca con algunos de los cortes de su debut, entre los que podríamos destacar títulos como “Sublimated”, “Collision Course” o “Last Ride”. Nos vemos en unos días.
Shinedown, todo un ejemplo de talento y experiencia
Desde América se presentaban encima del escenario Shinedown, unos viejos conocidos, que con su reciente “Attention Attention” venían a reclamar lo que es suyo, sin importar la hora, el tiempo o el marco en el que se encuentren. Y es que con seis discos a sus espaldas y con un frontman como Brent Smith al frente, no tardaron en ganarse al público.
Además, es de agradecer que él mismo se acercara al foso durante su actuación para saludar uno a uno a los fotógrafos que allí nos encontrábamos, mientras descargaban viejas y nuevas representaciones de su carrera musical como “Sound of Madness”, “Cut the Cord”, “Enemies” o su reciente “Devil”. Sobran las presentaciones, aunque si tenéis la oportunidad de acercaros a su inminente fecha en Barcelona no lo dudéis ni un momento. No os arrepentiréis.
La brutalidad de Meshuggah
Aquí un servidor ha de confesar que no es especialmente afín a los sonidos más extremos ni progresivos del metal, ni, por lo tanto, de la trayectoria de los suecos Meshuggah, pero es indudable de la aplastante fuerza que poseen Jens Kidman, Fredrik Thordendal, Tomas Haake y compañía. Y ahí están las tres décadas que estos suecos llevan dando guerra, nunca mejor dicho, en esto del metal.
No les hace falta presentar disco nuevo para ocupar cualquier puesto dentro de cualquier festival, y es que composiciones como “Clockworks”, con la que dieron el pistoletazo de salida, o “Demiurge”, con la que pusieron punto y final, son la perfecta muestra de toda la violencia sonora, no exenta de técnica, que les acredita. Algún día veremos a una banda sueca sonando “mal”… algún día.
Rap, máscaras y metal, a cargo de Hollywood Undead
Las tendencias más alternativas saltarían a escena de mano de los angelinos Hollywood Undead, que ataviados tras sus máscaras, hicieron sonar por todo lo alto su mezcla de rap y metal, de pegadizas melodías, como en el caso de su reciente “Whatever It Takes” que sería la elegida para abrir su show.
No cabe duda de la frescura e interés que despierta su propuesta, a juzgar por la respuesta de sus fans, especialmente de las primeras filas, y en la que dieron rienda suelta a clásicos como “Undead” o piezas más actuales como “California Dreaming”. El nu metal sigue vivo y ellos son una buena muestra de ello.
Los nuevos (viejos) Asking Alexandria
Y es que tras el efímero paso de Denis Stoff en la banda, quien dejara el notable “The Black” como legado, Danny Worsnop, el hijo pródigo y cantante original de los ingleses, ha vuelto con nuevos aires y dirección musical que ya mostró sus primeros esbozos en “From Death to Destiny” años atrás. No es casual que su nuevo disco tenga por título “Asking Alexandria”, mostrando una evidente declaración de intenciones, punto de inflexión y renacimiento para el quinteto.
Quizás para decepción de muchos un set corto y basado mayoritariamente en su reciente obra no fuera la mejor noticia, pero os puedo asegurar que en cortes como la gran “Into the Fire”, “Where Dit It Go?”” o su último sencillo, “Alone in a Room”, es donde a Danny no solo se le ve mejor técnicamente, sino también mucho más cómodo tanto en su registro como en, probablemente, su paladar musical. Buen directo que, eso sí, les aleja un peldaño más del metalcore que les vio nacer. Bueno o no ya es algo que va en función de vuestros gustos.
Corey Taylor y Stone Sour al pie del cañón
A falta de tener de vuelta a la actualidad a Slipknot, Corey Taylor sigue al pie del cañón tanto en estudio como en directo con su otra banda, Stone Sour, con un gran y extenso trabajo como es “Hydrograd” bajo el brazo, del que dieron gran muestra en su repertorio, pero sin olvidar sus canciones más celebradas. Una nueva muestra de la calidad que posee la banda y de la indudable presencia escénica que tanto a nivel vocal como icónica desprende Corey.
Comenzaron fuerte con “Whiplash Pants” y acabaron por todo lo alto con “Fabuless”, ambas de su reciente obra, dejándonos en el camino algún cañonazo clásico como “Get Inside”, más cercana al sonido de Slipknot, la pegadiza “Song #3” o la preciosa “Through Glass”, indispensable en cualquiera de sus conciertos, y el de esta tarde/noche no fue precisamente una excepción, creando un clímax de lo más intenso y emotivo entre artista y público. Si tenéis la suerte de ir a la próxima edición del Resurrection Fest (no sabéis como os envidio) ya podéis reservar un hueco en vuestra agenda.
El Rock Cristiano de Skillet
Desgraciadamente, y como suele ser habitual a inevitable en todos los grandes festivales, siempre hay algunas actuaciones que se nos solapan y nos impiden disfrutar de todos los grupos que nos gustaría ver. Y aquí no iba a ser una excepción, y es que difícil elegir entre Stone Sour y Skillet cuando ambas propuestas te gustan prácticamente por igual y cuando, además, nunca has visto a ninguno de los dos en vivo. Así que nos escapamos, apenas cinco minutos, a ver a los de Tennessee.
Llegamos al escenario para el final de “Whispers in the Dark”, a la que le siguieron “Sick of It” y la más reciente “Back From the Dead” o la pegadiza “The Resistance”, que dejaron buena muestra de su calidad musical. Ojalá pronto, o algún día, podamos verles como merecen en alguna de las ciudades de nuestro país, y es que esperamos impacientes una futura gira de la banda. Promotores, ahí lo dejo…
La sinfonía de destrucción de Megadeth
Y llegaría el turno de uno de los grandes nombres de este primer día, y por ende, del festival, con Megadeth. Dave Mustaine y los suyos salieron sobrios, como suele ser habitual en el estadounidense, con una actitud bastante estática, escondiendo su rostro tras su rizada cabellera rubia, y con un estado de voz que, si casi nunca ha brillado por su técnica, mostraba claramente el paso de los años. Para mal, y para bien, y es que la personalidad y sello tan característico están ahí y es algo que nunca nadie le va a poder quitar ni negar.
Comenzaron fuerte, con su clásico “Hangar 18” que enchufó de bien principio a toda la legión de seguidores que allí se daban cita, y que no se vieron en absoluto decepcionado con uno de los temas más potentes de su último disco de estudio, “The Threat Is Real”, con esos riffs marca de la casa y con la calidad de Kilo Loureiro aportando músculo y fuerza escénica a la maquinaria de la banda en directo. No faltaron “Sweating Bullets”, “Tornado of Souls” o “Dystopia”, formando un set corto pero intenso, en el que personalmente eché muy en falta una composición del calibre de “She-Wolf”, una de mis favoritas.
El último tercio del show no ofreció ningún tipo de tregua, encabezado por uno de esos himnos del heavy metal como es “Symphony of Destruction”, que levantó una de las mayores ovaciones de la noche y que fue cantado a pleno pulmón por una parroquia austriaca visiblemente más “calmada” bajo la percepción de lo que uno está acostumbrado a vivir aquí. El bajo de David Ellefson anunciaba la llegada de “Peace Sells”, a la que le continuó la tralla de “Mechanix” y el cierre de, como no, “Holy Wars… The Punishment Due”. Está claro que nos queda Megadeth para rato (en España estarán teloneando a Kiss en Madrid y en el Rock Fest Barcelona y Resurrection Fest, que Mustaine es Mustaine con sus sombras y luces, y que los que vienen detrás, vienen pegando muy fuerte, con lo que, obviamente, algún día dará lugar ese relevo en lo alto del metal.
Parkway Drive, leña al fuego del Metal
Y es que lo de Parkway ya no es una promesa, es toda una realidad. Los de Australia lo tienen todo para alzarse en lo más alto de la escena metálica. Desde un puñado de canciones de alto voltaje, hasta un directo absolutamente arrollador, pasando por una puesta en escena espectacular y una legión de fans que no para de crecer día a día. Y es que, si bien es cierto que su sonido se ha ido alejando del Metalcore más salvaje de sus primeros discos como “Killing with a Smile”, “Horizons” o “Deep Blue”, desde “Atlas” no han parado de evolucionar y hacerse con un privilegiado (y merecido) puesto al asalto del trono del futuro del metal.
“Wishing Wells” sirvió a la vez de introducción y de primera bala para que Winston McCall saliera a comerse, literalmente, el escenario, con una fuerza, una presencia y una energía absolutamente arrolladora. Y creo que la elección de dicho corte es magnífica para arrancar el show. “Prey” tendría poco que envidiarle, también de su última obra, “Reverence”, y con unas líneas de guitarra a cargo de Jeff Ling y “Luke “Pig” Kilpatrick deliciosas, que culminan a la perfección con un estribillo con mucho gancho, ideal para el directo. No podía faltar la clásica “Carrion”, la muestre de “Ire” con “Vice Grip” y “Dedicated”, o la vuelta al presente más inmediato de la mano de la majestuosa “Cemetery Bloom” y el ritmo tan pegadizo de “The Void”. Fuego, pirotécnica y un juego de luces a la altura de los músicos que presidian el escenario se convertían en perfecta armonía, mientras la descarga seguía adelante sacando pecho con antiguas composiciones como “Idols and Anchors” y “Karma”.
Como si del “We Will Rock You” del Metalcore se tratara “Writings on the Wall” seguía caldeando el ambiente, como preludio a “Destroyer” y una “Absolute Power” que dejaba patente lo mucho que confía el quinteto en sus obras más recientes. Y razones no les faltan, precisamente. El inconfundible sonido de guitarra anunciaba “Wild Eyes”, tema que terminaría de desatar la locura entre sus seguidores y que, seguramente, les serviría para reclutar a un buen puñado de ellos a sus filas, como hicieron conmigo hace unos años. El escenario se llenaría de fuego con “Crushed”, otro de esos temas que ayudan a entender el crecimiento de Parkway Drive, con Ben “Gaz” Gordon girando 360 grados golpeando con violencia y precisión de cirujano su batería. ¡Espectacular! “Bottom Feeder” sería la última carta de su jugada maestra, que reivindica, una vez más, que los australianos están más que preparados para llegar a lo más alto. Y no tengo ninguna duda de que así vaya a ser.
Buenas noches con Marilyn Manson
Y antes de ir a dormir un poquito de Marilyn Manson, ¿qué os parece la idea? Si una cosa está clara y ha quedado patente a lo largo de su dilatada y polémica carrera, es que el señor Manson es capaz de lo mejor y de lo peor en directo, y, por suerte, esta noche fuimos testigos de lo primero. Obviamente no fue una actuación que pasará a la historia del Rock, pero se convirtió en un show notable, más que solvente, en una gira que además presenta un setlist de lo más equilibrado, y con un buen disco como es “Heaven Upside Down” como carta de presentación. Sus días de gloria quedaron atrás, pero el legado que tiene a sus espaldas le llevan a estar donde está y a, como hoy, ser cabeza de cartel de grandes festivales alrededor de todo el mundo.
La fiesta comenzaba por todo lo alto con piezas indispensables en su discografía más representativa como “Irresponsible Hate Anthem”, “Angel With the Scabbed Wings”, “This is the New Shit”, “Disposable Teens” o la divertida “mOBSCENE”, que le permitieron su espacio a cortes más actuales como “Deep Six” o su reciente “Kill4Me”, que apenas desentonaron en la actuación. Ni la figura ni la voz de Manson es la de antaño, pero cumplió con las expectativas de sus seguidores o, como en mi caso en particular, de los más escépticos, y “Rock is Dead”, The Dope Show”, “Sweet Dreams (Are Made of This)” o “The Fight Song”, contribuyeron enormemente en ello.
Tras el primer bis llegaría el turno de “Antichrist Superstar”, uno de sus grandes clásicos, aunque nada en comparación a lo que despertaría entre el respetable “The Beautiful People”. ¿Quién no ha cantado, bailado o gritado alguna vez al ritmo de este éxito de la historia del Rock y el Metal? Probablemente si estás leyendo estas líneas lo habrás hecho. Así que después tocaría realizar un último descanso para poner el punto y final con el cover de “Cry Little Sister” y “Coma White”. Ya no estamos en los 90 ni músicos como John 5 o Twiggy Ramirez le hacen compañía en el escenario, pero Marilyn Manson siguen siendo uno de los grandes referentes en la historia del Rock, nunca exento de polémica o controversia. Pronto le veremos en el Download de Madrid donde podréis sacar vuestras propias conclusiones.
Promotor:Nova Music Entertainment
Día:2018-06-14
Sala:Pannonia Fields II
Ciudad:Nickelsdorf, Austria
Puntuación:9
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