Morphium: “Si ya saben cómo me pongo, ¿pa’ qué me invitan?”
El titular de esta crónica fue una de las frases de la noche y, vamos, la resume a la perfección. Morphium destrozaron literalmente la sala, y regalaron el recuerdo de una noche inolvidable a todos los presentes.
La publicación de ‘The Fall’ dejó el ambiente calentito y con muchas, muchas ganas de ver qué ofrecería esta vez la banda de Girona en vivo. Como parte de su ‘The Fall Tour’, añadieron una fecha en la ciudad condal con Flames At Sunrise como teloneros. Resultó ser una maravillosa manera de olvidar, aunque solo por un rato, que por desgracia lo de asistir a conciertos con regularidad y cierta normalidad todavía queda lejos.
Flames At Sunrise: una llama algo temblorosa
Después de dos años sin pisar un escenario, la joven banda fue la encargada de abrir la noche. La imagen de una sala como Bóveda, abarrotada, si, pero de gente sentada, no alentó al desenfreno. Tras una breve introducción, Eve Nezer fue la primera en dar la cara.
Al poco tiempo, Flames At Sunrise se pusieron en marcha con “Dolmen”, que pasó por algunos problemas técnicos que se escapaban a su control. También fue la noche elegida para estrenar “Ego” en directo, en que pusieron todo su empeño para que su presentación fuera especial. Aun así, no fue sino hasta “Ark Flesh” que el público pareció reaccionar.
Repasaron “Dark Ages”, “The Myth” y “Never Coming Home II”, todas ellas del ‘Born In Ember’ y cuando llegó el turno de “III Faces”, una de sus canciones más aclamadas, sucedió. Guitarra, pero sobre todo el bajo, tuvieron problemas otra vez, dejando el tema parcialmente al desnudo. Como se suele decir, el show debe continuar, así que se decidieron a terminar, primero con “2020: Core Dumped”, canción que, como explicó coquetamente la vocalista, es fruto de la pandemia. Finalmente, pusieron fin al concierto con “Shades Fall Into Oblivion”.
De Flames At Sunrise se pueden sacar un par de conclusiones. En primer lugar, Eve, su cantante, de la cual volveremos a hablar más adelante, brilló por su voz. Los años de inactividad en los escenarios no han hecho mella en ella. Sin embargo, respecto a la banda en conjunto, se detecta una postura que induce a pensar que se trata de falta de confianza o quizás timidez, hecho que se retroalimenta con las restricciones que prohíben al público desinhibirse.
Morphium: ¡Actitud, actitud, actitud!
«Suerte» tuvieron los propietarios de la sala Bóveda de que el público tuviera que permanecer sentado, porque si no la sala se habría derrumbado antes siquiera de terminar el concierto. Morphium presentaron su nuevo disco, ‘The Fall’, tan bien como pudieron, entrelazando sus canciones con las más aclamadas del ‘The Blackout’, dejando así excluidos sus anteriores temas en castellano.
Uno a uno, los miembros de la formación asumieron sus puestos, todos ellos ataviados para la ocasión. Nada más empezar con “Dance Of Flies” el ambiente cambió. El sonido ahora golpearía a los asistentes durante todo el concierto de un modo radical. Continuaron con “My Apocalypse” y “Everybody’s Dead In This House”, con su puesta en escena particular, con Alex Bace liderando el cotarro.
La relación de este con los micrófonos es de amor y odio, y pasó de enroscarse sus cables al cuello cual soga, a cargarse más de un pie de micro. Los daños quedaron compensados por el conciertazo que dieron, y que prosiguió a su vez con “Parasite”. Brutal, atronadora, fue el momento de la noche.
No aflojaron en “You’d Rather Be Blind” y cuando llegó el momento de “Burn My Skin”, se trajeron a la mismísima Māra Lisenko para que actuara con ellos. Fue una actuación formidable a nivel técnico y también visual. Ambos vocalistas transmitieron la canción de un modo distinto, con una performance que contaba una historia.
No dejaron de repetir que al día siguiente todos tendrían que ir al fisio, y no se equivocaron. Las cervicales quedaron irremediablemente resentidas después de darlo todo con “The Truth”, “All You Are”, “Made Of Scars”, y “Past”. Unos Morphium incansables no dejaron de animar a sus fans ni por un momento, lo que hizo que para cuando sonó “Tired”, banda y público estaban encendidos. Fue otro de los momentos álgidos de la noche.
Para “Insorcism” llamaron a Eve, que parecía otra. Lo dio absolutamente todo en el escenario y se notaba que sentía de verdad lo que estaba haciendo. Después de esa magnífica actuación, fueron entrando ya a la despedida, con “Black Soul” y “What Lies Behind Words”, acompañados de Kristina Vega y su espectacular voz. Para rematar el asunto, la banda animó al público a no ser tan estricto con las restricciones establecidas, al menos por unos minutos. Con la audiencia en pie, cantando y alzando los cuernos al aire con fervor, pusieron punto y final a la velada
Nada más empezar el show, Bace realizó un discurso muy acertado sobre la importancia de hacer lo que nos gusta, y eso fue lo que sucedió exactamente en Bóveda. Ni la pandemia ni el hastío que provocan sus consecuencias le han quitado las ganas de disfrutar de la música en vivo a los fans. En la situación actual, que la seguridad de la cultura se pone en duda, poder disfrutar de un espectáculo de calidad es casi un lujo. Tan solo se puede dar gracias a estas dos bandas por dar una noche como pocas.
Texto: Marina Salcedo | Fotos: Javi Puntas y Aitor Chaparro
Promotor:On Fire
Día:2021-09-04
Hora:20:00
Sala:Sala Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Flames At Sunrise
Puntuación:9
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.