Cae la noche eterna en Barcelona con Moonspell
Llegó el esperado regreso de Moonspell a la ciudad condal, esta vez junto a Rotting Christ y Silver Dust, un extraño trío que, pese al metal que cada uno profesa, se encargó de sumir Barcelona en un halo de oscuridad.
No es un secreto que tanto Moonspell como Rotting Christ son queridos en nuestro país. Los portugueses arrasaron durante su última visita por tierras catalanas en 2016 con dos actuaciones, una de ellas en el Rock Fest Barcelona, y vimos a Rotting Christ el año pasado acompañando a Watain en una fecha que causó revuelo entre los fans de la banda. Sí, nos gustan. Es un hecho. Se demostró de nuevo hace apenas unos días tras su paso por Madrid y Murcia, y su fecha en Barcelona no iba a ser diferente. Esta vez, como segundos teloneros, les acompañaron los pintorescos Silver Dust, banda cuya temática encajó a la perfección con el gothic metal del “hechizo de luna”.
Silver Dust, teatralidad en estado puro
Sonaban las 19:00h cuando los suizos Silver Dust iniciaron su espectáculo. Como se pudo comprobar en seguida, su puesta en escena iba más allá de la interpretación musical, pues contaron con soporte audiovisual en todo momento. La introducción de “Libera Me” dio el pistoletazo de salida al mismo tiempo que desde una pantalla en forma de espejo situada sobre el escenario se proyectaban las imágenes de quienes eran los protagonistas de la historia que iban a narrar con su música.
Los chicos de Silver Dust entraron en acción con “The Unkown Soldier” y pudimos oír por primera vez la grave voz del vocalista Lord Campbell, entre gestos articulados cual robot. Este, además, se preocupó en todo momento de animar al medio centenar de asistentes que observaban con curiosidad la actuación y la parafernalia del escenario. Fue él, también, quien entabló una batalla de guitarra vs. órgano contra un personaje enmascarado que aparecía en la susodicha pantalla. Entre melodías más bien góticas, “La La La La” brindó a la banda un aire a lo System Of A Down totalmente inesperada y, tras un exhaustivo repaso a otros temas de su último álbum, ‘House 21’, las siluetas de Silver Dust, con sus sombreros de copa, desaparecieron del escenario.
Rotting Christ, arrasando con todo a su paso
Con bastante más audiencia y diez minutos de antelación sobre la hora prevista, la melodía de “666” puso en marcha a los asistentes, que calentaron motores entonando los cánticos del tema. Ya con los artistas al frente, situados en un escenario decorado con sobriedad, la potencia de la banda inundó la sala con un sonido que des del principio fue excelente. Seguidamente y sin que el cantante, Sakis Tolis, se entretuviera en explicaciones, explotó la impronunciable “Dub-Sag-Ta-Ke”, que cuenta con melodías que recuerdan a su tierra natal. El incesante rasgueo de guitarra de “Fire, God And Fear”, tema de su último disco, ‘The Heretics’, lanzado este mismo año, sonó atronador y puso la sala en movimiento.
Dentro de su temática llamada, con razón, satánica, las creaciones musicales de Rotting Christ pueden encontrarse siendo expresadas en inglés, pero muy a menudo en latín y en su lengua materna, o una combinación de todas ellas, como es el caso de “Kata Ton Daimona Eaytoy”, que sonó a continuación, seguida de “Apage Satana”, cuyos cánticos, seguidos por el entusiasta público, dominaron Salamandra hasta llegar a su fin.
Con la sala cada vez más atestada, retumbó “Dies Irae” seguida y en contraposición de la vieja “The Forest Of N’Gai”, del ‘Passage To Arcturo’, aclamada por los que han seguido a la banda durante décadas. Con el ambiente caldeado, “Societas Satanas” no pudo llegar en mejor momento. La versión del tema de Thou Art Lord, antigua banda del vocalista, fue el foco de grandes moshpits y, quizás, una de las canciones más gozadas de la noche.
Llegó la traca final de Rotting Christ con “In Yumen-Xibalba” y la poderosísima “Grandis Spiritus Diabolos”, en que sus coros atronaban implacables entre las cuatro paredes de la sala. El espectáculo que nadie quería que acabase finalizó, como no, con “Non Serviam”, una pieza clásica de la banda que no podía faltar entre el repertorio. Lo de Rotting Christ fue una hora de metal, intensidad y poderío que, por el buen sonido y su entrega, nos hubiera gustado que se hubiese alargado un poco más.
Muito obrigado, Moonspell
Farolillo en mano y con una vestimenta lóbrega, el frontman Fernando Ribeiro capitaneó a su formación para iniciar su actuación con “En Nome Do Medo” ante sus seguidores, deseantes de pasar otra noche inolvidable con los portugueses. El espectáculo prosiguió haciendo uso de objetos diversos para alimentar la esencia de las canciones. Si antes hablábamos de un farolillo, ahora se trata de una máscara al estilo steampunk que llevaban los médicos cuando la peste negra azotaba Europa.
Toda esta teatralidad recuerda a la primera banda de la noche, cuyo parecido va más allá del gothic metal que interpretan. “In Tremor Dei” y “Desastre” prendieron la mecha de un público que esperaba lo más destacado de su último disco, el ‘1755’. Ribeiro hizo una pausa para presentar un clásico de la banda, “Opium”, que con su cuidada melodía acompañada de la gravísima voz del vocalista, creó un ambiente oscuro que rozaba lo místico.
Siguiendo con otro tema del legendario ‘Irreligious’, lanzado hace ya más de dos décadas pero muy presente entre los seguidores de Moonspell, “Awake” mantuvo el listón alto, dejando que el teclista tomara las riendas en gran parte de la canción. Llegó el momento de “Night Eternal”, que quedó olvidada poco después al sonar el punteo inicial de “Breathe (Until We Are No More)”, aclamada, sobretodo, por el público femenino, nada escaso esa noche en Salamandra.
La primera gran destacada del concierto no fue otra que “Everything Invaded”, ya que nada más sonar el punteo inicial del tema los gritos ensordecedores del público estuvieron a punto de eclipsarlo por completo. Se recobró un poco la compostura con “Evento” para perder los papeles de nuevo con la llegada de “Mephisto”, otro corte del gran álbum mencionado anteriormente y que les catapultó al reconocimiento internacional.
Con cambio de vestuario incluido, “Vampiria” nos mantuvo en vilo hasta el arranque del tema, a mediados de este. De repente, el ambiente tenebroso se disipó por completo al sonar “Ataegina”, canción festiva que puso a saltar a todos los presentes en un recordatorio de que no estaba permitido dejar el lugar sin haberlo pasado en grande primero.
Posteriormente Ribeiro nos advirtió: “Ahora os contaré una mentira: esta será la última canción de la noche”. No hizo falta presentación, la tan esperada “Alma Mater”, fue interpretada de manera sobresaliente antes de que Moonspell se fuesen del escenario. Y sí, fue una mentira, porque se marcharon para volver y tocar con ímpetu “Todos Os Santos”, tema de su último álbum, y “Full Moon Madness”, clásico que, ahora sí, cerraba una noche de oscuridad al más puro estilo Moonspell.
En términos generales cada banda brilló a su manera al dar lo mejor de sí mismos en una sala donde el sonido nunca decepciona. Tanto Moonspell como Rotting Christ, así como Silver Dust, trajeron a su público, uno que, a pesar de ser considerado minoritario en comparación a las legiones de fanáticos de otros estilos de metal, contribuyó a crear una velada que aconteció perfecta.
Texto: Marina Salcedo | Fotos: Pol Mascaró
Promotor:Madness Live!
Día:2019-11-08
Hora:19:00
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat, Barcelona
Teloneros:Rotting Christ, Silver Dust
Puntuación:9
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