Noche de progresivo con Monuments en Barcelona
Embutidas en recipientes bien distintos, esta gira nos traía tres vertientes de metal progresivo. Tres grupos liderados por Monuments, una de las mayores sensaciones actuales dentro del género.
Es difícil hablar de metal progresivo actual sin caer en encasillar por descarte en el djent cuando se trata de grupos con tintes más modernos. Si bien es cierto que Monuments entran sin problema, y por definición, en lo que este djent representa, también es cierto que rebosan por los costados de la casilla. Ya que su estilo abarca bastante más que la mera acumulación de palm mutes arrítmicos. No en vano están consiguiendo pisarles los talones a algunos de los pioneros que ellos mismos nombran cuando hablan de género, como serían TesseracT o Periphery. Sin embargo, y a juzgar por la discreta entrada de público a la sala bóveda de Barcelona, su popularidad en nuestras tierras aún parece tener que terminar de despegar.
I Built The Sky: los tres magos
Puntuales como un reloj, se disponían a abrir la noche I Built The Sky. Una propuesta de trío instrumental que, pese a su falta de renombre, encandiló y, sobretodo emocionó, a un público que se mostró especialmente receptivo. Y eso que al principio de su actuación la sala presentaba un aspecto bastante desangelado, pero no tardó en llenarse lo suficiente como para hacer sentir cómodo al grupo. Y desde luego se mostraron como tal, pues no solo se les vio disfrutar de su propia propuesta, sino que el respetable les puso las cosas muy fáciles. Vitoreando todas sus piruetas melódicas, respondiendo, en mayor o menor medida a sus peticiones e incluso interactuando con los momentos adecuados de las canciones.
Teniendo en cuenta la falta de un vocalista encargado de conducir el espectáculo, este podría considerarse un doble éxito. Pero es que no solo la técnica fue aplaudida, sino también una espontaneidad dentro de la construcción que fue muy disfrutada por los asistentes. Simple y llanamente: el grupo generó buen rollo con muchísima facilidad. Se les vio sinceros en su disfrute y agradecimientos. Y su propuesta –la más melódica y clásica de la noche- hizo que todos se alegrasen de haber decidido acudir pronto a la cita.
Heart Of A Coward: demasiada suciedad
Muy demandados en salas de nuestro país. Por fin Barcelona iba a poder disfrutar en sala de Heart Of A Coward. Y pese a las ganas, tal vez es cierto que estuvieron algo fuera de lugar. Aun así, en su gran mayoría, el público les acogió con los brazos abiertos. Sin importar que su propuesta más directa y menos estrictamente progresiva resultase un problema.
Lo que si lo resultó fue la deficiencia de sonido que les acompañó. Ya de por si son un grupo que aspiran a sonar sucios y metálicos, y eso forma parte de su propuesta. Sin embargo, aquello sonó embarrado y poco definido. La voz de Kaan Tasan luchaba tan desesperadamente por ser oída, como lo hacía a su vez el público por escucharla. La guitarra no sonó en absoluto nítida, a la vez que el volumen estaba por encima del resto de sus compañeros. La cosa mejoró un poco a partir del tercer tema, pero ni mucho menos lo deseado.
Por suerte el grupo supo suplir dicha deficiencia a base de actitud y buen hacer. Kaan se encargó de dirigir el espectáculo en todo momento, y el público se dejó guiar. El mosh pit se abrió sin problemas y los breakdowns generaban los Wall of death reglamentarios. Además, temas más emblemáticos, como fue sobretodo su mítica “Hollow”, pusieron a la gente a cantar, sobre todo los situados en las primeras filas. Dejando satisfechos, pese a la adversidad, a ambos equipos.
Monuments: la deconstrucción del riff
Ahora sí, llegaba el momento esperado por todos los asistentes. Y los nervios que se palpaban en la sala estaban por encima de lo que la asistencia podía hacer presuponer. Cuando el grupo saltó a escena quedó claro que su público les quiere con locura, pues los vítores y elogios recaídos sobre cada uno de sus integrantes estaban muy por encima de la definición de entusiastas. El grupo decidió ir de menos a más, e iniciar con temas algo menos salvajes. Lo cual es curioso, tratándose su primera “Blue Sky Thinking” de un corte de su primer larga duración, por lo general más áspero y directo.
Para cuando “Leviathan” sonó Andy Cizek, su nuevo vocalista, ya estaba surfeando sobre el público que lo llevó en volandas cual rey de vuelta al escenario. Pese a ciertas reticencias iniciales a la hora de sustituir a Chris Barretto, parece ser que Cizek ha sido bien aceptado por la fanbase. Y es que desde luego el chico dio motivos para que así fuese. Mostró una capacidad de modulación y un control de la voz abrumadores. Y pese a su continuo histrionismo y aparente pérdida de control corporal, supo en todo momento nivelar su energía para que nada fallase. Todo esto cobra el doble de mérito si tenemos en cuenta que el vocalista se está recuperando de una infección en la garganta que le impidió salir a cantar en Suiza tan solo dos días atrás. Y más allá de sus constantes tragos al bote de miel que iría sacando entre tema y tema, no se percibió mayor problemática.
La pegadiza “Mirror Image” sería uno de los hits de la noche y su estribillo sería cantado a todo pulmón por las primeras filas. A esta le seguiría la espasmódica “Animus”, recién salida del horno y primer tema grabado con Cizek. Fue recibida con igual entusiasmo, y funcionó como un cañón en directo. Cada uno se montaba los bailes a su manera. Se podía ver headbanging, gente saltando, mosh pit en momentos puntuales y muchísimo brazo en alto intentando seguir las arritmias que todos y cada uno de los instrumentistas acumulaban.
La parte central de su set se compuso de tres temas especialmente intensos. El grupo encadenó “Atlas”, “97% Static”, que se cerró con el Wall of death más grande de la noche y “Empty Vessels Make The Most Noise”. En esta última la caja de la batería de Mike Malyan sonó digna de las fallas de Valencia. Y sus estribillos en forma de deconstrucción del breakdown más largo jamás tocado, exprimieron las fuerzas de los asistentes con más ganas de moverse.
A estas alturas el respetable ya había perdido el control y el ambiente era de júbilo y devoción absoluta. El grupo tenía al público a sus órdenes. Y poco dudó este en seguir las indicaciones de agacharse al inicio de “Regenerate” para saltar al unísono cuando el tema empezó. Ellos dijeron que aquella era una tradición propia, pero a muchos de allí les sonaba más de lo debido. Encarábamos ya el tramo final. Las fuerzas no escaseaban, y el público estaba agradeciendo mucho que el grupo no escatimase en duración del concierto. Y más teniendo en cuenta la condición de Cizek, que empezaba a mostrar síntomas de dolor, pero en ningún momento bajó el pistón.
Para antes de abandonar el escenario, el grupo encadenaría (literalmente) “Origin Of Escape” y “Degenerate” para devoción del público que ya empezaba a ver como el fin se acercaba. Sin embargo, quedaba el sprint final. Y tras abandonar momentáneamente el escenario montando un bis más anecdótico que funcional, volvieron para terminar con “A.W.O.L” y su himno “I, The Creator”. Dejando a sus seguidores satisfechos y contracturados, como mínimo, por lo que quedaba de semana.
Texto: Titus Ferrer | Fotos: Pol Mascaró y Aitor Chaparro
Promotor:Madness live!
Día:2020-02-25
Hora:19:00
Sala:Bóveda
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Heart Of A Coward, I Built The Sky
Puntuación:8
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