Sí; a estas alturas, el hacha alemán puede seguir sorprendiéndonos. Tanto, que cuando atacaron con “Lights Out”, no podíamos creer que estábamos en el final del concierto. Dos horas y media en la que disfrutamos como enanos.

De todos es conocido los picos de creatividad del hacha alemán. Michael Schenker vive su enésima juventud, y lo está demostrando con sus últimos trabajos. Ya sea bajo el nombre de Michael Schenker’s Temple Of The Rock, o su actual Michael Schenker Fest. Porque tener uno, o cuatro vocalistas, pasa a ser algo secundario, si el nivel de sus nuevas composiciones palidece frente al resto de clásicos de sus anteriores formaciones. Su última entrega “Resurrection” no podría tener un título más acertado. Canciones de sobresaliente con cuatro dinosauros del rock al frente: Gary Barden, Graham Bonnet, Robin McAuley y Doogie White. Y no sólo se ha dejado testimonio en el estudio. Con la formación al completo, están haciendo conciertos y giras, y en Málaga tuvimos el placer de disfrutarlo.

El calentamiento con Absolva

Los ingleses Absolva ya estaban sobre el escenario cuando entramos a la sala París 15. Un poco después de la hora de la merienda, la banda de los hermanos Appleton estaba descargando su potente heavy metal clásico con buena aceptación por parte del público. Chris Appleton comandaba con su voz y sus solos de guitarra canciones que, si bien no son la panacea del género, eran ejecutadas de forma más que correcta. Intentaron involucrar al público a pesar del desconocimiento generalizado de su material, y temas como “Never a Good Day To Die” o “Live For The Fight” fueron del agrado de una inmensa mayoría.

Torear en plazas ajenas no es fácil, pero se notaba las tablas de todos sus componentes. Que por otra parte, no son nuevos en esto, ya que también es la banda de directo de Blaze Bayley, y además, Luke Appleton es bajista en Iced Earth. El papel de calentar a los asistentes antes del plato principal, lo cumplieron. Sin más.

Comienzo arrollador de Michael Schenker Fest

El principal protagonista de la noche fue el primero en salir. Michael Schenker hizo los honores al micro, y después de poner en su sitio a una de sus bandas del pasado (creíamos que en cualquier momento, iba a reclamar en público la propiedad de Scorpions), se arrancó cantando “Holiday”, mientras el resto de los instrumentista tomaban posesión de sus espacios. No nos dio tiempo a paladear la melodía de la balada de marras, cuando las notas iniciales de “Doctor Doctor” pusieron patas arriba toda la sala. Poco a poco fueron saliendo a escena Graham Bonnet, Gary Barden y Robin McAuley, y redondearon la interpretación de uno de los clásicos por antonomasia de la historia del rock. El éxtasis, en pocos minutos. Y esto no había hecho más que empezar.

Doogie White en plena forma

Faltaba que saliera White a escena, y se hizo dueño y señor del escenario al instante. Comenzaba por tanto, los bloques de canciones por vocalistas, aunque después de las descargas de “Lord Of The Lost And Lonely” entre otras, contó con el respaldo de los otros tres vocalistas para una potente “Take Me To The Church”. Y es que las canciones del nuevo disco de Michael Schenker Fest tuvieron mucho peso en el set de la noche. No sería justo menospreciar la labor de todos los vocalistas de forma individual, pero White estaba en plena forma, y casi seguro que fue uno de los vocalistas más valorados de la noche.

Graham Bonnet, de menos a más

Llegaba la hora de Graham Bonnet, un vocalista que últimamente en directo, no las está teniendo todas consigo. Pero las dudas de su estado de voz, se disiparon rápido para alegría de los asistentes. Es cierto que las canciones que cuentan con su voz son de las más agudas del repertorio, pero se defendió bastante bien, y junto con la nueva “Night Moods”, revalorizó las clásicas de Michael Schenker Group “Assault Attack” o “Desert Song”. Su avanzada edad no le resta movimientos ni carisma, y fue un placer disfrutar de su presencia.

Chris Glen al bajo, Steve Mann como segundo guitarrista y teclados, y Ted McKenna a la batería, dejaron claro por qué son los elegidos para formar parte de esta banda. Un nivel técnico altísimo que, junto con el buen sonido de la sala, servía para que cualquier canción se convirtiera en puro deleite. Después de otra pequeña parrafada que emanaba cierto rencor, Schenker nos regaló “Coast To Coast”. La segunda y última interpretación de Scorpions, antes de dar paso al siguiente vocalista.

Gary Barden, por debajo de lo esperado

Todo marchaba sobre ruedas, y el público estaba enloquecido en todo momento, pero, aunque nos pese, la voz de Gary Barden no es la que era, y se notó a las primeras de cambio. Aun así, ¿quién se resiste a dejarse los pulmones en los estribillos de “Armed And Ready”, “Attack Of The Mad Axeman” o “Are You Ready To Rock”? Las carencias de su voz las sustituía con una presencia escénica de altura. Manejaba al público a su antojo, y era difícil no dejarse llevar por su fuerza y magnetismo. Supo salvar la papeleta en su bloque interpretativo y nos dejaba a todos con las puertas abiertas para un final que, con toda seguridad, vendría cargada de clásicos. Eso sí, como el resto de sus compañeros, “Resurrection” seguía presentándose en directo, y “Messin’ Around” sonó tan bien como cualquier otro clásico.

Robin McAuley de sobresaliente, en un fin de fiesta por todo lo alto

Con sus apariciones anteriores, ya nos dejó claro del nivel que tiene, pero cuando comenzó a cantar temazos como “Bad Boys” o “Heart And Soul”, superó todas nuestras expectativas. Antes de salir a escena McAuley, Michael Schenker nos hizo volar al pasado, con una enorme interpretación de “Into The Arena” que nos quitó el sentido. Todo ello mientras Glen nos deslumbrada con unas galácticas gafas con láser, que le dio más colorido al asunto. La parte del set de McAuley incluyó alguna canción de McAuley-Schenker Group, aunque también hubo hueco para un “Shoot Shoot” enorme.

Volvieron a salir todos los vocalistas para la traca final, y a una apasionada “Warrior”, le acompañó “Rock Bottom” con la que Schenker nos dejó boquiabierto. Sí; a estas alturas, el hacha alemán puede seguir sorprendiéndonos. Tanto, que cuando atacaron con “Lights Out”, no podíamos creer que estábamos en el final del concierto. Dos horas y media en la que disfrutamos como enanos y que, como suele pasar en los conciertos en el que suenan muchos temas clásicos, nos hace remover todos nuestros recuerdos. Michael Schenker y su banda, se pegó la fiesta, el festín y el festival en Málaga. Una actuación que quedará durante años, en la memoria de todos los presentes.

Promotor:Madness Live Productions

Día:2018-10-27

Hora:20:45

Sala:París 15

Ciudad:Málaga

Puntuación:9