La banda californiana actuó en el festival madrileño en el mismo emplazamiento en el que había estado años atrás para tocar por su cuenta. El resultado fue diferente, pero Metallica siempre salen victoriosos.

Y es que Lars Ulrich y compañía saben dónde ir, cómo y por qué. Son «perros viejos» como se suele decir, y les da igual tocar en el festival más grande de la historia del heavy metal como fue Hellfest en Clisson unos diez días atrás que en uno más mainstream como es el Mad Cool en Madrid. Y su actitud no cambia por ello. Quizás algún aspecto de su setlist como fue la inclusión de su versión de Thin Lizzy «Whiskey In The Jar», pero el resto fue un poco «lo de siempre» a lo largo de esta gira.

Sí que se notó algo de frialdad cuando en el inicio, con la frenética «Whiplash» de su primer álbum, el público no estaba encendido más allá de por verles sobre el escenario (con Lars en una batería especial al filo del snake pit). También es reseñable que la manera en la que la tocan ahora poco tiene que ver a como lo hacían «cuando tenían el pelo largo». Antes era un corte devastador que acababa con todo el mundo que estuviera a su paso, y ahora parece que le hubieran dado a la velocidad 0,75% en el reproductor al interpretarla de un modo mucho menos contundente.

Metallica (Foto: Óscar Gil)

«Creeping Death» es una de esas canciones que quizás no esté entre las más escuchadas o célebres de Metallica, pero en directo es un elemento totalmente ideal para el setlist. Si hay un tema que va a funcionar siempre en vivo, es este. Y en Madrid no fue menos (aunque en la parte en la que todo el público debía corear «die, die, die…» no hubo esa comunión habitual -provocada porque gran parte de los presentes no eran acérrimos de los norteamericanos-).

Todos a una

En la siguiente todos los móviles del Espacio Mad Cool se alzaron y es que llegaba una que la mayoría se sabía. «Enter Sandman», esa rara avis en el tercer lugar del repertorio en concierto, hizo que todos los presentes cantaran al son de James Hetfield. Puedes ser heavy, odiarlo, ir con camisa de flores, ir con tachuelas… da igual. Con «Enter Sandman» lo único que apetece es darlo todo, y más si Metallica está tocándola para miles y miles de personas.

Metallica (Foto: Óscar Gil)

Uno de los cortes que va cambiando entre los shows de los de San Francisco en esta gira es el que va en el siguiente puesto (con Lars en su batería habitual). En Bilbao fue «Harvester Of Sorrow», y en Madrid la escogida fue la homónima de su segundo álbum, «Ride The Lightning» que pese a comenzar con un momento de tambaleo de Kirk Hammett en una parte en la que el guitarrista destaca sobre los demás, fue un cañonazo que soltaron en la capital española. «Wherever I May Roam» sí que es de las consolidadas en el set según avanzan las fechas y, después de todo lo que generó la versión de J Balvin y que tiene una melodía muy pegadiza, su éxito en Mad Cool 2022 fue indiscutible entre todo tipo de fans. Y eso se amplificó más cuando, de nuevo, todos los móviles arriba para uno de los himnos de la noche, la balada «Nothing Else Matters» que sí contaba con el conocimiento de quienes acudieron al directo de Madrid.

Hetfield hizo el gag que está practicando en toda su gira de verano en Europa de intentar vitorear el tan denostado ‘St. Anger’ por buena parte del fandom de Metallica y la gente gritó ante sus palabras como si estuviera recitando la lista de la compra. De las miles de personas que había, una parte (pequeña) conoce esa «leyenda negra» del álbum lanzado en 2003, pero el grueso no, por lo que su broma sonó un poco a «chino» en términos generales. Eso no impidió que Metallica estuviese a tope para tocar «Dirty Window», canción que no solía estar en sus setlist años atrás pero han querido rescatar para este tour y que queda muy bien, todo sea dicho. Hasta con el solo de guitarra que la canción de por sí no tiene pero Kirk Hammett le introduce para darle ese toque de wah wah característico en sus temas y que en aquel disco, que ya tiene 19 años, brilla por su ausencia.

El momento en el que se notó, en caso de que los asistentes entendieran lo que James preguntaba, que había mucho fan «casual» fue antes de «Sad But True». Hetfield siempre alude a este concepto cada vez que la tocan, pero cuando preguntó cuánta gente era nueva en un show de Metallica y cuántos habían visto ya a la banda, como él mismo declaró después de hacer levantar las manos según la opción, rondaba el 50%. Mismo porcentaje que el número de temas que quedaban por tocar. Era el ecuador del concierto y, como regalo a esos aficionados menos habituales, de manera acertada incluyeron «Whiskey In The Jar» en el set. Es uno de sus cortes más escuchados (a pesar de no ser suyo) en plataformas digitales, y eso facilita que el público cante cuando no es el habitual. Buen tanto para Ulrich y cía.

La intro que han preparado vídeo incluído de «For Whom The Bell Tolls» caldeó el ambiente como el fuego que salió en el tramo en el que la canción se mutea. No es esta gira en la que más alardes de producción han invertido, pero sobre las pantallas laterales había columnas de fuego que se activaron por primera vez en la noche, y fue de agradecer -más aún si se tiene en cuenta que en el resto de shows no es lo común. En Hellfest o San Mamés, por ejemplo, esto no sucedió-. Y la siguiente «Moth Into Flame», de su último trabajo, siguió esta tónica pero más acentuada. Es la que lleva uno de los montajes con las pantallas que más llama la atención, y eso sumado al fuego que va corriendo detrás de Lars Ulrich a la batería y al de las columnas mencionadas motivó a quienes estaban disfrutando del show.

Metallica (Foto: Raül Balat)

Una de esas canciones épicas de la discografía de Metallica, «Fade To Black», deleitó a los más fieles de la formación en Madrid con esa progresión tan apoteósica para dar pie a «Seek & Destroy», track que en muchas ocasiones ha finalizado los conciertos de la banda pero que, esta vez, era el anticipo perfecto a los bises con un respetable entregado y elementos que recordaron visitas anteriores a Madrid de Metallica con imágenes de entradas y demás.

La traca final

Como hacen en cada ciudad, las pantallas empezaron a tornarse con la bandera local durante la intro de «Damage Inc.», una de las canciones más veloces de toda su carrera. La gente del equipo que trabaja con Metallica no tiene un pelo de tonta, y pese a que en Bilbao prefirieron seleccionar la bandera de la propia ciudad (blanca y roja, ni la de Euskadi ni la de España), en Madrid sí que pusieron la del país. Al igual que «Whiplash», pudo sonar más potente, pero Metallica a día de hoy no es lo de hace 30 años, y eso es algo que si no se tiene asumido conlleva decepciones.

Metallica (Foto: Raül Balat)

Las explosiones volvieron sobre las tablas del main stage de Mad Cool en la intro de «One», que tiene un aura especial desde que todo el tema está plagado por una marea de lásers que le dan un toque diferente a la par que muy bonito estéticamente. A esto hay que sumarle que es uno de los cortes más emblemáticos del grupo, así que es, como «Creeping Death», un triunfo asegurado. Y, como llevan haciendo años, lo es mucho más si se enlaza con «Master Of Puppets», que tan en alza está a día de hoy después de su aparición en «Stranger Things» y que, por eso y por su propia historia, fue el cierre perfectos sumado a la traca de fuegos artificiales que iluminaron el cielo de Madrid. Da igual ante quien toquen y dónde. Metallica siempre gana.

Dani Bueno

Promotor:Live Nation

Día:2022-07-06

Hora:21:30

Sala:Espacio Mad Cool

Ciudad:Madrid

Puntuación:7